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ZODIACO, INC. por lyio harrison

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CAPÍTULO 2:

TAURO DE LA CASA DEL TORO.

El toro que anhela el amor.

La estrella pequeña junto a Venus,

Esa que se volvió un toro tonto,

Que de sus barrancos brotan aguas claras

Y en su hocico habita una búsqueda desesperada.

Te han castrado ¿No lo ves?

El toro triste morirá viendo al público,

Con trincheras incrustadas a su andar,

Y nadie ve sus lágrimas oscuras.

No podían ver su alma salvaje y noble,

No podían ver su caprichosa piel ganadera.

No podían ver la lluvia en sus pupilas.

Que el toro que anhela el amor.

Es aquel que han matado.

– ¿Te vas ya? –. Venus fue la que habló después del largo abrazo que había dado a su hijo Tauro. El rubio miró el gran palacio con nostalgia, que aún no se iba y ya lo extrañaba.

De alguna forma le daba miedo el exterior nunca había salido del palacio y mucho menos del planeta. No tuvo la necesidad de asistir a fiestas, Libra era el que tenía esa responsabilidad. La de él era de no hablar sobre los hombres que Libra traía a media noche. Por supuesto que Oni siempre quería abrir la boca, pero él no se lo permitió ni se lo permitiría.

Siempre estuvo tan apegado a su familia, a su madre, a sus hermanos, que ahora estaba más que nervioso con la idea de salir al exterior, las manos le sudaban a borbotones que podía sacudirlas y crear un espesa lluvia salada.

Observo a los alrededores con interés buscando a su hermano menor, este llegó de la sala principal con una sudadera que le colocó apenas y estuvo a su altura.

–¿Llevas tu cepillo de dientes? –.Preguntó Libra preocupado más de la cuenta, con el tiempo más que acostumbrarse, Tauro se volvió igual de preocupón que él.

–Sí...

–¿Tu bata de baño?

–Sí...

–¿Tu medicina?

–Sí...

–¿Tu champú especial?

Seh...

–¿Y tu...?

–Sí... Libra, estoy bien–. Tauro aprovechó para sacudirlo un poco antes de decirle aquello. El menor asintió nervioso y soltó un efímero "okey"... repentinamente saltó a abrazarlo y casi a llorar como magdalena, Tauro giró los ojos de alguna forma divertido con la situación presente.

–Te iras tan lejos–. Dijo el menor entre sollozos.

–Por favor, solo serán dos semanas antes de que vuelva a verte, estaré bien–. Tauro intentó tranquilizarlo y tranquilizarse a sí mismo, no quería dejar su palacio, y mucho menos lo que tenía ahí dentro, una cama, un televisor enorme, abundante comida, comodidad, una noche cálida y un día aún más cálido. Todo lo que necesitaba para sobrevivir debía dejarlo para convertirse en un signo, uno que justo en ese momento sentía que moriría.

–Dos semanas es muy poco ¿No? –. Preguntó Libra ahora con una mueca feliz.

–Lo es...

–Y serán dos semanas bien aprovechada lejos de ti–. Finalmente hablo Oni, quien se había mantenido callado hasta ahora.

–Oh, que me olvidaba de él–. Habló Libra fastidiado, aquellos dos eran como dos demonios de Tasmania si se les ponía juntos por mucho tiempo.

El rubio recordaba como Oni había llegado de ser un ser completo a convertirse en solo unos labios, una lengua y los dientes, justo en su estómago. Adherido a él por la eternidad o al menos así dictaba el castigo de Venus.

Hace mucho tiempo, bastante tiempo atrás... Tauro solía llamarse Ino, y tenía un hermano, apenas un cincuenta años mayor que él.

Cuando llegó a conocer a Venus, esta le permitió abrir las puertas de su casa, todas menos una. Aquella que contenía algo secreto, algo que no debía ser visto por nadie, que corroía la curiosidad de todo el que sabía de la habitación, siempre estuvo sellada, con cristales. Y Tauro nunca pensó en entrar, o siquiera intentar abrirla. Eso hasta que llegó Oni a su vida.

Al principio, Oni lucía distante y enfadado con él, sin embargo Tauro el rubio no lograba encontrar una razón por ello "Él es así" solía decir Venus, un día y el rubio sin esperarlo el chiquillo de cabellos oscuros se acercó a él y de ahí surgió una relación de hermanos.

Venus se había regocijado en alegría y esperaba con ansías crear otro hermano para ellos, otra criatura perfecta, otro amante perfecto. Que Zeus partiera a Plutón el loco por decir que él poseía lo mejor en amantes. Eso solo era palabrería, que se comparaba la hiedra venenosa con la hermosa flor.

Ni su Ofiuco, ni Ara, ni Cenit podían ser competencia alguna por lo que ella acabaría por crear.

Oni, Ino, e Ion.

... Hace 1500 años...

La primera vez que Venus se interesó por los homúnculos y las quimeras fue cuando Zeus logró tener una criatura casi perfecta, Hércules era lo que ella admiraba y lo que aspiraba a crear.

Una criatura que fuese perfecta en todos los aspectos, por la que los dioses pelearan por tener aunque sea una de sus miradas, así como muchos dioses pelearon por Hércules incluso si este al final no fue perfecto.

Todo lo que conocía el universo cambiaría. Y ella sería la madre, una madre que daría un hijo perfecto.

El primero fue un niño de ojos y cabellos negro que tomó de la semilla de Hades y lo dejo fecundar con sus óvulos en una incubadora del palacio, una grande y pesada que le costó mucho conseguir. La quimera a la que llamó Oni, al principio era difícil saber si tenía esa perfección que ella buscaba, era un niño tranquilo y era bueno en toda clase de actividades, cocina, artes, estudios, le gustaban más los deportes y formó una conducta perfecta a su manera. El muchacho comenzaba a prometer muchas cosas y parecía siempre buscar el afecto de lo que él creía era su madre, así que dio luz verde a otra quimera por si las dudas, aquella vez la semilla fue de Poseidón.

De esta también surgió un niño, rubio de ojos claro quien tomó por característica un corazón demasiado noble y lo que podría decir un aura de amor alrededor, creyó que ambos eran las criaturas perfectas, sin embargo el primero y como signos de su antecesor comenzó a mostrar la molesta envidia y rencor hacía su nuevo hermano Ino, eran niveles de cólera anormales para cualquiera que no fuese un dios y mucho menos para alguien descendiente de Venus como planeta y como madre. El niño chillaba, pataleaba y golpeaba al más pequeño siempre que creía ver una injusticia en el trato. Oni nunca quiso formar parte de la vida de Ino como un hermano y apenas se daba tiempo de conocerlo.

El pequeño rubio siempre se mostraba tenaz, inmutable y con una paciencia que hacían rabiar a Oni aún más, pero esa etapa fue tan efímera como la vida de los amantes de Zeus. El niño pequeño parecía mostrar el estrés de otra forma; una forma que a ella no le agradaba, comía demasiado y eso le era pesado pues no quería regañarlo, restringirlo o lastimarlo con algún comentario, sin embargo era una inmensidad la comida que el niño se llevaba a la boca, siempre y de alguna forma conseguía pasteles, fruta, dulce o cualquier trozo de carne que terminaba con una enorme mancha en su ropa.

Los habitantes y sirvientes del palacio parecían amarlo y consentirlo de más, mientras que Oni era parcialmente olvidado por su mal humor y pésimo trato a los demás.

Algún día y de una desconocida forma Oni finalmente pareció aceptar a Ino como su hermano, duraron algunos años así, de un momento a otro la envidia que sentía por Oni comenzaba a convertirse en celos de quien se atreviera a tocar a su hermanito sin su permiso. Y el más chico también comenzó a dar ataques o rabietas si no le dejaban comer o pasar la noche con su hermano mayor. Ya ninguno de los dos era perfecto.

Así fue cuando dio por fracasado el proyecto, hasta que pensó que intentarlo con el mayor de los dioses no sería tan mala idea, después de todo de ahí mismo venía Hércules ¿No? sería difícil, si, y si Zeus lograba a enterarse que ella estuvo jugando con su semen podría ganarse el Averno, sin embargo ella más que la flor más buena y bella, era la más ambiciosa.

Después de dos fracasos a largo plazo, culpó a la química de hacer lo que la naturaleza tampoco pudo, dejo la incubadora atrás, sedujo al mayor de los dioses asegurándose de cómo fue que el humano se creó, ella misma dar a luz a un bebé de Zeus que para su sorpresa también fue un niño.

Ion, quien resultó ser un bebé tranquilo, que con el tiempo se volvería un joven con apariencia de ángel. Fue a lo que ella llamo, la aguja en el pajar, también conocido como Libra.

...

Tiempo actual.

Tauro miraba con ansia el jardín del palacio, al igual que su familia esperaba que el automóvil de Zodiac llegue a la hora prometida. Faltaban unos cuantos minutos para la hora predestinada. Así que pasó un rato a su habitación para despedirse de esta.

Supuso que en una casa con doce muchachos, extrañaría su preciada privacidad.

Todo cambiaria a partir de subir a ese auto ¿Y si el auto chocaba cuando iba adentro? ¿Y sí llegaba a explotar? ¿Y si...?

"Cálmate por favor, no es como si fueses a morir el primer día, quizá el segundo o tercero".

–Sabes que no es gracioso–. Oni se había vuelto un paracito adherido a su cuerpo y creyó que eso sería todo. Hasta que descubrió que la cosa esa sabía hablar y no solo eso, sino que podían tener una conversación trivial justo en su cabeza.

Mientras ninguno de los dos hermanos abriese la boca nadie sospecharía de las conversaciones de Tauro con literalmente la voz en su cabeza. Hasta ahora eso era lo que más le preocupaba ¿Qué tal si la gente creía que era un monstruo? Claro, podría haber verdaderos chicos monstros de galaxias lejanas, pero dudaba mucho que ellos tuviesen una boca parlanchina en vez de ombligo.

"Tranquilízate hombre, no pasara nada" Eso había dicho Oni, y sin embargo él lo conocía muy bien como para saber que apenas y hubiese algo desagradable, su hermano no tardaría mucho en dar su mezquina opinión.

–Preocúpate más por encontrar una pareja rápido, incluso Venus cree que eres un perdedor en eso del amor... no está tan mal encaminada. Creo que Libra se ríe de ti a escondidas.

–Gracioso, pero sabes que no necesito nada de eso.

–Y cuando lo necesites serás gordo y flojo y nadie te querrá...

–No importa ¿Alguna extraña razón de porque sacas repentinamente el tema?

–No. Oye Tauro.

–¿Qué?

–¿Crees que cuando tengas sexo yo también podré sentirlo?

–¿A qué demonios viene esa pregunta?

–Bueno, siento cuando te jalas el...

–No...No...No lo sé Oni, quizá, no pienso averiguarlo.

–¿Disculpa? ¿Qué hay de mí? Por tu culpa seré virgen por el resto de la humanidad. El enano de Libra tiene muchísima más acción que tú y yo juntos.

–Libra es un promiscuo, por eso perdió la virginidad a los 200 años (13 o 12 años humanos), estamos juntos y por eso mismo no podemos tener sexo como cualquier persona. Correría asustado pensando que quizá pondremos huevos en él o algo así...

–Ves muchas películas Tauro.

–La realidad supera la ficción–. Menciono el rubio mientras cambiaba su vestuario.

–Por supuesto ¿Y qué hay si te enamoras? ¿Crees que estaría bien que tu pareja quiera sexo y no se lo des?

–Ya te dije que no...

–¿Y qué tal si pasa?


–No...no lo sé, ya... inventaré algo.

–Oh claro, no le des a Oni lo que quiere. Déjame simplemente sentir como lo haces tú mismo con los videos que Libra te consigue.

–Ya basta–. Tauro finalizó la amarga e íntima conversación con las mejillas rojas y la cara ardiendo. No es que no quisiera encontrar el amor o algo así, pero en su condición era bastante difícil que lo aceptaran.

Incluso si encontraba a alguien, sería seguro un loco con fetiches raros. ¿Por qué no pudo simplemente tener un tercer pezón y ya, quizá tres o cuatro bolas? ¿Era tan necesario que fuese una boca en su estómago?

–¿Sabes que puedo escuchar tus pensamientos?

–Agh... por supuesto.

–Si, por supuesto y como el parasito que soy, te advierto que estoy dispuesto a cazar a cualquiera que se pase frente a ti. Por supuesto que debe saber bien... ¿Cuáles son nuestros potenciales compañeros?

–Cama, televisión y comida.

–El sentido del humor no es lo tuyo, mejor no bromees para conquistar a alguien... serás el chico malo ¿De acuerdo?

–¿De qué hablas? Soy una persona muy divertida.

–Eso es de Géminis.

–El simpático

–Leo.

–El sensible.

–Piscis.

–¿El chico malo?

–Escorpio.

–mmm... ¿el relajado?

–Sagitario.

–El activo...

–Todos menos tu...

–¿El listo?

–Virgo.

–Agh... el serio entonces.

–Ca-pri-cor-nio.

–El... ¿Celoso?

–Cáncer.

–El apasionado...

–Aries.

–Y ¿qué hay del rompe corazones? No hay un rompe corazones.

–Si, puedes... oh no espera, Libra.

–...

–...

–Entonces ¿Quién se supone que sea?

–El aburrido duh...

–No soy aburrido, solo tengo gustos diferentes...

–Ese es Acuario.

–¿Ganimedes? Creí que era el rompe corazones.

–¿Qué no es el amante de Zeus?

–Algo, pero eh escuchado que se acuesta con cualquiera que se lo pide...

–¿En serio? Deberíamos pedírselo.

–Bromeas, puede pegarnos el herpes.

–¿Y eso mata?

–No.

–No le veo el problema entonces...

–Agh, eres un asco... Yo no me iré con los amantes de los dioses, deben tener un agujero de gusano o algo así de colosal en el trasero.

–creí que eran expertos en el amor...

–Seh, también han pasado por todos los penes inmortales.

–Creí que eras un amante también.

–Somos amantes, pero somos diferentes, nosotros nos casaremos, tendremos hijos, seremos amigos, amantes y esposos. Criaturas perfectas, de la realeza y con derecho a una familia. No simples esclavos entrenados para el sexo.

–¿Cómo Ganimedes?

–Si como Ganimedes y las putas de Plutón. Nosotros somos más como Cáncer creado por la Luna, Leo por Apolo...Y como Virgo y Capricornio.

– cómo Géminis?

–No es solo un recogido de Mercurio. No es hermano real de Virgo, mucho menos familiar del dios.

– Pero Ganimedes y los amantes de Plutón son lo mejor de lo mejor del universo ¿no?

–Eso se dice, pero solo son buenos en el sexo según Venus que siempre se topa con Plutón, y Libra que ya se acostó con Acuario, Yo nunca los he tenido frente a frente.

–Yo si...una vez cuando era chico, conocí un amante de Plutón, su nombre es Ara, tenía la piel más oscura que jamás hubiese visto y su cabello estaba pintado de plata, y parecía una mujer madura. Me enamore, era tan elegante y amable.

– ¿Elegante, amable? Según Libra eso es solo una fachada pues Ganimedes es un raro que le gusta beber...

–A Libra también le gusta beber...

–Y eso solo lo sabemos nosotros.

–va, ¡Como sea! Lo que yo quiero es follar ya... Siento que mi pene se está cayendo ¡y ni siquiera tengo uno!

–Quieres conseguirte a alguien, pero esa actitud no te llevará a ningún lado...

–...

Antes de volver a iniciar una incómoda platica sobre el cuerpo, la puerta sonó tres veces y Venus paso adentro de la habitación.

–Ah, hijo–. Pronuncio la suave voz de Venus que siempre llenaba de paz los lugares donde pisaba.

–Hola ¿El auto está fuera?

–Sí, ya está esperándote.

Venus, dio una simple bocanada de aire, dejando correr tranquilo el viento inhalado, un último vistazo a su hijo le confirmo que estaría bien y apenas saliera del castillo los muchachos y chicas humanas no tardarían en lanzarse a él como lobos. Ahora se sentía mal por hacer a una criatura tan buena.

–Tienes que cuidarte mucho allá afuera, no confíes en nadie más que en tus compañeros e intenta llevarte bien con todos... no te embriagues y... Oni–.Venus por fin llamó al mayor de sus hijos, aquel que compartía el castigo con Tauro.

–¿Sí? –. Preguntó desentendido.

–Si me entero de que le metes ideas a la cabeza a Tauro para hacer algo indebido, te sacare los dientes uno por uno hasta que no encuentres la manera de hablar, ¿Entendido? –. Venus tomo a Tauro de los brazos dándole un ligero apoyo de madre y sonrió con dulzura. Crecían tan rápido.

La saliva de Oni paso con un sonido apenas audible, pero después de ella en suspensión la voz de Oni habló:

–Entendido.

–Bien, pues vale... Los quiero. A ambos–. Y finalmente llego un abrazo profundo, de ese donde sientes el olor de la otra persona y los latido del corazón causan una ligera musiquilla rítmica que incita el llanto. Sintiéndose asilado Libra entró a la habitación a formar parte del abrazo, siendo una familia extravagante e hipócrita, se amaban demasiado como para asimilar una partida.

Los minutos pasaron así, a los cuatro le gustaban los abrazos, aún más a Libra aunque este lo negará. La atmósfera se rompió cuando el conducto de la carroza Z sonó la bocina del auto. Molestando a los miembros de la familia, que abrumados ayudaron al segundo hijo a adentrar sus cosas a la limusina.

Finalmente la larga despedida termino y Tauro subió con nerviosismo, partiendo al planeta tierra, del cual apenas y sabía su nombre.

Dentro de la limusina, todo parecía de lo más normal, exceptuando al muchacho que hablaba por teléfono y parecía frustrado.

–Escucha, no...no tengo tiempo de esto sabes. Tenía una reunión esta tarde, por supuesto que no pude asistir. Quien se iba a encargar de enseñar como dirigir el universo entonces... Ya verás cuando te toque a ti, claro que muero por ver como acomodas tu agenda querida. Si, adiós. Entonces solo cuelga y no me reclames... ¿Alo? ¿Cariño?

El hombre inesperadamente corto la llamada y lo miro sin hacer un comentario. Poco después se sirvió un poco de agua y finalmente habló.

–Un gusto, soy Samuel de Tauro–. El brazo de Samuel salió extendido y se quedó ahí, pues apenas y Tauro lo notó.

– ¿Samuel? ¿Eres humano?

–Sí, se nota mucho eh...

–No, es el nombre que...es muy largo.

–Oh de acuerdo, tu llámame Sam–. Y finalmente el humano de 25 años rindió su mano al ver que Tauro no seguía su costumbre. Su sucesor, era un pelín de apuesto.

–Ya, eres mi ¿Ancestro?

–El mismo sí. Antes que tu yo fui Tauro, la verdad es que no sabía mucho de ti, cuando hice el pacto del nombre, no me llego nada de tu pasado o tu vida, fue extraño, tal vez porque soy humano. No es que te haya escogido yo... de hecho fue porque Venus estuvo de pesada todo el rato exigiendo un Tauro, un Libra y un Aires de su casa. Al final consiguió dos de tres. No le fue nada mal.

–No...creo que no te llevo...

– ¿No? Bueno es que es un poco complicado. No lo entiendo del todo yo tampoco pero se supone que cuando eliges a tu predecesor. Ósea cuando yo te "elegí a ti" tenía que ver tu vida, como compartir tu ama y todo el mundo pudo hacer ese pacto chucho y yo por más que intenté buscar y conectarme contigo no pude ver nada, o a veces todo era tan confuso. No creo que sea importante pero supongo que ambos debemos al menos saber lo mínimo sobre nosotros.

–Y ¿Cuándo yo escoja al próximo Tauro también veré su vida?

La cara de Samuel se vio confusa y de alguna forma frustrada. Creyó que las cosas comenzarían diferentes y estaban perdiendo el tiempo nada más, tenía una cita con Masy (la ancestro de Capricornio) y la pospuso para charlar con Tauro.

–Sí, pero ese no es el tema Tau, mira vengo para que sepamos un poco de cómo funcionan las cosas de acuerdo. La tierra es un lugar bonito y pacífico de alguna forma... la casa Z de la zona tierra se encuentra ubicada en las orillas de un pueblo. La gente es amable y no debes de invitar a muchos humanos a la casa, ellos la verán como una casa grande espaciosa y de paredes blancas. Sin embargo solo nosotros los signos podremos ver la casa transparente y vacía, esto solo por afuera. Dentro es lo contrario y todos es muy amplio y lujoso, no hay salida al exterior más que en la puerta, tu habitación, la de Leo, Acuario y de Escorpio. Tu habitación es una puerta marrón con engravados de cristal, entre la habitación de Virgo y Capricornio. La segunda del lado de la escalera.

El orden va así, subes y del lado derecho esta la puerta chocolate de Virgo, luego la tuya, después una blanca de Capricornio. Una simple con estampillas de Star Wars es de Piscis, una negra con gravados y manchas de pintura de Escorpio, una pulcra y de cristal blanco de Cáncer.

Del lado izquierdo esta una marino de hierro con varios golpes...no, no preguntes, es la de Sagitario, frente a la tuya esta una roja con negro que es la de Aries. Después una de gravados dorados, obviamente de Leo. Posteriormente esta una llena de estampillas y cintas de aislamiento. Géminis. La de Acuario es una de hierro con una sombra humana y con una estampa del rayo McQueen. Finalmente está la de Libra que es la más simple y armoniosa de todas, un color natural y ya está.

Samuel estaba explayándose más de lo que Tauro hubiese querido, finalmente lo único que necesitaba saber era donde estaba su habitación. Se sintió extraño al saber que la habitación de Libra era la más alejada la de él. Sin embargo y sintiendo curiosidad interrumpió al humano, para preguntar como era la cocina.

–La cocina es muy amplia y cada uno tiene un cajón de provisiones, no es muy grande pero puedes guardar tus chucherías. Las paredes son gruesas así que es imposible oír nada a menos que griten. No te preocupes por el ruido. La comida tiene que comprarse en el pueblo, que está doblando la colina a mano izquierda.

–Y la comida de la tierra ¿Cómo... cómo es?

Los ojos de Samuel se abrieron pensando que todo aquello que dijo simplemente no sirvió de nada. Parecía que todo el universo vivía igual, autos televisiones, las de otros mundos más avanzados que los de la tierra por supuesto, pero dudaba que no conociera la comida de la tierra, al menos un taco debía conocer, sushi o la comida china.

–Sí, es muy buena, bueno todos creían que seguíamos comiendo mamut...

– ¿Y no lo hacen?

–No, ya no existen los mamut...

– ¿Se los acabaron?

–No, se extinguieron hace casi 5 millones de años.

–Ah... poco menos de la edad de Venus.

–S-sí. –Una extraña tensión entre los dos Tauro se formó y ninguno dijo nada hasta que el teléfono de Sam volvió a Sonar.

–Masy, si, aun, aun no termino, ya voy en camino, solo hace falta un minuto más y termino, no descuida no hace falta que te disculpes ¿Y porque quieres hablar con él? Yo no... no estoy engañándote... agh como quieras.

Poco después Samuel apretó un pequeño botón en el celular y lo dejo en el asiento boca abajo.

–Estas en altavoz Masy.

–Oh... Hola Tauro, soy Masy de Capricornio la ancestro de Capri... solo pasaba a saludar.

–Hola...

–O vaya si eres un hombre, jaja yo creí que Sam me estaba mintiendo bueno chao te dejo, no me robes Sam por tanto tiempo ¿Okey?

–Está bien.

–Eres un amor, adiosito–. Y se escuchó un beep, después de la última palabra.

–Ella es...

–¿Un demonio, un monstruo de los celos? Sí.

–Iba a decir agradable pero, supongo que tú la conoces más que yo.

Sam balbuceo algo con nerviosismo y simplemente se despidió de Tauro cuando este por cuenta propia bajo después de que el conductor le dijo que habían llegado ya hace al menos diez minutos. Tauro parecía satisfecho y con un buen provecho se dijo que ya sabía lo que necesitaba saber.

Volvió a despedirse de Sam cuando este habló por tercera vez con aquella mujer, vio el auto desaparecer en la nada, dejando detrás un ligero humo negro.

Sin nada que hacer se giró sobre sus pies para llegar a la entrada de la casa. Parecía temprano en aquel lugar. El clima era más frió que el de venus y se sentía más pesado el aire. Observo que las palabras de Sam eran verdad y la casa no tenía color y no parecía tener muebles adentro. Debajo solo había un tapete que tenía como lema.

– "Si quieres pasar, hazlo. Haz de seguir las estrellas".

–¿Y eso es cómo...?

Por un momento la voz de Oni lo asusto pero paso rápidamente al entender que se encontraba solo.

–No lo sé, tal vez tenga un botón o algo.

Dijo suponiendo que debía presionar su signo en la rueda que había en la puerta apenas visible, así que presiono el botón.

Nada. No había pasado nada.

–No parece haber nada.

–¿Y ese idiota del humano no menciono nada?

–No, tú estabas escuchando.

–Tanto blah, blah y blah, para nada.

–También es nuestra culpa no pregunte nada.

–Inteligencia ante todo.

–¿Perdóname? Lo único que tienes es una boca, úsala también.

–¿Es en serio? Ese muchacho era humano, ¿Crees que vería normal escuchar una voz que no sabe de dónde proviene?

–Pero, podrías haber dicho algo... en, voz baja

–Seguro, tal vez diga algo cuando veamos a otra persona.

–No, ya olvídalo.

–Eres un aguafiestas...

–Deja de quejarte y aporta ideas...

–No tengo ojos, ¿Cómo rayos voy siquiera a ver las estrellas?

–Entonces quédate cayado

–Hace dos segundos querías que aportara ideas.

–Toso es culpa de esta cosa, no puede ser una puerta común y corriente. No tenemos llave.

–Ya...

–Ya–. Dijo Tauro imitándolo

– ¿Qué quieres de mí? ¿Qué grite las coordenadas de la osa mayor? No las sé; tú, cosa...lo que seas ¿Los nombres de cada puta estrella? ¿Qué las cuente? ¿Cómo diablos voy a seguirlas joder? No te quedes callado.

–...Pues....

–Shh... siento a alguien

–Por supuesto y...

–Es en serio.

–...

–Actúa natural.

– ¡Maldita cosa, tengo hambre no comí nada por tu causa... estúpida casa!

"es arriba Tauro"

"Está bien" pensó Tauro en forma de respuesta.

Después miro arriba y se encontró con un joven de cabello y ojos oscuro mirándolo con expectación.

– ¡Eh, tú en el cielo!–. Le habló finalmente al muchacho, Aries lo saludo con un movimiento de cabeza mientras que Tauro dio un sacudón con la mano– ¿Me ayudas?

–Claro, deja bajo–. Contestó el muchacho que poseía una voz ronca. Y para su mala suerte, Aries cayó de espalda debido a una descoordinación de los pies. Tauro se sorprendió por el estruendoso del sonido que parecía.

El estar abajo Tauro pudo observar mejor al muchacho, era mucho más ancho que él, pero era evidentemente más bajo. Lucia con terrible ojeras y su cara permanecía con el ceño fruncido.

–¿Tauro? –. Preguntó el joven.

–Sí, Tauro.

–Un placer, mi nombre es Aries, parece que tenemos un problema con esta cosa.

–¿Tampoco sabes cómo entrar?

–Digamos que no tuve el mejor Ancestro del mundo y mi esperanza era que tu ancestro te enseñará a hacerlo.

–Hacer el...

–Abrir la puerta... me refería a la puerta... no a...

–Sí ya entendí–. Habló Tauro con las mejillas rosada y la mirada avergonzada. Oni debería dejar de pensar también. Aries también se encontraba inquieto pues no solía hacer muchas amistades desde que se escapó del palacio de Apolo. Estaba muy concentrado en su trabajo como para pensar en esas cosas.

–Bien, entonces tenemos que esperar a Géminis ¿No? –Opinó Aries, pensando en que tendría que dormir al aire libre una noche más.

–Eso creo.

–Si...

–Y... ¿Sabes dónde puedo conseguir comida?

–Am si ¿Quieres bajar a comer al pueblo?

–Claro.

–Genial, porque tenía ganas de encontrarme con un muchacho que trabajaba en una tienda de hamburguesas y bueno, sino te molesta.

–Sí, está bien, vamos, solo quero comer...

"Lo vez, debería aprender de él, se escucha como que va a tener sexo"

–Shhh...

–¿Dijiste algo Tau? ¿Puedo llamarte Tau?

–Claro. Pero no dije nada.

–Sabes algunos humanos son lindos, pero solo se me permite mirar sabes, ya estoy apartado, pero eso no me restringe de que mis ojos vean algo que les gusta ¿Cómo son las personas de tu tipo Taus? A mí me van más los muchachos de cabello oscuro y pestanas largas sabes, y los cuerpos delgado eh...son bastante buenos...

Dijo el muchacho de los lunares mientras se adentraban al pueblo y sus ojos bailaban de un lugar a otro. Tauro se ponía cada vez más nervioso, acercándose más a Aries. Nunca había convivido con humanos y estos solo se le quedaban viendo. Tal vez sabían todos sus secretos.

–Relájate Tau, solo tienen curiosidad de saber quiénes somos–. Concluyo Aries al ver su nerviosismo.

–A claro–. Sin embargo Tauro no se fiaba y mantuvo una distancia cercana al signo de fuego.

–Entonces...

–¿Qué?

–Como son las personas de tu tipo.

–No, nunca lo había pensado...

–De acuerdo. ¿Qué tal ese? –. Preguntó Aries a un muchacho que hablaba con una mujer mayor. Tenía algunas pecas y su cabello era castaño, le recordaba a Libra de alguna forma, salvo que el chico tenía muchas marcas de sol.

–¿Qué tiene?

Aries lo miro con incredulidad.

–¿Es tu tipo?

–No, tiene muchas marcas de sol. Se parece a mi hermano.

–Ah, bueno... Y ¿Qué hay de él, junto a esa silla?

–Es muy delgado.

–¿Y ella?

–Es demasiado blanca.

–¿Y ella?

–Sus pechos son muy grandes.

–pff ¿Y ella?

–Muy baja.

Aries paso preguntando a Tauro sobre casi todas las personas en el pueblo, incluso cuando ambos llegaron al restaurante siguió preguntando. La comida humana resultó ser una sorpresa. Una muy buena hasta que se le ocurrió decir que el mesero no estaba tan mal y Aries le obligo a coquetear con él. El muchacho salió pavorido diciendo que no era gay.

Tau no sabía que los humanos tenían muchas razas distintas.

Según su nuevo amigo, se dividen en muchas, pero la más común era la raza heterosexual, la homosexual y la transexual, no comprendió mucho, salvo que a algunos solo le gustaban las hembras y otros solo los machos. Era extraño y ridículo porque todos parecían tener lo mismo y sin embargo, se trataban diferente.

Aries parecía ser un buen muchacho que hablaba de muchas cosas y hacia muchas otras también. Le agrado que no se preguntara de su vida personal. Y hubiese sido un día genial sino fuese por sus ligues fracasados.

Los dos decidieron comprar bombones y quemarlos en la cima de la casa donde esperarían la llegada de Géminis.

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Capítulo 3: Géminis de la casa de los gemelos.

 

 


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