A veces pienso que cuándo estoy con mi mejor amigo todo es de color de rosa... Pero, estoy en una realidad, en donde no sé si él me quiere o no. No sé si me quiere como amigo, o como algo más. Y no sé si sólo somos amigos.
Hay veces en donde me pongo a pensar, dudo... Porque siempre estamos juntos, siempre hacemos las cosas juntos, y siempre trato de estar junto a él. Estar ayudándolo, que él me diga cómo se hacen las cosas, aunque yo ya sepa cómo se hagan porque me gusta mucho que él ponga su atención en mí, aunque sea por un momento, amo cuándo estamos jugando y por debajo de la mesa junto mis pies con los de él. Amo cuándo lo molesto, y él se deja o se queja de forma adorable. Amo cuándo bosteza y le meto el dedo en la boca, es gracioso y él se ríe por eso. También amo cuándo trato de rayarle la mano y no se deja, siempre le pregunto: "¿Porque no me dejas dibujarte algo en la mano? Y él me responde con un «no me gusta que me rayen la mano» cuándo empezamos a tener "Una pelea" por querer rayarle y él no se quiere dejar. Amo cuándo estamos "Peleando" y alguien por detrás nos dice que parecemos como una pareja. Amo pedirle siempre el suéter cuándo la anda, y aunque me diga que no, se la quito y me la pongo. Amo cuándo me ve fijamente e intenta hacer una mueca, pero le sale un moflete todo lindo.
Lo que más amo de él es su dulzura, cómo se comporta conmigo. Como él me trata, y la paciencia que se tiene conmigo. Y lo que más me gusta de todo esto, es irme con él todos los días, esperarlo, llamarle todos los días cuándo voy saliendo de mi casa para preguntarle: «¿Ya estás listo? ¿Ya desayunaste? ¿Cómo estás? Voy de camino, lo espero donde siempre...» o «tengo frío ¿me prestas un suéter?» Para que él me responda... «Claro, si, bueno.» Y que antes de colgar me haga reír tiernamente. Son cosas que yo amo de mi vida, porque me hace ver la realidad como de color rosa.
En la actualidad, no sé si me quiere, si siente atracción hacia mí, y no tengo idea si él se pone nervioso, o si le molesta lo que yo hago por él, a veces pienso que él ya sabe que me gusta, pero no me ha dicho la verdad. Sé que ya todos saben que me gusta y eso tan ves me vaya a afectar en mi vida, porque no sé cómo se lo vayan a tomar todos cuándo sepan que soy gay. Con muchos me meteré en problemas, pero no me importa. Al menos puedo morir feliz sabiendo que amé en algún momento de mi vida. Y eso es lo que me hace feliz porque amar no te haca daño. Cuándo en una relación sientes dolor, tristeza, o cualquier cosa que no sea felicidad y seguridad... Hay que dejarlo, aunque duela, porque el amor es así, en algún momento tiende a doler.
Estoy feliz. ¿Por qué?... Porque yo amé... Aunque no se la persona que yo no creí que fuera a amar, pero aun así amé. Me siento feliz y más que satisfecho de haber amado, no especialmente por la persona, sino porque en verdad sentí esa emoción llamada amor. Ese sentimiento cálido que te llena el corazón, que te llena de paz, serenidad, un sentimiento que te llena de calma y un sentimiento que hace que cambies de un momento a otro. A veces me pregunto «¿Que pasa conmigo? ¿Por qué mis emociones cambian de un momento a otro tan sólo con verlo?» pues la verdad, todavía no tengo respuesta a esa pregunta, pero lo que si se es que todo está cubierto por una capa ligera y blanda llamada amor.
Aún recuerdo cuándo lo esperaba, que cuándo lo veía, me hacía sonreír tan fácilmente, su forma tan indescriptible de saludarme y de contarme cada inconveniente que le sucedía en el camino o de días anteriores sólo para hacerme reír. Recuerdo también aquel día cuándo comenzó a llover fuerte y nos tuvimos que ir juntos con mi paraguas, era pequeño y apenas para los dos, recuerdo que íbamos abrazados y a cada que caía un rayo me apegaba a él porque me daba miedo. También recuerdo un día donde la profesora de inglés no dio clases que mi grupo de amigos, que éramos seis nos habíamos ido a la biblioteca a pasar el rato. Estábamos en la sala de lectura, todos acostados en el suelo y todos abrazados a un cojín, pero mi mejor amigo no tenía uno.
Recuerdo que me había levantado para dejar un libro y él agarró mi cojín y lo estrujó con sus brazos impidiéndome agarrarlo, yo trataba de jalarlo, pero era imposible. La parte que me conmovió fue que se veía todo lindo y tierno comportándose como niño mimado. Al final terminé usándolo a él como almohada y él no dijo nada, no reaccionó, siguió así, sin inmutarse, lo cual en ese momento mi corazón bombeaba sangre a mil por segundo, creía que se saldría de mi pecho, igual con todas las veces que estuve cerca de él compartiendo casi el mismo aire. Como el día en que le estaba enseñando como hacer un corazón porque él dibujaba feo, en ese momento, yo recuerdo que le había agarrado la mano junto con el lápiz y yo con mi mano le guiaba para dibujar el corazón, yo no sabía si me había puesto rojo por la timidez, pero si sentía mi rostro todo acalorado.
Una de las cosas que me gusta hacer cuándo estoy con él es que me gusta rayarle la mano y luego decirle: «Ya te quito el rayón» sólo para sentir su mano grande, sólo para tocar, palpar con mi mano la de él, porque yo sabía que lo más lejos posible a donde podía llegar era a eso. Siempre he querido preguntarle si me podría dar un abrazo, pero mi cobardía nunca me lo permite, nunca soy tan valiente en pedirle un abrazo, aunque sea como amigos porque mi timidez siempre me gana.
Recuerdo el día donde nosotros íbamos caminando hacia el colegio y él había chocado su cabeza con una señal de tránsito, yo me había reído un montón, y luego le froté en la parte lastimada. Cuándo se la había frotado él me dijo: «Huélase la mano» lo cual para mí fue raro, pero lo hice, y mi mano olía a su shampoo que él usaba. Olía delicioso, ese día no dejaba de frotarle la cabeza sólo para poder oler su fragancia. Igual me pasa cuándo me presta un suéter de él, siempre trato de llevármela para la casa y cuándo lo hago me quedo toda la noche abrazado a ella, oliendo su suéter, su olor característico de él que me hace sentir emociones fuertes dentro de mi corazón, que literalmente me hacen gritar y brincar de la felicidad.
Podría contar muchas cosas de mi vida junto a él, pero si lo hago nunca terminaría. Podría contar que el amor es un sentimiento único y perfecto, sólo que, nosotros los humanos somos los imperfectos. Porque no es el amor quien muere, somos nosotros mismos, el amor nunca va a morir, el amor siempre va a estar y siempre lo ha estado. Dichosos aquellos que pueden sentir amor porque ellos pueden contar lo maravilloso que es el amor. El amor tiende a hacerte sentir dudoso. Cuida tu corazón, de que siempre sea puro, que ninguna maldad caiga en él. Nunca dejes de amar, nunca sabrás quien es tu verdadero amor si dejas de amar por más veces que nos rompan el corazón de la peor forma, nunca dejes de amar.