Como todos los días, Shinya acompaña a Guren, porque sabe que siempre se siente solo, y que él lo necesita para sacarlo de esa tristeza.
Como todos los días, lo molesta y se divierte al ver la expresión de "por favor dejame en paz" que tiene en su rostro, pero sabe que en el fondo también le divierte.
Como todos los días, le toma fotos y luego se las muestra, para luego reír mientras huye de un Guren enojado aparentemente dispuesto a matarlo.
Como todos los días, lo consuela y le quita esa máscara fría, que le hace ser indiferente ante todos, incluso con él.
Como todos los días, siempre luego de hacer el amor, escucha que pronuncia el nombre "Mahiru" mientras duerme.
Como todos los días, Shinya sufre en silencio.
—Guren~ —Gime su nombre una y otra vez en esa fría habitación, afirmándose de su espalda mientras siente como las manos de Guren recorren su cuerpo, tocando aquella piel de porcelana.
A las horas después, Guren esta durmiendo, abrazandolo mientras tanto Shinya, no puede hacer nada más que lamentarse por si mismo.
—Mahiru...— Escucha como murmura el nombre de ella mientras duerme.
Es como si le arrancaran el corazón del pecho. Con solo escuchar ese nombre, sus latidos se aceleran y siente un nudo en su garganta, que luego de varios minutos no aguanta más y llora en silencio hasta quedarse dormido.
Cuando es de día, Shinya se sienta en la cama con dolor y mira el lado en el que duerme Guren.
—No está. —Dice para sí mismo, sonriendo, burlándose de su estúpida ilusión.
Todo lo que daría para que algún día despertara con Guren a su lado.
Casi arrastrando los pies, va al baño y luego de lavarse la cara, se mira en el espejo.
Tiene un rastro de chupones por su cuello y abdomen, los cuales se los hizo Guren. Avergonzado, mira sus ojos, aquellos ojos que brillaban e irradiaban felicidad, ahora están apagados, ninguna gota de vida queda en ellos.
— Pero esta bien... Estoy bien, porque Guren... Guren me ama.— Se dice a si mismo, abrazandose, en un intento fallido de consolarse. Sabe que es mentira, y hasta Guren le ha dicho la verdad.
—Yo amo a Mahiru. —Con solo recordar esas palabras siente como se desmorona, pero no cae, Shinya no sabe si es porque es fuerte para seguir o simplemente ya había caído desde hace tiempo.
De todas formas, sabe que si es que cae nadie lo atrapará, ni mucho menos le ayudarán a levantarse.
Ésta tan roto que cuando le den la mano, solo se va a romper más.
— Él no me ama. —Se dice a si mismo, mirando su penosa existencia, y a su vez recordando unas palabras similares.
— Él no te amará. —Esas palabras fueron acompañadas por una risa proveniente de la misma persona, su "prometida" que en verdad es pareja de Guren.— No será tuyo, jamás lo será.
Y tiene razón.
No lo niega.
Sonríe tristemente a su yo en el espejo, y se prepara para otro día.
Como todos los días, lo está consolando.
Lo abraza, y siente como los labios de él se apoderan de los suyos.
Tal vez... Ésta siendo egoísta.
Por pensar en lo mucho que le gustaría que por una vez, Guren lo consolara.
Sabe que no pasará.
Y que también es mucho pedir de su parte.
De repente, Guren se separa de él, alejándose y levantándose de la cama.
-—Shinya, y-yo... —No pudo seguir hablando, ya que él peliblanco posó un dedo en esos labios que tanto le gustan.
—No es necesario que lo digas, ya sé lo que vas a pedir. —dice con una sonrisa, y atrae a Guren a él, jalandole del cuello de la camisa y lo besa.
Guren le hace daño.
Pero a la vez es su único apoyo.
Es su razón para vivir.
Y otra vez, se repite lo mismo de cada día.
Ya es un ciclo vicioso.
Fingir ser feliz, consolar a quien amas, ser lastimado.
Eso se repetía cada día.
Era un ciclo en el que él puede salir, pero es incapaz de hacerlo.
Es incapaz de dejar a Guren solo.
Sabe que le necesita.
Con solo pensar en dejarlo solo, se siente mal, se siente egoísta, un pésimo amigo.
Aunque él solo sea un reemplazo, esta bien, porque Guren es feliz con eso. Y si Guren es feliz con eso, el puede vivir así.
Porque lo ama.
Sabe que no le hace bien.
Pero... Ya no hay vuelta atrás.
Hace tiempo le prometió en un abrazo que jamás lo dejaría solo.
Y eso es lo que hará.
Y lo que ha hecho cada día.