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Todo no fue suficiente por Dtzo

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Notas del fanfic:

:'v Yu-gi-oh! Ni sus personajes me pertenecen, son total propiedad de papi takahashi.

Notas del capitulo:

:'v no se nota que ya me gusto esto de escuchar canciones sad y pensar en tramas sad para songfics  y los otros ahí bien gracias x3 se los juro, inicio con los que tengo pendientes e inmediatamente me llueven las ideas y yo Dx no de nuevo

Bueno pues, nuevamente este songfic trae otra canción de Ha-ash y para quienes no conozcan la canción les dejo el link:

https://www.youtube.com/watch?v=-xnhPAor-Qc

 

Por fin había terminado… Todo.

De algún modo no quiero aceptarlo, muy probablemente no lo acepte jamás.

¿Por qué todo empieza bien? ¿Por qué todo acaba mal? ¿Por qué así?

Pase ocho años de mi vida sin rendirme en armar ese rompecabezas, mi ilusión eran las palabras de mi abuelo “Quien logre armarlo podrá pedir un deseo y lo cumplirá”. Pieza tras pieza me causaban un increíble dolor de cabeza y no mentiré, pensé muchas veces en dimitir pero era mi fortaleza y debilidad. Por un lado amaba los retos, los juegos, lo imposible.

Nadie lo entendía ¿Qué tenía de especial un objeto místico del antiguo Egipto? Ni siquiera yo lo sabía, algo me atraía fuertemente al rompecabezas cada que pensaba en renunciar, algo más allá de este mundo, algo que llamaba incesantemente por mí.

Finalmente terminé por completarlo e inmediatamente ante mis ojos apareció un ente muy similar a mí salvo por algunos detalles fisionómicos.

“Yami”.

 

Nunca pensé que te fueras a ir, 
yo jure que te hacia feliz. 
Siempre intente darte el alma y la piel, 
te quería entregar lo mejor de mí.

 

No sabía su nombre pero ese fue el primer término que llego a mi mente al contemplarlo pues tras el resplandor que lo rodeaba había una inconmensurable oscuridad tan densa que intimidaba.

Así inicio nuestra historia.

Éramos muy distantes al principio, yo le temía y él me despreciaba. Creí escuchar alguna vez que yo era su portavoz pero no le parecía lo que él esperaba, alguien seguro de sí, valiente y fuerte. Yo no era nada de lo que buscaba.

 

A ciegas te seguí, 
volé y caí por ti.

 

Nos resultaba muy difícil entablar una conversación, primeramente estaba la barrera del idioma, mi intento de árabe resultaba horrible y su intento de japonés peor aún. Sin embargo tomaba mis bases al posesionarse de mi cuerpo, sólo así podía entender todo lo que proyectaba con mi apariencia. Era, ciertamente, todo lo opuesto a mí, era todo lo que él esperaba de mí.

Entonces iniciaron los problemas, los extraños juegos de las sombras comenzaron a hacernos la vida imposible a todos, desde mi abuelito hasta mi mejor amigo. No teníamos de otra, era colaborar y unir fuerzas o no resultaría nada. Éramos uno, sólo nosotros podíamos lidiar con esto. Al menos me trato como parte de él por unos instantes en los que fui infinitamente feliz. Ya tenía amigos, era muy feliz con su compañía y amistad además de su aceptación pero la única que me tenía con los nervios de punta siempre fue con Yami. Buscaba que me reconociera al menos como compañero, después de todo compartíamos el mismo cuerpo.

 

Pero, todo no fue suficiente, 
me mata perderte, 
quisiera arrancarme el dolor. 
Pero mi corazón arrogante, 
se niega a escucharte, 
no quiere aceptar tu adiós. 
Como fuego en la tormenta se apagó tu amor, 
todo no fue suficiente, todo es nada hoy.

 

Poco a poco interactuábamos más, el idioma dejó de ser un problema cuando finalmente me acepto como su porta voz, teníamos muchos temas en común y era bastante bueno en los juegos igual que yo. De vez en cuando, cada que teníamos un descanso de proteger las almas de nuestros amigos , nos reuníamos en mi habitación mental para desafiarnos mutuamente a duelo de monstruos en una excusa de pulir nuestras habilidades, me reconoció como buen duelista y decía que tenía mucho que aprender de mí así como yo de él.  Sentí mis mejillas colorarse al tiempo que su mirada se posaba insistentemente en mí, estaba complacido de algún modo.

Cuando inició ciudad batallas ya nos conocíamos mucho más además de interactuar como amigos, volvimos a pasar por inconvenientes, volvía a dudar de mí y aún con ello ahora me apoyabas.

El punto en que llegamos a la cúspide de nuestra relación, afloró durante nuestra lucha contra el demoniaco sello de Orichalcos. Temí por él más que por mí pues su ambición dormía dentro de sí, muy dentro de él emergía ese atisbo de codicia, orgullo y superioridad. Hablamos un par de veces durante los duelos y después de ellos, me prometía que no cedería a su propio deseo.

Todo pintaba de maravilla, se mostraba lucido así que por unos instantes decidí relajarme un poco y ese fue mi mayor error. Debí haberme mantenido a su lado luchando contra esa incesante avaricia que latía desde lo más profundo de su pecho.

Sucedió lo que más me temía, cedió y perdió.

Tomé su lugar, merecía una segunda oportunidad y sólo él podría salvar a los demás. No me necesitaba a su lado.

O eso creí.

Pasar lejos de mi cuerpo resulto tan extraño, era como estar bajo el agua, sentir la asfixia aun respirando era terrible, hacía frío, no había luz y mis temores rondaban mi juicio, intentaron consumirme pero no lo permití. Nuevamente estaba sólo, como en un inicio y odiaba estarlo.

Pasé un par de días sumido en aquella bruma sin ver la luz a pesar de irradiar la mía propia, me enceguecía, necesitaba sombra, oscuridad.

Yami.

 

Quisiera olvidarte, 
y termino buscándote en cada recuerdo 
que habita en mí.

 

A lo lejos volví a escuchar su voz, había llegado hasta donde estaban cautivas todas las almas que servirían de sacrificio para el leviatán y aunque eso significaba que mi alma se consumiría para siempre, deje de tener miedo. Sólo tenía que resistir lo que se aproximara.

Unos instantes fueron un infierno pero debía mostrarme fuerte para mi otro yo, necesitaba la confianza para ganar, esos breves instantes valieron la pena para volver a estar con él. Aparentemente todo había terminado pero no contaba con que tuviera que expiar su culpa y avaricia con aquel sometimiento de Dartz hacía su corazón. Dolía verlo sufrir así, me estrujaba el alma escuchar sus desgarradores gritos.  Quería volver a tomar su lugar, compartir su martirio y lo intente aunque me lo impidió.

 

Una vez de regreso a casa y todo aparentemente a la normalidad tuvimos una larga charla.

“¿En que estabas pensando cuando tomaste mi lugar?”

Me regañaba mientras sujetaba mis hombros, poco a poco fue aflojando su agarre hasta estrujarme fuertemente mientras escondía su rostro entre mi hombro sollozando.

“Pude haberte perdido para siempre ¿Entiendes eso?”

 Lo entendía, pero confiaba plenamente en que el no dejaría que eso pasara, tenía todas las de ganar. Nunca dudé de él y él nunca había dudado tanto de sí.

“No estabas a mi lado, eso hizo que dudara de poder salvarlos. Necesitaba fortaleza. Te necesitaba, Yugi.”

Mencionó que jamás había visto necesario el llanto pero por primera vez en cinco mil años no pudo reprimir la insistente sensación de desahogo, todos fueron duros con él; Joey lo golpeo, Rebecca lo odió e inclusive Kaiba le llamo mediocre. Todo le daba igual, podrían haberlo torturado pero su único sufrimiento era el que no estuviera con él. Eso toco un punto muy escondido que tenía en mí. Un punto que no quería admitir ni dejar salir a relucir.

Estaba enamorado de Yami.

No podía decirlo, no aún.

“Yugi”

Susurro delicadamente mientras tomaba mi rostro entre sus manos para unir nuestras frentes.

“Lo siento.”

No había nada que disculpar, sólo deseaba que siempre estuviera a mi lado aunque no pudiera tener su propio cuerpo. Ser uno mismo me era suficiente.

Lo que sucedió después jamás lo vi venir.

Me besó.

 

A ciegas te seguí, 
Volé y caí por ti.

 

Debía recobrar sus memorias y salvar el mundo actual de la maldad que controlaba a Bakura. Eso determinaba el saber su verdadero nombre, quien fue y como.

No había nada que no quisiera más que saber realmente quien era, todos acompañamos a Yami en su travesía a tierras egipcias, al valle de los reyes, al mundo de sus memorias en donde no estuvimos juntos desde un inicio y de no haberlo encontrado a tiempo otra cosa hubiera sido. Ahora conocía como era, alto, fornido, moreno y un faraón. Ahora éramos dos entes individuales y era extraño, debíamos enfrentar nuestras propias batallas sin la ayuda del otro.

Cuando me enfrente por primera vez con mi propia baraja a Bakura tuve miedo. Miedo de defraudarlo, de no ser lo suficientemente fuerte como para luchar sin sus consejos, sin su compañía. Pero lo logré. Gané por mis propios méritos, sin su ayuda.

Encontramos su nombre, un nombre que nadie sabía leer.

“Atem”

Ese era su verdadero nombre.

 

Pero, todo no fue suficiente, 
me mata perderte, 
quisiera arrancarme el dolor. 
Pero mi corazón arrogante, 
se niega a escucharte, 
no quiere aceptar tu adiós. 
Como fuego en la tormenta se apagó tu amor, 
todo no fue suficiente, todo es nada hoy.

 

Me había prometido que siempre estaríamos juntos, siempre.

Pero no era así.

La hora del duelo ceremonial, del duelo final estaba frente a mis narices y no cabía en mi comprensión lo que estaba a punto de hacer. Luchar finalmente con nuestras respectivas características, su baraja con sus magos de atributo oscuridad junto a los dioses. Mi baraja con mi maga silenciosa de atributo luz.

 

Te di sonrisas y en soledad 
pelee una batalla de dos.

 

Así éramos.

Él, oscuridad.

Yo, Luz.

¿Por qué tenía que terminar así? ¿Por qué era yo quien te estaba alejando de mí sin querer hacerlo? Pero tampoco hubiera aceptado que alguien más lo hiciera.

No quería que cruzara esa puerta, quería correr tras de él a abrazarlo para jamás soltarlo o inclusive ir a donde tuviese que ir. No tenía el corazón para verlo partir, a él no.

 

Dicen que el tiempo cura todo ¿Cuánto tiempo necesitas para olvidar al amor de tu vida? Nunca será suficiente, todo, absolutamente todo me regresaba a la mente nuestros tiempos juntos. Nuestra relación disimulada frente a los demás pero desenfrenada una vez entrabamos a nuestras recamaras mentales, ya no hay una puerta siquiera en mi habitación pero todo tiene aún su esencia.

Desde ver mi sola imagen en el espejo me hacía reír irónicamente en melancolía.

No podía seguir así.

Por fin había terminado… Todo.

 

Pero, todo no fue suficiente, 
me mata perderte, 
quisiera arrancarme el dolor. 
Pero mi corazón arrogante, 
se niega a escucharte, 
no quiere aceptar tu adiós. 
Como fuego en la tormenta se apagó tu amor, 
todo no fue suficiente, todo es nada hoy.

 

De algún modo no quiero aceptarlo, muy probablemente no lo acepte jamás.

¿Por qué todo empieza bien? ¿Por qué todo acaba mal? ¿Por qué así?

 

 

 

Notas finales:

:'v <3 las quiero!

 


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