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20. Ricky (01) por dayanstyle

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Notas del fanfic:

Aqui empieza otra serie con la misma secuencia de orden de lectura... espero que la disfruten.. y por las naranjas de chen.... LEAN LAS NOTAS DE LOS FICS para aclarar dudas

 

OK OK... SEÑORES HAY QUE ACLARAR PERO YA....

que parte de TODOS LOS LIBROS ESTAN EN SECUENCIA POR ORDEN DE LECTURA NO ENTIENDENNNNNNNN......

MALDICION.....

afff ya... me altere....

señores Jongin NO VA A DEJAR DE APARECER EN LAS HISTORIAS.... solo que no va a tener tooodo el protagonismo... escriben los rw como si ya se hubiera acabado.... les recuerdo que de la primera serie son ·· 33 PUTOS LIBROS... 33 no 19.. no se ha acabado son 33.... pero para que todos tengan su espacio se divide en varias series y la historia se reparte entre todas para que no pierdan su protagonismo y se incluyan TODOOOOOOOS los libros de la saga.... JONGIN es el PROTAGONISTA PRINCIPAL de TODA LA SAGAAAAAAAA... va a seguir siendo el puto alfa... pero por el momento se les va a dar protagonismo a SUS ALIADOS... los primeros 19 libros son practicamente una introduccion para dar a canocer a la mayoria de sus protagonistas... por ahora viene rick, despues uno que otro libro de los demonios, despues los vampiros y otra vez la manada kim... etc etc

ahora si... CAPICCI

Notas del capitulo:

disfruten

a leer

Está bien, él podía hacer esto. Ricky subió a la camioneta, inhaló el fresco olor de los pinos en el aire. Había sido un largo viaje, y casi estaba en el territorio de la Manada del Este en el Valle de Pride Pack antes de que su camioneta crepitara y muriera. Era solo suerte que él finalmente decidiera estar con su pareja y su camioneta se arruinara.

 

¿Ahora qué? Trató de usar su teléfono celular, pero no había recepción en ese desolado lugar.

 

Tomando una bolsa con lo esencial para dormir, dejó la camioneta. Podía esperar que su pareja designada, Changjo, tuviera a alguien que supiera qué estaba mal con la camioneta o al menos remolcarla al taller más cercano.

Ricky caminó hacia el interior del bosque decidido a continuar a pie.

Eran menos de dos kilómetros de distancia. Solo menos de un par de apestosos kilómetros y la camioneta tenía que protestar. Bien, como sea. La maldita cosa podía quedarse ahí varada y ponerse histérica si quería. Él no iba a esperar alrededor de ella. Dejaría que un mecánico tratara con esto.

 

Suspiró y miró alrededor. Este era un nuevo territorio para él. Ricky estaba acostumbrado al bosque que rodeaba su antigua manada, la Manada Kim. Lo extrañaba terriblemente, pero dado que descubrió que su pareja era el Alfa de la Manada del Este, ¿qué podía hacer?

 

Esa era su única oportunidad, una oportunidad contra la que luchó por meses. Estaba asustado de dejar atrás todas las cosas que conocía, a todos los que conocía, especialmente a su mejor amigo, Baekho. Es por eso que había luchado tan duro. El temor a lo desconocido podía hacerle eso a un hombre.

 

Ricky jaló su bolsa más fuerte sobre su hombro, al escuchar un bajo gruñido a su derecha. Él era un lobo Timber. Su oído era superior al de las otras razas de lobos.

 

Solo su suerte lo había emparejado con un lobo gris. Los lobos Timber eran las más grandes y feroces criaturas de los alrededores. Los rumores entre los Timber era que los lobos grises eran perezosos, ciegos y sordos. Rogaba porque no fuera cierto porque él sería parte de su manada.

 

Ricky caminó casualmente, no dejando que quien fuera estuviera consciente de su presencia. Él no sabía nada de los miembros de la manada a la que se dirigía, excepto del Alfa y realmente solo habló con él brevemente.

 

Entonces, ¿la persona que lo seguía era parte de la nueva manada o era un lobo renegado? La manada Kim estaba teniendo problemas con los lobos renegados. El ex-Alfa de la manada del Este parecía haber reunido a sus seguidores y ellos estaban buscando sangre. Ji Hoon, el no victorioso Alfa que una vez dirigió la Manada del Este, quería a toda la manada Kim muerta, pero afortunadamente ellos no eran fáciles de matar.

 

—¿Por qué estás traspasando mi territorio?— Se oyó una profunda voz de barítono detrás de los árboles a su derecha.

 

 

Ricky siguió caminando, sin prestarle atención o darle reconocimiento al lobo.

 

Quizás los soldados de la nueva manada reconocerían el olor y llegarían en su ayuda. Él era un lobo Timber, pero era el más pequeño de la vieja manada que él dejaba.

 

Ricky medía solo un metro setenta y cinco y pesaba ochenta kilos, un enclenque comparado a las parejas en su antigua manada. El Alfa Jongin de la Manada Kim medía dos metros diez, un gigante entre ellos.

 

—Te hice una pregunta, Rojo. —La voz gruñó de nuevo, esta vez más bajo, más amenazadoramente.

 

—Duh, te estoy ignorando. ¿Lo entiendes?— Ricky rodó los ojos. Él podría encargarse de un lobo solitario. Era pan comido. Pero odiaba que la gente le dijera Rojo. Solo porque tenía el cabello rojo no significaba que le gustara el sobrenombre.

 

Ricky se detuvo ante la enorme sombra que salió desde detrás del árbol en el que se había ocultado. Santa mierda, quizás podría necesitar algo de ayuda con este.

 

El extraño era casi tan alto como su antiguo Alfa. Ricky tragó saliva. Aunque el tipo era impactante, también era atemorizante. Su corto, rizado, y negro cabello rodeaba su dorada cara. Había algo en él que le advertía a Ricky que debía ser muy cuidadoso.

 

Él podría ser caliente, pero Ricky no era tan estúpido para ignorar el oscuro presagio en los rasgos del hombre.

 

Los ojos topacio lo fulminaron con la mirada, retándolo a que diera un paso más. Ricky, siendo quién era, lo dio.

 

—No iría más lejos si fuera tú. El siguiente paso podría ser fatal. -La amenazadora figura tomó a Ricky por la garganta—. Pregunté por qué estás en mi territorio —gruñó cerca de la cara de Ricky.

 

—¿Le llevo una canasta a la abuela?

 

—Intenta de nuevo Rojo. —La mano lo apretó más fuerte. Está bien, el tipo no tenía sentido del humor, así que por mucho que bromeara, ese no era el camino para salir de esto.

 

—Deja de llamarme Rojo, maldición. Es Ricky, no jodido Rojo. - Con una mano envuelta fuertemente alrededor de su garganta, Ricky cruzó los brazos sobre su pecho y rodó los ojos una vez más.

 

Si iba a morir, no iba a llorar ni a rogar. Él no rogaba ni en sus buenos días, al menos no a extraños. En la cama estaba totalmente justificado y hacerlo era caliente como el infierno.

 

—¿Dijiste Ricky? ¿Como el Ricky del Alfa Changjo?— La mano del hombre suavizó el agarre y su cara cambió de roja por la ira a pálida por el miedo.

 

—Uh, si, y ¿quién eres tú?— Empujó al hombre apartándolo y arregló su ropa. Él odiaba las arrugas y la actitud del tipo apestaba. Ricky se inclinó y tomó su bolsa que se había caído, enojado se la llevó al hombro.

 

—Soy Junyoung, el Beta del Alfa Changjo. Mis disculpas, pero hemos estado luchando contra una gran cantidad de lobos rebeldes últimamente desde que Ji Hoon fue capturado. —Junyoung se veía como si fuera a enfermarse, su piel se volvió de un extraño color verde.

 

—Te perdono si me llevas con mi pareja. —Ricky empujó su bolsa al pecho de Junyoung, y se sacudió la tierra y el polvo de su estrujada camisa, entonces extendió su mano dejándole saber al lobo que necesitaba que le mostrara el camino.

 

—Eres quisquilloso, ¿no es así?— Los labios del Beta se curvaron hacia arriba.

 

—No realmente, solo no me gusta que me ahoguen antes de la cena. Daña mi apetito. —Ricky no pudo contenerse, así que soltó una carcajada al ver la seria expresión del Beta. Rezaba para que los soldados de la Manada del Este no fueran tan estirados como este tipo. Suspiró interiormente ante el trabajo que tendría designado si lo eran.

 

—Me disculpé. ¿Qué más quieres que haga?— Junyoung gruñó, sosteniendo la bolsa en su puño.

 

Ricky inclinó la cabeza, oyendo las hojas crujir bajo sus pies. -Alguien nos está siguiendo —murmuró, cuando ellos cambiaron de dirección hacia donde él asumía que era la casa del Alfa.

 

—Sí, lo sé. Realmente soy muy bueno en mi trabajo. Esos son Gong Chan, el segundo Beta y también un par de soldados— Junyoung declaró.

 

«Wow, el tipo está realmente enojado, por tratar accidentalmente de ahogar a la pareja de su Alfa».Ricky se sostuvo los costados mientras secarcajeaba. —Y pensaba que los Centinelas de la Manada Kim tenían nombres divertidos. ¿Gong Chan Aguila Calva?— Comenzó a reírse de nuevo y las lágrimas bajaron de sus ojos.

 

—Eso no es divertido —Junyoung murmuró.

 

Ricky suspiró. Esa no era la manera que esperaba que fuera. Rezaba porque Junyoung fuera el único estirado de toda la manada.

 

Repentinamente recordó a los tres hombres asiáticos que el Alfa Jongin había enviado aquí. Quizás podría ocupar su tiempo con esos hombres y dejar a los serios lobos en paz. ¿Podrían ser ellos como las parejas, Taemin y su primo Ren, dulces y divertidos, y súper curiosos? Podría ser su única esperanza.

 

Los cinco hombres habían sido secuestrados en Japón y traídos para ser esclavos sexuales. Taemin y Ren habían huido de sus captores. Los otros tres no habían sido tan afortunados. Aunque Ricky no sabía todos los detalles de lo que les había sucedido en manos de los chicos malos, él estaba feliz de que ellos fueran rescatados cuando su antiguo Alfa envió a los Centinelas quienes destrozaron el lugar donde los tres pequeños hombres eran retenidos y los rescataron.

 

Ahora los tres vivían aquí.

 

—Aquí estamos. —Ellos llegaron a un claro del bosque, Junyoung señaló una gran casa, casi como la propiedad que acababa de dejar atrás. Subieron los escalones del frente, Junyoung abrió la puerta para él.

 

Ricky notó cuán silenciosa estaba. El sonido de la puerta al abrirse hacía eco en el vestíbulo haciendo que se estremeciera. Esperaba oír que tocaban un órgano a la distancia en cualquier momento.

 

Él estaba acostumbrado a la música rock que venía del estudio, a las parejas y guerreros gritando y el ruido del video juego. Esto parecía más una cripta. No le sorprendería ver lápidas alineadas en los pasillos.

 

—Si me acompañas te llevaré con Changjo —Junyoung le indicó a Ricky, sus pisadas hacían eco en las paredes. Infiernos no, tendría que hacer algunos cambios por aquí.

 

Si él hubiera querido una tranquilidad como esta, entraría a un asilo. ¿Qué?, ¿estos tipos no se divertían?, ¿sabrían incluso divertirse?

 

Ricky miraba su alrededor y ellos entraron a un gran vestíbulo con escaleras que terminaban a ambos lados de un balcón abierto en el piso de arriba. Las paredes tenían paneles de roble, haciendo que el lugar pareciera conservador.

 

Había un cuarto a la izquierda y a la derecha del vestíbulo, y se preguntaba cuál de ellos sería el estudio. Siguieron hacia el cuarto de la derecha que daba a un largo pasillo, al igual que en una antigua propiedad, había puerta tras puerta. ¿Esa gran casa tenia millones de cuartos?

 

Él necesitaba encontrar dónde estaba la cocina. Ricky amaba cocinar y mostrar sus habilidades culinarias. ¿Podrían estos chicos apreciarlas? La pareja, Baekhyun, de su antigua manada solía arrodillarse en una de las sillas y babear mientras Ricky cocinaba, esperando que la comida estuviera terminada para devorarla.

 

¿Podrían algunos de los lobos de aquí actuar de esa manera o todos levantarían su nariz ante su duro trabajo?

 

—Aquí estamos. —Junyoung tocó, dándole a Ricky una mirada de soslayo.

 

—No te preocupes, no voy a denunciarte. —Ricky se rió y esperó a entrar hasta que una estruendosa y profunda voz gritó que entraran.

 

El humor de Ricky voló siendo reemplazado por ansiedad. ¿Qué si Changjo había esperado todo este tiempo solo para darse cuenta que Ricky no era la pareja que él quería? ¿Podría considerarlo atractivo? ¿Sería él suficiente para el gran Alfa? ¿Qué si no lo era? ¿Qué podría Changjo hacer?

 

Oh Dios, iba a enfermarse. No podía hacer esto. Quería regresar a su antigua manada y olvidarse de todo esto. ¿En qué infiernos había estado pensando?

 

Ricky se giró para alejarse.

 

Junyoung lo tomó del cuello de la camisa. —No, no lo harás. No tienes idea de cómo han sido las cosas por aquí desde que te descubrió y te rehusaste a venir a casa con él. No, gracias. Ahora mete tu flaco trasero ahí. —Junyoung abrió la puerta y empujó a Ricky.

 

Trastabilló y se recuperó mirando hacia atrás a Junyoung. Bastardo.

 

Ricky le lanzó dagas con la mirada a Junyoung. Incluso podría hacerlo de verdad. El Beta sonrió cerrando la puerta, dejando a Ricky adentro con Changjo.

 

—Gírate pareja, deseo verte —Changjo habló suavemente, tan suavemente como un hombre de dos metros doce y ciento cuarenta kilos de peso podía hacerlo.

 

Ricky dejó salir un suspiro y lentamente se giró. Había olvidado cuán hermoso era su pareja con toda esa piel café. Era tan suave y lamible que a Ricky se le hacía agua la boca.

 

Cuando miró a los ojos a su pareja, Ricky pudo sentir su corazón acelerarse, y estaba temblando por primera vez en su vida.

 

—Ven, siéntate conmigo. —Changjo palmeó el lugar al lado de él, en el gran sofá de su oficina.

 

Ricky caminó hacia él con vacilación. El tipo era una bestia comparada con su propia estatura, enorme como el infierno y también atemorizante. Ricky no era un peso ligero y podía defenderse solo, pero ese hombre parecía como si la Madre Naturaleza lo hubiera formado de la tierra.

 

—No temas. Huelo tu miedo. Sabes que nunca podría lastimarte, pareja. —Changjo extendió las manos y Ricky se dirigió a él. Sus manos se tragaron a Ricky. Él veía esa piel que lo tocaba, asombrado con el contraste de color. El profundo chocolate y la pálida vainilla. Eso era hermoso.

 

Ricky tomó asiento al lado de su pareja. —Yo no…yo no estoy asustado. Caminé mucho, no estoy acostumbrado, eso es todo. - Ricky colocó sus manos en el pecho de Changjo, sintiendo la conexión que lo jalaba a ser reclamado. Él miró los profundos ojos cafés de su pareja, perdiéndose en ellos. Changjo jaló a Ricky más cerca, envolviendo esos enormes brazos alrededor de él.

 

Esto es lo que él quería, lo que anhelaba desde que puso los ojos en él, fuera de -El Café. Su pene se endureció y su agujero se apretaba pensando en el gran hombre reclamándolo.

 

—¿Puedo mostrarte nuestra habitación? Podrías refrescarte. ¿Dónde están tus cosas?— Changjo se puso de pie con Ricky aun en sus brazos.

 

—Por favor. —Está bien, así que él estaba actuando como una mujer desamparada. ¿Y a quién le importa? Él estaba en los brazos de su pareja. Eso era algo que había esperado por mucho tiempo -. Tuve problemas con mi camioneta y la dejé a un lado del camino.

 

—Ricky soltó una en cierta medida graciosa risa.

 

—Enviaré a uno de mis soldados a recuperarla, no te preocupes, Mariposa, tus cosas estarán a salvo.

 

«¿Mariposa?» Oh, Ricky iba a tener algo de diversión con él. Podía decir que Changjo imaginaba a su pareja como una desamparada alma, sí, correcto. Ricky mentalmente resopló.

 

—¿Quieres que te deje vagabundear y explorar tu nuevo hogar, o prefieres que te lo muestre?

 

—Puedo hacerlo. —Ricky agitó las pestañas y vio las aletas de la nariz de Changjo moverse ligeramente. «Oh sí, voy a tener mucha diversión con él».Levantó la bolsa y movió sus dedos despidiéndose mientras se dirigía a la puerta y la cerraba detrás de él.

 

Una vez afuera, Ricky se apoyó en la pared y soltó una profunda respiración. Le iba a costar mucho acostumbrarse a eso. No solo estaba en una casa extraña sino que aquí estaba su pareja. «Santa mierda», él finalmente lo había hecho. Finalmente estaba con su pareja.

 

Ricky se apartó de la pared sintiéndose un poco más controlado. Vagabundeó por los alrededores, hasta que finalmente le preguntó a uno de los soldados dónde estaba la habitación de su Alfa.

 

Dejando caer la bolsa en la cama, Ricky pateó sus zapatos y se quitó los calcetines, dobló los dedos sobre la gruesa alfombra. Miró alrededor, curioso como el infierno de la recámara de su pareja. Cuando terminó de revisar se dio cuenta que solo tenía lo que la gente común tiene en su recámara, ni una maldita cosa interesante.

 

Cansado y sucio, Ricky se dirigió al cuarto de baño, disfrutando de una larga y caliente ducha. Si el día de hoy era una indicación de cómo sería vivir en esta particular manada, entonces él se ahogaría en la ducha.

 

Ricky terminó su ducha, se vistió, bajó las escaleras y vio a dos soldados en la sala. Haciendo absolutamente nada. Entró y se sentó junto a ellos.

 

Ricky estaba sentado en la sala, listo para arrancarse sus ojos como por tener algo qué hacer y vio a los soldados gritarle a la televisión mientras veían un juego de futbol.

 

Eso era todo.

 

Necesitaban más parejas, una consola de video juegos, una mesa de billar y definitivamente un bar, porque Ricky planeaba emborracharse para olvidar lo que había dejado atrás. Muy malo que los lobos Timber no pudieran emborracharse, pero la idea calmaba sus nervios. Ricky dejó caer la cabeza hacia atrás y miró hacia el techo.

 

Esta. Mierda. Es. Aburrida.

 

Soltó un suspiro, levantó la cabeza y miró alrededor de la sala. Solo había los sofás y la gran pantalla. «Que alguien me dispare por favor».

 

—¿Está todo bien?— uno de los soldados le preguntó a Ricky.

—Genial, un tratamiento de conducto siempre es placentero. -Pegó una gran sonrisa en su cara.

 

El chico se rió. —Ya oí eso, no hay mucho qué hacer por aquí. Soy Kiseok. —El lobo estrechó la mano de Ricky—. Él es Young Bin —señaló al chico de cabello caoba.

 

—Hola, Young Bin. —Ricky se inclinó y movió los dedos.

 

—¿Eres realmente quisquilloso o es que tuviste problemas con Junyoung?— Young Bin preguntó mirando a Ricky cuestionadoramente.

 

—Realmente, tuve problemas con Junyoung. —Ricky bostezó, estiró las piernas y llevó los dedos al respaldo del sofá—. Entoooonces…— Hizo un puchero—. ¿Qué es lo que hay aquí para hacer, comer pintura con plomo?

 

Young Bin se carcajeó, sacudió la cabeza y regresó a ver el juego.

 

Ricky se levantó del sofá y se dirigió hacia un área abierta sin nada que ocupara el espacio. Se inclinó, estiró la mano izquierda mientras movía su mano derecha atrás y delante de él.

 

—¿Jugando un billar imaginario?— Kiseok preguntó desde el sofá.

 

—Yo juego. —Young Bin se puso de pie y se unió a Ricky. Él tomó un palo imaginario y se apartó, esperando a que Ricky hiciera su tiro en el aire.

 

—Sólido —Rick gritó mientras caminaba alrededor del espacio vacío, diciendo cuál sería su siguiente tiro.

 

Ricky notó que ambos soldados tenían idénticos tatuajes en sus cuellos. ¿Qué era eso? —¿Ustedes están unidos a una pandilla?— señaló el cuello de Young Bin.

 

Young Bin negó con la cabeza, y con ira movió su labio. —Esto fue idea de Ji Hoon. Quería su emblema en los soldados y en un lugar en donde todos lo vieran.

 

—Puedes retirarla. —A él realmente le agradaba, pero eso había sido idea de Ji Hoon, podría habérsela arrancado él mismo cuando Ji Hoon había sido derrotado como el perro que era.

 

El tatuaje era dos espadas cruzadas con la cabeza de un lobo en medio. Realmente era muy lindo.

 

—No, eso nos recuerda que sobrevivimos.

 

Ricky asintió y dejó el tema en paz.

 

Kiseok seguía sentado ahí sorprendido. Esos dos habían perdido la cabeza y querían llevárselo con ellos. ¿A quién infiernos Changjo había conseguido? ¿Habían esperado meses a que la pareja del Alfa se les uniera para esto?

 

—Perdiste. —Young Bin apartó la mano del pelirrojo—. Mi turno. —Se inclinó e hizo el imaginario tiro—. Cayeron tres bolas.

 

—Suena a problema personal. Sin trampas —Ricky entrecerró los ojos.

 

—No hago trampa —Young Bin gruñó, golpeando el suelo con el imaginario palo.

 

—¿Qué están haciendo?

 

Kiseok levantó la vista y vio a Changjo parado en el marco de la puerta. Señalando al pelirrojo, le dijo:—Él llamó a Young Bin tramposo.

 

—Bueno, si el zapato te queda. —Ricky apoyó el imaginario palo en la pared—. No metiste tres bolas. Yo estaba viendo. Una a lo mucho.

 

—Ellos están jugando billar —Kiseok le informó al confundido Alfa. Eso solo confundió más al gran hombre. Changjo se quedó ahí, con la cabeza inclinada hacia un lado y las cejas juntas, mirando a su pareja y a Young Bin.

 

—¿Te gustaría que te comprara una mesa real, pareja?

 

—Dios, sí. Y una de póker, y un tablero de dardos y una consola de video juegos. Oh sí y una pandilla de pequeños hombres que actúen como si hubieran comido demasiada azúcar.

 

Changjo arqueó una ceja ante la lista que su pareja dijo apresuradamente.

 

Ricky soltó una respiración. —Es que yo estaba acostumbrado al ruido y al caos. Las pequeñas parejas saltaban con la música de rock mientras jugaban sus videos juegos, luchaban sobre la mesa de billar, jugaban póker con pretzel y comían todo lo que alcanzaban en la cocina. Es solo que… —Ricky miraba alrededor girando las manos frente a él—. Es tan tranquilo aquí. Eso asusta.

 

Changjo jaló a su pareja a sus brazos, pasando sus nudillos por un lado de la cara de Ricky. —Sé que es un gran cambio para ti, ir de una manada a otra. Conseguiré todo lo que necesites para hacer el cambio más fácil para ti, excepto los pequeños hombres. Las parejas llegarán con el tiempo. Nosotros tenemos a tres y a ti para empezar, aunque ellos no se han emparejado.

 

Kiseok rodó los ojos. En ese momento pudo ver que el pelirrojo iba a conseguir cualquier cosa que quisiera y Changjo iba a seguirlo ciegamente.

 

Ricky le sonrió a Changjo. —¿En serio? ¿Harías eso por mí?

 

—Cambiarás de opinión cuando conozcas a esos tres. —Kiseok se encogió de hombros—. Ellos hacen más ruido que veinte parejas.

 

—Oí eso, no fue lindo. —Uno de los mencionados pequeños hombres llegaba a la sala, viendo fijamente a Kiseok.

 

—Hola, amenaza —Kiseok lo saludó.

 

—Por centésima vez, soy Yu Kwon.

 

Kiseok vio al pequeño hombre cruzar los brazos sobre su pecho y entrecerró los ojos hacia la pareja del Alfa. «Vamos a ver cómo el pelirrojo manejaba al Señor Bocón».

 

—Oh sí, eso es a lo que estoy acostumbrado. —Ricky le ofreció la mano—. Soy Ricky.

 

Yu Kwon miró a Ricky de arriba abajo e ignoró la mano ofrecida. —¿Otro soldado?— bufó.

 

—Suficiente, Yu Kwon —Changjo le advirtió. Kiseok se preguntaba si debería rescatar al pequeño malcriado antes de que el Alfa estrangulara a Yu Kwon.

 

—Él es adorable —Ricky le dijo al hombre.

 

Kiseok saltó y tomó a Yu Kwon cuando el pequeño malcriado se lanzó hacia Ricky, Changjo jaló del cuello a Ricky.

 

—Vámonos, alborotador —Kiseok alejó al pequeño chico.

 

Ricky vio a Kiseok alejar a la amenaza. —¿Él es siempre tan quisquilloso?— Ricky se encontró con un nuevo amigo. Le agradaba el espíritu del chico. Él era una pequeña fiera, pero oh bueno, todo eso lo hacía más interesante.

 

—Así es en sus mejores días —Changjo se reía.

 

Ricky se quedó atrapado por el hechizo. La sonrisa de su pareja iluminaba toda su cara. Su pene se empezó a endurecer al ver esos hoyuelos. Qué premio le había dado el destino, «grr».

 

Ricky deslizó sus manos hacia arriba del pecho de Changjo, queriendo subir a la montaña y clavar la bandera de triunfo en su cabeza. Esos grandes ojos café lo veían con anhelo, por lo que Ricky quedó intrigado como el infierno cuando Changjo tomó sus muñecas suavemente y apartó las manos.

 

—¿Te gustaría un recorrido por las tierras de la manada?

 

Infiernos no, él quería ser reclamado, y entonces jodido, y luego tener caliente y vibrante sexo. No importaba el orden mientras incluyeran las tres cosas. ¿Qué le sucedía a su pareja?

 

—Está bien —respondió tímidamente. Ricky no tenía idea de por qué actuaba de esa manera con Changjo, tímida y sumisamente cuando ni siquiera eso se aproximaba a como era él. Había algo en ese tipo que lo hacía sentir frágil.

 

«¿Qué jodidos?»

 

Si él hubiera querido el celibato, se hubiera quedado en la manada de Jongin. Quizás Changjo estaba nervioso. Él también lo estaba, pero eso no evitaba que quisiera subir por la pared y gritar yahoo.

 

Bien, su pene podría esperar, a pesar de que latía detrás de sus pantalones rogando ser liberado.

 

Hizo un puchero y siguió al gran hombre. Changjo mantuvo la puerta abierta para él, tomó la mano de Ricky y lo guió alrededor de las tierras de la manada. —Nosotros somos la manada principal aquí. La ciudad tiene un gran número de humanos viviendo ahí, pero todos los negocios son de propiedad de la manada. Solo los soldados y los Betas viven en nuestra casa, por razones de protección, claro. Todo el mundo tiene su propio lugar.

 

Ricky estaba fascinado al saber eso. Una ciudad manejada por la manada. Qué cool era eso. —¿Los humanos saben sobre los lobos grises?

 

—No, y planeamos mantenerlo de esa forma. Es mejor para nosotros que ellos no lo sepan, menos posibilidades de que nuestra existencia salga a la luz. —Changjo lo guió hacia abajo por una colina y terminaron ante un estanque. Eso era simplemente magnifico. Lirios de agua flotaban alrededor, con peses nadando de aquí para allá. Ricky sabía que acababa de descubrir su lugar favorito.

 

—Descubrí este pequeño paraíso cuando recién tomé a la manada. Esto es hermoso. —Changjo impactó a Ricky. No parecía del tipo que apreciara la belleza. Changjo era más del tipo -mato y sigo adelante sin mirar hacia atrás.

 

Ricky oyó antes de ver que Kiseok se apresuraba hacia ellos.

 

—Alfa, tenemos un problema.

 

 

 

 continuara....

Notas finales:

helloooo... oh si hahaha... ese Rick le va a dar duros tiempos a toda la manada del este.. es que es cierto, ellos son taan aburridos que desesperan....

se acuerdan cuando Taemin y Ren fueron rescatados?? y que todavia quedaban otros 3 secuestrados y jongin los mando a la manada del este??? pues si señores son estos 3, Jongin sabia de antemano que el futuro de las 3 personas restantes estaba en otra manada.. y mas adelante le dire porque hehehe...

ya vienen las drabbles 

dejen RW


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