Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un cuento de hadas por AndromedaShunL

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Hola! De nuevo por aquí, que ya era hora. Les traigo este brevísimo one-shot que se me acaba de ocurrir mientras escuchaba música (Nightwish <3). Espero que les guste mucho y dejen su comentario si así ha iso, o si no, jajaja. 

También espero poder compartir más historias con más regularidad, que no sé qué me pasa pero estoy muy perdida por aquí.

Sin más, que lo disfruten :).

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen a mí, sino que son propiedad exxxxxxxclusiva de Masami Kurumada.

Siempre supe que todo era un cuento de hadas. Lo supe nada más verte, nada más caer rendido a tus pies con las primeras luces del alba.

                Lo supe la primera vez que salimos para contemplar los dragones y todo el esplendor que cae desde sus alas al volar. Y del fuego que amenaza entre las fauces cuando tratan de domarlos.

                Y lo supe desde la tarde en que fuimos hasta el río cogidos de la mano, como si nada más importase, con el sol dándonos en el rostro y sofocando nuestra respiración. Sin embargo, yo creía firmemente que no era el sol el único causante de tal dificultad.

                Pues eran tus manos cálidas, tus labios como rubíes, tus ojos grandes como esmeraldas, brillantes como diamantes. Tus besos en mi boca, suaves como el terciopelo, inseguros por el qué dirán.

                Era todo un cuento de hadas que parecía realidad. Lo supe porque te quería más que a mi vida, e incluso cuando nada quedaba en el campo me inventaba cualquier excusa con tal de ir a verte una vez más. Soñaba con nunca separarme de ti, noche tras noche.

                Y cada amanecer el rugido infernal de los dragones me desperezaba de ese increíble sueño en el que no existían barreras para nuestro deseo. Porque los sueños moldeables es lo más realista para escaparse de la realidad.

                Y me decías una y otra vez lo mucho que te preocupaba que nos descubrieran, que nuestro amor era prohibido. Que nos tirarían piedras a las ventanas. ¿Qué más da? Las ventanas se pueden arreglar, un corazón roto no.

                Lo supe el día en que nos escapamos al monte con una cesta de comida. Nos quedamos atrapados en una pequeña grieta en la tierra por la lluvia torrencial. Era verano, claro, ¿cómo predecir el tiempo en una época tan fastidiosa? Pero aquel día fue increíble. Las luciérnagas de cristal volaban por todas partes y nos hacían compañía con su melodía de luces. Y las apacibles flores de ojos anaranjados se abrían como todas las noches y nos saludaban con sus pequeñas hojas como manos.

                Quizá fue aquel día en el que me di cuenta de que todo era un cuento de hadas. Yo lo intuía, pero no era capaz de verlo. No quería que nada de aquello terminase.

                La lluvia amainó muy de madrugada, y nos encontró buscando las palabras precisas para que al volver no nos castigasen, pero no se nos ocurría nada sensato que decir. Y entre risas todo eran luciérnagas en nuestros ojos.

                Al final regresamos cogidos de la mano, sin importar quién pudiera vernos. Llegamos a la conclusión de que lo que tuviera que pasar, terminaría pasando. No podríamos ocultarnos por mucho más tiempo.

                Y el cuento de hadas se fue desnutriendo cada vez más. Mi Shun se desmoronaba en su familia, y yo me desmoronaba en la mía. Nos veían como bichos raros, como seres despreciables, y nos tenían confinados en un rincón distinto del universo, como si estuviera prohibido, con pena de muerte, amar.

                —Mime, vete a recoger los huevos al gallinero. Y como te pille de nuevo…

            —Sí, padre —respondía yo antes de que llegase a pronunciar su nombre, con miedo a que si lo hacía, este quedase consumido en el aire.

            Entonces las luciérnagas dejaron de cantar con luz. Los dragones dejaron de parecerme maravillosos y ya no les devolvía el saludo a las flores. Y cuando supe que tu alma se había ido a reunir con las estrellas una noche de invierno, una enfermedad incurable se apoderó de mi corazón.

            Me fui lejos. Traté de reunir pedazos de cuerdas de plata para poder alcanzarte en el cielo. Traté de pescar las estrellas para traerte de vuelta conmigo. Traté de volar por encima de las nubes a lomos de uno de los dragones, pero no quería subir más.

            Intenté tener tu mirada clavada en mis ojos. Lo intenté… pero no era más que un cuento de hadas.

Notas finales:

Muchas gracias por leer. Espero que les haya gustado mucho.

¡Nos vemos! <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).