Hermosa y linda princesa. ¿Por qué eres la alegría de todos? Dime ¿Por qué brillas tanto? Siempre que puedo verte, en todo momento tienes una frase de ánimo, un consejo, siempre sabes que decir y que hacer, eres perfecta. Tus labios son gruesos y siempre están rojos y parecen suaves, tus ojos brillan y son expresivos, no sabes mentir ya que aquellas esferas chocolate dicen todo lo que te callas.
Hermosa princesa rosa. Tus compañeros te adoran. Te veneran como si fueras la madre del grupo y te han dedicado parte de sus triunfos siempre, diciendo que los cuidas, que los procuras y alimentas. Los regañas cuando debes, los abrazas cuando necesitan apoyo y los escuchas cuando tienen problemas. Cuando se han salido del camino has sido tu quien los ha devuelto a su lugar y ha evitado la catástrofe de una separación.
He hablado con mis compañeros en la última entrega de premios. Todos te abrazan, todos voltean contigo y te dan palmadas en la espalda. Tu eres el pilar del grupo. Incluso, eres la fortaleza del líder que te ve con ojos más allá de un simple compañero, la forma en la que te toma del brazo, la forma en la que derrocha toda su caballerosidad contigo.
Princesa, nos hemos dado cuenta que así como eres su fortaleza, también significas su debilidad. Nosotros no podemos seguir dejando que ustedes crezcan. Están robando demasiada luz de escenario, están creciendo demasiado y antes de que puedan convertirse en un ícono, necesitamos hacerlos caer.
¿Cómo hacerlo? Nos preguntábamos, porque realmente no parecían tener demasiados baches en el camino. Fue entonces que se me ocurrió algo de inmediato. Si te rompíamos a ti, los rompíamos a ellos.
Kim Seok Jin.
Yo no tengo nada contra ti en realidad. En otra circunstancia me hubiese gustado ser tu amigo y ¿quién sabe? Quizá hubiera incluso intentado ser algo más. Eres demasiado tierno, demasiado hermoso, como todos te llaman, demasiado rosa. Tu voz es angelical, la forma en la que comes es demasiada ternura, cuando te enojas, dan ganas de darte un abrazo. No te conozco mucho y me creas muchos sentimientos. Por ello... Sé que una vez que tu caigas, todos a tu alrededor lo harán.
Lo hemos planeado bien. Sabemos la rutina que siguen todos, no han cambiado nada en estos años, siguen siendo los mismos simplones de siempre; muchos dirían que humildes, yo digo que no saben aprovechar la fama que tienen. Y eso es lo que nos permitirá llegar a ti esta noche.
Uno de mis compañeros nos susurra al oído que no le parece realmente correcto lo que haremos. Otro le toma del brazo y aprieta, diciendo que estamos todos juntos en esto.
-Él no merece sufrir por algo como esto. -Es lo último que dice y nos hace voltear a otro lado. En el fondo sabemos que dice la verdad pero no hay otra salida.
-Nuestra fama depende de que ellos caigan y tu lo sabes. Yo no quiero regresar a ser un don nadie otra vez. -Susurra otro del grupo mientras sonríe a las cámaras, disimulando. -¿No recuerdas lo mucho que nos costó llegar aquí, para que ellos nos quiten todo en meses? -Los fotógrafos pasan por el frente y todos nos juntamos y logramos una hermosa sonrisa para nuestras fans. Es hora que ustedes se preparen para su presentación, conocemos el ritual de cada uno. Pasas a nuestro lado y saludas a todos con movimientos de mano y una enorme sonrisa. Suspiro y alzo mi cabeza al techo.
Realmente en el fondo tampoco quiero hacer esto.
Es el tiempo en el cual nos retiramos unos momentos a nuestros camerinos cada entrega de premios. Todos lo saben y a nadie se le hace raro, hay suficientes grupos para cubrir con las cámaras para que no nos extrañen por media hora. Nos levantamos, tenemos el tiempo justo. Te vemos a lo lejos y tu estás concentrado en lo que haces. Demonios... ¡Bailas muy mal! Como cada presentación tu te alejas siempre de todos para que nadie te vea practicar el baile y no quedar en mal en el escenario. Escoges siempre un espacio detrás de bastidores, adonde ni el personal de servicio va durante el show.
-Jinnie -Llamo tu atención y tu alzas la mirada, sonríes, avergonzado porque nunca nos habías encontrado a todo el grupo junto y menos cuando practicas antes de entrar a escena. Te alegra verme, tus ojos me lo dicen. Esa mirada me hace sentir demasiado mal y estoy a punto de dar la orden para que nuestro plan al menos de aplace para otra ocasión. Pero no. Aprieto el puño y camino hacia ti, empujándote y haciéndote caer al piso con un sonido hueco casi. Tu cara es de total sorpresa, no te esperabas esto. Te quejas y dices mi nombre con una gran interrogación al final. Miras hacia arriba a todos nosotros, a cada uno sin falta, con tu expresión desvalida, ya visiblemente asustada. Uno de ellos se pone detrás de ti, pasando los brazos por entre los tuyos, inmovilizándote. Me preguntas en un tono de voz tan en pánico, diciendo mi nombre de nuevo, pidiéndome ayuda. "¿Qué pasa aquí dongsaeng?"
Lo siento. Realmente lo siento. No me mires de esa manera, no me pidas ayuda con tus ojos. No hables con ese tono tan lastimado, tan... Decepcionado.
-Tápenle la boca. -Ordeno y uno te pone su pañuelo para que no puedas hablar, pedir ayuda pero lo más importante, para que tu voz no haga que nos arrepintamos de todo en el último momento. ¡Demonios Jin! ¿Cómo puedes influir en todos los que te rodean de esta manera? -Lo siento Hyung. Pero ustedes tienen la culpa. -Te digo mientras con un asentimiento de cabeza doy la orden a otro de mis compañeros, el que comienza a bajar tu pantalón.
"Lo siento Hyung..."
-
Continuará
Dedicado a esa princesa rosa que me dio animos de publicarlo