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My unknown husband por frizzante gatto

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Era frecuente que durante la última representación de una obra hubiese un poco más de magia en el ambiente. Los actores aparecían nimbados de un resplandor especial mientras actuaban. El público de Bath se mostró generoso en risas y aplausos, y se involucró intensamente en la historia de Señor Engaño desde la primera hasta la última escena.

Esa noche, Naruto no pudo impedir un sentimiento de lejanía con la obra. Era consciente de que su actuación era buena pero no podía sumergirse en su parte como de costumbre. Quizá se debiese a que iba a casarse con Neji al día siguiente, uniendo su futuro al de él en forma permanente, aunque impersonal. Su mente estaba concentrada en ese hecho, aunque al mismo tiempo hablara, riese y actuara sobre el escenario.

A esa hora, Sasuke debía de haber recibido la carta. ¿Qué habría dicho? ¿Cómo se sentiría? Se preguntó cómo sería la siguiente ocasión en que lo viese, cuando se presentara como el esposo de Neji Hyuga. Pensó que era lo mejor para los dos; de todas maneras, las razones prácticas no aliviaban en absoluto el dolor y la angustia que sentía por dentro. Ah, si las cosas fuesen diferentes, si...

Cuando acabé la obra, estallaron grandes aplausos, y los actores agradecieron tanto entusiasmo haciendo reverencias. Naruto se sintió aliviado cuando al fin Neji lo condujo fuera del escenario, y él tironeé de su camisa húmeda de transpiración.

Naeji le dirigió una mirada observadora.

—Pareces un poco irritado. Trata de descansar esta noche —le aconsejó, sabiendo que el elenco trataría de convencerlo de que esa noche compartiera con ellos un festejo consistente en copiosas cantidades de bebida y de comida—. Nos ocuparemos de la ceremonia mañana por la mañana, antes de marcharnos para Bristol.

Naruto logro esbozar una desganada sonrisa.

—Más giras, más actuaciones. ¿No será una luna de miel corriente verdad?

El castaño lo miró como si esa idea no se le hubiese pasado por la cabeza hasta ese momento. —¿Te gustaría tener una luna de miel?

Por una fracción de segundo, el rubio tuvo la tentación de decir que sí. Le hubiese gustado ir a algún sitio exótico, un lugar donde pudiera relajarse y permitirse olvidarlo todo, aunque más no fuese por un breve lapso. Pero la perspectiva de ir a cualquier lugar solo con Neji le ponía nervioso. Además, el Hyuga se sentiría contrariado si debía interrumpir su programa de giras por cualquier motivo que fuese, más aun teniendo en cuenta que deseaba supervisar la reconstrucción del teatro Capital.

—No —murmuró Naruto—. Ahora no es el momento oportuno. Quizás en otra ocasión, tal vez.

—Roma —prometió el mayor—. O Grecia. Iremos al festival que hay en Atenas y veremos obras en teatro al aire libre.

Naruto sonrió, le dio las buenas noches con un murmullo y se encaminó hacia su camarín, tratando de alizar su cabello. Al pasar, vio a una cantidad de personas que circulaban por la zona oscura de atrás del escenario, de pronto, se vio apretado hacia un costado donde quedó esperando que terminara de pasar la gente.

—Señor Uzumaki—oyó que decía una voz baja de alguien que estaba a su lado. Reconoció a uno de los trabajadores del teatro. Él y otro compañero se colocaron uno a cada lado del blondo, empujados por la gente que circulaba por ahí.

—¿Sí? —dijo Naruto, incómodo—. Esto está atiborrado, ¿verdad?

Aguardó hasta que tuviese ocasión de marcharse y se alejó del tramoyista y de su compañero. Para su sorpresa, ellos echaron a andar en la misma dirección, siguiéndolo de cerca. Naruto sintió una vaga inquietud y apretó el paso casi hasta haber llegado a su camarín.

Antes de que hubiese traspuesto el umbral, sintió que lo sujetaban por detrás, amortiguaban su grito con una mordaza de algodón y le ataban con eficiencia los brazos a la espalda. Dentro de él  hubo una explosión de terror. En vano se retorció mientras ellos le echaban una capa encima, bajando la caperuza para ocultar su rostro. Los dos sujetos lo condujeron afuera con rápidos pasos, aferrándole los brazos de modo de sostenerlo erguido.

 

—Lo siento, señoro Uzumaki—musitó uno de ellos—, es que afuera hay un caballero esperándolo, y nos ha pagado para que la llevásemos hasta él. Dice que sólo quiere hablar con usted unos minutos. Eso no es mucho pedir, ¿verdad?

 

Notas finales:

Capítulo pequeño :3 Gracias por leer 


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