Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Copo de Nieve. por Naeh

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Volví a mis raíces del Xiuhan.

Notas del capitulo:

Es un oneshot~ espero que les guste <3

Cuando el blanco manto cubría la ciudad, cuando las aves ya no salían al estar acurrucadas en sus nidos por el intenso frío, cuando se podía escuchar la sorpresa dentro de las casas ajenas por el particular hecho Kim Minseok salia despavorido de su hogar a hurtadillas de sus padres con la sola intensión de sentirse vivo otra vez. Porque no importaba si llevaba consigo un grueso abrigo, guantes de lana o siquiera zapatos especiales, él tenía la habilidad de poder tocar esa fría esencia sin ningún problema, como si pisara una alfombra. Sólo que ésta tenía mucha menos consistencia y lo mojaba por inercia. Ni él ni sus padres, quien de todas formas nunca se enteraron, sabían por qué era así. Como si al tocar la nieve fuera a reencontrarse con una parte extraviada de él que lo hacia sentir completo otra vez. 

Tenía 10 años, pero eso sólo lo hacia más emocionante. 

Se preocupaba de salir cuando las calles siguieran oscuras, preferentemente cuando las personas todavía no salían ni para ir a sus trabajos. Todos los años se encontraba con ese gran y viejo árbol que le acompañaba en sus heladas mañanas, descalzo, únicamente con el pijama puesto y sin nada más. Ni siquiera llevaba el teléfono celular que su madre le había dado por precaución. 

Minseok se sentaba allí, recostaba su cabeza en la helada capa de nieve y con sus manos creaba copos de hielo de diversos tamaños. 

Nunca se lo dijo a nadie porque hasta para él había sido una aberración a la corta edad de 6 años, y según todas las películas de ciencia ficción que veía su padre podía pasarle algo malo, podrían llevárselo o podrían matarlo, y él solamente quería disfrutar de esa habilidad especial en su soledad sin tener que preocuparse porque alguien lo viera, porque salia a esa hora específicamente para eso. 

Copos, esferas, conejos, mariposas. 

Todo lo que pasaba por su mente él lo transformaba en una bella figura de nieve, y cuando el sol comenzaba a salir, cuando ya se acercaba la hora de levantarse para ir a la escuela y que su madre lo fuera a despertar, él simplemente huía del lugar olvidándose de todas las figuritas echas diariamente. Era su secreto, nadie más lo sabía, incluso era común ver al otro día que esas figuras desaparecían y luego ver pequeños niños jugando con ellas.

Así era su vida, tranquila, mágica, pero por sobre todo, monótona a pesar de las fantasías de la misma.

Fue una tarde cuando volvía caminando de la escuela, cuando se le había antojado tomar un helado a pesar de estar a punto de nevar otra vez. Chanyeol le había dicho que estaba loco, pero Minseok contraatacaba con que realmente no sentía frío nunca y no debería preocuparse por ello. Al final, la tienda estaba repleta de personas comprando víveres por si la próxima tormenta era más fuerte de lo esperado, y su amigo ya había recibido una llamada telefónica amenazándolo con que si no llegaba en cinco minutos a casa estaría en graves problemas, Minseok se quedó solo abrazando las infinitas disculpas de Yeol para mantenerse entretenido mientras de a poco su turno llegaba.

- Niño, ¿has visto el clima de afuera? te vas a congelar. - Él negó y siguió extendiendo el dinero en su pequeña mano - Aah... esta bien, pero no me vengas a acusar con tu mamá si te da neumonía.

Y pues, Minseok salió de la tienda con un delicioso helado de chocolate.

Su rutinario camino a casa estaba vacío, ya no había nadie en las calles, había comenzado a nevar y al pequeño le habían bajado unas inmensas ganas de jugar con la nieve a su manera, si se entiende a que se refiere. Pero no.

Cuando estuvo a unas cuantas casas de llegar a su hogar, divisó una tintineante luz a un lado del camino, en el callejón que daba justo a su izquierda. 

La curiosidad de un niño era demasiado fuerte como para que su lado racional hubiera podido gritarle más fuerte que qué estaba haciendo, debía llegar pronto a casa antes que lo castigaran. Sería una pena que Minseok volteara en seguida cuando no pudo más y dio unos cuantos pasos para ver a qué se debía esa pequeña luz.

Se quedó helado, si es que eso llegaba a pasar porque él no podía sentir frió. Pero allí estaba, estático, viendo como uno de sus copos de nieve flotaba en medio de ese oscuro callejón, brillando como si tuviera luz propia. 

Minseok podía reconocer perfectamente ese copo como propio, solamente él ponía pequeños hámsters esponjositos en medio del hielo, y de todas formas, nadie más podía... ¿o si?

Kim Minseok retrocedió un paso cuando el pequeño copo de nieve se había acercado, pero luego de ver como este mismo retrocedía y se adentraba en la oscuridad de ese lugar, el corazón del chico de hielo se agitó más de la cuenta. No supo en qué momento sus piernas habían comenzado a moverse por si solas y ya estaba caminando detrás del luminoso ser que se movía mediante notaba - o eso aparentaba - que Minseok lo seguía. 

Su parte consciente volvió a atacar, podía ser una trampa, podía ser peligroso, podrían hacerle daño, pero la parte escondida en su interior, la parte mágica le decía "¿No crees que sería grandioso encontrar alguien más como tú?". Si, esa parte había ganado, otra vez.

Como él mismo sabía, el callejón llegó a su final con una de esas paredes de ladrillo lo suficientemente altas para que nadie pudiese saltarlas, no había nada más allí, ni nadie, templaba de los nervios al notar que no había nada más que contenedores de basura del tamaño de automóviles y su copo de nieve, flotando, brillando como nadie.

- ¿H-Hola?

Un ruido dentro del contenedor a su derecha provocó en él un salto y quejido quebrado, estaba comenzando a aterrarse, Minseok sólo pedía que le dieran la oportunidad de irse y no diría nada. Él de verdad quería correr pero sus piernas ya no le respondían.

- Emm, hola.

¿Si? ¿estaba viendo bien? 

Saliendo de su escondite una chica de cabellos claros, cortos, y muy abrigada de por sí lo miraba tratando de calmarlo, como si supiera que Minseok estaba a punto de salir corriendo en cualquier momento sin siquiera esperar alguna respuesta, debía agradecer que sus piernas se hubiesen irónicamente congelado.

Era más alta que él, pero no podía calcular su edad con sólo mirarla, lo que sí podía hacer era verdaderamente tranquilizarse cuando la niña miró el copo de nieve y extendió la mano en su dirección. El copo levitó hasta posarse, aún en el aire, sobre su mano. La chica finalmente lo acercó hasta su pecho sin llegar a tocarlo.

- Yo puedo hacer... eeehh... - pestañeó un par de veces nerviosa - telekinesis. - Minseok seguía allí callado como una tumba, sin moverse - Te vi hacer estos copitos hace unos días atrás y fue genial, te estuvimos espiando pero no vamos a la misma escuela que tú, no sabíamos si ibas a hablarnos si nos acercábamos a saludar.

Minseok había comenzado a pestañear cuando la frase "te estuvimos espiando" dio de frente en su cráneo.

- ¿Quienes me espiaban?

- Yo y... ah, - la niña volteó hacia otro de los contenedores - sal de ahí, ya te delaté.

Esta vez era un niño el que salía de allí, con la piel blanca y las mejillas rosadas por el hielo que caía. Minseok supo de inmediato que era menor, el pequeño niño era especial como ellos, lo presentía, en especial cuando no dejaba de observar el brillante copo de nieve concentrado, con el entrecejo fruncido sin mirar directamente en su dirección. Eso a Minseok le había parecido adorable.

- Me llamo Luhan, él es Baekhyun. - el menor lo observó por sólo un par de segundos para sonreírle abiertamente antes de volver a concentrarse en el copo - Ah, no sé si te diste cuenta, pero él controla la luz.

Minseok había comenzado a sonreír de la impresión y emoción por conocer a niños como él hasta que el nombre de "Luhan" le golpeó igual o aún más fuerte que la pasada frase. "Se le cayó la cara" dirían muchos, y eso ambos niños lo notaron, porque Minseok había encontrado a la niña muy linda y... ¡no era una niña! ¡qué estaba pensando! 

¿¡Y por qué seguía pensando que igual era lindo!? Si, se había ruborizado.

Ah, ese fue el momento exacto donde Kim Minseok había caído ante la encantadora mirada del chico, elocuente, amable, divertido, y por sobre todo, amaba la habilidad de Minseok. 

Había llegado a casa dos horas después, con el celular apagado alegando que se le había acabado la batería, y unos padres molestos que le exigían explicaciones por el horario, porque ya había anochecido, la tormenta estaba sobre ellos, y aún así, él no tenía una sola pizca de nieve en su ropa. Terminó diciendo que se había resguardado de la ventisca en una tienda y cuando estuvo a punto de cerrar corrió hasta la casa. 

Estuvo castigado dos semanas, apenas salía de clases tenía diez minutos para llegar, no tenía permitido salir, y le habían confiscado el teléfono. Minseok ni siquiera pudo avisarle a sus nuevos amigos lo ocurrido, claro, hasta que una madrugada, cuando había querido salir a hurtadillas de casa para jugar pero se había encontrado con la puerta sorpresivamente trabada, un montón de nieve brillante había levitado hasta llegar a su ventana en el segundo piso del lugar. Minseok sabía de quienes se trataba.

Terminó dibujando en el hielo, explicándoles lo sucedido, y ellos terminaron yendo casi todos los días abajo de su ventana a jugar.

Porque la magia que poseían era exquisita, pura, y sin ningún rastro de malisia. La inocencia y risa de los niños era lo que terminaba por despertar a todos a las seis de la mañana, cuando el sol comenzaba a salir, y los pequeños se despedían de Minseok para llegar a sus casas algo lejanas.

Con el castigo revocado, Minseok, Luhan y Baekhyun comenzaron a estar casi todas las tardes juntos, habían incluido al mayor en su "club secreto", donde nadie más que ellos tres pertenecía, por el momento. 

- Eres genial Minseok hyung, todo lo que creas es hermoso. - El mencionado se ruborizó aprovechando la distracción de Baekhyun para sujetarlo de los hombros y relajarse un poco - 

- Luhan también es genial, ¿no Baekhyunnie?

- ¡Si! Luhan hyung y Minseok hyung son geniales, pero... - el par se quedó mirando al pequeño que formaba un puchero en sus labios - ¿por qué ninguno dice que yo también soy genial?

Baekhyun terminó siendo abrazado por Minseok y recibiendo una mueca divertida de Luhan, habían subido a la pequeña casa del árbol del menor para una de las sesiones del club. 

Chanyeol había terminado siendo amigo de los demás también, aunque ninguno se había atrevido a confesarle el por qué se habían conocido, optaron por inventar una historia simple como "nos encontramos en el parque y nos pusimos a jugar a la pelota". 

A pesar del pasar de los años, Kim Minseok salía sin falta todas las madrugadas cuando el invierno tocaba su puerta a crear hermosas figuras con la nieve y el hielo, Baekhyun había dejado de ir con el pasar de los meses, la única persona que se mantenía allí era Luhan, el tierno y despreocupado Luhan.

Cuando Minseok tenía 14 años había comenzado a reconocer los sentimientos ligeramente distintos que tenía hacia su amigo, no era lo mismo que Chanyeol o Baekhyun, no, cuando veía a Luhan, era como ver una de las cosas más hermosas que pudo entrar en su vida. Ah, se ruborizaba cada vez que lo pensaba cuando estaba a su lado, y Luhan parecía ser tan malditamente distraído que solamente sonreía o le preguntaba si se sentía bien. Minseok no sabía si es que era idiota o de verdad era muy inocente para esas cosas.

Luhan tenía un año menos que él, pero aún así pareciese que fuese mayor o algo.

De todas formas, Minseok se sentía asqueroso, porque ser homosexual era antinatural.

Fruncia el ceño cuando eso llegaba a su mente cada vez que estaba solo, no lo hablaba con nadie, no tenía la valentía para ello, pero de todas formas, no era como si ellos fueran muy "naturales" por así decirlo, tal vez... sólo por ésta vez tenían permitido ser un poco más antinaturales de lo que ya eran.

Ah, él suspiraba, en especial cuando Luhan aparecía con esa sonrisa hermosa, elevando todos sus copos de nieve en la madrugada para que pareciese que bailaban sobre sus cabezas. Era hermoso, más aún cuando los ojos del contrario brillaban por la escena.

- Hyung, tú jamás tienes frío, ¿no es así?

El chico de cabellos oro lo observaba a un lado de él, ambos estaban sentados en el parque, a pesar de la oscuridad y lo pasados que ambos estaban de la hora permitida, estaban cómodos juntos, el lugar estaba cubierto de un manto blanco, era lindo así. 

- Una vez sentí frío. 

- ¿En serio?

Luhan se había levantado un poco de su asiento por la sorpresa hasta que se calmó a si mismo y terminó aún más cerca de lo que ya estaba del mayor, Minseok sudaba frío, no sabía de donde diablos había sacado la valentía de decir aquello, se iba a morir, en especial porque su boca no quería detenerse.

- Fue cuando te enfermaste y terminaste yendo al hospital, te quedaste allí por varios días... - Minseok apretó sus manos - Se sentía frío cuando no estabas conmigo.

Lo había dicho, dios, ¡lo había dicho!, estaba seguro que no se había puesto como un tomate porque estaba muy concentrado pidiéndose mentalmente que por favor Luhan no lo pensase como algo malo y lo dejase, pero cuando volteó su rostro para ver el del contrario y lo vio pintado en carmesí, no puedo evitar que sus mismas mejillas se encendieran, y ambos se miraron sonrojados un par de segundos antes de mirar hacia otro lado avergonzados.

Minseok quería enterrar la cara en la nieve, no lo hacía solamente porque sabía que se quemaría.

Luhan mordía su labio inferior nervioso, ciertamente, había recibido muchas cartas de amor y propuestas de noviazgo a pesar de su corta edad por varias chicas del salón, pero nunca nadie se lo había dicho de una manera tan linda como esa. ¿Eso era una proposición? ¿tenía el sentido que él pensaba? ¿y si estaba imaginando cosas? Luhan ya no sabía que pensar, y prefería que el tranquilo silencio que se había formado entre ambos se mantuviera por un tiempo más.

Sólo por un tiempo más.

- De verdad lo siento chicos...

No duró por el tiempo que él quería que durara.

Habían pasado tres meses llenos de insinuaciones sutiles, sonrisas ilusionadas y unas cuantas figuritas de hielo dedicadas al otro cuando ambos recibieron la noticia. 

Luhan se iría de la ciudad, sus padres habían perdido el empleo que los sustentaba y debían volver a sus raíces donde tenían trabajo asegurado. No podían pagar la casa, no podían pagar la escuela, era volver o vivir en la nada. 

A Baekhyun le caían las lágrimas el día de la despedida como si tuviera menos de sus 14 años, abrazaba tanto a Luhan que éste no lloraba porque le parecía demasiado adorable. Podían seguir hablando por teléfono o mensajes, pero Luhan realmente dudaba poder ir siquiera a visitarlos.

Chanyeol también estaba allí, aburrado a un lado de manera infantil,  ya había abrazado a su amigo antes que el menor e incluso le había dado miles de planes para escapar e irse a vivir en la casita del árbol de Baekhyun, pero por la obvia negativa del otro, Chanyeol terminó asumiendo lo inevitable. No iba a llorar, se lo prometió a su mamá antes de ir.

- No te olvidarás de mi, ¿cierto?

Luhan se había cerciorado que sus padres estuvieses lejos y que Baekhyun se hubiese soltado para tomar las manos del contrario y estrellarle un nervioso y simple beso en los labios bajo la bocas bocas abiertas de sus otros dos amigos que a pesar de haberlo asumido hace bastante tiempo atrás, pensaron que Luhan jamás haría algo como eso. Pensaron mal.

El chico bajó la mirada de inmediato ante la sorpresa de Minseok y terminó diciendo "te llamaré" antes de correr al auto, subir, y perderse para siempre en la carretera. 

Minseok recordaba los suaves labios del menor, no eran muy gruesos, pero contenían el dulzor necesario para hacerlo suspirar cada vez que la escena venía a su mente. 

Y a pesar de todo ello, al año habían perdido todo contacto. 

Ninguno supo nunca que había pasado, ni siquiera Chanyeol que era quien estaba más pegado a las redes sociales pudo volver a encontrar a Luhan. Había desaparecido tan misteriosamente como lo habían conocido, y Minseok dejó de salir en las madrugadas y crear pequeñas esculturas al recordar la sonrisa del menor.

Sus habilidades mejoraban con el tiempo, desde formar hielo con el simple hecho de tener agua a su alcance, a crear él mismo con la sola necesidad de utilizar las nubes. Ventiscas, nieve, granizado, esculturas. Minseok había dominado su arte a tal grado de pensar en algo y saber que podía hacerlo a pesar de estar a 40°.

Si era hielo, él podría.

Pero siempre en secreto.

Baekhyun también había dominado sus habilidades y era como tener pequeñas muestras de fuegos artificiales personales que sólo ellos dos podían disfrutar. 

A veces dolía, porque el enérgico Luhan aparecía en sus memorias, Baekhyun recordaba haberlo conocido luego de pasear un tiempo en las afueras de la ciudad solo, él vivía en un orfanato, y a ellos no les molestaba que desapareciera por tanto tiempo, así que cuando había descubierto su habilidad había escapado a esos lares todas las noches donde podía ver mejor los pequeños tintineos que hasta el momento podía crear. Luhan le dijo que lo había visto cuando iban de regreso en el auto de sus padres, pero ellos no lo habían notado, después, al otro día, fue a verlo.

- Cuando Hyung se me acercó pensé que era alguien malo, y le grité que podía tirar rayos lásers para que se fuera. - Baekhyun reía bajito mientras tomaba café con su amigo - Incluso se asustó, pero cuando me vio ahí toda nenita y asustado me tranquilizó y se puso a levitar unas rocas, en ese momento pude confiar en él.

- ¿Como el truco del copo brillante que utilizaron conmigo? - Baek escondió su rostro en la humeante taza - 

- Fue su idea, y créeme, te estuvimos espiando por muchos días, diría que entre una a dos semanas, pero siempre estabas con Chanyeol y no sabíamos si él era "de los nuestros".

Minseok comenzaba a reír para luego callarse y ver como los demás invitados a la cafetería llegaban en grupo. Los años no pasaban en vano, habían hecho más amigos. Chanyeol se acercaba junto a Jongdae y Yixing, quien tiraba de su novio Yifan, y con ello, una de sus tantas reuniones en "lugares comunes" para luego salir a hacer lo que sea a las calles había comenzado.

Ah, Minseok sonreía, y Minseok realmente quería que aquel gesto fuese sincero. Ver a dos de sus amigos tomados de las manos durante toda la tarde tampoco le ayudaba, y miraba al cielo cuando ya estaban a las afueras de todo, para preguntarse si es que Luhan miraba el mismo color azul que él, si Luhan realmente no lo había olvidado, porque él vergonzosamente no lo había hecho. Se sentía como un perdedor. 

- Hyung, vamos, Yifan hyung nos invitó a comer.

Y el mayor sólo asintió y los siguió.

Era un invierno frío para los demás, estaban cubiertos de pesadas chaquetas, bufandas y gorros que no necesariamente combinaban mucho, los chicos se congelaban a pesar de que él intentase eliminar sutilmente todo rastro de nieve que cayera dentro de sus ropas. Los exámenes del semestre habían terminado, sus carreras universitarias estaban cada vez más pesadas, incluso, Chanyeol terminó por abandonar la suya al darse cuenta que la topografía no era para él. 

Era una salida para relajarse y disfrutar de la libertad que no habían saboreado por varias semanas. 

Kim Minseok los observaba desde atrás aun cuando varios ya se habían despedido para llegar a sus casas, el último en irse fue Baek, y él simplemente asintió con los ojos cerrados cuando el menor sacudió su mano antes de subirse a un taxi y marcharse. 

Se encontraba en una plaza algo lejana, donde los niños ya no jugaban porque la ventisca era fuerte y hace dos días los automóviles no andaban en las calles por el hielo en el pavimento. Minseok se sentó en medio de esa gran montaña de nieve, sonriendo, el placer en sus manos descubiertas era notorio cuando la nieve se derretía en ellas, era como si se impregnara en las rojizas extremidades.

Minseok miró a todos lados varias veces antes de comenzar a crear pequeños conejitos de nieve que saltaban y jugaban en sus madrigueras recién hechas, ardillas, hamsters. A Minseok le encantaban esos animales y más cuando creaba copos de nieve para que sus mismas creaciones se divirtieran. Ah, se sentía vivo otra vez. Hacía tanto tiempo que no lograba- Sus copos de nieve comenzaban a levitar, solamente ellos, los lindos copos con centro de hamsters esponjositos subían en el aire hasta obligarlo a elevar un poco más la vista.

Minseok volteó a ver detrás de su espalda, y sonrió.

Porque su cabello dorado seguía intacto a pesar de tener ese gigantesco gorro de lana, sus labios estaban rojos por lo helado que estaba, y su sonrisa, ah, Minseok fue contagiado por esa sonrisa esperanzada que estaba dirigida solamente a él. 

La bella madures en su rostro lo hizo recordar que debería estar molesto por no saber nada de él por tres años, pero ¿qué importaba ahora? 

Un beso helado había terminado por calentar un poquito su corazón, ya tendría toda la vida para recriminarle el haberlo dejado solo. 

 

Notas finales:

Es un oneshot "bonito" nomas~ asdfghjk


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).