—¿Qué haces aquí?— sus ojos verdes se turbaban por la sorpresa
—L-lo siento, lo siento, lo siento— No paraba de repetir con las manos en altos —Y-yo me perdí estaba cazando y me perdí en el bosque, no sabía cómo regresar, te vi en el arroyo y..— trago saliva —Lamento ser tan impertinente—
—Este es terreno prohibido para tu especie— se levantó del suelo —Regresa a donde perteneces—
—Yo me llamo Jean Jack Leroy, príncipe heredero del Reino tras las montañas—
Los ojos del pequeño rubio miraron con sorpresa al otro. Retrocedió instintivamente mientras que el príncipe iba en su encuentro. El viento soplaba fuerte en el arroyo, las hojas de los árboles danzaban al ritmo del bosque. Estaba anochesiendo
—¿P-puedo saber tu nombre?— Dijo tímido
—Soy Yuri pero algunos me dicen Yurio...— No podía hablar con él. Los humanos son malos
En un pestañeo Yurio salió volando de escena. Jean miro perplejo como el rubio volaba por el aire en dirección al bosque. Fue la cosa más maravillosa que había visto en 16 años.
Esa noche no se pudo quitar la imagen de Yuri, era un hada. La primera vez que veía una y los libros se quedaban cortos para describir la hermosura de un ser tan especial. Sus alas fueron lo más impactante, con la poca luz del sol que quedaba esa tarde y que logró filtrar entre ellas pudo ver como creaba un arcoiris. En los libros no se describía algo como eso.
Caminó por la enorme biblioteca del palacio buscando en la sección prohibida "Seres magicos" En uno de ellos recopilada a varios seres como centauros, sirenas, faunos y venían con dibujos que ilustraban las hojas de cada uno. Jean paso las hojas rápido hasta llegar a lo que importaba Hadas, nombraba la hoja con perfecta caligrafía. La imagen era hermosa pero no se podía compara con Yuri, leyó toda la descripción pero no quedó satisfecho, quería saber más. Cuando estaba dispuesto a pasar la hoja una nota se deslizó desde atrás de la imagen del hada.
Las hadas son seres increíblemnete hermosos, es fácil caer bajo su hechizo al igual que con las sirenas pero son peores. A diferencia de las sirenas que matan con sus encantos, las hadas juegan con sus presas y recién cuando obtuvieron lo que querían te arrancan el corazón
El joven príncipe trago saliva al leer lo último. Todos en el Reino sabían lo peligroso y mortal que era pasar por el bosque del oeste. Muchos guerreros habían intentado capturar criaturas del bosque pero pocos regresaban y los que lograban vivir no podían describir lo extraño, aterrador y hermoso que fue el viaje.
Jean no se había dado cuenta que había llegado al bosque del oeste, ese maldito zorro era más escurridizo que cualquiera que hubiera cazado. Se había dado cuenta que estaba en el bosque del oeste por el paisaje tan mágico que lo reflejaba y la hermosa hada que había encontrado.
Lo volvería a encontrar, no importaba los riesgos, lo volvería a ver.
~°~
Sus mano temblaban, en realidad todo él temblaba. Estaba asustado y avergonzado. Un humano lo había visto mientras se lavaba en el arroyo, sus mejillas se enrrojecian al recordar la mirada azulada del príncipe. Un humano había llegado al bosque del oeste, no, peor ¡UN PRÍNCIPE!
Su pies tocaron el pasto y camino rápido para llegar a su destino.
—Yurio— lo llamo una voz conocido
—Ahora no cerdo— siguió su camino sin prestar atención al azabache —Estoy buscando a mi abuelo—
—Eso te iba a decir— suspiro, manteniendo el ritmo de los pasos del rubio —Te ha estado buscando hace horas—
Dejando al otro con la palabra en la boca. Yurio salió volando lo más rápido que pudo. Tenía miedo de que ya supiera que un humano había entrado al bosque y que peor aún ¡LO HABIA VISTO! Su corazón latino rápido cuando recordó la mirada del príncipe.
Cuando llegó a lo más profundo del bosque bajo la velocidad. Su abuelo estaba parado en frente del árbol más antiguo. Yurio se acercó lentamente, con la mirada baja.
—He sentido un disturbios en la paz del bosque ¿Sabes algo de esto?— pregunto
—Un... humano entró al bosque— dijo mordiendose el labio —Yo lo vi—
—Sabes que eso está prohibo— Dijo furibundo —¿Que quería?
—Dijo que se perdió y era un príncipe—
—Pero es un humano, sabes que los humanos son malos, no quiero que vuelvas a hablar con ese príncipe— el anciano se acercó a Yurio y lo abrazo —No quiero que te pase nada—
—No me acercaré a humano, lo prometo—
Esa noche, mientras veía las estrellas en la copa del árbol más alto se pregunto si volvería a ver a ese príncipe.
Quería verlo de nuevo
~°~
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español