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My unknown husband por frizzante gatto

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Notas del capitulo:

:D Gracias por leer

—Disculpame —dijo Sasuke, poniéndose de pie—quiero hablar unas palabras con el señor Hyuga.

—¿Para qué? —preguntó  Sakura de inmediato.

Pero él no le hizo caso y se dirigió hacia donde estaba  Neji Hyuga cuya cabeza de matices cafés sobresalía por encima del corro que lo rodeaba. Sasuke  experimento una impaciencia, como no hubiese conocido. Quiso hacer desaparecer a todos los presentes en el salón, con excepción de Menma.

Por más que Neji estuviese atendiendo a otra gente, no pudo dejar de notar su presencia junto a él. Sus ojos blancos encontraron la mirada del Uchiha y, si bien no habían sido presentados, hubo entre ellos una corriente de reconocimiento. Se las ingenió, con habilidad, para desembarazarse de las dos o tres conversaciones simultáneas que estaba desarrollando y se acercó a Sasuke. Si bien no era tan alto como Sasuke, sus hombros eran anchos y su cuerpo macizo. Neji tenía el aspecto del hombre próspero, de cultura superior, y su presencia de individuo acomodado desmentía que fuese hijo de un tosco pescadero del este de Londres.

 

—Lord Sasuke —dijo Neji, pasando su copa de vino de la mano derecha a la izquierda para poder estrechar la mano del otro en un firme apretón—. Lamento que no hayamos tenido la oportunidad de conocernos antes.

—Señor Hyuga -dijo Sasuke, retribuyendo el apretón—. Hace mucho tiempo que admiro su talento.

—Gracias, milord —respondió, y sus expresivas facciones adoptaron un aire de moderada interrogación—. Espero que haya disfrutado de la escena de esta noche. Es una pequeña muestra de las muchas producciones valiosas que esta temporada serán exhibidas en el Capital.

—Así fue. Más aun: la he disfrutado tanto que me he visto impulsado a hacer una contribución al teatro.

—Ah —exclamó el actor; un relámpago de satisfacción asomó a los ojos blancos de

Neji y bebió un pequeño sorbo de vino—. Será debidamente apreciada, milord.

—Espero que cinco mil libras le resulten útiles.

Al oír la cantidad, Neji estuvo a punto de atragantarse con el vino. Recobró rápidamente la compostura, y miró a Sasuke con franca sorpresa.

—No dudo de que usted debe de ser consciente que su donación es de una generosidad poco común, lord Uchiha. Reciba usted mi más profunda gratitud, así como la del resto de los actores del Capital —hizo una pausa- Aunque sospecho que usted quiere algo a cambio de una suma tan elevada.

—Sólo un pequeño pedido.

—Eso pensé –repuso Neji, alzando las cejas a modo de interrogación.

—Me gustaría que el señor   Uzumaki cenara una noche conmigo en mi propiedad- El pedido dejó imperturbable a Neji. Era indudable que muchos hombres habían manifestado ya el mismo interés por Menma.

—¿Y si él se negara?

__El dinero seguirá siendo suyo.

—Me alivia saberlo, lord Uchiha, puesto que la señor Uzumaki no es de esos donceles a quienes se pueda comprar ni tampoco cortejar fácilmente. Podría hablarle de un gran número de caballeros que han fracasado ante él. Al parecer, no le importan la riqueza ni la posición social y, que yo sepa, no desea la protección de un hombre. Para ser francos, apostaría a que  no aceptará ninguna clase de invitación que usted le haga.

 

-Tal vez pueda usted ejercer alguna influencia sobre él —sugirió Sasuke en voz baja—. Confío en que la empleará usted, en mi provecho.

Las miradas de ambos se encontraron, los ojos blancos sondearon los de color negro. Sasuke no pudo discernir si a Neji  lo impulsaba un sentimiento paternal con respecto a Menma o si había cruzado el umbral de los verdaderos celos.

Neji habló en tono inexpresivo.

__No estoy dispuesto a ser responsable de obligar al señor Uzumaki a aceptar una situación que pudiera ser comprometedora o difícil para él...

—Sólo quiero pasar unas horas con él—dijo Sasuke, sin inmutarse—. Le doy mi palabra de que no será ofendido en modo alguno. Me gustaría que usted le convenciera de que aceptase mi invitación. De todos modos, aunque no la acepte, mi donación al Capital será entregada tal como he prometido.

Neji vaciló un buen rato y luego bebió un sorbo de vino. Como era un hombre de mundo, comprendía que era inevitable hacer alguna concesión... que era necesario, a pesar de las afirmaciones de Sasuke en contrario. Y no se podía afirmar que era demasiado pedir una cena a cambio de cinco mil libras.

—Muy bien. Conversaré con él acerca de esto.

—Gracias.

El rostro de  Sasuke se mantuvo inescrutable, aunque él sintió que podía exhalar una bocanada completa de aire por primera vez desde que  Menma lo había atrapado en su hechizo. Debía hacerlo... Neji  debía convencerle de que se encontrase y pasara unas horas a solas con él.

Cuando se separó de Neji, Sasuke atisbó a Menma, que estaba a unos metros de él, con un grupo de admiradores. Había clavado en él su mirada azul acusadora, como si ya supiera lo que  había hecho.

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-¿Qué le has dicho? — preguntó Sakura, en cuanto él regresó junto a ella y a Itachi.

Era evidente que no le había gustado quedar abandonada, aun unos pocos minutos. Sasuke se encogió de hombros y la miró sin alterarse.

 

-He decidido patrocinar al Capital.

-¿Si? —exclamó ella, mirándolo con aire escéptico

—Nunca asistes al teatro a menos que te hayan dado un golpe en la cabeza y arrastrado hasta allí —comentó Itachi—. ¿A qué se debe ese súbito interés en el Capital?

-Sí, ¿a qué? –preguntó Sakura, con la boca tensa por la sospecha.

—Quiero ensanchar mis intereses —respondió Sasuke, con una impresión en sus ojos que advirtió a ambos sobre la inconveniencia de seguir interrogándolo.

_______________________ 

-¿Qué te ha dicho él? preguntó Naruto, en cuanto pudo separarse de los otros invitados y llevar a  Neji aparte para hablar con él en privado.

Los ojos de  Neji eran dos luces blancas de inocencia. -Quién?

—Lord Uchiha-respondió el rubio, entre dientes -¿De qué  hablarón? He visto la expresión de tu cara: es la misma que tienes cada vez que alguien te ofrece dinero.

—Bueno, has acertado —dijo el castaño sonriendo y abriendo las manos en un gesto encantador—. Va a hacer una espléndida donación al Capital. Un tipo muy generoso. Agradable, caballeresco...

—Deja de elogiarlo y dime qué pretende a cambio

—Ya hablaremos más tarde.

Naruto  preso de una irritación que iba en aumento, asió la manga del Hyuga y hundió sus dedos en la fina tela beige de su chaqueta.

—¿Habló de mí?

—¿Por qué lo preguntas? —quiso saber Neji, sondeándole la mirada—. De hecho, sí lo hizo. ¿Qué sucede entre vosotros?

—Nada —respondió el kitsune, de inmediato—. Y nada pasará. Yo no tengo el menor interés por él.

—Es una pena, porque yo he hecho una especie de promesa.

—¡Tú no tienes derecho de hacer ninguna promesa que me implique! —dijo el trigueño con vehemencia.

—Tranquilo —murmuró Neji, consciente de las personas que tenían cerca—. Nadie va a obligarte a hacer nada. Hablaremos después, cuando hayas controlado tus emociones.

Naruto  se esforzó por calmarse y soltó la manga de la chaqueta de Neji.  

—Si no me lo dices ahora, me volveré loco.

—Lord Uchiha quiere cenar contigo una noche de éstas. Antes de que te niegues, permíteme recordarte algunos hechos. Yo te doy la paga más alta de la compañía, aparte de la mía. No escatimo gastos cuando mando a hacer tus trajes con las mejores sedas y los mejores terciopelos, y cuando debo comprar joyas verdaderas para que tú uses. Te he rodeado de los mejores elencos que han estado jamás sobre un escenario y seleccionado obras para que tu talento se luzca más. No me parece que una cena platónica con lord Uchiha represente un sacrificio muy grande para ti, a cambio de las cinco mil libras que él donará al teatro.

—¿Cena platónica? — Ironizó el menor—. Señor Hyuga, si va a convertirse en un chulo, bien podría decirlo con franqueza. Yo no soy ningún ingenuo.

—No; sólo eres un desagradecido —replicó el ojiperla, de inmediato.

—He trabajado duramente para ti durante los dos últimos años... y eso es todo lo que exige mi contrato.

—Cualquier otro actor de la compañía aceptaría con agrado la invitación del Uchiha.

—Si es así, envía a uno de ellos en lugar de mí. ¡Envíalos a todos!

—Maldita seas —dijo  Neji en voz queda—. Rechaza al Uchiha, si debes hacerlo.Pero habrás de pagar un precio por ello. Esta noche, has demostrado que mereces el papel protagónico en Señor Engaño.., pero no obtendrás ése ni ningún otro papel que desees durante esta temporada a menos que aceptes la invitación de lord Uchiha. Y antes de que clames que soy injusto, recuerda que, sin el aprendizaje que yo te he brindado, sin mi especial atención a tu carrera, lo más probable es que estuvieses en gira por las provincias con un grupo de actores itinerantes.

Naruto  le disparó una mirada de furia impotente y se alejó de él rozando a los caballeros que estaban tratando de serle presentados.

_____________________

Cuando llegó ante la puerta cerrada de uno de los dormitorios de la segunda planta, Naruto levantó la mano para golpear, pero vaciló y la dejó caer a un costado. Era tarde, todos se habían retirado a sus habitaciones, a dormir. Tras esa puerta y tras muchas otras, se oían ruidos de cajones y armarios que se abrían y se cerraban, así como murmullos de los criados que ayudaban a los invitados a desvestirse y ponerse su ropa de dormir.

Naruto había sobornado a un criado para que le dijera en qué habitación se alojaba el marqués de Uchiha y se había acercado a ella con una mezcla de miedo y decisión. Nunca, hasta entonces, había estado en el cuarto de un hombre pero pensaba que ésta era la única manera en que podría hablar con Sasuke  a solas. Tenía que enfrentarlo, dejar en claro que, cualesquiera fuesen sus intenciones , no obtendría nada de él. Quizás, entonces, el Uchiha retirara su invitación.

Estaba muy nervioso, atenazado por el mismo pánico que había sentido horas antes.

Hizo una inspiración profunda para serenarse y se obligó a llamar a la puerta. Sus nudillos temblorosos a duras penas rozaron la puerta pero, por más que el sonido hubiese sido leve, fue oído. Naruto palideció al oír la amortiguada pregunta desde dentro.

Segundos después, el tirador giró y  se encontró con los obscuros ojos de lord Uchiha.

Naruto  trató de hablar pero su garganta estaba cerrada, sólo atinó a permanecer allí en silencio. Su corazón latía de manera frenética y llenaba sus oídos el ruido de ese veloz tamborileo. Él había visto a los actores del Capital en distintos grados de desnudez, cuando la necesidad de rápidos cambios de vestuario hacía imposible la intimidad...pero eso era por completo diferente a enfrentarse con un lord Uchiha cubierto sólo por una bata de seda bordó. En el ámbito más reducido de la suite el moreno parecía mucho más grande que en el vasto salón de baile de la planta baja, con sus anchos hombros cerniéndose sobre él, su níveo  cuello desnudo a la altura de sus ojos. 

Sasuke inclinó unos centímetros la cabeza sin apartar la vista del rostro del kitsune. Naruto  notó que lo había sorprendido con su aparición allí, a esa hora. Bueno, el rubio  quería que el azabache lo viera audaz y confiado.

—¿Puedo entrar? —preguntó, en voz milagrosamente firme.

En lugar de responder, el más alto abrió la puerta y le hizo ademán de que entrase. Naruto así lo hizo, y luego se detuvo al ver a un valet que recogía sábanas en un rincón.

—Eso es todo —murmuró Sasuke  al criado, quien asintió y se marchó de inmediato, cerrando la puerta sin ruido al salir.

Estaban solos, en un cuarto lleno de detalles de brocado amarillo, muebles de caoba y pinturas que representaban armoniosas escenas pastorales... solos y frente a frente, después de tantos años. Era imposible que Sasuke supiera quién era él, pero aun así se sentía expuesto y en peligro, como si su única protección fuesen sus secretos. Sasuke siguió mirándolo fijamente hasta que Naruto  comenzó a pensar que tal vez hubiese algo fuera de lugar en su aspecto. Incómodo, se alisó el cabello y luego apartó su mano con brusquedad. No tendría importancia que cada mechón de sus cabellos estuviese tieso: a él le tenía sin cuidado lo que el moreno opinase.

 

Sasuke reparó en su escasez de ropa y ajustó el cinturón de su bata de seda.

—Yo no tenía pensado recibir visitas —dijo Sasuke

Naruto se cruzó de brazos en una actitud que era tan aguerrida como protectora de sí mismo.

—No me quedaré mucho tiempo.

El azabache  volvió a mirarle con atención. Se sentía tan incómodo como el rubio con el silencio que se había hecho entre los dos... pero, por otra parte, el moreno se sentía incapaz de romperlo.

Naruto  intentó, en vano, leer sus pensamientos pero el mayor no revelaba nada. ¿Qué clase de hombre era? Por lo general,  no tenía dificultades cuando se trataba de discernir la personalidad de alguien, de percibir si se trataba de una persona intrínsecamente bondadosa, egoísta, tímida u honrada. Sasuke, en cambio, no mostraba nada de sí mismo.

Su rostro era bello y austero, con su larga nariz, los nítidos ángulos de sus mejillas y el contorno agresivo aunque delicado de su mandíbula. La  curva de su boca y los ojos como dos pozos profundos de largas pestañas le conferían un sorprendente matiz de suavidad. Para muchos donceles o mujeres, debía de ser una tentación irresistible hacer sonreír a Sasuke, arrancarle una mirada de deseo, despertar cualquier clase de emoción en esas facciones enigmáticas. Él mismo se sorprendió tratando de imaginar cómo sería conquistar su confianza, tener su oscura cabeza apoyada sobre el regazo, acariciar sus gruesos cabellos...

—¿Por qué está aquí, señor Uzumaki? -preguntó el Uchiha.

Naruto  percibió que se ponía ceñudo y respondió en tono crispado: —Pienso que usted ya lo sabe, milord.

—Neji ha hablado con usted.

—Sí, me ha hablado. Y yo he venido a rectificar la impresión de usted. Al parecer, usted piensa que, con dinero, puede comprar cualquier cosa.

—La mayor parte de las veces es así.

—Bueno, pero a mí no puede comprarme.

Ya lo habían vendido una vez en su vida, a cambio de un título de nobleza que él no había pedido ni quería. Nunca más volvería a suceder.

.—Creo que ha habido un malentendido —dijo el azbacahe, sin alterarse—. Si pone usted objeciones a la posibilidad de cenar conmigo, tiene plena libertad para negarse.

—Usted lo ha hecho imposible. Si no acepto, perderé todos los papeles de esta temporada en el Capital. ¡Si acepto, tendré esos papeles!

 

La expresión del moreno manifestó perturbación, sus cejas oscuras se unieron en un ceño.

 —¿Quiere que yo hable con el señor Hyuga?

-No! Eso no haría más que empeorar la situación.

 Sasuke se encogió de hombros y le respondió de un modo realista que enfureció a Naruto.

—En ese caso, creo que no tendrá más remedio que soportarlo lo mejor posible.

-¿Y qué me dice de la mujer que estaba sentada con usted, en el rincón, anoche? —preguntó el blondo—. Lady Haruno, si no me equivoco. Da la impresión de estar muy encariñada con usted.

—Lady Haruno  no tiene ningún derecho sobre mí. Entre ella y yo no hay más que un acuerdo.

—Muy sofisticado de su parte —replicó el kitsune con ironía—. Permítame que le haga una pregunta, lord Uchiha. Si fuese usted un hombre casado, ¿seguiría deseando cenar a solas conmigo?

-Puesto que soy soltero —respondió el azabache  con calma—, la pregunta carece de importancia.

 

Soltero!” Naruto  se llenó  de indignación al comprender que el contrario  había decidido ignorarlo,hacer de cuenta que  había desaparecido de la faz de la tierra. En un esfuerzo por ser sincero consigo mismo, él había hecho algo semejante... pero las situaciones de uno y otro eran muy diferentes. Después de todo, él había pasado los últimos años luchando por construir una vida nueva para sí, ¡mientras que el moreno había disfrutado en su papel de señor de la heredad con su dote!

— ¿No le molesta a usted, en absoluto, que yo tenga marido? —preguntó el ojiazul-¿Que pertenezca a otro?

El mayor  titubeó largo rato.

—No.

Naruto  movió lentamente la cabeza y le dirigió una mirada desdeñosa.

—-Ya sé lo que piensa usted de mí, milord, todos los hombres de su posición piensan cosas semejantes acerca de los actores. Pero puedo asegurarle que yo no soy un cortesano y, por cierto, no puede tenerme por el precio de una cena y unas pocas promesas...

—No es eso lo que yo pienso —repuso Sasuke, avanzando hacia el rubio al punto que el menor  pudo sentir la tibieza del   aliento contrario  sobre su piel, cosa que lo enervó. El rubio  percibió la fuerza latente del cuerpo del mayor, una fuerza que lo intimidaba aunque, cuando habló, su voz era amable

— No voy a aprovecharme de usted, señor Uzumaki. Lo único que quiero es pasar una velada con usted. Si no disfruta usted en mi compañía, puede marcharse en cualquier momento que lo desee, pero no querrá hacerlo.

 

La arrogancia del azabache  provocó en el kitsune una  risa insegura. —Está usted muy seguro de sí mismo, ¿no es así?

 

—Lo esperaré en el Capital el viernes después de la función.

Naruto apretó la boca mientras lo evaluaba en silencio. Sasuke  era un individuo perspicaz. Si intentaba forzarlo, directamente,  se resistiría hasta su último aliento.

 

El uchiha se había percatado de ello y le había cedido la posibilidad de rechazarlo, si quería.

Sasuke  esperó su respuesta con el aire expectante de un felino que estuviese acechando a un animal pequeño con el que se había encaprichado. El kitsune  no supo bien por qué la paciencia del moreno lo  conmovio. En un instante de intuición, Naruto  pensó que, tal vez, el azabache  temiera y deseara, para sus adentros, las mismas cosas que él . Sasuke había sufrido la influencia de los mismos manejos que él y, tal vez, también se revelase contra ellos a su modo.

 

¿Cómo podía no sentir curiosidad con respecto al mayor? ¿Cómo hubiese podido cualquiera resistir la oportunidad de saber más acerca del desconocido con quien estaba casado? Además, el Uchiha no tenía idea de quién era él. ¿Por qué no pasar unas horas con Sasuke? ¿Qué mal podría haber en ello? Casi todas las noches, después de la función,  se iba directamente a su pequeña casa de la calle Somerset y leía un libro o permanecía pensativo contemplando el fuego. Este cambio sería interesante, por decir lo menos. Por lo demás, no era necesario que le dijese que él era Naruto Namikaze.

 

Lo irónico de la situación le provocó deseos de sonreír. Qué buena broma sería, aunque sólo él  pudiese apreciarla. Si su padre supiera que, después de tantos años de rebelión,  iba a cenar con su marido. ;¡ Le daría apoplejía!

—Está bien —dijo, y se sorprendió a sí mismo de su tono práctico—. Lo veré el viernes.

__Gracias, señor Uzumaki  —dijo Sasuke, con una chispa de satisfacción en sus ojos negros—. Le aseguro que no lo lamentará.

Notas finales:

Perdón por los e(ho)rrores ortográficos xD. Gracias por leer 


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