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el camino de sangre. por Fridday-Blackwood

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Notas del fanfic:

me encanta el suspenso!

es una hitoria original.

los personajes son todos mios mios mios

y la trama espero que les guste.

disfruten!

Notas del capitulo:

Bell es un ninfarian algo asi como una ninfa y una arpia, son un poco ingenuos y pacificos ya que parece que lo unico que tienen de arpia con las plumas.

vive en un puebo que esta a la orilla de un extenso lago y rodeado por el bosque del camino sangriento que esta plagado de aberraciones y bestias letales.

pero cada 7 años eligen uno de el pueblo para ir al bosque a enfrentar al rey demonio.

pero eso es mentira total mente....

ya que ademas el rey es inmortal.

solo los sabios del pueblo lo hacen para que los dejen en paz.

El día era precioso, el sol brillaba y las nubes estaban tan blancas que podrían quemarle los ojos al joven ninfaria. Que descansaba en el frondoso prado de flores, que estaba muy lejos del pueblo. ya era costumbre que se escapara para descansar cuando debería estar ayudando con las cosechas. Pero eso no le importaba ahora ya que jamás le decían nada. Claro si alguien se atrevía a regañarlo o siquiera tocarlo los sabios se ponían de histéricos y castigaban a los que se atrevían a dañar al joven Bell, un nombre no muy común entre los suyo ya que eso significa "campana de azúcar" en su idioma.

Creo que sería mejor volver- bostezo aburrido de tanta calma y tranquilidad, levantándose para desentumir sus alas blancas con destellos plateados.

 Sus alas eran únicas y por eso las presumía arrogantemente por todo el pueblo, cosa que hacía que los demás le ignoraran y le odiaran con todas sus fuerzas. Cosa que poco le importaba ya que todos debían tratarlo como si fuera de la realeza, claro por órdenes de los 7 sabios.

Camino un rato hasta que llego a los sembradíos donde los demás trabajaban, y donde aún estaban ya que tenían que hacer las tareas que el ninfaria se reusaba a hacer. Para colmo el sol le estaba jugando en su contra ya que el calor de ese día era insoportable además si estabas trabajando más horas de lo normal, todo gracias a que cierto rubio no se dignaba a levantar ni un dedo para ayudar en los trabajos.

Demonios ya llego la reina de las flores- se burlaron entre dientes mientras cortaban algunas frutas más, pero bell ya estaba saltando la cerca para llegar con ellos. Paseándose con elegancia casi como si fuera una seductora chica que pretendía llamar la atención de todos los hombres a su alrededor

Hola chicos, ¿me extrañaron?- sonrió coquetamente mientras se sentaba en un tronco que se había caído y había arruinado parte de la cosecha. Eso también es la razón por la que ellos estaban trabajando extra.

Disculpa pero estamos trabajando aquí y no queremos más problemas- gruño uno de los jóvenes. Calin, Lujan y Perry son sus nombres y son trabajadores honestos pero con un tremendo desprecio por bell.

La última vez que te vimos causaste estragos y nos culpaste ¿recuerdas?- Lujan vio como sus hermanos se tensaban al recordar el horrible castigo que les dieron a los tres solo por culpa de ese idiota presumido.

Vamos chicos eso quedo en el pasado, ¿no quieren divertirse un poco?-bell era insistente y siempre conseguía lo que quería pero esta vez no fue así. Los tres lo miraron con desprecio y continuaron trabajando ignorando al muy ofendido chico. Que se alejaba maldiciéndolos a todo pulmón.

Cuando llego a su casa noto que faltaba algo, claro no estaba la comida en la mesa y no había nada para poder divertirse. Normalmente los sabios le regalaban cosas para que se entretuviera y comida para que siempre tuviera el estómago lleno. Pero ese día no paso, este día había sido uno de los peores no consiguió que los trillizos hicieran lo que él quería, no había comida en la mesa ni regalo en la sala. Fue a su cuarto encontrándose con una ropa que no le pertenecía, era de color blanco perlado y parecía más un vestido de una chica que una prenda masculino. Había una nota junto al vestido.

“querido bell esta noche se celebrara un banquete en tu honor ya que cumplirás los 18 años en dos días. Usa la prenda que esta sobre tu cama y arréglate lo mejor que puedas para que todos admiren tu belleza”

Att: los siete sabios.

Sonrió alegre de que no todo había salido mal. Un banquete en su honor era uno de los privilegios más exclusivos que solo la realeza tiene. Corrió al baño para asearse, tenía pasto y un poco de tierra por estar jugando toda la mañana.se desvistió dejando ver su piel de porcelana tan pálida y suave. Y se soltó el cabello que ya le llegaba hasta las caderas ya que los sabios no le dejaban cortárselo. Y se miró en el espejo, sus ojos grises eran tan hermosos adornados con unas pestañas tupidas de color dorado, su nariz era perfecta ya que hacía ver su rostro aún más bello junto con sus labios en forma de corazón eran la combinación perfecta para cautivar a cualquier hombre o mujer. Su cuello estaba adornado con un collar plateado con una gema azul regalo de los sabios como todo lo que tenía. Y su cuerpo ni hablar casi todo extraño lo confundiría con una chica ya que sus caderas eran más anchas y tiene un trasero firme y suave. Entro a la tina para bañarse abriendo la llave para que saliera el agua perfumada y así poder resaltar su belleza natural.

Estaba tan feliz que cuando salió da la tina casi se cae por correr, después de secarse y cepillase el pelo se maquillo un poco. flores para el cabello, miel para los labios y azúcar para los hombros algo que solo las chicas solteras hacen para las fiestas. El vestido le quedaba perfecto. Se calzo las zapatillas que hacían juego con su atuendo y salió justo  tiempo para el banquete.

El lugar estaba decorado con farolas hermosas y tenía arreglos preciosos, los colores brillantes resaltaban más con la luz lunar esa noche era luna llena, pero algo no estaba bien bell lo sentía en su corazón algo malo pasaría pero decidió ignorarlo. Habían puesto una pista de baile dorada y alrededor unas mesas de manteles de color azul marino ya había gente hay pero él no conocía a nadie. Su mal presentimiento lo volvió a invadir dispuesto a marcharse pero alguien lo detuvo era uno de los siete sabios. Era él quien mandaba los regalos y siempre lo consentía

¿A dónde vas bell? si el banquete es para celebrar tu cumpleaños.-sonrió haciendo que el ninfaria se alterara un poco ya que la sonrisa del sabio era un tanto aterradora. Lo siguió pero noto que todos lo miraban y susurraban acerca de él. Se puso nerviosa jamás pensaría que ser el centro de atención le disgustaría tanto. Se dio cuenta que en la mesa central estaban los demás sabios y había alguien más, un hombre alto de piel morena con cabello blanco y rasgos muy bien definidos sin duda era atractivo pero lo que llamo su atención eran esos ojos que parecían oro fundido con toque rojizos. El hombre lo miro fijamente pero volteo el rostro cosa que indigno a bell pensando que el hombre lo consideraba inferior.

Notas finales:

espero que lo disfruten y cuando pueda subire otro capitulo

sera pronto lo prometo cualquier pregunta que tengan de la historia estare feliz de contestarles


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