Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Siempre... por FruttiKouki

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes (tristemente ;-;) no me pertenecen. Su autor es... Bueno ya saben (TTnTT) yo solo lo uso para echar a volar mi imaginación gay(¿?). 

Notas del capitulo:

¡hola! Vengo aquí con un nuevo fanfic, pero en esta ocasión es un KuroFuri que espero con todas mis ansias les guste. 

Esta historia me llegó a la cabeza luego de ver una imagen, que nada tenía que ver con Kuroko no Basuke (xD), auqnue en realidad es un gif. 

¡Nos leemos abajo!

Y si nos olvidamos de los prejuicios,
y si ignoramos a los que nos rodean para evitar ser dañados.
Pero ambos sabemos que, a pesar de lo queremos,
nadie nos entenderá como tú a mí y yo a ti.

 

Desde que había comenzado a jugar baloncesto pensé que nada más llenaría mi mente, creí que sólo sería un idiota del básquet, pero no fue así. Cuando entre en la preparatoria noté que las chicas no me llamaban la atención, que no desviaba mi vista para verles las piernas como mis compañeros, y que no había nada más en mi cabeza más que el de cumplir la promesa que había prometido a Kagami.

Que equivocado estaba.

En ese entonces no sabía que mi mente sería invadida por una persona, que mi corazón no solo latiría por la emoción de jugar un partido y que mis ojos, junto con mis manos, ansiarían algo más que el balón.

Pero, a pesar de todo lo que me pasó, no me arrepiento. Si tuviera la oportunidad de arreglar algo en mi vida, no cambiaría nada, porque todo lo que me ha sucedido me ha convertido en quien soy y en cómo conocí al amor de mi vida.

…..

- Kuroko-senpai, ¿me podría ayudar con los pases? – uno de los chicos de primero que hacía poco había ingresado me llama para poder enseñarle. Debo confesar que el que me llamen como un superior me hace sentir bastante cool y maduro, aunque, si lo pienso bien, sentirme así significa que soy todo lo contrario.

- Claro – tomo el balón que me presenta delante, prefiero ignorar ese tipo de tonterías que suelen albergar mi mente, no me sirven de nada. – Primero debes sincronizarte correctamente con tus compañeros, así sabrás a qué ritmo y velocidad tienes que jugar. – Mis explicaciones son bastante vagas, siempre lo han sido, pero es la mejor forma en que puedo decir lo que se debe hacer.

La cara del chico a mi lado se nota confundida, es de esperarse, así que pienso en una mejor manera de decirle lo que debe hacer.

- No importa cuánto te rompas la cabeza intentando entender lo que te dice este chico, es un pésimo senpai – escuchó decir por parte de alguien de atrás. Cuando estoy a punto de girarme para decirle unas cuantas cosas, cómo el que no sea entrometido, me doy cuenta que se trata de nuestro capitán. Al poco tiempo siento su brazo alrededor de mi cuello, colgándose de mí, nunca cambia.

- Yo creo que… Si el capitán me explica, podré entenderlo – contesta el chico de cabello negro. Creo poder notar un leve rubor en su cara, desde hacía tiempo he notado que mira mucho al capitán, quien por cierto es un buen amigo mío, pero creo que el pobre no podrá avanzar más que lo de la actualidad si no se lanza un poco más, tal y como yo.

Furihata, quien es el capitán actual tras recibir el puesto a mediados de segundo año, ríe con vergüenza y diversión, no porque sea cruel y desee burlarse de nuestro kouhai, sino porque es completamente ignorante de lo que siente él. – Lo mejor sería que le preguntarás a alguno de los de segundo, o quizás a Kawahara, él es muy paciente para explicar, y sinceramente, yo, soy muy torpe para decirte cómo hacerlo – se excusa rascando su mejilla con nerviosismo, me gusta cuando hace eso.

El chico, con desilusión notable, asiente cabizbajo y atiende el consejo que le acaba de dar Furihata. Ambos lo vemos irse, él aún me sostiene del cuello. – Debiste decirle que no querías enseñarle – le reprendo cual padre, aunque sé que me saldrá con alguna excusa.

- Ambos sabemos que soy malo para explicar, apenas y puedo ser un poco más que el promedio en jugar…

- No empieces. Me enojaré – le detengo porque sé lo que comenzará a decir. Sé un poco de las inseguridades que tiene desde que estábamos en primero, en segundo fue un poco más abierto conmigo al comenzar a salir en grupo, me dijo que yo le doy cierto aire de seguridad, lo cual me hizo muy feliz. Ahora que estamos en tercero, él aún no puede entender por qué lo pusieron como capitán del equipo, pero yo sí sé.

Furihata Kouki no fue escogido al azar o porque no teníamos más opciones. Él fue elegido por su comprensión, fuera del área amorosa, claro. Furihata puede saber cuándo alguien se siente mal, triste, feliz o preocupado, es muy perceptivo para eso. Además de que, para no solo basarse en los sentimientos de sus compañeros, Kouki puede ver los errores de los jugadores.

Aunque me pone nervioso cuando busca mis errores. Temo que encuentre errores no solo en el baloncesto… Así perdería mi oportunidad.

- Está bien, está bien. No diré nada más – refunfuña inflando las mejillas como niño pequeño, soy de los pocos a los que les deja ver ese lado. El gimnasio parece llenarse por completo por las pisadas y rechinidos de los tenis deportivos de los que entrenan, yo observo a Furihata y me pregunto: ¿Desde cuándo siento algo más que amistad por él? Pero no sé la respuesta.

- ¡Furi! – el grito de Kagami retumba en mis oídos logrando sacarme de mis pensamientos, siempre es tan escandaloso, pero no puedo odiarlo, es un buen amigo. Al llegar cerca de nosotros, hace lo de siempre, despeinar el cabello castaño del capitán, siempre he querido hacerlo, pero nunca me atrevo porque creo que es un nivel demasiado alto para una persona que suele mantenerse al margen, sin embargo, algún día lo haré. - ¿Qué les parece si pasamos al Magi luego del entrenamiento?

Kagami ha crecido, a pesar de que en primero ya era bastante alto y espero no crezca más aún, pero sigue teniendo ese aire de niño travieso. Ha madurado en algunas áreas y cuando se le necesita siempre está ahí, ya sea que ganemos o que perdamos. Somos amigos cercanos, y por eso mismo sé que está saliendo con Aomine, también sé que no le ha dicho a nadie más porque no quiere perder la amistad de alguien. “En América te aceptan ese tipo de cosas fácilmente, pero en Japón son más prejuiciosos”, es lo que siempre me dice. Su padre lo sabe y, por extraño que parezca para alguien como mi amigo de secundaria, Aomine fue presentado en la tumba de la mamá de Kagami, donde lo sorprendió con el respeto que presento y las flores que escogió. Ahora Kagami se ve muy feliz con Aomine, desconozco si Aomine le ha contado algo a alguien, como Momoi, pero mientras estén felices está bien.

Hace poco le dije a Taiga que debería de decirle a alguien más sobre su relación, no porque ya no desee saber de ello, sino porque creo que le ayudaría a cambiar más la desconfianza que no acepta tener. Entonces, en medio de su apartamento, con la televisión encendida en un canal donde el programa ignorábamos por estar hablando, me dijo que se lo diría a Kouki. Me gustó la idea ya que, aunque le decía a Kagami que no tuviera miedo, yo tengo mis propios temores.

- Necesito quedarme un poco para explicar las dietas de cada uno con la manager, pero si me esperan con gusto iré – Furihata, desde que había sido capitán, nunca se quejó por el trabajo que conlleva su puesto, a pesar de que es mucho. Nuestra manager, una chica bastante linda y amistosa, es nueva, por eso mismo Kouki debe explicarle a detalle lo que debe hacer y cómo.

- En ese caso te esperaremos, Furihata-kun – digo antes de que Taiga se eche para atrás, y antes de que no tenga oportunidad de saber lo que Kouki piensa sobre este tipo de cosas. Él asiente y recibo una mirada furtiva de Kagami, sinceramente no me importa.

El entrenador toca su silbato, ahora tenemos entrenador; es un hombre de mediana estatura, delgado y bastante amable, Furihata lo consiguió luego de hablar reiteradas veces con el director y el consejo de maestros y, como siempre fue conocido de buen alumno, atendieron su llamado luego de unos meses. Todos nos acercamos a él y nos da algunas instrucciones para luego despedirnos.

Me voy a los vestidores junto con Kagami, Furihata se ha quedado con el entrenador y la manager. Siento la grande mano de Kagami en mi hombro; aunque yo también he crecido, él sigue siendo más alto que yo, pero sé que mientras sea más alto que Kouki seré feliz ¿razón? Porque trato de estar cerca de él casi todo el tiempo y así puedo ayudarle a alcanzar cosas que él no puede, me hace sentir que depende de mí.

- ¿Crees que sea buena idea? Ya sabes… que le diga – el susurro me llega desde la oreja derecha y el caliente aliento de Taiga me recorre la nuca, pero no causa el mismo efecto que el de Kouki.

Volteo a verlo, entrecierro los ojos intentando que se note un poco más la cara de fastidio que me da cuando mi compañero sabe que no cambiaré de opinión. No. No me enoja que sea inseguro, yo también lo soy, y de la manera más patética, pero me enoja que no acepte que desconfía de los demás ¡Incluso me lo dijo a mí porque los vi en la calle! Puedo decir que eso es un poco ofensivo, el que no confíen en uno solo porque sacan sus propias conclusiones.

- Furihata-kun no es prejuicioso. Y si te dice algo, no debes preocuparte, yo me encargaré. – Aún no tengo idea de cómo me “encargaré”, pero no me preocupo por ello porque estoy más que seguro que no será necesario.

Nos cambiamos, luego de tomar una ducha rápida, y guardamos nuestras cosas en la mochila. Nos sentamos, yo leo, Kagami mensajea, seguramente con Aomine. De pronto, la risa más hermosa que he escuchado nunca resuena por el pasillo y la puerta se abre dejando ver a Furihata.

- Perdonen la tardanza, en un momento estoy – se disculpa, aunque no necesita una, Kagami y yo comprendemos que está ocupado y que, aun así, se da tiempo para estar con nosotros. Nos sonríe antes de volver a ver sus ojos brillar inocentemente, desaparece de nuevo por la puerta. Yo, decepcionado por no lograr admirar aquellos simples, pero hermosos, ojos color avellana, baje la mirada a la lectura que llevaba a cabo.

Si tuviera que explicar el porqué de mis sentimientos podría decir que los principales causantes fueron los ojos cafés, simples y hermosos que posee. No cualquiera puede notarlo, pero si prestas atención, y observas pacientemente, te das cuenta del universo inexplorado en el que te puedes perder. Pero se debe ser cuidadoso, pues es tan obvio como la segunda estrella más brillante que te lleva a Nunca Jamás, pero a la vez es tan curiosa como Simba tras su padre antes de ver su muerte, así de peligrosa es la mirada estrellada de él, pero así de hermosa que te dan ganas de hacerlo. Desde segundo año, poco después de que nuestros senpais se retirarán, sentí un cosquilleo en mi abdomen cada que pensaba en él, comencé a buscarle con la mirada cuando llegábamos al gimnasio, mi rostro ardía en los sueños donde él se veía envuelto; aunque ese es mi secreto, aquellos sueños donde soy correspondido y puedo tenerlo solo para mí. Me pregunte en más de una ocasión si estaba enfermo, pero en realidad estaba enamorado, perdidamente enamorado. Tontamente enamorado. Estúpidamente enamorado.

Inútilmente enamorado…

La puerta vuelve a abrirse, nos sobresalta, tanto a Kagami como a mí, y entra Furihata con ropa puesta. Con movimientos rápidos guarda sus cosas en la mochila para después avisarnos que está listo. Los tres salimos de la escuela, Kagami se siente nervioso y no para de hablar, yo también lo estoy, aunque por razones distintas. Caminamos con pasos lentos y cortos, nos tomamos nuestro tiempo para charlar y por mi mente pasa la pregunta de: ¿cuándo se lo dirá?

- Furi, hay algo que debo decirte. – Kagami aprieta sus puños sobre sus piernas que reposan en la silla, le miro de soslayo antes de dar otro sorbo a mi malteada de vainilla. Nuestro amigo asiente dando una mordida a su hamburguesa, logrando ensuciarse un poco en la comisura de los labios. La limpia, avergonzado, me gusta verlo avergonzado. – Es que… Verás… - mi pelirrojo amigo voltea la mirada hacia donde me encuentro en busca de ayuda, pero me niego a hablar por él, debe aprender a decir con seguridad lo que piensa. Es cruel, pero cierto. – tengo una pareja.

Antes de que Furihata pudiera dar un segundo bocado la hamburguesa queda a medio camino a sus labios, delgados y, a la vista, suaves. Baja las manos poniéndola en su plato y presta toda su atención a las palabras que dice el más alto de nosotros.

- Pero no es cualquier pareja… - prosigue Taiga con nerviosa voz, yo me limito a observar la escena y Kouki ladea ligeramente la cabeza cual cachorro pequeño, al menos para mí así parece. – Es… Es un hombre.

Al finiquitar la noticia, Furihata abre los ojos, sorprendido, y es de esperarse puesto que Kagami nunca dio indicios de ser gay, pero no por ello se le puede negar ser lo que quiera. Antes de que Kagami diga algo más, Furihata le interrumpe. - ¿Lo conozco?

La pregunta nos toma de sorpresa a ambos, pero se nota más en Taiga que en mí. Mi amigo asiente y Kouki no dice nada en espera de que diga su nombre. – Es Aomine – confiesa Kagami.

De pronto, como si fuéramos los únicos en el establecimiento, el silencio reina en nuestra mesa, Kouki asiente con la cabeza y da otra mordida a su comida, mastica y traga para luego hablar. – Solo quiero decir dos cosas – Kagami asiente, atento, y yo lo hago casi por inercia, mi batido ha quedado sobre la mesa siendo ignorado porque mi atención y mente está llena de lo que dirá Furihata. – La primera es que no esperaba que me dijeras eso, pero que no por eso te dejaré de hablar. – Los dos nos sorprendimos por sus palabras, él está lleno de sorpresas, Kagami había intentado que no se le notará el miedo, pero con Kouki es imposible. – La segunda es que, si te llega a hacer algo malo, no me importa si es el mejor jugador que el mundo del baloncesto haya conocido, le golpearé tanto la cara que deseará no haber nacido y quedará deforme por tanta hinchazón.

Mis esperanzas se disparan, cabía la posibilidad de que pudiera estar junto a él, pero no por ello me precipitaría. Pienso hacer mis jugadas como las que hago en básquet, lentas, silenciosas y sorpresivas.

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Tiene futuro? Es uno de los pocos fanfics que planeo escribir en primera persona, pero que creo que podré seguir de esta manera. Si llegan a notar algo raro en el escrito, les pido mis disculpas ya que me vi inluenciada por la escritura del libro "el chico de las estrellas" y también por "Los reyes malditos: El rey de hierro" así que me disculpo de antemano.

Espero y me puedan dejar sus reviews para saber qué les pareció el primer capítulo, con gusto los leeré. 

Nos vemos en el siguiente capítulo... OwO)/"


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).