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Refrescos en el cine por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

Creo que lo más divertido fue que la inspiración me llegó en la sala de un cine, y sabía que tenía que usar la sala a oscuras. ¿Cómo hacer eso sin que terminara en algo sexual? Así que decidí ir por el camino de lo gracioso, a pesar de que soy mala en ello u.u

Notas del capitulo:

Hacía tiempo que quería escribir algo con el sentimiento de un adolescente-adulto joven. Hasta la mitad de la historia, me di cuenta de que todos los personajes mencionados eran un extraño collage de mis amigos. Es por eso, creo, que quería darles a fuerzas ese tono de geek/ñoño. 

 

 

Minho jamás en su vida se había sentido tan avergonzado. Incluso agradecía el encontrarse en una sala oscura, para que nadie pudiese notar el fuerte sonrojo en su cara. Parecía que su cara se encontraba en llamas. Y es que, cuando se va al cine, uno queda a merced de dónde deja su bebida el vecino de a lado. Minho, sin querer, había estado bebiendo del vaso de quien se había sentado a su lado. Todo se debía a que, alguien en la fila –que obviamente había llegado antes que Minho- colocó su bebida en el lado izquierdo, obligando a que todos en la fila la colocaran en aquel lado. Minho normalmente dejaba su refresco en el portavasos que se encuentra del lado derecho. Y se había fijado que esta vez tenía que ser diferente; tan sólo que la costumbre le había ganado sin darse cuenta. Así había terminado bebiendo de aquel refresco ajeno.

 

Tras notar su equivocación, se giró ligeramente hacia el lado izquierdo, tratando de terminar de ver la película en la más incómoda situación. Realmente rogaba porque el dueño del refresco no lo hubiese notado.  Y así, cuando el filme terminó, se dignó a ser de los primeros en salir, sin quedarse a ver los créditos finales a pesar de ser una película de su saga favorita.

 

Logró salir de la sala hasta el pasillo con éxito, sintiendo que se había librado de aquel embarazoso incidente. Pero el gusto no le duró por mucho, puesto que a lo lejos escuchó una voz gritarle a alguien con algo de rudeza. Alguien normal hubiese corrido, ignorando ese grito, incluso volteado y fingido cínica inocencia. Sin embargo, Minho no pudo hacer más que congelarse donde se encontraba parado. Se giró lentamente, fingiendo con todas sus fuerzas (y con nada de éxito) que no era a él a quien llamaban.

 

-¡Hey, tú!- Un chico se acercó, con los labios fruncidos y gesto enfadado. -¡Me debes una soda!

 

Minho le miró sin saber qué decir. El chico se veía bastante enfadado, pero el cabello revuelto le daba incluso un tono gracioso y tierno. No obstante, no se atrevió a reír. Algo le decía que si  lo hacía, perdería la cabeza inmediatamente. Abrió la boca, queriendo decir una disculpa; pero no pudo llegar a pronunciarla. Realmente se sentía muy avergonzado.

 

-¡Hey!- El chico le picó en el hombro. -¿Estás con la cabeza en la tierra? ¡Di algo!- Demandó. –Me debes una soda, ¡tienes que pagarme una!

 

-Erm…Yo…- Minho pensó rápido en cómo responder a eso. De hecho, lo que el chico había dicho no era mala idea. Si le compraba un refresco, estaría redimiendo su culpa.

 

-Agh, ¿acaso eres lento?- Jadeó. Metió su mano dentro del bolsillo frontal que había en la hoodie que llevaba puesta y sacó una pluma. Jaló a Minho por el brazo y no dudó en escribir sobre él. –Cuando termines de entender que me debes una soda, llámame.

 

¡Taemin ah! Se escuchó del otro lado del pasillo. Minho subió la mirada al ver que el chico se giraba ante aquel llamado. Tres chicos le esperaban junto a la puerta de salida.

 

-¡Yah! No malgasten mi nombre.- El chico les gritó, bufando al ver que sus amigos reían por eso. Se giró, encarando a Minho una vez más.  –Estaré esperando por mi soda.- Entonces hizo un gesto con su mano como despedida, y caminó a zancadas hasta llegar con sus amigos.

 

Sólo así Minho fue capaz de murmullar algo, un corto adiós, despidiéndose de aquel chico imponente que le había dejado mudo. Observó su brazo. Lee Tae Min, escrito a lado de un número telefónico y un gracioso dibujo de un típico refresco de cine. Se tomó la libertad de sonreír, no tenía ni idea de cómo las cosas habían terminado así. Pero, al menos sabía que podría volver a ver esa curiosa cara agraciada que le había reclamado por una gaseosa.

 

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Minho suspiró, jugando con una bolita de papel que se había encontrado sobre la mesa. Estaba terriblemente aburrido, y hacer el reporte de investigación que le faltabas no estaba en sus planes, al menos hasta la siguiente semana, que su compañero de trabajo estuviera de vuelta en la ciudad, porque no pensaba hacerlo solo. Detestaba los sábados por la mañana, nunca tenía algo que hacer. Y menos cuando se encontraba solo en el departamento.

 

Se levantó de la mesa, preguntándose si esta vez encontraría algo bueno en el televisor. Vagó por los diferentes canales hasta rendirse. Realmente era un día aburrido. Así que sentado en el sofá de la sala sacó su celular y revisó si no había algo interesante en las vidas de los demás. Simplemente era un día que no parecía iba a ser el más fructífero de todos. Incluso, una llamada entró a su celular, mientras se cansaba de ver lo mismo en las redes sociales. Tras contestar se dio cuenta que se trataba de una llamada spam. No hizo más que colgar a esa llamada y bloquear el número para no recibir más llamadas de él. Miró con algo de enfado su celular, ¿qué más podía hacer?

 

Entonces lo recordó. Abrió la carpeta de contactos, bajando la lista rápidamente. Ahí estaba, Lee Tae Min, y entre paréntesis había escrito <>.  Mordió su labio inferior, pulsando el número. La llamada procesó rápido y empezó a sonar el timbre. Al cabo de unos segundos, se escuchó que la llamada era respondida.

 

-¿Quién habla?

 

-Hola…Me llamo Choi Minho…Soy el del cine…- Exhaló, terminándose de introducir.

 

-Oh…¿Me vas a comprar una soda?

 

-Sí.- Minho reprimió una risa al notar el silencio de sorpresa que se hizo del otro lado de la llamada.

 

-¿En serio?

 

-Sí. ¿Estás ocupado el día de hoy?

 

-¿Qué? Oh, no. No estoy ocupado…- Se escuchó una risita de fondo. -…Lo siento por reír; yo, ya no recordaba esto.

 

-…¿Sabes dónde queda la cafetería Park Street?- Minho, por otro lado, se encontraba alegre de ya tener qué hacer con su día. –Podemos vernos ahí en dos horas.

 

-Por supuesto. Hasta entonces, chico del cine.

 

Y la llamada finalizó. Minho sonrió, recordando al chico enfadado que le había exigido una gaseosa. Se alegró, entonces de haber recordado ese incidente, porque le hacía recordar la cara del chico. A pesar de estar enfadado, él tenía un rostro bonito. Definitivamente le gustaría volver a ver ese rostro.

 

Tras arreglarse, para así matar tiempo, terminó llegando media hora antes a la cafetería. No obstante, no tuvo que esperar. Afuera del lugar pudo ver claramente el mismo cabello revuelto que vio en el cine, y una graciosa mano agitándose como señal de saludo. Sonrió, volviendo a encontrar gracioso al chico. Así que no se había tratado de su cara enfadada. Minho se acercó al muchacho, que esta vez sonreía, desinhibido a pesar de estar con un desconocido.

 

-Has llegado temprano.- Comentó despreocupadamente.

 

-Tú…también lo has hecho.- Minho dejó escapar una sonrisa. Ese chico era más que agraciado, tenía algo que le provocaba querer seguir observándole.

 

-¡Oh! Es cierto.- Notó que también había llegado temprano, riendo. –Como ya no recordaba el incidente, pensé que no iba a ser capaz de recordar tu rostro. Quería llegar antes, por si tenía que buscarte. Supongo que llegué muy temprano.

 

Minho rio, sin poder contenerse. Ese comentario había sonado muy natural, a pesar de que era bastante inteligente el querer ahorrar tiempo buscando a alguien. Se mordió el interior de la mejilla, preguntándose si debía decir lo que tenía en mente.

 

-…Pero…te llamé; tienes mi teléfono. Podías marcarme si no me encontrabas.- Explicó.

 

-Vaya, no pensé en eso.- Frunció los labios. –Eso me recuerda que debo de ponerle nombre al contacto con tu número.- Sacó su celular del bolsillo de su pantalón y se puso a escribir.

 

El chico del refresco – Choi Min Ho

 

Minho observó cómo Taemin le nombraba en su celular, provocándole la risa. Rápidamente se ganó una mirada de confusión en el chico, así que para evitar cualquier malentendido sacó su celular, y tras buscar en sus contactos le mostró a Taemin el <> con el que le había nombrado.

 

-Oh…- Taemin había ganado un ligero color rosa en las mejillas, colocando una sonrisa en su rostro. –Creo que ese es el mejor apodo con el que podemos identificarnos.

 

Minho no sonrió de regreso, ni siquiera hizo gesto alguno. Estaba totalmente absorto en el rostro sonriente que podía admirar claramente. El chico había empezado a decir algo, Minho no supo qué. No le oía, ya que todos sus sentidos estaban concentrados en poder admirar la cara bonita de alguien a quien había visto por primera vez en una sala oscura, imposible de detallar facciones. Tal vez por eso no podía quitarle la mirada de encima, quería asegurarse que se tratara del mismo chico de aquella sala de cine que después le había regañado en el pasillo, exigiéndole que le comprara una gaseosa como recompensa. No fue capaz de oírle hasta que el sonido de pregunta le hizo prestarle atención a todo su entorno.

 

-¿Entramos ya a la cafetería?- Decidió preguntar, en vez de demandárselo.

 

-Sí.- Otra sonrisa bonita. –Ya que llegamos antes, los dos, no tiene sentido que sigamos afuera, ¿no?- Rio tontamente, ganándose un aire de risueño.

 

Ambos entraron a la cafetería, siendo guiados por una camarera a una de las mesas que se encontraban a lado de la ventana. Les ofreció el menú y desapareció antes de que Minho pudiese decirle que sólo querían un par de sodas.

 

-Oye…- Minho miró, sin perder el tiempo, a Taemin que observaba el menú con la misma emoción que un infante. –Si en vez de comprarme un refresco, me compras una malteada, además de arreglar tu error, te perdono y no habrá resentimientos.

 

-¿En serio?- Preguntó automáticamente. Sonaba fantástico ese trato. Definitivamente, le gustaba ver ese rostro, como para querer seguir haciéndole sonreír.

 

-Neh.- Asintió, subiendo la mirada. –Lo juro. Puedo llegar a ser algo rencoroso, pero vale la pena olvidar por una malteada.

 

-De acuerdo…- Accedió, buscando hacer alguna señal a la camarera que les había llevado a la mesa, para que se acercaran a tomar la orden. En cuanto ella llegó, Minho permitió que Taemin pidiera primero.

 

-Quisiera una malteada de fresa y plátano.- Entregó su menú.

 

La señorita lo anotó, rápidamente prestando su atención a Minho, mientras le daba una mirada de estar un poco más que interesada en obtener su orden.

 

-Y yo una de chocolate.

 

Pero Minho rápidamente volvió a concentrarse en Taemin, logrando que aquella camarera rodara los ojos y se fuera con enfado a dejar la orden en la cocina.

 

-Taemin…¿Puedo preguntar por qué una malteada?- Minho quiso saber la razón del intercambio de bebidas con las que iba a pagar su deuda.

 

-Ah, sí. Realmente no tomo refrescos. Casi no me gustan, y a veces hacen que me duela el estómago.- Explicó, abultando su labio inferior inconscientemente, haciendo un lindo gesto.

 

-Pero en el cine tenías uno.- Señaló, sin entender muy bien por qué si algo no te gusta, lo bebes. Además, si Taemin se hubiese comprado cualquier otra cosa, él se hubiera dado cuenta antes y evitado toda la vergonzosa situación.

 

-Mmm sí…- Se encogió de hombros. –De vez en cuando es bueno alocarnos.

 

Minho no controló su risa, ese comentario le había tomado por sorpresa. Rio hasta que su cuerpo le demandó aire y las lágrimas dejaron de brotarle de los ojos. ¿Cómo alguien a quien prácticamente acababa de conocer podía hacerle reírse así? Tranquilizó su respiración, serenándose.

 

-¿Llamas al comprarse una gaseosa “alocarse”?- No quería burlarse, pero eso era demasiado inocente. -¿Dónde has estado viviendo? ¿Un castillo hecho de algodón de azúcar?

 

Taemin frunció los labios en un gesto de enfado, subiendo los codos a la mesa y apoyando su cabeza entre sus manos, esperando a que Minho dejara de burlarse.

 

-No es así. Sólo que, si las pequeñas cosas son las mejores, entonces deben de tratarse como lo que son.

 

-Vaya…Nunca lo había pensado así…- Minho volvió a sorprenderse con las aseveraciones que hacía el chico. –Entonces tienes razón. Te ruego me perdones.

 

-Eso suena muy formal.- Arrugó la nariz en un gesto gracioso de desagrado. –Prefiero la informalidad.

 

-¿Con todas las personas eres así, Taemin ah?- Minho quiso poder regresar sus palabras y no haber preguntado algo tan vergonzoso. Era tan sólo que, la mitad de su cerebro se encontraba haciendo la sola tarea de admirar al chico bonito. No podía pensar bien sus palabras con medio cerebro.

 

-¿Ah? ¿Así cómo?- Pero, por suerte, Taemin no logró entender la profundidad de esa pregunta. Y, ni hizo falto. En ese momento llegaban sus malteadas (esta vez traídas por otra camarera).

 

Ambos chicos se distrajeron con sus malteadas, aunque no pasaron de un par de sorbos. El haberse quedado callados habría una puerta a la incomodidad, que preferían evitar.

 

-Esto sería incómodo, si no tuviéramos nada que decir.- Taemin exhaló. –Pero, al menos tenemos algo en común.- Sonrió recargándose sobre la palma de su mano; Minho le miraba con algo de incredulidad, así que dijo aquella obviedad. –Fuimos a ver la misma película.

 

¡Cierto! Minho por poco se golpeó la frente con la mano. A esta altura le quedaba más que claro que ese chico era muy inteligente. Sonrió, asintiendo ante el hecho de que habían ido a ver la misma película.

 

-Es mi saga preferida…- Comentó, batiendo con la pajilla su malteada para así no tener que avergonzarse al mirar a Taemin y recordar la embarazosa situación del refresco.

 

-¿En serio?- La voz emocionada de Taemin logró hacer que Minho subiera la mirada y le observara. –También es la mía.- Afirmó, alegre. –Espera…¿qué opinas de esta última? Porque yo ya estoy cansado de escuchar que ha sido la mejor, cuando es obvio que ha sido la más comercial para atraer público de nuevo. –Soltó con frustración.

 

-Bueno…La mitad de la película la vi algo incómodo.- Confesó. –Pero eso no me cegó lo suficiente como para no notar que está obviamente recortada. Así que compré el disco con la versión del director. No siempre es bueno que recorten escenas, porque la  historia se deja de entender.

 

-¿Has comprado en preventa el dvd con la versión del director?- Preguntó con admiración. –Yo no alcancé. Se agotó en menos de dos horas.

 

-Lo compré en blu-ray, de hecho. Pero sí, fue una larga espera frente a la computadora, para ser de los primeros en ordenarla.- Dejó escapar una corta sonrisa. Le agradaba la manera en que Taemin le miraba, como si hubiese sido un superhéroe por quedarse horas frente a su laptop esperando a que la preventa se abriera y picar como loco el botón de comprar. ¡Santos cielos! Eran un par ñoños primera.

 

-Ah, yo no tuve la oportunidad de hacer eso.- Hizo un lindo puchero.

 

-Bueno…Si gustas, podrías verla conmigo cuando me llegue en tres semanas.- Había tomado mucho coraje para poder preguntar eso.

 

-¿Sí?- Le miró con ojos brillantes. -¡Sí! Claro, eso sería genial.

 

-Bien. Entonces te llamaré cuando me llegue.- Sonrió, aliviado de haber obtenido tan grata respuesta, y una gran oportunidad de volver a verle.

 

Siguieron bebiendo sus malteadas, mientras conversaban de las anteriores películas y las otras tantas. Platicaban amenamente de esa cosa en común que tenían. Sin darse cuenta empezaron a conversar de otras cosas en común, alegrándose de ver que podían compartir sus puntos de vista, y encontrando esa afinidad entre ambos. Estando en tan cómoda atmósfera, no dejaban que anda les interrumpiera, hasta que el sonido del celular de Taemin fue demasiado molesto como para ignorarle.

 

-Un segundo, son mensajes.- Sonrió con pena, revisando rápidamente los textos que le estaban llegando. –Oh vaya…- Jadeó, mordiendo su labio inferior. –Tengo que irme…

 

-¿En serio? ¿Qué ocurre?- Minho trató de darle una mirada rápida al celular del chico, sin llegar a ver mucho.

 

-No es nada…- Hizo una mueca. –Supongo que es descortés si me voy así.- Jadeó. -¡Ya sé! Choi Minho, ¿te gustan los comics?

 

-¿Ah?- Le miró algo alelado. –S-sí…- Tartamudeó, rápidamente corrigiéndose. –Sí, me gustan.- Fue firme en su respuesta.

 

-¡Genial! Debo de ir a la tienda de comics en la calle 11, ¿me acompañas?- Sonrió, guardando su celular dentro del bolsillo de su pantalón.

 

-Sí…Sí, claro.- Se puso de pie, imitando a Taemin. Sacó su cartera y dejó el dinero de las malteadas, siguiendo al chico que ahora se encontraba más cerca de la puerta, que de la mesa donde se habían encontrado sentados.

 

No tardó en alcanzarle, pudiendo ver que Taemin enviaba un mensaje de regreso a quien había interrumpido la plática que estaban teniendo. Frunció los labios, ¿qué era tan importante como para salir corriendo a mitad de…Agitó su cabeza, estaba empezando a imaginar cosas. Subió su mirada, encontrándose con el perfil del chico, sonriendo frente a su celular. Realmente era una imagen refrescante; sonrió en reflejo, sabiendo en ese instante que, se había perdido por completo en aquella sonrisa.

 

-¿Puedo saber qué es tan importante?- Aclaró su garganta, llamando la atención de Taemin.

 

-Sí…- Le miró. –Ha salido un número especial del comic que sigo, y tengo contactos…- Comentó con misterio, terminando con una risilla. –Me han guardado una copia, y tengo que ir a recogerla rápido, o la venderán junto a las otras. Es edición limitada.

 

-Entiendo…- Sonrió; realmente ese chico era bastante geeky, como para tener la cara tan bonita que tenía. -¿También te gustan los mangas?

 

-Sip.- Asintió. –Mis padres dicen que me iré a la ruina si sigo así, pero…No creo que algún día me dejen de gustar estas cosas.

 

-A mí también me gustan, supongo que también me iré a la ruina.- Comentó, escuchando una breve risa de parte del contrario.

 

Sus pasos eran rápidos, pero entre ambos la conversación no lo era. Como si se encontraran dentro de una burbuja atemporal, las personas pasaban a su alrededor sin infligir algún tipo de efecto sobre ellos. Incluso cuando entraron a la tienda de comics, ambos se encontraban sumergidos en su mundo. Esa tarde siguieron conversando de las varias cosas que les gustaban en común, sin darse cuenta que el tiempo se les escapaba lentamente.

 

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-¿Por qué Minho no me está escuchando y no deja de observar su celular?- Kibum se sentó en el sofá que daba directo al televisor, mientras miraba desaprobatoriamente a su amigo.

 

-Probablemente sigue pensando en cómo enviarle un mensaje a ese tal Taemin.- Jonghyun, desde la cocina observaba con paciencia como el microondas hacía explotar las palomitas que había en el bowl.

 

-¿Quién es Taemin?- Key sonrió aterradoramente, alzando una ceja mientras interrogaba a Minho.

 

-Minho no ha dejado de mencionarle. Incluso dormido lo nombra.- Jonghyun exclamó desde la cocina.

 

-¿Así que tienes novio, Minho ah?- Key rio, burlándose de la cara de enfado que Minho había puesto debido a la información que Jonghyun estaba brindando.

 

-Él no es mi novio. Sólo hemos salido una vez, y no fue en plan de cita.- Admitió, revisando su celular con ansiedad por enésima vez en el día.

 

-Pero esa vez bastó para que desde hace dos semanas estés suspirando su nombre.- Se volvió a escuchar desde la cocina.

 

-¡Yah!- Minho le gruñó.

 

-¿No le has llamado, ni enviado ningún mensaje en dos semanas?- Kibum preguntó, ofendido por la actitud de Minho. –Si te gusta tanto, no estás haciendo lo correcto para ganarlo. ¿Tan siquiera sabes si es gay o no?

 

-Probablemente…No lo sé…¡Agh! Es que ese día se veía tan bonito, que lo único que podía hacer era observarle.- Exhaló frustrado. –Y estas dos semanas lo único que he hecho es pensar en un buen tema para iniciar una conversación. –Gimoteó. –Se supone que quedamos para ver una película que he comprado, pero la entrega se ha retrasado y no puedo esperar un mes más para verle de nuevo.- Suspiró. –Creo que fue amor a primera vista.

 

-Vaya, Minho. Estás perdido por completo.- Key sonrió maliciosamente y no dudó en abalanzarse sobre la mesita central y arrebatarle el celular de las manos. –Para tu suerte, yo sé cómo comenzar conversaciones hasta con la más tonta excusa.

 

-¡No, espera!

 

Los forcejeos no se hicieron esperar, haciendo que los ruidos de su pelea llegaran hasta la cocina. Jonghyun simplemente rodó los ojos y esperó a que el microondas terminara de hornear las palomitas. Tranquilamente esperó por ellas y después se dispuso a ir a la sala donde su novio y su mejor amigo discutían como siempre.

 

-Bummie, cariño, ¿qué estás haciendo?- Esta vez la escena era diferente. Jonghyun pudo darse cuenta que Minho era el único que forcejeaba, gracias a la elasticidad de Key. Él había estirado su pierna, colocando su pie sobre el cuello de Minho, haciendo que el menor no pudiera acercarse más por su celular o moriría asfixiado.

 

-Le…envío un mensaje a…al novio de Minho. ¡Listo! Ya lo envié.- Bajó su pierna, provocando que Minho cayera contra el suelo debido a la fuerza que ya no estaba siendo contrarrestada.

 

-¡Dios! Dos semanas tratando de no quedar como un idiota, y ahora ustedes…- Minho se sentó en el suelo, lamentándose.

 

-Idiota o no, él está respondiendo ya.- Key informó.

 

-¿En serio?- Minho y Jonghyun se sentaron, cada uno, a lado de Key. Observando los tres la respuesta del muchacho.

 

El mensaje que Kibum había enviado realmente no era complicado, ni diferente a un mensaje que le enviaría a cualquier amigo. Tan sencillo como las palabras: “Yah, hoy ha sido un día largo y aburrido. No he hecho nada de provecho. Y mis mejores amigos están fajando en la sala de a lado. Voy a morir. ¿Tu día ha sido mejor?”

 

Jonghyun rio al leer el mensaje que Key había enviado en nombre de Minho; hasta cierto punto sonaba bastante parecido a como Minho escribía sus mensajes. Pero también sonaba sutilmente interesado en algo más que querer hacer plática para salir de una situación incómoda. Minho, por otro lado, había fruncido el ceño atento a la pequeña marca en la conversación que le hacía ver que el chico estaba escribiendo. Y la respuesta llegó.

 

"Pobre hyung."

"Mi día tampoco ha sido muy entretenido. Por lo menos ahora veo a dos abuelos pelearse por un control remoto. Es lo suficientemente gracioso como para querer hacer apuestas. Yo ya elegí a un ganador."

 

Minho le arrebató su celular a Key, olvidándose que él y Jonghyun también leían su conversación con Taemin. Su mente estaba totalmente ida en la dicha de saber que tenía una conversación con él, y que debía responderle rápido para que Taemin no pensara que no estaba interesado en la conversación.

 

"¿Por qué observas a dos abuelos pelearse? Eso por ningún motivo entraría en un día normal y aburrido en mi vida"

 

Sonrió al encontrarse con la respuesta casi inmediata de Taemin.

 

"¡Lo siento! No me di cuenta de lo raro que eso sonaba hasta que lo mandé. Ayudo en un asilo de ancianos. Es algo que mi familia y yo hacemos como una especie de servicio social. Es agradable, de hecho. Y a veces hay casos graciosos, como el de estos abuelos gruñones."

 

Minho sonrió. Así que Taemin iba a ayudar a un asilo de ancianos. No podía ser más perfecto. Ese chico era totalmente compatible con él, era bonito, y caritativo. Definitivamente estaba totalmente rendido por el chico al que sin querer le había robado el refresco. Se sonrojó automáticamente, seguía sin superar ese vergonzoso momento.

 

"Me haces sentir mal, yo no hago nada bueno en mi tiempo libre." Tecleó rápidamente, siguiendo con el hilo de la conversación.

 

"¿Alguna vez ha donado alimentos, ropa y/o artículos de limpieza cuando ocurren desastres naturales?"

 

Minho mordió su labio inferior, escribiendo su sencilla respuesta.

 

"Sí"

 

"Entonces eres una buena persona, y con eso basta."

 

Kibum soltó un conmovido aww ante la respuesta que Taemin había enviado. Minho rodó los ojos, volviendo a enfrascarse en la conversación. Sonrió, mientras escribía lo primero que se le venía en mente, para poder seguir platicando.

 

"Entonces supongo que ahora estás muy ocupado cuidando a los abuelos. ¿Cuándo te desocupas?" De hecho se sentía muy orgulloso de esa movida que había hecho. Tal vez, incluso, podría invitarle a salir.

 

"En un rato..."

"Oh, Minho, mi hermano me ha visto usar el celular. Vendrá a regañarme, hablamos luego."

 

Minho asintió, a pesar de saber que el chico no podría ver el gesto de comprensión que estaba haciendo. Si no hubiese sido porque Key le golpeó en la espalda, no hubiese sido capaz de responder algo antes de que Taemin se desconectara.

 

"Está bien, bye."

 

Suspiró, recargándose contra el respaldo del sofá. Sonrió, había hablado con Taemin y, hasta donde entendió, volvería a hablar con él. O al menos podía tomar esa como excusa para volver a mandarle un mensaje. A decir verdad, esperaba que Taemin fuera el que le enviara un mensaje diciéndole que ya estaba desocupado, para poder invitarle a salir una vez más.

 

-Bien, Minho, ahora sabes dos cosas importantes sobre tu novio.- Key aplaudió entusiasmado.

 

-Que no es mi novio.- Se quejó.

 

-Pero te encantaría.- Y Jonghyun terminó de hacerle rabiar, mientras se comía un puño de palomitas.

 

-Bueno...sí...pero no sé mucho de él. Excepto que le gustan las mismas películas que a mí, como los mangas y comics. Además de que no bebe refresco, y es capaz de regañar a un desconocido.

 

-También sabes que es una buena persona.- Key empezó contar con los dedos. -Y que tiene un hermano, probablemente mayor, que te odiará por haberle enviado mensajes mientras debía estar vigilando a los abuelos.

 

-Eso a mí me suena a suficiente información, ¿no crees Bummie?- Jonghyun intercedió.

 

-Sí. Jjong sabía menos de mi para cuando empezó a perseguirme por toda la universidad diciendo que le gustaba.- Rio. -Vamos, Minho, quita esa cara. Has dicho que tienen cosas en común, y el chico responde a tus mensajes a pesar de conocerse poco. Yo digo que tienes una gran oportunidad de conquistarle con eso.

 

-Hablan mucho, ustedes dos.- Minho se cubrió el rostro con sus manos. -Primero debería saber si es gay, ¿no? Tan siquiera bisexual, para saber si realmente tengo una oportunidad, o no. Después...tendría que saber si tiene pareja.

 

-Oh, no había pensado en eso.- Key frunció los labios, recostando su cabeza sobre el hombro de Jonghyun. -Honey, ¿qué hubieras hecho si yo hubiese tenido novio cuando te empecé a gustar?

 

-Insistido.- Jonghyun se encogió de hombros. -Hasta que dejaras a esa persona, para estar conmigo. No te hubieras tenido oportunidad para escapar de mí.

 

-Ustedes dos me dan asco cuando se ponen así.- Minho se levantó del sofá, quitándole las palomitas a Jonghyun.

 

-Estoy seguro que estarás igual si ese chico te hace caso, hermano.- Jonghyun se burló. -Deja de quejarte, amargado.

 

Minho les hizo una mueca, dejando la sala cuanto antes para evitar seguir escuchando a ese par de tórtolos. Prefirió encerrarse en su habitación y encender su computador, para perder tiempo.

.

.

.

.

.

Esa misma noche, ya tarde, Minho estaba imposibilitado para dormir. Había esperado toda la tarde que Taemin le enviara un mensaje diciéndole que ya se había desocupado. A estas alturas, entendía que era él mismo quien debía de retomar esa conversación. Y con algo de nerviosismo, tomó su celular, abriendo la abandonada plática. Se dejó caer en su cama, mirando el teclado mientras se preguntaba qué escribir. Tras meditarlo, decidió enviar algo que consideraba una tontería, pero que al menos esperaba le causara suficiente risa al chico como para responderle.

 

"Y bien, ¿ya es luego?" Realmente se arrepintió después de haberlo enviado. Se sentía como un inepto social, incapaz de comenzar una simple conversación con el chico que le gustaba un poco. Sí, claro, sólo un poco. Ni siquiera entendía por qué se engañaba, si desde el primer momento que le vio se sintió algo atraído por el rostro de Taemin. Y en aquella salida que tuvieron, terminó de perder la cabeza cuando le vio sonreír.  Su corazón latió absurdamente rápido cuando vio la notificación de que Taemin había respondido.

 

"¿Ah?"

"Oh, entiendo kkkk. Sí, ya es luego."

"Perdón, después de salir del asilo, me puse a trabajar en un proyecto. Incluso me estaba quedando dormido."

 

Minho sonrió, entendiendo que Taemin había tenido algo más importante que hacer. Pero el que le hubiese dado un razonamiento, a pesar de que no se lo pidió, le agradaba. Tal vez Taemin sí había querido seguir la conversación, incluso tal vez tenía una pequeña oportunidad de gustarle.

 

"¿Te interrumpí? Porque si es así, será mejor que sigas con tu proyecto, o durmiendo." Tecleó rápido, siendo consecuente de lo que implicaban los mensajes a la una de la mañana.

 

"No lo has hecho. Tengo tiempo para terminar mi proyecto, y no tengo sueño. Si me estaba quedando dormido, era para no hacer mi trabajo"

 

Procrastinador. Minho realmente no le gustaba procrastinar, así que encontraba esto como la primera diferencia que tenían. Aun así lo encontró agradable. Taemin le estaba dando algo de tiempo, así podían seguir conversando.

 

"Entonces he de suponer que mañana no trabajarás en ese proyecto, ¿no es así?" Era sábado, y esperaba poder verle. "A menos que tengas algo más que hacer."

 

"Minho, ¿vas a invitarme otra malteada?"

 

Esa sola respuesta hizo que el corazón de Minho se detuviera. ¿Estaba siendo tan obvio? No quería evidenciarse frente a Taemin. ¿Qué tal si le asustaba y lo hacía alejarse? Era poco lo que se conocían como para lamentar su pérdida, pero realmente le gustaba. Sin saber qué hacer, sólo pudo tomar foto a la conversación y enviársela a Key, rogándole que le ayudara a responderle. Para su suerte, Kibum seguía despierto a esas horas, y lo único que le aconsejó es que no fuera su respuesta directa.

 

-¡Jonghyun!- Gritó, esperado a que su amigo le diera también una opinión, porque ciertamente la respuesta de Key le había confundido. -¡Jjong!

 

Algo amodorrado, Jonghyun entró a la habitación de Minho, preguntándose dónde era el incendio. Cuando notó a su amigo al filo de la cama, con cara de querer tirarse por la ventana, entendió a qué se debían los gritos. Exhaló, cuestionándole con la mirada cuál era el dilema esta vez.

 

-¡Mira!- Minho corrió a mostrarle la pregunta de Taemin. -Le he preguntado a Kibum qué responder, pero no entiendo lo que me dijo.- Entonces le mostró el consejo de Key.

 

-Aigo, Minho.- Jonghyun rodó los ojos. -Key dice que trates de sonar poco interesado. Honestamente, yo no te recomiendo eso. Y, mientras pides consejos, sigues sin responderle. Sabrá dios lo que piense ese chico ahora. Tal vez le has hecho creer que no estás interesado, o que te quedaste dormido. Incluso que estás muy nervioso como para contestar.- Le hizo una mueca. -Minho, sólo respóndele de manera normal. Dile que sí, que quieres conversar con él, o lo que sea que quieras. ¡Y ya basta de gritar! Estaba concentrado en una letra.

 

-Entiendo...Lo siento, hyung.- Minho sonó como niño regañado. Sin embargo, hizo caso a las palabras de su amigo, y tecleó rápido una respuesta.

 

"Sí, vayamos a tomar otra malteada. Además, podremos platicar. Es más fácil que enviar mensajes."

"Pero si estás ocupado, entonces podría ser otro día." Se atrevió a decir, ciertamente no quería esperar más tiempo para verle.

 

"Mañana tengo el día libre."

"¿La misma cafetería y hora?"

"¿Sabes? Necesito quejarme de la tontería que hicieron en mi comic, mejor ve dispuesto a discutir sobre el tema."

 

Minho sonrió, besando la pantalla de su celular con emoción. Había quedado con Taemin para salir <<mañana>>, que en realidad eran dentro de un par de horas. Quiso volver a gritar, pero sabía que se ganaría un problema si hacía eso. Optó, mejor, por rodar en la cama, como niño pequeño.

 

"Sí, mismo lugar y hora."

"Y no te preocupes, adoro discutir."

 

Terminó de enviar, volviendo a su exhibición de júbilo. Volvería a ver a Taemin, y más pronto de lo que pensó lograría hacer cuando le pidiera volver a salir. Sabía que estaba actuando como un idiota al estar así de feliz por una simple salida para platicar, pero no podía evitarlo. Cada vez estaba más convencido que se trataba de un caso de amor a primera vista.

 

Exhaló, volviendo a tomar su celular, para seguir platicando con Taemin. No quería que esa conversación terminara nunca, por más tarde que fuera, ni aunque se hubiesen quedado sin temas de qué hablar. Simplemente quería estar presente para el chico.

 

“Oye, hablando de discutir ¿quién de los abuelos que cuidabas ganó la discusión por el control remoto?” Recordó que Taemin le había dicho que se divertía viendo la discusión de ese par de señores.

 

Tras varios segundos, obtuvo una respuesta.

 

“No ganó a quien le aposté. Tampoco ganó el otro. Una noona enfermera llegó y puso la tele en un canal que ambos abuelos aceptaron ver sin quejarse.”

“Y ya no hubo discusiones graciosas después de eso.”

 

Minho rio con el último mensaje de Taemin, sonaba tan decepcionado, a pesar de había sido la mejor solución. Respondió a aquel mensaje, obteniendo uno de vuelta, y así siguieron hasta que las cuatro de la mañana les llegaron. Ambos acordaron que simplemente ya era muy tarde como para seguir teniendo conversaciones coherentes, y que lo mejor sería, seguir platicando en la cafetería. Se desearon un buenas noches de cortesía, y cada uno logró conciliar el sueño tras haber tan larga charla.

 

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Minho corrió a abrir la puerta. Al fin le había llegado la película; e incluso antes de abrir la caja, para verificar que todo estuviera en buena condición, ya le había llamado a Taemin informándole que la película ya había llegado, y que le invitaba a verla. El chico accedió sin dudar, preguntando por la dirección del departamento, y había tardado menos de treinta minutos en llegar.

 

-¡Tae!- Le saludó alegremente.

 

-Hola hyung...- Saludó, con una sonrisa algo nerviosa.

 

-¿Qué ocurre, Tae?- Y por supuesto que Minho no pudo pasar desapercibido eso.

 

-Cuando dijiste que vivías en un departamento, yo pensé que era un departamento unitario...No este maravilloso lugar de dos pisos.- Miró lo alto del techo. -Me hace sentir pequeño...¿Hyung, en qué trabaja la mitad del tiempo?- Preguntó, mordiendo el interior de su mejilla.

 

-Oi, no pongas esa mirada.- Minho rio. -No soy mafioso.- Le jaló, haciendo que Taemin terminara de pasar por la puerta.

 

-¿Entonces? Nunca me has dicho en qué trabajas.- Hizo un puchero, aflojando su labio inferior. -Tú sabes que yo voy al asilo los martes, miércoles y viernes.

 

-¿De qué tengo pinta, Tae?- Le obligó a adivinar. -Y por favor, no digas yakuza.

 

-No pareces yakuza, hyung.- Sonrió. -Eres demasiado bueno como para serlo.

 

Minho perdió el aliento ante las palabras de Taemin. En el poco tiempo que llevaban de conocerse, habían descubierto que podían llevar una excelente amistad. Hablaban todo el tiempo, salían juntos seguido, y podían tontear por todas partes, sin llegar a sentirse avergonzados porque se encontraban juntos.

 

-¿Quieres palomitas, o algo?- Sólo pudo cambiar el tema, antes de rogar por un poco de cariño un poco más romántico que amistoso.

 

-¿Tienes dulces?- Preguntó, siguiendo al mayor hasta la cocina. -Hyung, no trates de hacerte el sueco, ¿en qué trabajas? Dígame.- Insistió.

 

-Soy guardia, Tae.- Le sonrió coquetamente, sabiendo que probablemente Taemin no se daría cuenta de eso. -De los que vigilan las entradas en los antros, y no te dejan pasar si no estás en la lista...Creo que también nos llaman cadeneros.- Arrugó la nariz, pensando.

 

-¿En serio?- Preguntó con incredulidad. -No es un trabajo tan bien remunerado, que digamos. Y no das miedo...

 

-¿Ah no?- Le hizo una mueca. -¿Qué es lo que te parezco, Tae?

 

-Una rana gigante.- Rio, cubriendo la boca. -Pero...- Le golpeó el brazo amistosamente. -Eres tan duro como una roca. No me sorprendería que cuando digas que alguien no pasa, no quiera pelear contra ti. Yo no quisiera pelear contra ti.

 

-¿Por qué no?- Alzó una ceja, retándole. -¿Temes que te derribe?

 

-¡Alto ahí!- Le amenazó con el dedo, riendo. -Me haces algo, y por más malo que seas, no te salvarás de la ira de mi hermano.

 

-Ah, cierto. Olvidaba que tenías un hermano.- Mentía. Minho sabía que Taemin tenía un hermano algo estricto y sobreprotector, y no terminaba de entender por qué Taemin necesitaba que alguien le cuidara tanto como lo hacía su hermano.

 

-Es el mejor hermano del mundo, Minho. No lo menoscabes.- Le regañó.

 

-Por supuesto, Tae.- Le revolvió el cabello. -Entonces, ¿dulces? Veamos, -abrió la gaveta donde guardaba cereales y dulces- caramelos de cereza, chocolates, ah ¿quieres algo en específico Tae?

 

-Hyung, ¿entonces cómo paga este departamento?- Taemin se había sentado en la mesa, observando con entretenimiento cómo Minho rebuscaba la gaveta por más dulces.

 

-Ah, sí. Con mi trabajo pago una parte de mi mitad, mis padres me ayudan con la otra.- Explicó.

 

-¿Tu mitad?- Se apoyó sobre la palma de su mano.

 

-Neh, comparto este departamento con mi mejor amigo. Él paga la otra mitad.

 

-Y ¿a él también lo ayudan sus padres apagar este palacio?- Mordió el interior de su mejilla.

 

Minho se giró, observando de nuevo el rostro que denotaba algo de nervios en Taemin. Se veía pequeño, como había dicho que se sentía cuando llegó. Se apoyó en la mesa, quedando frente a Taemin, muy cerca los rostros de ambos.

 

-Sí, ¿algún problema con eso?- Cuestionó.

 

-Tu familia se ve de dinero...Yo no tengo mucho...- Jadeó, bajando un poco la mirada.

 

-No veo la relevancia de eso.- Se atrevió a tomarle del mentón y hacerle subir el rostro. -Hasta donde sé, a ti te gustan las mismas cosas que a mí, y eso es totalmente independiente a cuánto dinero tienen nuestras familias.

 

-Neh...- Sonrió un poco. -Pero tu departamento me hace sentir intimidado.

 

-No tienes que ver el departamento, te he invitado a ver una película.- Le hizo sonreír. -Ven, el reproductor de blu-ray está en mi habitación.- Con mucho coraje fue capaz de tomar la mano de Taemin y llevarle hasta donde seguía el paquete cerrado de la película.

 

Entonces se entretuvieron en aquel filme, comiendo golosinas, y discutiendo las escenas extra, que según ellos no debieron de haber sido recortadas. También escucharon los comentarios del director, absortos por completo en la película.

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Jonghyun llegó al apartamento, creyendo que sólo encontraría a su amargado amigo. Vaya sorpresa que se llevó al ver a Minho platicar, demasiado risueño, con un chico que definitivamente se veía algunos años menor. Carraspeó su garganta, llamando la atención de quienes se encontraban riendo en medio del pasillo.

 

-Oh, hyung, estás aquí…- Minho no se notaba muy alegre de ver a su amigo en el departamento. –Creí que llegarías más tarde.

 

-Ya es tarde, Minho.- Le miró de soslayo. –Y ¿quién es este, nuestro nuevo amigo?- Miró a Taemin.

 

-Me llamo Lee Taemin.- Hizo una apropiada reverencia. –Me disculpo si estoy importunando…

 

-No tienes de qué preocuparte.- Jonghyun sonrió, adoptando el mismo gesto aterrados que su novio hacía cuando escuchaba algo que podía usarse para chantajear personas. –Así que eres el famoso Taemin…- Lo dijo mirando fijamente a Minho, que en este momento sólo podía rezar para salir bien librado de esta situación.

 

-¿Famoso?- Pero el inteligente Taemin, también podía llegar a ser muy despistado.

 

-Hablas seguido con Minho por las noches.- Jonghyun señaló, recibiendo una mirada rogante por parte de Minho, para que no lo haga quedar en ridículo. –Sus conversaciones se escuchan por todo el lugar.

 

-No…sabía que mis llamadas con Minho molestaban…- Volteó un poco la mirada hacía Minho, preguntándose que si era tal molestia, por qué Minho seguía respondiendo. –Yo, lo siento.

 

-No te preocupes, Taemin.- Jonghyun hizo énfasis en el nombre del chico, deleitándose con la cara de molestia de Minho. –Suelo encerrarme en mi habitación, y mis audífonos tienen aislante auditivo, así que no molestas.- Dejó la mochila que cargaba, en el suelo, sólo sacando su cartera y guardándola en el bolsillo de su pantalón. –Bien, me voy.

 

-¡Te vas!- A Minho casi se le botan los ojos del coraje; parecía que Jonghyun sólo había llegado a molestar, y arruinar las cosas cuando iba a la perfección.

 

-Sí, Minho. Saldré con Kibum, así que probablemente no regrese hasta entrada la noche…Muy noche.- Le miró, sabiendo que Minho debía de entender muy bien su indirecta. –Así que,- le habló al menor. –Taemin siéntete como en tu casa. Estoy seguro que Minho será buen anfitrión.

 

Minho cerró sus manos en puños, evitando ahorcar a su amigo que tan campantemente salía del departamento. Usó todo el autocontrol que tenía para no matarlo ahí mismo por ser tan descarado en cuanto a su situación. Miró a Taemin de reojo, gracias a dios, él parecía no haber notado nada, y eso le tranquilizaba  a pesar de también dejarle un pequeño dejo de decepción.

 

-Hyung, tu amigo es raro.- Taemin frunció los labios, mirando con cautela la puerta.

 

-Lo es Tae. Cuando lo veas por aquí, no te acerques mucho, es contagioso. Su novio es exactamente igual de raro.- Advirtió.

 

-Minho, ¿por qué no me dijiste que mis llamadas eran inoportunas?- Subió la mirada, siendo esta igual de dura y retadora como aquella que una vez le dio la primera vez que cruzaron palabras afuera de la sala de cine.

 

Y una vez más, ante esa mirada, Minho se quedó sin palabras. Taemin podía ser tan imponente a veces; sin embargo no se encontraba enojado, simplemente quería saber por qué Minho era lo suficientemente condescendiente con él, como para responder a sus llamadas, a todas horas, cuando a veces lo único que quería hacer era decir lo muy  excitado que estaba acerca de un tráiler de película de la cual no sabía nada. Otras veces le marcaba a Minho, cuando hartaba a sus amigos de tanto quejarse por las cosas, o de repetir la misma idiotez que le había dado risa, y que estaba seguro que a Minho también le gustaría.

 

-No lo son, Taemin. Al menos no para mí…- Exhaló, acercándose un paso al menor. –Taem, yo…- ¿Cómo decirlo? Que sufría de amor a primera vista, que en los casi tres meses que tenían de conocerse lo único que había aprendido era que ese tipo de amor se intensifica entra más interacción tenga con él. En pocas palabras, que le adoraba.

 

-Minho.- Y tenía la total atención de Taemin, como si esta vez sus despistes lograran entender que tenía que estar atento a Minho.

 

-¿Sabes? Mejor vayamos a comprar un helado, ¿te parece?- Sonrió; no podía hacerlo, no si no sabía aún si Taemin era libre, o no. Había tanto que desconocía acerca del chico, y que quisiera saber, para así poder confesarse adecuadamente y no ser rechazado bajo la excusa de que no se conocían del todo exactamente.

 

-¿Mi helado va a ser doble?- Sonrió, alegre de pensar en la idea de ir a comprar helados.

 

-Por supuesto.- Le revolvió el cabello, guardando una vez más sus sentimientos.

 

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Taemin suspiró, haciendo un puchero de niño pequeño. Sabía que Minho no podría decir que no, Minho nunca decía que no. Gimoteó un poco, sabiendo a la perfección el gran drama que estaba haciendo por nada, pero realmente quería que Minho le acompañara a ese fanmeeting.

 

-No, Taemin...- Comentó con un dejo de debilidad al final. Si le insistía un poco más, terminaría cediendo, y por más que gustara pasar tiempo con el chico, tenía que pensar en su propio bien. -Ya te dije que al día siguiente tengo un examen importante, vale el cuarenta y cinco por ciento de lo que me calificarán en todo el semestre. Debo de estudiar, Tae.- Exhaló.

 

-Eres muy inteligente, no creo que debas estudiar más.- Se colgó del brazo del mayor, abrazándole de manera infantil. -Por favor.- Rogó.

 

-Tae, ¿qué hay de tus amigos? ¿Por qué no vas con alguno de ellos?- Le fastidió tener qué preguntar eso, sobretodo porque había veces en las Taemin no salía con él porque se encontraba con esos amigos. No los conocía, pero sabía a la perfección que eran los tres chicos que le habían acompañado aquella vez en el cine.

 

-Tú también eres mi amigo.- Colocó la mejor sonrisa que tenía. -Mis amigos están ocupados, y de igual modo: si alguno de ellos fuera, se aburriría. No les gusta la misma música que a mí.

 

-A mí tampoco.- Eso era cierto, otra de las pocas cosas que no compartían en gustos.

 

-Pero eres más tolerante ante las largas filas.- Frunció los labios. -Podrías llevar tus notas, y te ayudaré a estudiar.- Alzó la mano en señal de juramento.

 

-Sí, como no.- Rodó los ojos, soltando una pequeña sonrisa sarcástica. -Lo único que harás será ponerte a parlotear lo mucho que estás emocionado, tus canciones preferidas, cuánto tiempo se seguirá tardando la fila. Y contarás el número de personas que van antes de ti, en voz alta, cada veinte minutos.

 

-Me conoces muy bien, para sólo llevar cuatro meses siendo amigos.- Se paró frente a Minho, cruzándose brazos. -Por favor, hyung. Ve conmigo.

 

-Agh, está bien. ¿Qué remedio?-  Mal apenas terminó de acceder, Taemin ya se encontraba abrazándole.

 

-¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!- Le soltó, volviendo a encaramarse sobre el brazo del alto. -Prometo no ser una molestia. Así que tenga libre el siguiente martes, porque vendrá conmigo.

 

Minho sonrió, sin entender muy bien por qué tanta insistencia de parte de Taemin. Pero no podía decirle que no, adoraba verle sonreír complacido. Y bueno, no podría aburrirse si tenía tal magnífica vista todo el día. Le revolvió el cabello, obligándole a que le soltara el brazo. Amaba tenerle cerca, Taemin era muy dado a ser afectuoso, le gustaba tocar y abrazar. Pero esas muestras de cariño sólo le volvían loco. No entendía cómo Taemin siendo tan inteligente podía ser tan despistado. Muchas veces estuvo a nada de besarle, logrando controlar sus impulsos, debido a que el menor se acercaba demasiado.

 

El teléfono de Taemin comenzó a sonar, haciendo un gran escándalo. Por suerte, en el parque donde se encontraban no había mucha gente. Aquella música siguió sonando, mientras Taemin observaba la pantalla de su celular, hasta que se apagó y la música cesó.

 

-¿Por qué no respondiste?- Minho preguntó, sorprendiéndose de que Taemin no respondiera. El número no estaba identificado, pero había visto a Taemin contestar cualquier llamada siempre.

 

-No era importante...- Torció los labios, escuchando su celular sonar de nuevo.

 

-Pero te están llamando de nuevo.- Señaló. -Será mejor que respondas, Tae. Puede ser importante.

 

Taemin le miró por largos segundos, terminando por asentir y suspirar, aceptando la llamada sin muchas ganas de querer hacerlo.

 

-...¿Qué es lo que quieres?- Fue cortante. -No, no tienes por qué saber dónde estoy.- Rápidamente se ruborizó, frunciendo los labios molesto. -¡Por favor! Como si necesitara de tu cuidado...¡Ya déjalo! No tienes nada qué ver conmigo.- Jadeó, frustrado. -¿Y qué si salgo con alguien más?- Cubrió su rostro en un acto de desespero. -Es mi vida, maldita sea Ravi. Tú y yo ya no somos nada...No pienso volver contigo, ni aunque mi vida dependiera de ello...Vete al demonio, no te diré nada.- Gritó, llegando su límite. Se podía notar a leguas en su rostro. Colgó la llamada sin decir más, rápidamente abriendo los mensajes y escribiendo uno, furioso.

 

Jadeó, apagando su celular abruptamente. Obviamente tenía los nervios alterados, y poco faltaba para que le brotaran lágrimas.

 

-¿Taem? ¿Qué ocurre?- Minho le sostuvo por los brazos. -¿Quién te llamó?

 

-...Mi exnovio.- Jadeó, apoyando su frente en el hombro de Minho. -Creí ya haberme deshecho de él, pero al parecer sólo se estaba tomando un descanso de toda esta mierda.- Suspiró. -Es demasiado para mí, sus celos irracionales, su posesividad.

 

Minho le acarició la espalda, entendiendo por qué Taemin tenía un hermano tan sobreprotector; o que siempre se encontraba acompañado de sus amigos,  su hermano, o incluso...él. Taemin le buscaba para no estar solo. Se sintió mal, por saber que era alguien seguro para Taemin, y que eso le agradaba.

 

-¿Te hizo daño?- Se atrevió a preguntar, también para saber qué tanto Taemin había superado esa relación que tuvo.

 

-No lo dejé.- Le escuchó jadear. -Las cosas terminaron antes, y él...No se encuentra de acuerdo con eso.

 

-Olvídalo, Tae.- Le arrulló.-Es bueno que hayas salido de eso, no dejes que te altere ahora.

 

Taemin asintió,  subiendo la mirada hasta toparla con la de Minho. Esbozó una pequeña sonrisa, a pesar de que se viera algo forzada. Soltó sus brazos del agarre de Minho, dejando escapar el aliento en un jadeo.

 

-¿Podemos ir por una malteada?- Preguntó, haciendo un mohín sin querer.

 

-Sí podemos.- Rio, enredando su brazo sobre los hombros del menor. –Anda, vayamos de una vez.

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Minho llegó a su departamento, exhausto. Se dejó caer sobre uno de los sofás, compadeciéndose de su mala suerte. El chico que le gustaba, acababa de salir de una mala situación amorosa. No valía la pena seguir intentándolo, era más que obvio, Taemin no le aceptaría de algún modo, porque se encontraba lo suficientemente escaldado de ese tipo de cosas. Suspiró de nuevo, girando su posición, para seguir tirado en el sofá, lamentándose.

 

-Hey, ¿qué te ocurre?- Jonghyun salió de su habitación, notando la penosa escena. 

 

-Taemin tiene un exnovio celoso, no tengo oportunidad alguna con él.- Jadeó, cubriéndose el rostro con sus brazos.

 

-¿Ah sí? ¿Por qué?

 

-Hyung, ¿qué parte de exnovio celoso no entendió?- Minho se quejó, volteando a ver a su amigo.

 

-Lo que no entiendo es en qué afecta eso a que te guste y quieras decírselo.- Le señaló.

 

-¡Ah!- Minho rodó los ojos, hundiéndose más en el sofá. -¿Quién querría que alguien desconocido se te confesara cuando acabas de terminar una mala relación? Sobretodo, si tu exnovio sigue pretendiéndote.

 

-Minho, tú no eres un desconocido para él.- Poco le faltó a Jonghyun para zarandear a Minho, con tal de que abriera los ojos ante la situación. -Pasan más tiempo juntos, que horas en sus respectivas carreras.

 

-No es cierto...- Jadeó.

 

-¡Por dios, Minho! Dime, en los últimos quince días ¿cuántas veces han salido a hacer cualquier cosa?

 

Minho frunció la boca, sabiendo a lo que llevaba el discurso de Jonghyun. Y estuvo dispuesto a no responder, para seguir regodeándose en su miseria; pero la cara severa de su amigo le hizo pensar que sería mejor responder.

 

-Siete veces...- Susurró.

 

-¿Siete?- Jonghyun preguntó retóricamente. -Eso significa una vez cada dos días, ¿no es así?

 

Minho asintió, desgañitado.

 

-Más o menos...

 

-Bien, y dime ¿cada cuánto hablan por teléfono?- Le retó a responder.

 

-Una vez al día...- Minho se sentó apropiadamente en el sofá, mordiendo el interior de su mejilla. -Bueno, hay veces que son dos, incluso tres...

 

-Sí. Eres muy ruidoso cuando hablas a las tres de la mañana, por cierto.- Se cruzó de brazos. -Ahora dime, ¿cada cuánto se escriben mensajes?

 

-...Todo el tiempo...- Aceptó, sabiendo que Taemin siempre le respondería a cualquier texto que le enviara, sin importar si estaba en clases, o en el asilo.

 

-Entonces...Creo que a estas alturas, tú ya no eres un desconocido.- Le regaño. -Minho, las varias veces que he visto a Taemin por aquí, siempre está pegado a ti. Como esos peces que se pegan al vidrio de las peceras.

 

-Plecostomus, hyung. Y exagera.- Minho puso los ojos en blanco. -Taemin así es. Puedo apostar que se comporta del mismo modo con sus otros amigos.

 

-¿Lo has visto? Si no tienes pruebas, entonces lo único que sé a ciencia cierta, es que él tiene la suficiente confianza en ti, como para robar tu tiempo y atención a diestra y siniestra.

 

-Aun así…- Rezongó. –Taemin es así porque busca estar protegido del idiota de ese exnovio. Su hermano, ciertamente, es muy sobreprotector con él; y siempre que le pregunto si está ocupado, está rodeado de gente.

 

-¡Mejor aún! Estás dentro de su círculo de personas cercanas.- Se cansó de tratar de hacer confianza en Minho. –Te apuesto que si te confiesas, él no te va a rechazar.- Y antes de que Minho debatiera eso, agregó: -Tal vez no te acepte de inmediato, puede que te pida tiempo. Pero ese chico no va a rechazarte.

 

Minho hizo una mueca, poniendo de nuevo los ojos en blanco. Ya no quería seguir discutiendo. Exhaló, rendido ante la vida, dispuesto a seguir quejándose internamente, para así no tener que recibir más regaños. No obstante, el destino también quería darle una regañada estilo Jonghyun, haciendo que su celular sonara fuerte y claro, indicando que era una llamada telefónica. Rezongó una vez más, buscando su celular en el fondo del bolsillo de su chaqueta, esperando no encontrarlo. No tenía ánimos de nada. Sin embargo, su mirada cambió al ver de quien era la llamada.

 

-Tae, ¿qué ocurre?- Contestó, ganándose una mirada de te lo dije de parte de Jonghyun. Le hizo una mueca grosera, poniéndose en pie y apartándose de su amigo, para así poderle prestar su total atención a Taemin. –…Sí, lo entiendo. Pero, ¿qué hay de tu hermano?...¿Tiene una cita?- Alzó una ceja, escuchando la explicación. -¿Cómo es posible que tu magnífico hermano mayor esté dispuesto a dejarte solo?...Discúlpame, Tae. Prometo ya no burlarme…- Suavizó su tono de voz, alegre de la petición del menor. –Sí, está bien. Yo llevo las películas y los dulces, tú pide una pizza.

 

Minho colgó la llamada, sonriendo a pesar de querer ocultarlo. Él mismo sabía que no debía de tomar ventaja de la situación, pero le hacía feliz saber que Taemin le buscaba tan socorridamente.

 

-¿Y bien?- La voz de Jonghyun le sacó de sus ensoñaciones. -¿Qué  ha sucedido esta vez? Que no has dudo en decirle que sí.

 

-Hoy le llamó su exnovio, y esa llamada le dejó algo perturbado. Me ha dicho que sus padres salieron, y no volverán hasta mañana por la noche. Y al parecer su hermano se acaba de desaparecer con su cita, debido a la falta de padres en casa.- Comentó todo sin respirar. –Él…no quiere estar solo, y me ha pedido que le acompañe.

 

-Por supuesto, se lo ha pedido al “desconocido”.- Jonghyun se burló. –Así que irás con él, a pasar la noche.- Entornó los ojos.

 

-No pienses mal.- Le lanzó un cojín del sofá. –Taemin no es ese tipo de persona.

 

-Si tú lo dices…

 

Minho le ignoró, tenía que escoger algunas películas y tomar su pijama. Había olvidado por completo su mal humor. Se apresuró a guardar todo dentro de una mochila, para salir rápido del departamento. Primero pasaría a una tienda de conveniencia para comprar los dulces y caramelos.

 

No era la primera vez que iba a la casa de Taemin, pero sí sería la primera en que se encontrarían solos y, a parte, se quedaría a dormir. Sentía esa incómoda sensación en la boca del estómago, que sabía eran las conocidas mariposas revoloteando. Estaba tan perdido por Taemin, que si el chico le pedía acompañarle a la luna, aceptaría sin detenerse a pensar lo ilógico que eso sonaba. Una vez frente a la casa de Taemin, se paralizó. ¡Iba a pasar la noche con él! ¿Cómo ocultaría el rápido sonido de su corazón por tanto tiempo? Batalló para respirar, escuchaba perfectamente el sonido de un martilleo dentro de sus oídos, incapaz de moverse.  Entonces la puerta se abrió.

 

-¿Oh? Hyung, ya estás aquí.- Taemin sonrió, recargándose en el marco de la puerta. –¿Por qué no tocó el timbre? Vi a alguien por la ventana, y pensé que era la pizza.- Hizo un gesto gracioso. –Hubiese sido algo increíble que la pizza llegara antes que tú.

 

-…No digas tonterías, Tae.- Alcanzó a jadear, recuperando el aliento. Taemin seguía siendo el miso Taemin, no se daría cuenta de nada. Minho estaba seguro de eso, y que podría pasar desapercibido por completo.

 

-Por supuesto.- Rio por lo bajo. –Entra ya, hyung.- Le invitó a pasar.

 

Y una vez que empezaban a ver las películas, que Minho se paseaba por la habitación de Taemin revisando sus comics, encontrando pequeñas hojas con dibujos entre las páginas, cuando platicaban, o incluso cuando hacían apuestas de quien podía comer la absurda mezcla que Taemin había hecho de pizza y chocolates, las cosas se tornaban más que cómodas. Volvían a estar dentro de esa burbuja personal, en donde el tiempo se detenía, y sólo existían ellos dos. Minho se perdía en la sonrisa de Taemin, en como llegaba a fruncir el ceño cuando no estaba de acuerdo con algo, incluso en el lunar que tenía en el rostro.

 

-Taemin…¿dónde dormiré?- Las películas las habían visto en la habitación de Taemin. Al principio ambos estuvieron sentados en el suelo, pero ahora se había hecho tarde. Y Minho sabía que Taemin era demasiado descuidado, así que entendía lo que significaba no ver algún futón donde él dormiría.

 

-¿Qué? Tonterías, no eres tan grande como para que no puedas dormir conmigo en la cama.- Taemin ignoró lo que dijo, su concentración se encontraba en elegir la siguiente película que verían.

 

Pero Minho no pudo ignorar ese comentario descuidado. Taemin realmente le tenía mucha confianza, si pretendía dormir junto a él. Exhaló, acercándose al muchacho que se debatía entre dos películas. Lentamente perdía su autocontrol. Apoyó su rostro en el hombro del menor, alargando su mano para tomar una de las películas y susurrar esta. Taemin giró el rostro, quedando a milímetros separado de Minho. Sonrió, con esa linda sonrisa complacida que tenía, susurrando de acuerdo suavemente. Mirada con mirada, los segundos se escaparon, solos en esa burbuja especial que tenían.

 

Taemin fue quien rompió el momento. No dijo nada, simplemente desenganchó su mirada de la de Minho. Lo hizo lento, como si no quisiera hacerlo,  volviendo a prestar atención a la olvidada televisión. Colocó la película, sin hacer comentario alguno de ella. Se giró, encontrándose con que Minho seguía sentado en el mismo lugar en el suelo. Sonrió, evitando reír. Buscó sentarse en la cama, teniendo, segundos después, a Minho a su lado.

 

La película era entretenida, pero ninguno de los dos le prestaba atención. Después de compartir tal silencio, les parecía ahora un poco imposible de romperlo. Minho se preguntó si sería prudente saciar su curiosidad; se trataba de que no podía entender como Taemin siendo tan inteligente había estado en una relación que le lastimó de tal modo. Dejó de mirar el televisor, volteando a ver al chico.

 

-Tae, ¿puedo hacerte una pregunta?- Observó cada detalle en el rostro del menor, como si hubiese esperado eso y ahora estaba decepcionado.

                           

-Sí...Puedes hacerla.- Jadeó, acomodando su cabeza sobre el hombro de Minho, pero sin quitar la vista de la película.

 

-¿Por qué...- Mordió su labio; sabía que era absurdo preguntar por qué había salido con esa persona.

 

-Uno no sabe de quien se enamora, Minho...- Jadeó, cerrando sus ojos. -Ahora me doy cuenta que realmente no me enamoré. No de él. Me gustaba, y yo a él...Pero no creo que se haya enamorado de mí, tampoco.- Explicó. -Es tan sólo que él no lo sabe.

 

-¿Cómo lo conociste?- La curiosidad de Minho se desató.

 

-Me lo presentó un amigo...- Esbozó una pequeña sonrisa. -Fue a primera vista, lo juro...Desde el momento en que nos miramos, empezamos a coquetear.- Suspiró. -Y en un abrir y cerrar de ojos ya éramos novios. Supongo que debí pensarlo dos veces antes de decirle que sí.

 

Minho sintió que algo dentro de su cuerpo se comprimía. Él que tanto pregonaba el amor a primera vista que sintió por Taemin, ahora escuchaba la historia de cómo el chico ya no creía en eso.

 

-¿Hace cuánto terminaron? Me refiero a que, si te sigue insistiendo es porque él aún cree en ustedes y...- Minho fue incapaz de pronunciar reconciliación. No quería darle ideas erróneas a Taemin.

 

-¿Oficialmente? Hace tres meses. Pero la relación en sí, ya estaba muerta desde mucho antes.

 

Minho perdió el aliento. Eso significaba que cuando salió con Taemin por primera vez, incluso cuando fue el incidente del refresco, Taemin seguía teniendo novio. No pudo alegrarse de no haberse confesado en ese entonces, pero entendía que fue lo mejor el no haberlo hecho.

 

-¿Entonces por qué seguías con él? ¿En qué momento te diste cuenta que estaba mal y ya no querías eso?- Gimió. Seguía sin entender por qué Taemin no acabó todo antes, si ahora mencionaba lo mal que estaban las cosas.

 

-Al principio me gustaba pensar que todo era como en una película…- Suspiró. –Que me buscaba para pasar tiempo conmigo, que nos divertíamos haciendo las cosas juntos…- Rio amargamente. –Solo me hice ilusiones, claro está.- Se giró un poco, mirando a Minho. –Realmente no tenemos muchas cosas en común, además de los coqueteos.- Hizo una mueca. –Parecía interesarse en lo que yo hacía, y eso fue lo que me hizo quedarme un poco más. Él lo hacía, para no dejarme ni un segundo. No le gusta nada de lo mío, y poco a poco empezó a obligarme a dejar esas cosas; quería que yo solamente me interesara en lo que él hacía. Ravi quería que estuviera a su lado 24/7, aun cuando a mí no me apetecía.- Torció los labios. –Después llegaron los celos irracionales, diciéndome todo el tiempo que no me podía fijar en nadie más. No quería que conociera gente nuevo…Incluso desconfió de quien nos presentó…- Dejó algunos segundo al aire. -…Así que me cansé. Y eso fue lo que me hizo darme cuenta que la perfecta película se había terminado. Estaba en la realidad, con un novio insoportable. Me empecé a alejar de él, y eventualmente le pedí que termináramos…

 

-¿Ahí empezaron los problemas?- Minho logró colar su brazo por debajo de la espalda de Taemin, abrazándole. Taemin se reacomodó sobre el hombro de Minho, frunciendo los labios en un mohín entre tierno y cansado.

 

-Más o menos. Él no se lo tomó muy bien…Yo adoro estar rodeado de gente, pero terminé hastiado por completo. Tuve que empezar a evitarlo, incluso mis amigos lo evitaban para no sufrir un interrogatorio.- Susurró. –Sólo quiero superar esto, pero él no lo deja ir tan fácilmente.- Abultó los labios. –Minho, ¿podríamos ya no hablar de esto?

 

-Por supuesto, Tae.- Le sonrió reconfortantemente. Taemin pasaba por completo de esa relación, y eso le hacía sentir que tal vez podría tener una oportunidad en el futuro.

 

Ninguno de los dos terminó de ver la película. Ambos se quedaron dormidos en la posición que habían tomado. Y, estuvieran cómodos o no, no importó. No se movieron en toda la noche. Despertaron en la misma posición en la que se quedaron observando el televisor, ignorando que media hora antes el hermano mayor de Taemin había ido a ver si su pequeño hermanito se encontraba, observando con ojos juzgadores la escena.

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 Minho regresó a su departamento después del mediodía, esperando poder  tener algo de paz y pensar en las cosas que tenía que meditar, después de haber escuchado a Taemin la noche pasada. Sin embargo, lo que obtuvo, en vez de paz en su acogedor departamento, fueron la escandalosa voz de Key, y la risa rara de Jonghyun. Dejó su mochila en el sofá más cercano, tratando de escabullirse a su recámara, sin ser visto por la escandalosa pareja. Pero si intento fue fallido.

 

-Yah, Minho ah, Jjong me contó que pasaste la noche con tu noviecito.- Kibum le molestó.

 

-Taemin, no es mi novio.- Minho se giró, encarando a sus amigos. -Pero sí, pasé la noche con él.

 

-¿Ya le dijiste? ¿Qué pasó?- Key se veía algo ansioso por saber si Minho ya se había confesado.

 

-Nada. No pasó nada.- Se encogió de hombros. -Platicamos, vimos películas...Nos quedamos dormidos viendo una.- Exhaló.

 

-Oh, vaya.- Kibum rio, aunque detrás de él también se escuchó la risa de Jonghyun. -Minho, te has convertido el perfecto mejor amigo gay.

 

-Bummie, no seas cruel.- Jonghyun le regañó.  -Entonces, Minho, ¿no hiciste ningún progreso?

 

-Por supuesto que no. Minho, tienes que decírselo, o tu tiempo se va a acabar- Key rodó los ojos.

 

-Ayer aprendí...algo importante sobre Taemin.- Minho ignoró el comentario de Kibum, respondiendo a la pregunta de Jonghyun. -Él es inteligente, por eso prefiere estar disperso, crearse ilusiones...- Suspiró. -Probablemente finge no darse cuenta de las cosas...- Pensó en todo, tratando de ser objetivo. -Lo que Taemin necesita, antes de un enamorado, es una dosis de realidad. No me confesaré, no por ahora. No podría permitirme que él me aceptara, sólo para desilusionarse después. Quiero que él me quiera, por como son las cosas en la realidad. No en los cuentos que se forma dentro de su mente.

 

-Entendemos.- Jonghyun fue condescendiente; y antes de que Kibum dijera algo, le cubrió la boca con su mano, obteniendo un bufido a cambio.

 

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Minho reía con la tontería que Taemin había dicho. Le parecía increíbles, adoraba, lo bobo que Taemin podía llegar a ser cuando se encontraba de buen humor. Pero, ¿cómo no lo estaría? Taemin iba a ir a una de las fiestas que hacen los club de fans, en donde además de conocerse entre ellos, planeaba el ir a conciertos, hacer donaciones, incluso enviarle regalos al cante. Taemin por supuesto que estaba emocionado, y como era de esperar, había obligado a Minho a acompañarle. Y por más que trató de negarse, su corazón tembló, aceptando por completo acompañarle a un lugar donde su único interés sería Taemin. Pero, ¿qué más daba? Si casi todo el tiempo, Taemin era su único interés. 

 

-Vamos, hyung, lo que dije no fue tan raro.- Taemin hizo un puchero, agitando sus hombros como si llorara desconsoladamente.

 

-No fue raro, fue gracioso, Taemin ah.- Le picó la mejilla. -¿Cuánto falta para que tu dichosa reunión comience?- Ambos esperaban en el departamento de Minho, porque era el más cercano al punto de reunión.

 

-Como…- Revisó el reloj de su celular, después de dejándolo sobre la mesa. -…media hora, más o menos.

 

-Entonces deberíamos irnos de una vez.- Minho se puso en pie, recogiendo su cartera y sus llaves.

 

-Sip.- Taemin asintió. –Oh, hyung, ¿podría tomar agua antes de irnos?- Sin querer, Taemin proyecto una imagen de niño pequeño en la escuela, pidiendo permiso a la maestra. Minho rio, enternecido de ver tal escena.

 

-Si puedes, Tae.- Uso voz de adulto, como si hablara con un bebé. –No tienes por qué pedir permiso.

 

-Grosero.- Le hizo un mohín, mostrándole la lengua. –No me tardo.

 

Minho volvió a reír, cruzándose de brazos. Taemin realmente era un caso especial. Y todo lo que sentía por el chico se seguía arremolinando dentro de sus pensamientos, cada vez ocupando más espacio. ¿Cuánto tenían ya de ser así de unidos? ¿Cinco meses, más de medio año? Mordió su labio inferior, concentrando toda su atención en el chico que ahora corría por la cocina con un vaso de agua a atender la llamada de su celular. Minho rio, buscando el celular del chico, hasta divisarlo en la mesa. Entonces pudo alcanzar a leer Hermano Dobu~ como contacto.

 

-Taemin, dime ¿por qué tu hermano se llama así en tus contactos?.- Le cuestionó, antes de que el menor contestara.

 

-No.- Rio. –Ah, él es muy suave, así que es uno de los apodos que le hemos dado.- Arrugó la nariz en una mueca linda. Entonces se dispuso a responder la llamada. -¡Hyung! ¿Qué pasa?...No, estoy en casa de un amigo…- Rodó los ojos tras escuchar lo que su hermano decía. –Minho hyung…Sí, ese hyung…No, vamos a salir…Sí, sólo será un rato…- Entonces su rostro se coloreó de rojo. –Oi, hyung, no diga ese tipo de cosas…Adios.- Colgó la llamada.

 

-Tae, ¿qué te dijo?- Minho rio; al ver que la cara de Taemin se volvía a colorear de rojo, pensó que era imposible que Taemin parecía un tomate más de lo que ya hacía.

 

-Minho…No me hagas repetir sus palabras, por favor.- Rogó.

 

Minho volvió a reír, esta vez fuerte. ¿Qué podría haberle dicho su hermano, como para que Taemin se sintiera tan avergonzado? Sin embargo no insistió. Le hizo una señal para que se apurara y terminara de tomar su vaso de agua.

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Después de terminada la reunión, Minho se disponía a acompañar a Taemin a su casa. Normalmente lo hacía, tras una de sus salidas, para poder seguir conversando. Y, también un poco, para seguir estando tan siquiera parado a su lado. Algunas veces se desviaban del camino corto, enfrascados en su conversación, sin darse cuenta. Esta vez no lo hicieron. Simplemente tomaron el camino recto, que les ahorraba tiempo, de igual modo Minho terminaba entrando junto con Taemin; y, a veces, gracias a la invitación de la madre de Taemin, incluso se quedaba a cenar. Minho podía decir, con algo de orgullo, que prácticamente conocía a toda la familia de Taemin. Había conocido a cada miembro de ella en diferentes visitas que le había hecho al menor. Taemin se parecía a su madre, o al menos eso era lo que Minho consideraba, aunque también creía que Taemin tenía la presencia fuerte de su padre.

 

Pasaban, realmente, mucho tiempo juntos. Naturalmente no lo notaban. Simplemente lo disfrutaban. Así que disfrutando de su pequeña burbuja cómoda, era casi imposble interrumpirles. Casi.

 

-¡Taemin!- El nombrado y Minho se giraron ante aquel grito.

 

-Ravi...- Taemin jadeó. -¿Qué h-haces aquí?

 

Minho miró rápidamente a Taemin, esperando su lado imponente, que le dijera que se fuera y le dejara de una vez por todas. Pero Taemin sólo mordió su labio inferior, luciendo muy incómodo.

 

-¿Crees que he olvidado tus rutinas? Sabía que estarías por aquí. Siempre vas a esa tontería del idiota a quien te gusta escuchar.- Musitó.

 

Minho alzó una ceja, pasando su brazo al rededor de la cintura de Taemin, para protegerle. ¿Cómo Taemin pudo salir con alguien tan despectivo? A él tampoco le gustaba la música que Taemin oía, pero no por eso insultaba sus gustos.

 

-Y tú ¿quién eres?- Gruño, apretando a Taemin más contra su cuerpo.

 

-El novio de Taemin, por supuesto.- Se puso a la defensiva.

 

-Taemin no tiene novio.- Comentó.

 

-No lo niegues, Taemin. Me quieres.- Ravi le habló a Taemin.

 

-No es cierto.- Habló claro. -No te quiero. Deja de pensar así, deja de buscarme. ¡Fuiste un grave error en mi vida!- Jadeó, empezando a tomar esa actitud retadora que Minho adoraba ver.

 

-Cariño, ¿sigues molesto?- Ravi intentó acercarse a Taemin.

 

-Ya lo escuchaste, déjalo en paz.- Minho se interpuso, antes de dejar que se acercara lo siguiente a Taemin. -¿Cómo no te das cuenta que Taemin te repudia lo suficiente como para evitarte?- Alzó la voz, molesto.

 

-No te metas en esto. ¿Quién eres? No importa, sólo muévete y deja que hable con Taemin.

 

-Tsk, ¿qué tan idiota puedes ser?- Minho no se movió, actuando rudo como cuando tiene que trabajar. -¿No te das cuenta que ya no tienes oportunidad alguna con Taemin? Yo soy con quien él sale ahora. Y esto sólo se dio, porque Taemin se vio orillado a evadirte. Él y yo tenemos muchas cosas en común. Fue irremediable. Tú ya no eres nadie en su vida.- Minho no notó en qué momento Taemin le había abrazado por la cintura, pero sabía que el chico estaba de acuerdo con su mentira.

 

-Así que por este me cambiaste…Sabía que terminaría engañándome.- Torció los labios. Se podía ver la rabia que sentía al escuchar esa historia. –Lo debí saber desde un principio, no podías ser tan sencillo de conquistar, sin ser así de fácil.

 

-¡No hables así de Taemin!- Minho se atrevió a empujar lejos a Ravi, harto de tener que estar en esa situación. Y lo primordial era defender a Taemin de aquel idiota, que no se daba por vencido.

 

-Yo hablaré de él como se me da la gana.

 

De un momento a otro, la discusión se volvieron golpes a diestra y siniestra. Minho se defendía, tratando por completo de que Ravi no llegara a Taemin. No logró darse cuenta en que momento Taemin se interpuso entre los dos, teniendo por completo esa aura fuerte, que demandaba respeto. Minho dejó de moverse, haciendo caso de sus instintos cuando le dijeron que simplemente no debía meterse con Taemin en cuanto a una pelea.

 

-¡Maldición! Ravi, detente.- Fue imperioso, hundiendo su índice sobre el pecho de él. –No tienes derecho algo a estar haciendo este tipo de escenas, cuando tenemos más de cuatro meses de haber terminado.- No gritaba, simplemente hablaba claro y severo. –Lo que dice Minho es cierto, salgo con él gracias a ti. El día que le conocí, fue uno de los muchos días en que me escabullí con mis amigos para hacer algo que me gustara, sin tener que estar soportándote. Yo quiero a Minho ahora, y pienso hacerlo por mucho tiempo más.

 

Entonces se giró, tomó a Minho de la mano y caminó con firmeza hacia cualquier otro lugar. Si bien, su paso firme también era presuroso, conforme se iban alejando, Taemin empezó a detenerse. Hizo alto total cuando llegaron a uno de los parques que tanto frecuentaban por estar cerca de la casa de Taemin.

 

-Minho…- Le llamó, soltando su mano. –Gracias…- Jadeó, con una voz suave y diferente a hacía segundos. –No debiste que haber dicho  esas cosas para defenderme.

 

-Yo quise defenderte.- Minho sonrió, algo adolorido por el golpe en el labio que tenía. –Por un momento te viste tan…asustado, que quise hacerlo. Tenía qué.

 

Taemin subió la mirada, encontrándose con los ojos de Minho. Esbozó una débil sonrisa, algo apenada. Que rápidamente cambió a una de preocupación.

 

-Oh hyung, también peleaste contra él. ¿Te duele?- Tocó el otro golpe que Minho tenía, cerca del ojo izquierdo. –Tenemos que ir al hospital, será mejor que ahí te revisen…para asegurarme que no te pasó nada.- Fue una orden, su mirada lo decía por completo.

 

Sin embargo, tomó con algo de vergüenza, una vez más, la mano de Minho, guiándole hasta el hospital más cercano. Ambos se veían algo incómodos, debido a que era la primera vez que se tomaban de las manos. Normalmente Taemin le abrazaba, o le brincaba encima, pero nunca hacía algo lo suficientemente íntimo y de pareja, como lo era el tomarse de las manos.

 

Cuando llegaron al hospital, primero tuvieron que esperar, ya que los golpes de Minho no se veían graves. Después de un rato, una enfermera los llevó a la sala donde le harían las pocas curaciones a Minho, también tomándole sus signos vitales. Tras acabar con ese chequeo de rutina, se disculpó, dejándoles solos, pues el que daba el visto bueno para que pudiesen irse era un doctor. Mientras ese pequeño momento a solas ocurría, Minho tuvo el valor de recordar las palabras de Taemin.

 

-Tae…¿Es verdad lo que dijiste?- Buscó enganchar su mirada a la del menor. -¿Fue sincero o…se debió al calor del momento?

 

Taemin se coloró rápidamente, incapaz de separar sus ojos de los del alto. Abrió la boca, tratando de decir algo, pero la cerró de nuevo rápidamente. Pensó dos veces lo que diría, torciendo los labios en un curioso puchero.

                                   

-…Me gustas, Choi Minho…- Exhaló. –Y he tenido mucho tiempo, para darme cuenta que en verdad te quiero.

 

-También me gustas, Tae.- Sonrió, estirando su mano en ofrecimiento para que Taemin la tomara. –Desde el primer momento en que te vi me gustaste. Me fue imposible no quererte.

 

Taemin sonrió, bajando el rostro. Dio un paso para acercarse a Minho y le regaló un beso en la mejilla, siendo cuidadoso de no lastimarle. Se sentó a su lado, esperando a que el doctor llegara para dar la última revisada a los golpes que Minho traía, y que les dejara ir. No tuvieron que esperar mucho, el doctor llegó, haciendo su inspección rápidamente.

 

-Bien, pudo haber sido mucho peor.- Le regañó. –Pero no morirás. Si te empieza a doler, o punzar, busca alguna pomada antiinflamatoria.- Entonces volteó a ver a Taemin. –Por favor cuida que tu amigo no se meta en más problemas.

 

-Él no es mi amigo…es mi novio…- Taemin susurró, como si lo estuviera comentando para sí mismo, aunque fue obvio que los otros dos presentes escucharon.

 

-Bien, como diga, señor.- Alzó una ceja, soportando una obvia risa. Miró a Minho, y después regresó la mirada a Taemin. –Entonces tienes una mayor responsabilidad con tu novio, cuida de él y no dejes que algo así ocurra de nuevo. Pueden irse.

 

Taemin asintió, sonriente, como si le hubieran dado una tarea especial. Aun tomado de la mano de Minho, salieron del hospital,  yendo lento, disfrutando de esa burbuja especial que sólo les atañía a ambos.

 

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-Minho, tengo sed.- Taemin gimoteó por lo bajo. Poca atención le había puesto a la película desde que entraron a verla. –Dame de tu refresco.

 

-Tu no quisiste comprar uno, ¿por qué habría de darte del mío?- Minho rio, negándose.

 

-No tomo tanto como para comprar uno entero. ¡Anda Minho!- Gimoteó, ganándose de fondo unas voces callándolos.

 

-Tampoco me dejaste tomar otra pajilla, para ti.- Se acercó más a Taemin, para no tener que hablar tan alto.

 

-¿Para qué queremos dos, si puedo tomar de la tuya?- Lo dijo con tono de obviedad. -¡Anda Minho! Dame de tu refresco.

 

-Bebé llorón.- Rio, dándole su refresco a Taemin. –Nunca lo tomas, pero siempre me quitas del mío cuando venimos al cine.

 

-Es tu culpa, tú fuiste el primero en robar mi bebida.- Le mostró la lengua, caprichoso.

 

-¡Hey!- Exclamó, volviendo a ser callados por los pocos que si prestaban atención a la película. Minho y Taemin se encogieron sobre sus asientos, riendo tontamente. Ambos coincidían que era una película malísima, y la única razón por la que no se habían ido ya era porque tenían que hacer valer el dinero que habían gastado en las entradas. –Se supone que ya me habías perdonado eso.

 

-Perdonado sí, olvidado no.- Recargó su cabeza sobre el hombro de Minho. –Tu refresco ahora es mío, hyung.

 

-¿Qué más da?- Minho rodó los ojos, riendo.

 

-Te quiero, Minho.

 

-Yo también, Tae.

Fin

Notas finales:

Espero que les haya gustado ♥ ¡Besos!


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