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Obsesionado Contigo por Neko_san

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Notas del capitulo:

Hola 7u7r Espero que estén bien :D y... Aquí el capítulo 7u7r espero que les guste :'D

Parpadeo unas cuantas veces los ojos y sintió automáticamente un punzo de dolor sobre su cabeza ¿Qué había pasado? Trato de llevar su mano a sus ojos para refregarlos pero al intentarlo algo presiono su muñeca e impidió que pudiese hacerlo.

Abrió los ojos más consciente y despierto.

-“Aomine…” –Pensó para acto seguido recordar el golpe que le propinó el moreno dejándolo inconsciente. Era lo último que recordaba.

Algo hacía que su cuerpo no pudiese moverse, era una pesadez. Solo giro como pudo la cabeza para encontrarse en la habitación de Aomine, hasta… chocar con su mirada.

-“¿Q-Qué-…?” –Su rostro estaba apoyado sobre la cama observándole, sentado sobre el suelo pero lo que más le asusto fueron sus ojos, parecían muertos… sin brillos, lo miraban solo a él.

-Ah, despertaste. –Habló Aomine para borrar rápidamente el rostro que espanto a Kagami por el de una sonrisa. Una sonrisa que para cualquiera que lo viese diría que es el mismo Aomine.

-A-Aomine… -Apenas podía hablar, su voz también lo sentía tan pesado. Giro su rostro para ver sus manos esposadas sobre la cama del moreno y sus pies atados al igual. ¿Qué estaba pasando?

-¿Te sientes bien? –Preguntó para posar su mano sobre la frente de Kagami y tomar su temperatura. Lo alejo y subió más la sabana sobre su cuerpo para taparlo. –Te he dado unos… “medicamentos” para dejarte inmóvil… ¡Pero no te preocupes! Serán temporales… hasta que te acostumbres.

-¿Qué…? –Kagami quedo atónito ante lo dicho por él ¿Inmóvil? ¿Hasta que se acostumbre? ¿De qué hablaba? ¡¿Por qué lo tenía allí?!

-¿Tienes hambre? De seguro que sí, si eres tan comelón. –Rió para salir de la habitación.

La cabeza de Kagami daba vueltas, el dolor era terrible. Trato de zafarse de las esposas pero nada logro ¿Qué hacía Aomine? Estaba… raro. Su cuerpo le dolía demasiado a lo que se rindió en tratar de… ¿Escapar?

-“No” –Se dijo a la mente el peli rojo. –“¿Escapar? Eso suena… mal.”

Escuchó los pasos venir del pasillo del departamento y solo siguió torturándose a sí mismo con sus pensamientos.

-Te traje solo licuados. No podrás hacer mucho con la mandíbula anestesiada. –Aomine entro con un charol de batidos con pajillas. –Bien, te ayudare. –Tomo el batido pero se detuvo al ver los ojos confundidos y llorosos del peli rojo, su boca tembló pero prosiguió para tomar la nuca de su amigo y acercar la pajilla sobre sus labios. –Solo presiona los labios y succiona.

Kagami obedeció y tomo un poco para después ser retirado el vaso.

-Es de Sandia. Tu favorito. –Kagami aún lo observaba con esos ojos, acusándoles. –Kagami. –Su voz cambio tanto como sus ojos. –Si te portas bien, todo irá bien. –Menciono con una sonrisa suplicante.

-A-Aomine… suéltame… -Logro decir con voz ronca para ser acariciado por el moreno.

-Kagami… si obedeces y no sales de casa, todo irá bien. –Volvió a repetir. –Perdón por haber hecho que vieras esa horrible escena… la mujer.

Kagami recordó el cadáver que llegó a ver en la misma cama ¿A-Acaso también lo iba a matar? No… Aomine… él no pude haberla, matado.

-Por supuesto, cambie las sabanas y la colcha… y ¡Limpié los pisos! –Grito para mostrar el suelo ahora limpio pero la mirada de Kagami no cambiaba.

-“¿Por qué no sonríe?” –Se dijo a sí mismo con una sonrisa nerviosa. –“¡Es cierto! La anestesia… ¡Luego sonreirá! ¡Sí, eso es!”

-Aomine… suéltame. –El rostro de oji azul cambió para mostrar sus ojos “muertos” sus pupilas se contraían y un intento de sonrisa dio a dar.

-Kagami… -Coloco su mano sobre su hombro e inclino la cabeza. –Tu jamás podrás salir de nuevo de aquí… ahora eres mío y solo mío ¿Entendiste? He soñado esto desde que éramos niños… ¡y-yo no te haré daño! ¡Solo déjame amarte! ¡Te juro que te daré todo lo que pidas! ¡Haré todo lo que pidas! Pero… te quedaras aquí. Y nos amaramos como es debido. ¿Sí? ¿Sí?

El oji rubís no pude hacer nada más que girar el rostro y evitar así la mirada de su amigo.

-No te enojes. –Suplicó para apoyar su rostro en el pecho de Kagami. –No tienes de que preocuparte, yo no te hare daño y tendrás todo lo que quieras… ¿Qué te preocupa? 

Kagami giro con toda la rapidez que pudo su rostro para chocar con la mirada de Aomine, como sí quisiera decirle todo a través de ellos.

-“¿Por qué había un cuerpo?” “¿Por qué actuaba de esa forma?” “¿A qué se refería con “desde que éramos niños?” ¿Por qué… lo tenía así?” –Eran solo “Por qué” silenciosos que esperaban ser rápidamente respondidos.

-El efecto de la anestesia pasará dentro de 1 hora… creo que podremos hablar bien en ese momento. –Kagami vio como Aomine se reincorporaba. –No quiero aburrirte así que te mostrare algo que hice hace mucho.

Se levanto del suelo para ir hacia su mueble de ropas y buscar entre todos ellos un pequeño libro que había hecho con fervor. Lo tomo aliviado y fue hacía el peli rojo.

-Lo hice el año pasado, cuando volviste aquí y competimos con nuestros equipos. –Abrió el libro cerrado con una pequeña llave solo para impresionar más al oji rubís.

Fotos. Fotos de él, de niño. ¿Cómo los tenía? Fotos que el antes había creído perdidas estaban en ese “álbum”. Fotografías de no hace mucho de él, con su equipo, en la escuela… como si lo hubiera fotografiado en todo momento. Fotografías con sus padres y su “hermano”.

-“¿C-cómo…? –Su piel se erizo y lentamente subió su mirada para ver a Aomine, ahí estaba de nuevo, pupilas dilatas y solo mirándolo a él.

-¿No te… gusto? –Pregunto algo apenado, Kagami, solo… por un momento sintió algo de pena por él. –Lo mejoraré, ahora que estamos juntos podemos llenarlos con mejores fotos… aun que a mí me parecen hermosas. –Murmuro acariciándolas.

-¡Aomine! –Finalmente pudo moverse y hablar, aunque no ayudo mucho ya que las esposas no le permitían moverse.

-Parece que el efecto pasó más rápido de lo que pensé. –Rió para colocar el álbum en el suelo.  -¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?

-¡Suéltame! ¡¿Por qué has hecho esto?! –Grito mientras se sacudía en la cama.

-Kagami si sigues así te lastimaras las muñecas y tobillos.

-¡Contéstame! –Un silencio se insertó en la habitación, Kagami solo miraba a Aomine esperando una respuesta.

-¿Qué no es obvio? –Murmuro en el oído del peli rojo

-“¿Cuándo llego allí?” –Pensó Kagami.

-¿Hablas por la mujer? –Taiga no respondió, solo lo miro esperando a que hablase. –Ella… se te había confesado cuando tú y tu equipo salieron del entrenamiento con el Kaijo ¿No es así? … Sé que no la habrás reconocido… su cara estaba deforme. –Recordó la mujer con rostro empapado de sangra, el rostro desfigurado y el cuerpo desnudo.

Aomine solo acaricio los cabellos rojos y los peino mientras que Kagami solo miraba confundido.

-¿Quién eres? –Soltó… el silencio fue peor. El moreno se detuvo, se paralizo y solo dio un suspiro.

-Soy yo, Kagami. Tú sabes quién soy. –Se puso en pie para mirar desde abajo a su amigo. –Tú más que nadie sabes, quien soy. ¿A-Acaso es tan malo querer a la persona que amas solo para ti? ¿A-Acaso es tan malo matar a las personas que quieren alejarte de mí? –Su respiración se aceleraba cada vez más, sonrió ladino y tomó a Kagami para abrazarlo fuertemente.

-¡Suéltame! ¡Aomine! –Trato de zafarse del agarre pero era imposible, era muy fuerte.

-Siempre te he amado, Kagami. –Beso su mejilla y su cuello para después volver a abrazarlo.

-“Por fin… puedo tocarlo” –Pensó Aomine con alegría.

-Yo, sigo siendo el mismo, Taiga. Pero… voy a ser mejor ahora que estamos juntos. Y si te portas bien… te juro, que todo irá bien. –Murmuro para soltarlo.

-¿Por qué… haces esto? –Sollozo Kagami, sus lágrimas comenzaron a caer por su rostro, pero no por tristeza, sino más bien por impotencia. No lo entendía.

Aomine al ver esto su sonrisa se borró y en cambio lo miro triste, se acerco y beso cada lágrima que caía. –Porque te amo, Kagami.

-“¿Qué hago?” –Se pregunto Taiga.

-Quiero estar solo. –Soltó para ver cómo Aomine detenía los besos. –Dijiste que podía pedir cualquier cosa… quiero estar solo.

Aomine trago en seco y salió de la habitación como pidió su amigo.

Kagami al ver cerrar la puerta detuvo las lágrimas y trato de liberarse de las esposas, miro ventana, cerrado, celulares, ninguno. Miro por todos lados buscando algo para salir pero nada.

-“Kuroko… alguien… sálveme.” –Pidió mentalmente suplicando ser escuchado.

Mientras que en la otra puerta solo estaba un moreno, parado frente a esta como si pudiese ver a través de ella, sus pupilas contraídas y sus dientes rechinaban. Dejo caer una botella junto a un trapo… “Cloroformo”

-Por fin… puedo amarte, Kagami.

“Te amo…”

Notas finales:

Hola de nuevo 7u7r Espero que les haya gustado! Y vengo a decirles que ya se me han ocurrido muchas cosas para hacerle a Kagami *sonrie malvadamente* 

Secuestradoras: ¬¬ por fin apareciste

Neko_san: Debemos admitir que necesitaba unas vacaciones T_T

Secuestradoras: I see you... *lleva sus dos dedos a sus ojos y la señala* 

Ni modo T-T

Nos leemos!


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