Hiperventiló.
Frunció el entrecejo haciendo que más lágrimas cayeran a la encimera de la que se apoyaban sus manos.
Sentía como sus mejillas se mojaban por el constante líquido que resbalaba desde sus ojos hasta la barbilla. Hizo puños sus manos.
Mordió su labio inferior para evitar hacer ruido pues por la arquitectura de la cocina el sonido hacía eco y rebotaba hasta la sala de estar en dónde estaba Minsoo.
Abrió los ojos mirando hacia la fotografía que tenía sobre la encimera, una imagen que había retratado en Mundo Guante cuando Minsoo se fotografió con el Hombre Guante. Y entre sus lágrimas con la visión borrosa notó la sonrisa incómoda que tenía CAP y eso le hizo hiperventilar de nuevo.
¿Qué si esa imagen era como su relación? ¿Qué si Minsoo…?
Sorbió su nariz.
-Maldito.-
Se sentía tonto por haber regresado a esa casa, aunque le satisfacía que le había rogado pues eso tenía que significar algo. Sin embargo en momentos como ese pensaba que todos tenían razón cuando le pidieron y aconsejaron que no lo hiciera.
Presionó los ojos para dejar que sus lágrimas salieran.
Recordó ese incómodo momento en La Fuente de Sodas cuando lo vio con YoungMin e hiperventiló al recodar cómo lo conoció. Pero luego de las suplicas de Minsoo decidió dar una última oportunidad, esperaba poder lidiar con ese evento y creer de nuevo en sus palabras.
Pero con el paso de los días la cotidianidad regresó y fue un arma de doble filo. Llegaba a la casa de Minsoo luego de trabajar, comían, hablaban, se duchaban, se dormían. La sensación de vacío sólo fue llenada por Eric.
Jungsoo no había descuidado esa relación; seguía trabajando medio tiempo en su pastelería y continuaban comunicándose fuera del trabajo, pero eso parecía no importarle a CAP.
Porque no entendía lo que su sonrisa significaba tras leer un mensaje de él.
Minsoo ignoraba que buscaba la felicidad con alguien más. Y eso le lastimaba.
Se sentía muy confundido.
¿Aún quería a Minsoo?
¿Qué significaba Eric para él?
Hiperventiló una vez más, tomó la fotografía para devolverla al refrigerador y fijarla con imanes.
Talló sus ojos para limpiarlos de las lágrimas, buscó un poco de papel higiénico para limpiarse. Notó que el celular de Minsoo estaba en la otra encimera, a un lado de un vaso con agua y las pastillas que tomaba últimamente.
Intentó mantenerse sereno pero la pantalla del móvil se encendió y él sollozó.
Minsoo relamió sus labios incómodo, pegado a la pared que dividía a la sala de estar. Sentía sus manos temblar ligeramente ansioso. Desde que se despertó y recordó que tenía que tomar el medicamento escuchó a Jungsoo llorar en la cocina.
En otro momento hubiera entrado de inmediato a preguntarle por qué lloraba y a quién habría que golpear. Pero la situación actual no lo permitía.
Sabía que lloraba por él.
Sólo se quedó de pie escuchándolo, inseguro de lo que tendría que hacer a continuación.
Tal vez YoungMin tenía razón y lo mejor sería terminar con esa relación para no seguir lastimando a Jungsoo. Tal vez lo correcto era dejarle ir con la persona del celular. Tal vez debería de presionar hasta romper.
Tal vez…
Pasó saliva nervioso, soltó sus manos que estaban blancas de la fuerza que ejercía y suspiró para tranquilizarse, colocó una en la puerta de la cocina empujando levemente.
Jungsoo se apresuró a limpiar sus ojos y girarse, dándole la espalda para que no mirara su dolor.
-¿Quieres hablar?- susurró Minsoo afinando la garganta.
-No.- susurró JungSoo tallando sus mejillas para secarlas. –Estoy bien.-
-Yo no.- susurró mirando como Leeteuk lo miraba extrañado por encima de su hombro. –Porque estás llorando.-
Los ojos de JungSoo se volvieron a aguar, pero tuvo que hacer un fuerte puchero para no hiperventilar.
Donde nunca hubo preguntas nunca habrá certeza.
-¿Para qué te despertaste?- preguntó Jungsoo tomando un trozo de papel para asear su nariz.
-Mi medicamento.- susurró apuntado hacia las pastillas. –Tengo que tomarlo.-
-Provecho.- contestó tomando más papel dispuesto a salir de la cocina pero su cuerpo sólo se quedó frente a MinSoo, que tampoco cubría la puerta ni le detenía. Sólo lo miraba.
Somos lo que queda de ese lobo hambriento y el chico en llamas.
Jungsoo hiperventiló cubriendo sus ojos con las palmas de sus manos, incluso sus rodillas temblaron.
Minsoo intentó sostenerlo cuando flaquió pero se contuvo, sabía lo que pasaría si le tocaba.
Ahora lo único que quiero es una respuesta.
-CAP… si te hago una pregunta.- pasó saliva para lubricar su garganta y poder hablar con más claridad. –¿Me contestarás con el corazón?- descubrió sus ojos girándose para no mirarlo.
-Por supuesto.-
-¿Tú me amaste?-
El segundero sonaba en toda la casa.
Y el silencio parecía invocar a la muerte.
-Como loco.- contestó.
Fuimos más que dos amantes, fuimos agua ardiente.
-Te amé con el corazón. Te amé con locura. A nadie he tratado como a ti y nadie me ha hecho sentir lo que tú.-
Hazme volar una vez más.
-Sabía que te amaba porque me ponía feliz verte o hacerte rimas; por ti leía más para sorprenderte. Te escribí mi amor en vocales, no me cortaba el pelo porque no te gustaba cómo se me vería. Dejé de administrar Frosty Ice por darte más tiempo. Me subí a ese juego de altura contigo porque quería hacerte feliz... en realidad sí te amé.-
Donde hubo fuego las cenizas quedan.
Jungsoo sonrió tenue al recordar esas memorias.
Sólo que fueron un arma de doble filo.
Fuimos lo que nos juramos.
-Me encantaba ir a tu departamento en Ciudad Universitaria a despertarte a media noche porque sabía que tendría que dormir contigo. Me gustaba hacerte esperar cuando salíamos. Leer contigo, ver Harry Potter. Tu perfume.-
¿De qué me sirven las promesas si con que me toques ya me vuelvo loco?
-Me gustaba jugar a besarte.- hiperventiló y tragó saliva para afinar su garganta. -Nunca me gustaron tanto los viernes hasta ese en particular.-
Juremos un minuto a solas.
-Yo también te amé.- contestó Jungsoo sorbiendo su nariz. –Pero eres estúpido.-
-Yo lo sé.- susurró Minsoo secando sus ojos.
Aléjate y ven.
-Pensé que estaba bien compartirte de nuevo pero te lo dije antes…-
-“Quiero que voltees más seguido o no lo hagas en absoluto.”- susurró Minsoo sintiendo su garganta seca. –DamBi dijo “Minsoo ya no eres mágico” y esa fue es mi excusa perfecta. Ya no eras mágico.- miró el hombro de Jungsoo siendo incapaz de verle a la cara. –Ya no me satisfacías, no eras un desafío para mí.-
Fuimos delirantes, fuimos tantas cosas que al final de cuentas no pudimos dar.
-Me gusta otra persona.- susurró JungSoo.
Minsoo cerró los ojos y tomó aire lentamente.
-Lo sé.- suspiró.
-¿Lo sabes?-
-Lo sabía y traté con todas mis fuerzas de impedirlo.-
-¿Qué?- preguntó ligeramente confundido. –¿Estás jugando conmigo? Tu voz sonaba tan arrepentida que hasta estaba creyendo en tu amor. ¿Por qué cuando me quiero ir vienes a mí prometiendo la luna sobre el mar?-
Qué le voy a hacer.
-No lo sé.- sorbió su nariz.
-¿Por qué siempre que te digo “adiós” me pides perdón?-
-¡Porque te amé, Jungsoo!- hiperventiló. –Pero me volví prisionero de nosotros mismos, ¿tú crees que para mí era fácil dejarte? ¿Tú crees que para mí es fácil este momento? ¡Sé que te lastimé y decepcioné pero…!-
Jungsoo pasó saliva incómodo.
No había visto llorar a Minsoo.
Sólo atinó a caminar directo hacia él, que se mantenía con la mirada baja y sus puños apretados, igual que sus labios.
Pasó saliva intentando que el nudo en su garganta se desvaneciera, colocó sus brazos alrededor de los hombros de Minsoo y lo apretó contra su cuerpo.
Abrázame y después…
-Dicen que el amor sólo es para locos… pues estaré más loco que todos.- susurró JungSoo con un hilo de voz. –Pero fui tuyo y te pusiste cómodo.-
-Park…-
-No puedo prometerte nada más. Solo te diré la verdad.-
Tres palabras, catorce letras que se quedarán siempre dentro de MinSoo.