Dicen que todos los días aprendes cosas nuevas, conoces más personas y te quedas con una pequeña parte de sus días.
Siempre me he quejado de mi trabajo como secretaria en el área de Prevención del Delito, no amigos, no soy policía, ni detective, ni siquiera estoy en el equipo de prevención; sólo me encargo de lo administrativo de la pequeña área de separos.
Nunca ocurre nada interesante ahí. No más que personas ebrias que fueron denunciadas por dormir en la calle. Pero hoy ocurrió algo diferente, supongo que debí de recordar lo que Einstein decía acerca de la capacidad de asombro.
Cerca de las ocho de la noche llegaron mis compañeros, los policías del área de Fuerzas con dos chicos; pero estos chicos no parecían delincuentes ni mucho menos ebrios. Ellos lucían ropas limpias e incluso tenían perfumes muy intensos, seguramente caros.
Uno era más alto por dos o tres centímetros, pero su musculatura era notoria mientras que el otro chico era más delgado pero también lucía adulto.
Ellos llegaron esposados de sus manos pero entrelazadas.
“Tengo miedo, ¿qué vamos a hacer?”
“Tranquilo, yo te protegeré.”
Así sonaban sus diálogos en mi mente, pero en realidad hablaban de su situación.
“Conozco mis derechos, no debieron de esposarnos ¡eso es en contra de nuestros derechos humanos!” el muchacho más alto parecía muy molesto, y su compañero se mantuvo más sereno.
“Minho, cálmate porque por eso estamos aquí”.
Leyendo el informe me di cuenta de que mis compañeros habían acudido al llamado de unos vecinos que reportaron a dos personas del sexo masculino causando destrozos en la vía pública, pero al llegar a la zona, sólo estaban ese par de enamorados contemplando el ocaso. Choi Minho, quién fue fotografiado con la serie 201701221, le expresó a los oficiales que ellos caminaban por el sitio, que no eran a quiénes buscaban. Pero los denunciantes habían dicho que uno de los delincuentes tenía chaqueta amarilla, el mismo color que la que portaba Lee Taemin, registrado con la serie 201701222.
Minho comenzó a discutir con los Oficiales de la Ley hasta que fue sometido y arrestado por agredir a un policía y Taemin fue etiquetado como cómplice. Los dos muchachos terminaron esposados en sus espaldas y en la patrulla policial, no fue hasta que se les tomó las fotografías de registro que se les esposo por una mano, al contrario.
No había pensado en lo que significaba amor para otras personas. Para mí, es que mi novio me compre rosas rojas y una cena romántica, para Minho, amor era estar en la misma celda que Taemin.
“¿Por qué no podemos estar juntos?” preguntó mirando a mi compañero mientras le guardaban sus pertenencias en los casilleros con su número asignado.
“Porque exceden el número de personas por celda.” Me hubiera soltado a reír pero me callé como Taemin, sólo compartimos una pequeña sonrisa porque no había nadie más.
“¿Cuál es el número máximo de personas por celda?”
“Uno.”
Podría jurar que sentí que mi corazón se estrujó cuando las cejas de Minho se alzaron sorprendido, no por su emoción, sino porque claramente, para él no importa el lugar ni la situación que se avecinara sino estar con Taemin. Claramente al saber que sólo podrían estar uno por celda se entristecieron, les retiraron las esposas y fueron asignados, uno al lado del otro en celdas diferentes.
Nosotros como trabajadores tenemos prohibido hablar con los detenidos, así que me mantuve callada mientras hacía el papeleo pero ellos dos no. Charlaban de su día, de lo agradable que había sido ver la película “Peras y Crema” de que la mamá de un tal Jonghyun no sabía cocinar, que se había perdido la cita en el odontólogo porque los habían detenido injustamente; ellos hablaban como si no estuvieran encerrados.
Me pareció infinitamente hermoso que estuvieran recargados en la pared que los separaba y por afuera de sus celdas tomaban sus manos.
El procedimiento marca que se les tiene que retirar las pertenencias que porten mientras estén dentro de las celdas; como celulares y objetos punzocortantes, por lo que ellos conservaron sus chaquetas. Cerca de las diez de la noche las celdas se pusieron frías.
Taemin se retiró su chaqueta para deslizársela a Minho de celda a celda, aparentemente Minho es friolento.
Para la media noche Taemin se había quedado dormido recargado contra la pared, con su mano fuera de la celda tomando la de Minho, que también se había dormido recostado en el suelo pero en dirección a Taemin.
Mi turno terminó a las tres de la mañana.
Cuando llegó mi compañera le expliqué la situación de los muchachos, ella decidió que era una noche muy fría para ese par de amantes que le tendió su abrigo a Taemin para que dejara de temblar y cobijó a Minho con el mío.
Salí de mi trabajo pensando en esos dos.
Mientras caminaba hacía mi vehículo recordaba sus charlas, al ver mi reflejo imaginé cómo fue su día y al encender el motor del auto recordé la energía con la que Minho defendía y abogaba por los dos.
Preparé mi té envidiando la sonrisa que Taemin tenía aún dentro de su celda y recargando contra la pared. No podía olvidarlos, a cada momento estaban en mi mente riéndose aun tras los barrotes.
Maldición, en todo momento tomaron sus manos. En todo momento expresaron amor y preocupación por el otro… los odio porque hicieron replantearme mi relación. ¿Mi novio estaría igual que Taemin? ¿Actuaria igual que Minho?
Siempre mantuvieron sus manos tomadas, aun cuando les retiraron las esposas e incluso durmieron en posiciones tan incomodas pero brindándose el calor de sus manos. Su manera de amarse es sumamente hermosa.
Los envidio.
Espero que mañana cuando regrese a mi trabajo ellos ya no estén, pero también deseo tener una relación como ellos. No pude intercambiar palabras con ellos pero si los volviera a ver, seguramente les agradecería por mostrarle una perspectiva diferente del amor y les recomendaría nunca oponerse a la policía.