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Bebé en camino [KaiSoo / DoKai] por TRB06

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Notas del capitulo:

Hola, mi primer KaiSoo o lo que sea con Soo como el activo xD.

 

Narrador: Kyungsoo

 

Todos tenían una imagen equivocada sobre Jongin, porque claro, a él le gustaba pavonear frente a Yixing y Sehun la infernal tabla de chocolate sobre su abdomen, hacer comentarios sobre cómo me volteaba en la cama y hacía lo que quería conmigo. Podría haberlo dejado en vergüenza, pero no podía, me gustaba demasiado ver como se esforzaba por hacerse ver como el macho cuando yo sabía que era un sumiso de élite.

 

Pero ahora, eso terminaría.

 

Subí al auto y me senté en el asiento del acompañante, dejando el sobre con los resultados que acabábamos de recibir sobre mis rodillas, esperando a que Jongin hiciera lo mismo pero en el lado del conductor. Él aún no salía de su estado de shock, lo supe cuando puso sus manos temblorosas sobre el volante.

 

– ¿Quieres que sea yo el que maneje por esta vez? –Le pregunté.

 

Jongin pareció salir de su trance, negando fervientemente.

 

–Sabes que no, aquí el que maneja soy yo –Puse los ojos en blanco. Tal vez le había dejado llevar demasiado lejos aquella farsa de macho dominante.

 

–Jongin –dije con suavidad, observando su perfil. –Con estos resultados será impo… -Callé al ver la mirada de mi novio, feroz y repleta de odio.

 

– ¡Esto es todo tu culpa, Kyungsoo! –Dijo, apretando los dientes para no gritar.

 

Le había enojado muchas veces, pero nunca tanto, al menos no conmigo. Tragué duro, pensando en miles de cosas a la vez pero… ¿Es que él nunca se había planteado un futuro a mi lado? Tener hijos era algo que íbamos a tener que hacer en algún punto de nuestras vidas, ya llevamos dos años conviviendo.

 

–No lo quieres… -Dejé salir mi conclusión junto con el aire que había contenido al darme cuenta que jamás se había planteado un futuro a mi lado.

 

–No, no lo quiero –Fue como si dejara de respirar.

 

Poco a poco los ojos empezaron a escocerme ¿No se daba cuenta que estaba hablando de nuestro hijo, un pequeño ser que según los resultados sobre mis piernas tenía dos meses de vida?

 

– ¿De verdad todo esto es por tu imagen de macho azotador? –Pregunté, completamente incrédulo, negándome a creerlo.

 

Antes de responder, Jongin puso las llaves en el contacto y arrancó.

 

–Por supuesto que es por eso ¿Por qué otra cosa sería? ¿Por qué mierda no revisaste el puto condón? –Obligué a mis pulmones a respirar. –Llegaré a casa, buscaré un médico y me desharé de esto.

 

No podía creerlo.

 

No podía creer que la persona con la que estaba conviviendo, aquella con la que una vez imaginé un futuro pudiera estar diciendo algo así.

 

–Entiendo… -Inhalar, exhalar me recordé –Tu imagen vale más que un hijo nuestro.

 

No obtuve respuesta. Sin embargo, a medida que avanzábamos, ideé mis siguientes pasos.

 

Si Jongin no quería a nuestro hijo, yo sí.

 

***

 

Jongin se había quedado callado el resto del trayecto a nuestro departamento, y para cuando llegamos, su imagen aterradora y llena de furia había desaparecido, dejando al Jongin sumiso que yo tanto conocía, pero con el cual debía terminar.

 

Abrí la puerta y dejé las llaves en el llavero al lado de la puerta. Había intentado mantenerme sereno, calmo para no llorar como moría por hacer.

 

Caminé hasta la cocina, lugar en el que me detuve, esperando a Jongin.

 

–Kyungsoo… -sacudí mi cabeza. –Lo lamento… -Me di vuelta y quedamos frente a frente.

 

– ¿Recién ahora te das cuenta de todo lo que dijiste en el auto? –Sí, había vuelto a ser el Jongin que yo conocía, aquel que sólo mostraba cuando estábamos solos. Asintió. –Pues no te perdono.

 

Jongin abrió los ojos grandes por mis palabras, hasta entonces, yo siempre le había perdonado todo.

 

–Kyungsoo, yo…

 

–Nada, Jongin –Le interrumpí –Si para ti es más importante tu imagen, lo siento, pero tú y yo no tenemos futuro de esta manera. Algún día tendríamos hijos ¿O es qué no los querías y habías ocultado ese pensamiento de mí? –Jongin no respondió, lo que le daba puntos a mi teoría de que ni siquiera pensaba en nosotros a futuro. –Bien, a partir de ahora, tú y yo no somos nada. Terminamos, pero –le señalé con el dedo –Vas a tener a ese bebé, así te tengas que esconder en una cabaña a kilómetros de aquí para que nadie vea lo sumiso que eres, me firmaras un papel donde renunciaras a todos tus derechos, y me iré con mi hijo. Ahora, permíteme, iré a sacar mis cosas de este departamento.

 

Jongin no intentó detenerme, lo que me dolió aún más.

 

***

 

No tenía la más mínima idea de a dónde iría, pero seguí haciendo mis maletas. Tal vez tendría que llamar a mi madre, pero ella vivía muy lejos ¿Y si al estúpido de Jongin se le ocurría abortar a nuestro hijo mientras no estaba?

 

–Kyungsoo… -Me asusté ante la voz desgarrada de Jongin a mi espalda.

 

Miré hacia donde mi ex novio estaba parado. Su rostro estaba desfigurado por el llanto y los mocos caían desde si nariz tapando su boca.

 

–Lo lamento… -Vi sus manos jugar con la remera que vestía. Temblaba de pies a cabeza a causa de los sollozos –No sé porque dije semejantes cosas. Yo… No quise. E-estaba… Oh, Dios… -Su llanto se incrementó, y en contra de lo que quería, me preocupé.

 

Tuve que caminar hasta Jongin y ayudarle sentarse sobre la cama.

 

–Tienes que calmarte –Le ordené –El llanto no lo solucionará.

 

–Merezco morir –Soltó de repente –Merezco morir por lo que dije… -Sus manos se posaron sobre su vientre plano – ¿Crees que me haya escuchado? –No respondí. ¿Acaso él estaba intentando engañarme. Pretender que yo no había escuchado sus palabras de antes, llenas de desprecio por un ser que apenas estaba en pleno desarrollo? –Llamé a los chicos… -Agregó, mirándome a los ojos.

 

Sonreí de forma burlesca.

 

–¿Les dijiste que te vas de viaje por un par de meses? –Negó.

 

–Les dije que voy a ser m-mamá…

 

Por segunda vez volví a quedarme sin respiración.

 

–Les dije la verdad, Kyungsoo… les dije que soy el sumiso, que estoy… que estamos esperando un hijo. Kyungsoo, yo de verdad no sé por qué dije todo lo que dije, miedo tal vez, no lo sé, pero apenas me di cuenta… Por favor no me dejes, no quiero hacer esto solo… por favor…

 

Tragué, perdiendo mi batalla contra mis propias lágrimas y abrazando a aquel idiota que era mi novio.

 

–Y sí he pensando en tener hijos, pero pensaba… pensaba… me tomó por sorpresa…

 

Podía entender esa parte, a mí también me había tomado por sorpresa, pero a diferencia suya, yo no trazaba una mentira de su calibre, jamás me esforcé en hacer un papel de sumiso, a los ojos de todos, Jongin podía ser el macho, pero yo le dominaba a él en carácter.

 

Tal vez debía darle un poco más de crédito, no a sus palabras, aunque es cierto que cuando uno tiene la cabeza caliente dice cosas de las que luego se arrepiente el resto de su vida, y ese pareció ser el caso de Jongin. Además, si de verdad había llamado a los chicos para decirle la verdad y las nuevas noticias…

 

–Jongin, me has herido mucho hoy ¿De verdad llamaste a los chicos? –Asintió con su rostro hundido en mis hombros –¿Les contaste? –Volvió a decir que sí.

 

–Sí quiero al bebé ¿Cómo no hacerlo? P-pero no puedo borrar mis palabras… Sólo, no me dejes, al menos no hasta que nazca, y por favor, no lo alejes de mí… por favor…

 

***

 

No me fui, no pude hacerlo. Si bien Jongin había sido cruel con sus palabras, había sacado a la luz su verdadera personalidad frente a su grupo de amigos, y lo había hecho por nosotros, aunque no todo fue color de rosa.

 

Durante los siguientes dos meses nuestra relación se mantuvo incierta. Me dedicaba a estar en casa, ayudarle en sus antojos, estar con él en los controles médicos, hasta que un día, después de que rechazara todos sus intentos de acercamiento, Jongin me tomó del brazo con fuerza y los ojos bien abiertos.

 

–Se ha movido, el bebé acaba de moverse… -Y todo cambió.

 

Asombrado, posé mis manos sobre su linda panza y sentí como mi hijo se movía, era apenas un pequeño roce, pero allí estaba la vida que Jongin y yo habíamos engendrado. Un hecho que nos volvió a unir.

 

Mandé bien lejos todos esos muros que había intentado construir alrededor de mi pecho, y dejé que todo el amor que sentía por Jongin volviera surgir y me ayudara a recomponer nuestra relación.

 

Funcionó.

 

En su mes número seis, ya podíamos decir oficialmente que volvíamos a ser pareja, una estable, con algunos problemas, pero ¿Qué pareja no las tiene?, y diciendo con orgullo que esperábamos un niño.

 

Una noche, en la que todos estaban en casa para una cena, y que realmente me di cuenta que Jongin había dejado atrás sus ganas de parecer algo que no era, Sehun estiró su mano y acarició al vientre de su amigo.

 

–Bebé, no puedo creer que tus padres aún no te busquen un nombre. Patéalo –y curiosamente, el bebé lo hizo. Una y otra vez –Ven, él quiere un nombre.

 

Y así fue que aquella noche, con Sehun y Yixing nos pasamos elaborando una lista de posibles nombres.

 

***

 

La mañana en la que la Jongin despertó a las cuatro de la mañana porque su espalda estaba punto de quebrarse, fue el día más intenso en todo el embarazo.

 

Por supuesto, toda dolencia era normal, estaba de ochos meses y medio, y sin mentir, parecía una bomba a punto de explotar. Desde que despertó no paró un segundo de quejarse que le dolía la espalda, los pies, que las contracciones, que el bebé no tenía sueño, etc.

 

No fue hasta la una del medio día, en medio del almuerzo, cuando al vecino pareció caérsele algo, produciendo un ruido fuerte, que Jongin se retorció contra su ya muy abultado vientre. En ese momento, me di cuenta que estaba más que nervioso.

 

Yo podía jactarme de que tenía todo organizado, la habitación pintada, la cuna armada, todo, pero justo cuando Jongin intentaba decirme que la fuente parecía habérsele roto, mi yo inseguro se apoderó de mí y hasta que no volvió a gritar no reaccioné.

 

Corrí hasta nuestra habitación y tomé el bolso que habíamos preparado de tener que salir de emergencia. Luego volví y ayudé a Jongin a ir hasta el auto.

 

–¿Sabes manejar, verdad? –Preguntó respirando profundo cuando al parecer una nueva contracción le atacaba. Puse mis ojos en blanco.

 

–Por supuesto que sé manejar, no soy estúpido, Jongin. Que tú te hayas apoderado del auto no quiere decir que me olvidara de mis habilidades.

 

Me tocó hacer malabares entre manejar manteniendo la vista en el camino y una mano entrelazada a la de Jongin, dándole el apoyo que necesitaba en ese momento.

 

***

 

Había olvidado cuánto odiaba los hospitales hasta que el médico me dijo que efectivamente Jongin estaba listo para ser llevado al quirófano.

 

–¿Acompañará a su pareja durante el procedimiento? –Preguntó.

 

¿¡Cómo es que no habíamos hablado de eso!?

 

No podía decir que no, había visto lo nervioso y alterado que se encontraba Jongin.

 

–Sí –dije al final, llenándome de valor, diciéndome que el odio a los hospitales no tenía que superar a mis ganas de ver a mi hijo nacer y estar junto a mi pareja.

 

A medida que me vestía con la ropa correspondiente para ingresar al quirófano, me di cuenta que había hecho lo correcto. Si bien era cierto que jamás podría borrar las terribles palabras de Jongin, al menos podíamos dejarlas en el pasado, algo producido por un arrebato, un simple impulso del que ya me había quedado claro que realmente estaba arrepentido, y con creces.

 

–¡Kyungsoo! –Me llamó él apenas me vio ingresar –Pensé que estaría solo… -Negué.

 

–Claro que no ¿Cómo podría dejarte solo en el mejor día de nuestras vidas?

 

Era cierto, nuestro pequeño no fue planeado, pero apenas me enteré de su existencia, lo esperaba con ansias.

 

Cuando escuché su fuerte y potente llanto, me fui imposible no derramar un par de lágrimas, y agradecerle a Jongin el recapacitar y decidir que quería a este niño tanto como yo.

 

***

Cuatro meses después.

 

El llanto de Minseok me despertó. Estiré mis brazos, tanteando hasta encontrarlo. Si bien me había encargado de que la casa contara con un cuarto para él, al que incluso había pintado, junto a Jongin nos fue imposible dejarle allí, así que trasladamos la cuna hasta nuestro cuarto y la acoplamos a nuestra cama.

 

–Jongin –dije mientras estiraba mi pierna para despertarle y le daba palmadas a Min –Ve a preparar el biberón. Min tiene hambre.

 

Mi reciente esposo se quejó y se removió.

 

–Voy, voy…

 

Cuando escuché a Jongin en la cocina, abrí mis ojos y me acerqué a nuestro hijo, quien no dejaba de llorar. Me senté y lo tomé en brazos.

 

–Ya amor, mamá ya fue por tu comida. –Dije, repartiendo besos a esos hermosos cachetitos rellenos que tenía de mejillas. –Minseok ¿Sabes?, tú nombre lo elegimos junto a los idiotas amigos de tu mamá.

 

Escuché la risa de Jongin en la puerta. Le miré mientras sujetaba a Minseok que parecía saber que su biberón estaba a escasos pasos de él.

 

– ¿De qué te ríes? –Sacudió la cabeza y se acercó, arrebatándome a Minseok y sentándose a mi lado.

 

–No lo sé, es que… soy feliz de tenerlos conmigo… -Su mirada se tornó un poco triste, seguro recordando lo que habíamos pasado, o más bien recordando sus propias palabras.

 

–Yo también soy feliz. Te amo, a ti y a nuestro hijo. –Él asintió.

 

–Yo también, Kyungsoo. Te amo. –Tragó –Gracias por quedarte a nuestro lado.

 

–Gracias por hacer cosas que me dejaran quedarme a tu lado. Somos una buena familia, eh. –Comenté, viendo como los ojitos de Min se iban cerrando poco a poco.

 

–Por supuesto que lo somos, tengo el mejor esposo del mundo, tú tienes el mejor esposo también, y ambos tenemos al mejor hijo.

 

Me reí por tanto egocentrismo, pero Jongin tenía razón. Tenía al mejor marido e hijo del mundo.

Notas finales:

Gracias por leer <3

Perdón por los errores de ortografía.

PD: Me entró la duda de si es DoKai  o SooKai xD.

En fin, una vez más: Gracias por leer :)


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