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Separation Anxiety (Yuri!!! on Ice) por AbiHummel3007

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta historia no me pertenecen, son de la maravillosa Kubo-sensei y su equipo, esta vez la historia tampoco es mía, la idea le pertenece a Okaeri_Kairi la cual muy amablemente me dio su permiso para traducirla y traerla a esta plataforma, espero que disfruten esta historia tanto como yo lo he estado haciendo.

Notas del capitulo:

Hola, como ya dije arriba este fic no me pertenece, solo lo estoy traduciendo, es uno de mis favoritos entre los fics que salieron del AU Mafia, espero que puedan llegar a disfrutarlo tanto como yo, hice mi mejor esfuerzo para traducirlo, nos leemos al final

Capítulo 1

Yuuri (Coraje)

 

El chico llegó en el auto de su padre ese día no era como nadie que Viktor hubiera visto antes. Mientras era guiado al exterior por el chófer, Viktor no pudo evitar mirarlo fijamente. Cabello más negro que el carbón que caía sobre un par de oscuros, ojos rasgados, el armazón de sus lentes parcialmente oculto por su flequillo. Era pequeño, pequeño en el buen sentido, con una boca delgada y una nariz afilada, y lucía nervioso, incapaz de alzar la vista del suelo.

 

Él nunca había conocido a un forastero antes, pero podía decirlo con una sola mirada al chico, ese pequeño, pálido, chico de apariencia delicada,  no era ruso de sangre.

 

“Vitya, modales,” ladró su padre, y Viktor dio un arranque, avergonzado de haber sido descubierto mirando. Rápidamente advirtió la curiosa mirada y enderezó su espalda, tratando de pararse lo más orgullosamente que pudo.

 

Uno de los asociados le ofreció una mano al niño, y él aceptó tembloroso. Usaba una playera que parecía demasiado grande para él, pero por otro lado estaba vestido tan ligeramente que Viktor no podía culparlo por el temblor; estaban a la mitad del invierno, y St. Petersburg ya era bastante frío como estaba. Aferrándose a su mochila de aspecto sucio, el chico fue llevado frente al padre de Viktor, sus ojos mirando aprehensivamente al alto hombre rubio.

 

“Bienvenido, Yuuri,” dijo Mikhail, su tono era amable. Para sorpresa de Viktor, su padre hincó una rodilla en el suelo para mirar al chico a los ojos y tomó el rostro del niño entre sus manos. “Mis condolencias por tu pérdida.”

 

El chico no respondió, simplemente miro de vuelta los ojos cafés, confundido. Mikhail cabeceó al hombre que estaba de pie junto a Viktor, quien se adelantó y empezó a hablar en un lenguaje extraño. Yuuri escuchó en silencio, después murmuro algo de vuelta. Su voz era muy suave, y Viktor pensó que sonaba rota, de alguna manera, aunque no pudo entender una palabra de lo que dijo.

 

El traductor asintió y se dirigió a Mikhail una vez más. “Dice que está agradecido por sus amables palabras, y que está complacido de conocerlo.”

 

“Educado, ¿eh?”

 

“Si, señor. Le han enseñado bien.”

 

“Bien, bien,” Mikhail asintió para sí mismo. “Dile que es más que bienvenido aquí; cualquier hijo de Toshiya es, por vínculo, hijo mío.”

 

Viktor observó el intercambio curioso. Las palabras parecían tener un efecto muy profundo en el chico; sus labios empezaron a temblar y parecía que se estaba ahogando en sí mismo, su pequeña mano sujetando con fuerza la correa de su mochila.

 

A… ari… rigatou,” susurró ahogadamente, lágrimas resbalando por sus mejillas. Mikhail, aunque pareció no entender la palabra, suavizó su expresión y empujó al niño a un abrazo

 

“De hoy en adelante, eres mi hijo,” dijo firmemente. “No tengas duda alguna de que eres Yuuri Nikiforov, mi segundo hijo.” Mientras el traductor repetía sus palabras, Yuuri rompió en llanto, rodeando los hombros de Mikhail. Sin otro comentario, el padre de Viktor lo alzó y lo acunó en sus brazos. “Vitya, acompáñanos,” dijo, haciendo un gesto para que Viktor los siguiera mientras se daba la vuelta para entrar en la casa. Obedeció y se apresuró detrás de ellos, sus ojos azules fijos en el pequeño y lloroso rostro que le pertenecía a su ahora hermano.

 

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“¿Mamá, acaso ese chico no sabe ruso?”

 

Su madre, Katerina, levantó la vista de su libro para encontrar a Viktor sentado a su sus pies, su cara normalmente animada, marcada con un ceño fruncido.

 

“¿Chico?” preguntó ella, aún medio absorbida en la novela que estaba leyendo, Parpadeó un par de veces antes de volver en sí misma. “Oh, te refieres a Katsuki Yuuri”

 

“¿Ka… zuki?”

 

“Katsuki,” le corrigió, palmeando el espacio vacío en el sillón junto a ella. Viktor tomó asiento a su lado, mirándola con curiosidad. “¿Tu padre no te lo explicó?”

 

“Solo dijo que Yuuri es mi hermano, y que lo trajeron de otro país porque estaba solo.”

 

“Ese Mikhail,” Katerina suspiro. “Siempre tan vago.” Llevó una mano a sus labios, pensándolo un momento. “¿Sabes dónde está Japón, Vitya?”

 

“¿Japón? ¿No es un ese un país asiático?” preguntó, frunciendo el ceño

 

“Si, pero es también uno de nuestros vecinos,” le explico. “A pesar de que esta increíblemente lejos de St. Petersburg”

 

“¿Más lejos que Moscú?”

 

“Mucho, mucho más lejos,” le aseguró, dándole una pequeña sonrisa. Ella era muy hermosa, y a Viktor le decían seguido que su cabello rubio platinado y sus ojos azules recordaban a ella. “Japón está del otro lado de Rusia, después de China. Ese es el país del que viene Yuuri.”

 

“¿¡Vino desde allá!?” pregunto, impactado

 

“Si. Rusia y Japón han tenido sus disputas en el pasado, pero la familia Nikiforov tiene importantes lazos con la mafia de allá,” continuo, revolviendo su cabello suavemente. “En Japón, la mafia es llamada ‘yakuza’ y, justo como nuestras organizaciones, es dirigida por familias poderosas. El padre de Yuuri era Katsuki Toshiya, el líder del grupo Katsuki. Él y tu padre han sido amigos por muchos, muchos años.”

 

“¿En serio?”

 

“Mhm. Katsuki y Mikhail su relación se remonta mucho tiempo atrás. Ellos se conocieron cuando tenían más o menos tu edad, aunque fue solamente porque sus padres se odiaban y siempre estaban peleando por algo. De alguna forma, se volvieron amigos cercanos, y eso nunca cambio.”

 

“¿Cómo es que nunca llegué a conocerlo?” preguntó Viktor, tratando de recordar alguna ocasión en la que hubiera conocido a un extranjero

 

“Si lo hiciste,” dijo Katerina. “Te visitaba mucho cuando eras un niño pequeño, sin embargo cuando su propio hijo nació, le resultó más difícil venir. Su esposa murió en el parto.”

 

“Entonces la mamá de Yuuri…”

 

“Murió, sí. Él nunca la conoció.”

 

“Oh…” Una punzada de simpatía lo atravesó. No podía imaginar crecer sin su madre.

 

“Intentamos visitarlo nosotros, pero las cosas nunca parecían acomodarse,” ella suspiró, acomodándole un mechón de su cabello. “Al final, nunca pudimos ver a Katsuki Toshiya vivo de nuevo…”

 

Viktor bajó la mirada a sus rodillas en silencio. Así que por eso Yuuri estaba llorando…

 

“Tu padre y Toshiya hicieron una promesa, hace mucho,” continuo Katerina, con voz gentil. “Si alguno moría, ellos querían que el otro cuidará de sus familias. Así que cuando Toshiya murió, Mikhail envió por Yuuri. Esa es la razón por la que Yuuri está aquí, y el por qué no sabe ruso.” Se detuvo, le regaló a Vitya una sonrisa triste. “Se amable con él, Vitya. Ese chico ha perdido más de lo que puedes imaginar, y tendrá que empezar de nuevo en un país desconocido por su cuenta. Será difícil hablar con él por un tiempo, pero aprenderá tu idioma, si eres paciente. Es un miembro de nuestra familia ahora, así que debes tratarlo como tal, ¿entiendes?”

 

Viktor asintió.

 

“Sí, mamá.”

 

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Fue más duro de lo que había pensado. Yuuri se encerraba en sí mismo, y parecía receloso de todos excepto de Mikhail. Con frecuencia desaparecía por horas, solo para ser encontrado durmiendo en un clóset o algún otro espacio pequeño, con el rostro bañado en lágrimas. En algunas ocasiones, apenas divisaba a Viktor salía corriendo en la dirección opuesta; su padre le había explicado que a Yuuri le asustaban las personas de ojos azules porque en Japón había supersticiones sobre demonios con irises de colores extraños. Viktor pensaba que eso era demasiado tonto, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. A los 5, Yuuri era cuatro años menor que Viktor, y no estaba seguro que podía hacer para mostrarle a Yuuri que no quería hacerle daño, y que solo quería ser su amigo.

 

Su oportunidad llegó unos días después. Uno de los hombres de su padre le había dado una bolsa de dulces, así que se fue a buscar a su nuevo hermano, pensando que el compartir probablemente rompería el hielo entre ellos.

 

Yuuri no estaba en su habitación ni en el vestíbulo, y una rápida vuelta al jardín le probó que tampoco estaba afuera. Viktor bufó para sí mismo, ligeramente molesto. Se dejó caer en el pasto, miró las nubes de forma petulante.

 

Nunca nadie me había evitado antes, pensó para sí mismo. No me gusta

 

Malhumorado, sacó la bolsa de dulces de su bolsillo y puso uno en su boca, masticándolo hasta hacerlo tronar satisfactoriamente.

 

¡No hay nada de que estar asustado! ¡Mamá y yo no somos demonios! Y la familia tampoco da miedo, ellos siempre me están dando cosas, aunque se vean tan enojados todo el tiempo. ¡Estoy seguro de que también le darían cosas a Yuuri si dejará de llorar por cinco segundos! Estúpido bebé llorón.

 

Tomo un segundo caramelo perdido en sus pensamientos.

 

Aunque… Me imagino que yo también estaría triste, si mamá y papá no estuvieran… Pero aun así, no es como si no tuviera una familia. Siguió masticando pensativo por un momento, sin embargo se sentó de repente.

 

“¡Es cierto! ¡Él ya no está solo!” dijo en voz alta, asustando a un pájaro que estaba en un árbol cercano. Emocionado por su descubrimiento, se levantó y corrió de vuelta a la casa para buscar al intérprete de su padre.

 

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Onii-san,” dijo despacio. Había acorralado a Yuuri después de la cena en el pasillo y lo tomo por la muñeca; el niño más joven había tratado de zafarse y correr, pero el sonido de su idioma nativo detuvo sus intentos.

 

“¿Eh?”

 

Onii-san,” repitió Viktor, se señaló a sí mismo mientras repetía las palabras que le habían enseñado. “Boku… wa Kimi...” se detuvo, tratando de recordar. “¿Kimi no onii-san…?”(1)

 

Yuuri se le quedo viendo, sorprendido.

 

Viktor continuó a pesar de todo. “Da… dakara, Kimi wa… no, espera, er… Kimi wo… Creo… wo ma… mamotte,” pronunció lo mejor que pudo. Las palabras se sentían torpes en su lengua, y se sintió extrañamente consciente mientras las decía. "¡Itsu... Itsumo!”(2) dijo, sosteniendo la muñeca de Yuuri con fuerza casi desesperada.

 

Por un momento, pareció que Yuuri diría algo, pero en su lugar sacudió su cabeza y trato de apartarse. “Hanashite, kudasai…” le dijo suavemente. Viktor no sabía lo que esas palabras significaban, pero entendió lo suficiente para saber que Yuuri estaba tratando de huir.

 

“¡Lo prometo!” agregó, volviendo al ruso. “¡Tú ya no estás solo, Yuuri! ¡Yo estaré aquí para protegerte, siempre!” Fue un impulso, pero jaló a Yuuri en un abrazo, tratando de hacerlo sentir su sinceridad de cualquier manera posible. Yuuri respingo, y un momento después se rompió en lágrimas, sus manos aferrándose a la playera de Viktor.

 

Eso fue suficiente para que Viktor supiera que de alguna forma algo de lo que había dicho había sido entendido.

 

“Está bien,” dijo, acariciando su cabello negro suavemente. “Aquí estoy, y nunca me iré de tu lado. No importa que tan llorón seas,” agregó. Se sonrió a sí mismo, recordando un dicho que los Nikiforov usaban a menudo. “Eso es lo que significa ser hermanos.”

 

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“Eras un bastardo engreído, incluso entonces.”

 

“¿Eso piensas? Yo solo estaba tratando de ser tu amigo”

 

“¡Llamándote a ti mismos onii-san, ha! Y tu japonés era una mierda.”

 

“Mejor que tu ruso al menos.”

 

“Ni por asomo,” Yuuri bostezó, sacó un cigarrillo. Viktor por costumbre sacó el encendedor y lo puso frente a él. “Aun así, fue lindo que hicieras eso. En ese entonces, creía que padre te había ordenado que lo hicieras.”

 

“No… Padre siempre te adoró, pero eso fu mi idea,” dijo Viktor pensativo. “Supongo que algo en ti simplemente… me llamaba.”

 

Yuuri le dio una calada a su cigarrillo mientras cruzaba sus piernas casualmente en su lugar. “Siempre has sido un buen conversador, Vitya”

 

“Me declaró culpable,” respondió animadamente. “Es una habilidad que se aprende, estando en la mafia. Por cierto, Yuuri, realmente debería ponerte el cinturón de seguridad”

 

“Por favor. Las avenidas rusas son el infierno comparadas con este tráfico patéticamente tranquilo.” Yuuri chasqueó la lengua con fastidio, mirando de reojo por el vidrio polarizado. A sus 23, había crecido bien a pesar de su apariencia casi femenina, a pesar de que a menudo la gente se llevaba la impresión de que era alguien débil y dócil. Viktor lo sabía bien. Sabía que esos ojos aparentemente gentiles tenían una chispa de fuego en lo más profundo, y sabía que su actitud tranquila no se debía a la timidez.

 

O quizá, era mejor decir que él solo muestra su timidez frente a mí, pensó incapaz de contener una sonrisa.

 

“¿Por qué estas sonriendo, Vitya?”

 

“Oh, nada… Solo pensaba que nadie conoce al Yuuri Nikiforov real,” respondió sugerentemente

 

Yuuri suspiró y apago su cigarrillo dándole a Viktor una mirada sorprendida “Sabes Vitya… Si crees que solo con eso te vas a ganar un beso, estas muy equivocado.” Se enderezó un poco y tomo a Viktor por la corbata para jalarlo hacía sí mismo. Sus rostros a solo centímetros el uno del otro, y Viktor sintió su corazón detenerse por el repentino movimiento. “Tendrás que hacerlo mejor,” Yuuri suspiro sosteniéndolo en esa postura un momento más antes de soltarlo y volver a recostarse en su asiento.

 

Viktor sabía que se había sonrojado.

 

“¡Y-Yuuri!”

 

“¿Qué? ¿Creí que quería ver a mi yo real?” respondió con calma limpiando sus lentes en su playera.

 

“¡Bueno, sí, pero estamos a la mitad del día-!”

 

“No recuerdo que ayer te quejarás por eso,” Yuuri se encogió de hombros, haciendo que Viktor se avergonzara aún más.

El conductor se aclaró la garganta, claramente incómodo “Ahem, casi hemos llegado a Hasetsu, jefe.”

 

“De acuerdo,” respondió Yuuri con simpleza, luciendo tan imperturbable como siempre. “Llama a Roma y dile que llegaremos dentro de poco.”

 

Viktor se acomodó la corbata nerviosamente tratando de no mirar a Yuuri. El anillo dorado en su dedo brillo.

 

Supongo que no debería quejarme. Yo mismo me metí en este desastre, sabiendo de sobra el tipo de hombre que es.

 

“Vitya…”

 

“¿S-Sí?”

 

“No lo olvides, esto no es una visita social. Trata de no olvidar tu arma esta vez”

 

“E-Entiendo.”

 

Una fría y dura mirada se hizo presente en el rostro de Yuuri. “He esperado demasiado para abrir un agujero en la cabeza de ese maldito bastardo.”

 

Ni Vitya ni el conductor tenían nada que responder a eso.

Notas finales:

(1)"Boku wa kimi no onii-san." -> Yo soy tu hermano mayor

(2)"Dakara, kimi wo mamotte! Itsumo!" -> ¡Ese es el por qué te protegeré! ¡Siempre!

 

Esto se subirá los sábados, excepto hoy que me gano la tentación por subirlo antes xD espero que les guste y pueden ir a dejarle su amor a la autora, un beso!


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