"El Pasado De El Ángel"
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Su casi violeta mirada detallaba con gran diversión a su furibundo tío. La razón, tan simple como el dos más dos. No hacía mucho que a su tío le enviaron un vídeo.
Cierto vídeo mostraba a “Naruto” haciendo cosas para alguien considerado un fácil. Cabe decir que ahora Minato le creía a Kurohi, quien trataba de esconder su alegría al sentirse ganador. Miro con algo de recelo a la siempre amable Chiyo, una anciana mujer que servía a la familia desde que Kushina era una niña.
Kurohi odiaba a esa vieja, y todo porque ella era la única en esa casa que no le creía nada de lo que decía acerca de Naruto. Lo peor era que decía que su primo era igual a su difunta tía, cosa que para él era realmente estúpido si por esa misma razón tenía a su tío comiendo de la palma de su mano.
—Señor Minato, piénselo bien, mi niño Naruto es incapaz de hacer tal barbaridad —, la mujer trataba con toda su voluntad convencer a ese terco rubio de que vea la verdad detrás de todo.
—Lo siento abuela Chiyo, pero Naruto debe aprender a dejar de hacer lo que quiere —, furioso volvió a poner el vídeo que le habían enviado y se lo mostro a la anciana —. Ahora dígame que no es Naruto, ¡por dios es obvio que es él! —Le espeto indignado —. Para colmo el vídeo me lo envío el padre de su supuesto amor.
La mujer solamente suspiro resignada. Miro con algo de rencor al pelirrojo detrás de todo ese embrollo, y eso lo tenía muy seguro, el chico del vídeo no era su lindo niño, o no, ese chico facilón era Kurohi, de eso estaba segura, pero bien sabía que sin pruebas ese imbécil esposo de su linda niña Kushina nunca abriría los ojos a la verdad.
Molesta negó dos veces y se acercó al hombre con total furia impregnada en todo su ser.
—Solo le diré una cosa. No haga nada por el momento, al menos hasta no verlo con sus propios ojos —, comenzó a hablar con furia —. Y antes de que me interrumpa —, alzo su mano en un ademán, para silenciar al hombre frente a ella —. Primero haga investigaciones, antes de hacer algo en contra de su hijo o de lo contrario, me veré en la necesidad de informarle a sus padres y sabe perfectamente que ellos estarán de acuerdo conmigo.
—Minato suspiro resignado —. Lo haré a tu manera, pero cuando veas de lo que es capaz Naruto, será mejor que te resignes, porque ira a para a una escuela privada y sin derecho o a algún beneficio.
—Chiyo asintió resignada, sin duda alguna Minato era un estúpido —. Y cuando vea que todo mundo tenía razón de ya sabe quién —, miró con molestia al pelirrojo. —Será mejor que rece porque no sea demasiado tarde —, se separó con total decepción hacia aquel terco hombre.
Kurohi solo frunció el ceño con completa furia. Se puso de pie cuando la mujer ya no andaba merodeando cerca y se acercó a indignado a su tío.
—Tío Minato, ¿en serio no vas a hacer nada?, digo, mi primo no solo juega con mi felicidad, también con la de Sasuke-san —, le dijo furioso.
—Minato lo miró comprensivo —. Sé que debería hacer algo, pero la abuela Chiyo tiene razón. Debo estar completamente seguro de que el doncel del vídeo sea Naruto, y bueno, por el momento no haré nada más que investigar sobre el asunto, así que despreocúpate, que en cuanto se arregle todo, yo mismo haré que Naruto se controle.
Kurohi asintió no muy convencido, pero de algo estaba seguro y eso era que su tío si creía en el vídeo, solo que quería complacer los caprichos de la entrometida mujer.
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Naruto suspiro antes de entrar a su casa. Bien sabía que ya no era tan temprano como para andar en la calle, pero nadie podía culparlo si se trataba de una velada con su amado novio, además, no es como si fueran las dos de la mañana, pero él no acostumbraba llega a las once de la noche a su hogar y todo mundo lo sabía.
Pero aun con su tardanza, se extrañó por completo de ver a su padre esperándolo en la sala de estar, junto con su muy querida nana.
— ¿Dónde andabas hijo? —, Minato solo se levantó mientras sonreía con algo de falsedad en su rostro.
—Naruto lo miro con duda y el ceño ligeramente fruncido —. Fui a la universidad y de allí estuve con mi novio Sasuke —, al ver la mirada que su padre le enviaba se dio cuenta de que no le creía, así que con la molestia palpable en su ser, saco su celular del bolsillo de su pantalón y marco el número de su Teme —. Si gustas puedes preguntarle, es más, le voy a decir que se regrese antes de que se aleje más, así podrás hablar con él en persona. No sé, tal vez y así me creas —, le dijo con completa molestia.
Minato miro con detenimiento a su hijo, tratando de buscar algún indicio de mentira, pero al parecer su hijo le decía la verdad. Aunque aún seguía renuente en creerle a su hijo, es decir, tenía pruebas de que Naruto no era el ángel que sus padres, Chiyo y hasta Kakashi creían, pero aun así, él había prometido buscar más pruebas de que su hijo era alguien fácil y que solamente andaba con Sasuke por el dinero y odio que le tenía a Kurohi.
—Descuida. Te creo, es solo que me preocupe al ver que no llegabas y pensé lo peor —, le dijo sonriente.
Chiyo lo miro con recelo y Naruto con sorpresa. ¿De verdad era tan raro lo que había dicho?, es decir, después de todo, Naruto era su hijo, obvio tenía que preocuparse por él.
—Bueno, dejemos esto de lado y mejor vamos a dormir porque ya es muy tarde —, le dijo con más calma.
—Naruto solo se encogió de hombros y se despidió con un beso y abrazo de su querida nana, para después pasar de largo a su padre —. Buenas noches entonces papá —, susurró sin emoción, para después retirarse del lugar.
—Supongo que nos vemos mañana señor —, Chiyo paso de largo al rubio, para después retirarse a su propia habitación.
Minato solo se dedicó a mirar como ese par se iba de la sala. Suspiro con pesar al recordar las conversaciones que había tenido con ese mismo par. Sin duda, tenía que investigar y pensar muy bien en lo que haría.
Decidió retirarse a descansar y comenzar con las investigaciones en la mañana. Por ahora solo se dedicaría a dormir y soñar con su bella esposa. Camino por las escaleras, sin darse cuenta de la presencia que deambulaba por donde antes había estado acompañado.
Dicha presencia solo emanaba odio y miraba con rencor a su tío. Y todo porque no se había salido con la suya. Recordando así, el cómo inicio su odio hacia su maldito primo.
---FLASHBACK---
Cuando tenía ocho años, Kurohi Uzumaki se divertía en grande con su primo Naruto.
Ambos niños eran inseparables o eso parecía a simple vista, porque fue a esa edad cuando el bichito de la envidia comenzó a picar. A su corta edad no entendía porque su primo tenía tantas cosas.
Desde juguetes modernos, hasta video juegos, incluso era consentido por sus padres, abuelos y tíos, cuando él tenía suerte si su papi lograba comprarle el juguete que pedía para su cumpleaños. Y bueno, a esa edad tenía tanta curiosidad por saber sobre su otro padre. De hecho, siempre que veía a sus tíos se preguntaba donde estaba su padre varón, cuando su tío Minato no se atrevía ni a llegar tarde con su familia.
Un día decidió apaciguar todas sus dudas y la única persona que podría responder sus preguntas era su papi.
—Papi, ¿por qué mi primo y mis tíos tienen tanto y nosotros no? —, se extrañó al ver a su padre fruncir el ceño.
El pelirrojo mayor suspiro con derrota, para después mirar a su hijo con algo de nostalgia y resignación.
—Por culpa mía —, miro con tristeza a su hijo —. Verás Kurohi, a veces las personas toma decisiones y así como pueden elegir la correcta, otras veces eligen la equivocada —, suspiró con pesar al ver la duda reflejada en el rostro del pequeño y por ello se puso a la altura de él —. Yo tengo la culpa, es todo lo que debes de saber.
Y con esas últimas palabras, el mayor dio por terminada esa plática. Claro, eso no dejo nada claro para Kurohi, no señor, él todavía tenía la duda de porque él y su padre vivían prácticamente en la miseria, mientras que su primo tenía todo lo que pudiera pedir.
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A partir de ese momento todo cambio. Cada vez que visitaba a sus tíos y primo, siempre procuraba romper uno que otro juguete de Naruto, incluso en una ocasión, avergonzó a su primo frente a sus amigos. Fue allí cuando comenzó a perder la entera confianza, no solo de su primo, también de su tía, quien cada vez que hacía algo en contra de Naruto, lo reprendía frente a su papi.
Y un día, todo cambio. Naruto siempre estaba feliz, y eso lo enojaba, más si no sabía con exactitud que era aquello que hacía tan feliz a su primo.
— ¿Qué te tiene tan feliz primo? —, quiso saber. Su intención era quitarle aquello que era tan valioso.
—Naruto lo miro con recelo —. Es secreto —, dijo sin más y con el rostro totalmente serio.
Kurohi iba a exigir respuestas. Sin duda le había enojado que su molesto primo no quisiera compartir aquello, lo que significaba que ese secreto era sumamente importante, tanto como para no querer contarle para buscar la manera de hacerlo infeliz, pero debido al llamado de su padre, dejo las cosas así.
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Siempre creyó que cuando su padre varón decidiera regresar con su papi y él, todo cambiaría para bien, pero fue un grave error.
Fue un día común en el que siempre tenían un lindo y tranquilo día para ellos dos, pero aquel hombre de ojos y cabellos naranja llego y perturbo la poca paz. Su papi le dijo que vaya a su habitación y encienda la tele, ya sabía que eso era para no escuchar.
Obvio, hizo lo pedido por su papi, pero nunca dijo que no lograría escuchar si la puerta quedaba con una pequeña abertura que le permitiría escuchar.
Descubrió la verdadera razón por la que él y su papi no tenían tantas comodidades. Según su padre, todo era culpa de su tía. ¡Como los odiaba!, a su tía, a su tío, y a sus abuelos, pero especialmente, odiaba a su primo.
— ¡Eso no es verdad!, yo me busque todo esto Yahiko —, el pelirrojo solo se dedicaba a negar las palabras de aquel que juro amarlo y lo abandono cuando renunció a todo.
—No mi amor —, el hombre tomo de los hombros al pelirrojo —. La culpa la tienen tus padres y hermana, ellos incluso me obligaron a abandonarte a ti y a nuestro hijo, todo porque nos enamoramos, por eso debes creerme Nagato —, pidió. Aquello era su carta de triunfo.
El doncel se quedó pensativo. Analizando las palabras del hombre frente a él. Debía admitirlo. Cuando les dijo a sus padres que seguía firme en la decisión de quedarse con Yahiko, tanto estos como su hermana dejaron de apoyarlo y dejaron que haga lo que quisiera con su vida.
Pero también recordaba, que por esa terrible decisión, su supuesto amor lo abandono con todo y embarazo, lo que es más, al pasar aquello, decidió afrontar las consecuencias de sus decisiones y criar a su hijo el mismo, sin recibir ayuda de su familia.
— ¡Largo de mi casa! —, exigió con furia —. Aquí el único culpable soy yo, así que mejor vete y no vuelvas más a mi hogar.
Yahiko frunció el ceño con furia al ver el rostro del doncel. Sabía bien que no le creería y menos con tales palabras, pero aún tenía un as bajo la manga.
—Entonces dejaras que Kushina se salga con la suya —, le recordó.
— ¿Qué quieres decir? —, preguntó dudoso.
—Creías que no sabía que estabas enamorado de Minato Namikaze antes que de mí, ¡por favor!, se notaba en tu mirada, pero como siempre, tu hermana se salió con la suya y te conformaste con lo poco que te quedo.
Nagato miro hacia la puerta que daba con la habitación de su hijo y no se sorprendió al ver a su hijo asechar, pero si le preocupo que haya escuchado aquello. No solo porque había visto que su hijo había heredado aquel lado malvado del hombre con el que lo engendró, sino que además eso solo inculcaría odio hacia su propia familia.
—No me interesa lo que me digas, ni hoy, y mucho menos en un futuro, así que aléjate de mi familia.
Yahiko salió de la casa con furia. Miro hacía la ventana que daba a la habitación de su hijo y sonrió victorioso, al menos ya había metido el odio en él. Así que por ahora, se iría, ya luego tendría la oportunidad de salirse con la suya.
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Su padre comenzó a verlo, alimentando aún más su odio hacia su tía y abuelos, pero allí no quedo la plática. Yahiko se encargó de dejar mal a Nagato. Y para alguien tan joven como Kurohi, era más fácil influenciarlo, especialmente si se hablaba de lo que pudo ser de su vida si su papi hubiera aceptado la ayuda de sus abuelos.
Dos años se la pasó viéndose a escondidas con su padre. Dos años planeando obtener lo que se merecía en verdad y para ello era lograr que su papi y tía desaparecieran. Pero aquel día todo salió mal.
El plan era desaparecer a su tía y papi, pero las cosas no salieron acorde a lo planeado. Su padre también se vio afectado en aquel supuesto accidente y los tres se fueron para ya no volver. Había que admitir que Kurohi se arrepintió de inmediato. Él amaba con todo su ser a su progenitor, después de todo aquel doncel hizo todo para criarlo y darle lo que pudiera, pero eso cambio de un momento a otro.
Días después de haber enterrado a sus padres y a su tía, se vio a si mismo junto con su tío y primo en un despacho con el abogado de la familia Namikaze y Uzumaki.
Kakashi Hatake leyó primero el testamento de los abuelos Uzumaki, quienes habían fallecido un año atrás. Minato estaba nervioso, debido a que la razón de retrasar tanto aquella lectura era que tanto Hashirama y Mito Uzumaki pidieron que su testamento sea leído solo cuando uno de sus hijos haya fallecido. Pero conforme se leía aquel papel, Minato solo enfurecía.
Aquel papel estipulaba que toda la fortuna quedaba en manos de su hija Kushina y que solamente ella decidiría que hacer con la fortuna Uzumaki. Claro, Minato entendía las razones de aquello, y esa razón tenía el nombre de Yahiko.
—Niños vayan a esperar afuera con mis padres —, pidió amable a los menores.
Tanto Naruto como Kurohi asintieron temblorosos, para después salir al pasillo donde aguardaban los padres del rubio.
Minato se encargó de mirar a su viejo amigo con reproche, en verdad no le gustaba nada lo que estaba sucediendo. Y no por su hijo, porque como su padre, Naruto tendría todo, pero Kurohi no tenía nada y tampoco a nadie que lo apoyara.
—Se lo que estás pensando Minato y no. Kurohi no se quedara sin nada, Nagato Uzumaki le dejo una cuenta y la casa donde vivían a su nombre y aunque no es la gran cosa, al menos se quedó con algo —, el peli blanco solo le mostro el testamento del pelirrojo doncel.
—Minato lo miro mal —. ¡¡ESO NO ES NADA!! —, grito frustrado —. Kurohi se quedó sin padres y sin nada que lo ayude en la vida, ¿cómo esperas que esté tranquilo?, Naruto al menos me tiene a mí y obvio no lo deje sin nada.
—Kakashi suspiro con pesar mientras negaba —. Y eso no es todo.
— ¿Qué quieres decir? —, preguntó dudoso.
—El problema aquí es que Kushina dejo todo lo que ahorro de su trabajo a Naruto, pero eso no es todo, el tema de la herencia familiar lo pospuso —, se levantó de su asiento para mirar a la ventana —. Ella dejo estipulado que la lectura de la herencia de la familia Uzumaki no se dirá sino hasta un día después del cumpleaños número veinte y uno de su hijo, Naruto Namikaze.
Minato quedo boqui abierto. Él no entendía las razones de su amada, lo que es más, ni siquiera tenía idea de que Kushina haya hecho tal cosa.
— ¿Entonces no sabremos que será del dinero de la familia Uzumaki?, ¿Kurohi no tendrá nada de lo que merece sino hasta ese día? —, Minato no entendía aquello —. Y si es así, entonces yo cuidare de él.
Sentenció aquello mientras se paraba del asiento. Miro resignado a su amigo, ya sabiendo que no tenía caso seguir peleando algo que no ganaría. Por lo pronto cuidaría del pobre Kurohi Uzumaki.
Pero nadie se dio cuenta que aquel niño había escuchado todo. Furioso porque no se saldría con la suya por culpa de su tía. Pero de algo estaba seguro y eso era que haría que Kushina Uzumaki pagará por estropear sus planes y que mejor que hacerle la vida de cuadritos a su molesto hijo, además, aprovecharía por primera vez su apariencia casi idéntica de la mujer.
---FIN DEL FLASHBACK---
—Esto es solo el comienzo querido primo, después de todo, tú no puedes ser feliz —, murmuró con odio.
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Naruto miraba tembloroso aquel pequeño aparato. No quería decirle a Sasuke sobre sus extraños síntomas. Síntomas que tenía desde hacía un mes, para ser precisos, comenzaron después de aquel cachondo día que la paso con su novio.
Y fue casi imposible comprar aquel aparato, y todo porque su posesivo novio no quería que anduviera solo ni por un momento. Dejo eso de lado cuando su celular comenzó a vibrar. De manera rápida contesto al ver que se trataba de su Teme novio.
— ¿Qué te sucede para que hables a esta hora Teme? —, preguntó algo intrigado al oír a su novio suspirar.
—Debemos hablar Naruto —, le respondió seriamente.
Naruto se extrañó al escuchar de esa forma a su novio, pero aquello fue suplantado por el temor y pánico al ver el resultado de la prueba de embarazo.
—Mañana nos vemos, es algo muy serio y delicado —, le dijo el azabache.
—Naruto asintió tembloroso, como si Sasuke estuviera frente a él —. S…Sí, creo que es lo mejor, más porque yo también debo decirte algo.
Ambos concordaron encontrarse en aquel puesto de ramen donde solían ir a pasarla. Cada uno con un secreto a revelar. Secretos que cambiarían sus vidas.
Continuará