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Encuentro del destino por aiakafuri

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Notas del fanfic:

AU. OCC. M-Preg.
La personalidad difiere de anime y/o manga.
Los personajes no me pertenecen, al igual que la imagen de portada.

AU. OCC. M-Preg.
La personalidad difiere de anime y/o manga.
Los personajes no me pertenecen, al igual que la imagen de portada.

 

Espero les guste.



 

 

 

.

Estaba cansado.

Había sido un largo día en el trabajo, el cual odiaba… Bueno, no lo odiaba, sino  que el cierre del mes era  pesado y salía muy tarde. Lo bueno es que al medir cerca de los 1.90 nadie se atrevía a saltarlo o algo, y por esa razón se dirigía a casa a esas altas horas de la noche. Agradecía que era sábado por la noche y no un día entre semana.

Cruzaba el parque de la avenida que llevaba a su departamento cuando escuchó el gimoteo  de alguien en unos de los juegos; frunció el ceño y se acercó al pingüino y entró en el túnel.

— ¿Estas bien?—preguntó a la melena castaña.  Cuando alzo la mirada de encontró con unos bellos ojos avellana.

Negó —No sé dónde estoy.

— ¿De dónde eres? Aquí es XXXXX.

— xxxxxx.

— Eso está lejos, princesa ¿cómo llegaste aquí? ¿cómo te llamas?

— Hiyori. Mamá me buscó después de la escuela— el pelinegro frunció el ceño confundido —, le dije que no quería ir con ella. Me encerró en casa muchos días, escape cuando me dejaron ir al baño… Quiero a mi papi— sollozó cubriéndose el rostro.

Eso era un claro secuestro. Observó a la niña, no pasaba de los 10 años. Estaba descalza y su uniforme sucio y rasgado. Dejó el maletín aun lado y se quitó el saco para poder cubrir a la niña. Hacía mucho frio  — Hiyo ¿Sabes el número de papá?

—Sí es ########.

— Mi móvil está muerto— mostró su teléfono —, vivo a unas cuadras ¿Vamos?

— Papi dijo que no fuese con desconocidos— abrazó la tela del saco.

—Soy Yokozawa Takafumi ¿Ya no somos desconocidos, verdad Hiyori-chan?

Sintió un calor reconfortante en su pecho, cómo cuando su papi le sonreía  —Sí.

—Ven— estiró sus brazos y la cargo sobre su espalda,  —Sostente— caminó a casa pero notó que se estaba durmiendo — ¿Me repites el número, y me dices el nombre de papá?

— ########. Zen Ki…

 

Sonrió con ternura al ver sus bracitos caer sobre su pecho. Hiyori se había dormido. Aumento el paso al ver que los miraban. En ese momento no podía confiar en nadie.

— Ya llegue— su departamento era pequeño, lo necesario para una persona: habitación, baño, cocina

— miau.

—Sorata ¿Hiciste alguna travesura?— Sorata era su gatito, era negro y tenía botitas blancas. Había pertenecido a su mejor amigo, pero por ciertas circunstancias se quedó con él y ahora era su mascota.

Sorata se pasó entre sus piernas y talló su cabecita en el pantalón.

—Nada más arregle el asunto de Hiyori-chan,  te doy de comer.

Depositó a Hiyori en su cama y la cubrió con su sábana; regresó a la sala y tomó el teléfono fijo después de colocar a cargar su móvil, marcó el numeró que la castaña le había dicho.

Bueno.

— ¿Hablo con Zen Ki?

Sí soy Zen pero no Ki sino Kirishima.

­— Mire, llamó por que una niña que se llama Hiyori me dio este número— ese hombre tenía una voz muy sensual. Pero el nombre se le hizo familiar, pero no recordaba de dónde.

Tiene a mi Hiyori. Desgraciado cómo te…

—Silenció, idiota— podría tener la voz más sensual del mundo pero era un imbécil —Me encontré a la niña en el parque hace unos minutos. Por lo que le entendí escapo de su madre. No sé qué diablos es lo que pasa. Así que si la quiere venga por ella a xxxxxx— estaba tan enojado que colgó sin dejar replicar nada al hombre.

Enfadado se dirigió a su recamara, tomó su ropa de dormir y entro a ducharse rápidamente. Sí era lo que pensaba, el padre no tardaría de llegar.

 

———- 20 minutos después.

 

El timbre sonaba una y otra vez.

 

—voy.. voy… Maldición, que ya voy — gritó irritado. Sí corría se podría caer, tenía mojadas las sandalias. Abrió la puerta y deseo no haberlo hecho.

Estaba pegando contra la pared y le estaban doblando su brazo— Duele, maldito idiota ¿Quién eres?

— ¿Dónde está mi hija? ¿Por qué la…?

Cómo pudo se giró y regresó el golpe en la cara –Maldito idiota. Debería agradecer que encontré a su hija…— Contuvo el aliento, el castaño era muy guapo… bastante sexy. Lo maldijo internamente mientras se frotaba el brazo adolorido.

—Lo siento, yo…— eran unos bellos ojos azules, sin duda un varón muy aguapo.

—Lo que sea. Venía hacia aquí cuando escuche el llanto. Me asome dentro del pingüino y allí estaba su hija. Ella me dijo que su madre se la llevó a fuerza y la mantuvo encerrada varios días hasta que logró escapar.

—Dios…

— Esta en esa habitación— señalo la puerta.

Zen corrió a la habitación y la vio, estaba profundamente dormida  —Hiyo… — sollozó mientras la abrazaba. Tantos días buscándola y que apareciera así de la nada.

—Papi…

—Hola cariño— sonrió a su princesa.

—Papi— se abrazó a él y no lo soltó —Te extrañe mucho.

—Yo también hiyo— la beso y acarició.

Takafumi sonrió ante el reencuentro familiar, y les dio privacidad.  Por ello,  se dirigió a la cocina a preparar café y la cena, moría de hambre.

 

 

 

—————-

 

— ¿Qué sucedió cariño?

— Mamá me detuvo al salir de clases… no quise ir con ella y un varón me jaló y me llevaron a su auto. Me tuvo encerrada por días.

—No llores, hiyo. No dejaré que mamá te vuelva a llevar.

—Siii — su estomagó gruño al sentir el delicioso aroma de la comida.

—Vamos, ire…

— Sí quieren pueden quedarse a cenar— Takafumi entro a su habitación y buscó entre su ropa —Puedes usarla — le entregó a la niña una de sus playeras y un bóxer cerrado —. No te  preocupes, se ajustan.

Miró a su padre y éste le asintió — Gracias…— corrió a la puerta del baño.

—Ten cuidado, Hiyori-chan. El piso es resbaloso— advirtió antes de regresar a la cocina.

Siguió al peli azul y se cruzó de brazos en el marco de la puerta —Gracias…

— Es lo mínimo que puedo hacer por ella.

—De verdad, gracias. Tenía semanas buscándola.

—D-De nada…

Sonrió al notar las mejillas ruborizadas, por lo visto era alguien quien no estaba acostumbrado que le agradecieran.

—Puedo preguntar qué sucedió… — dijo mientras colocaba los platos.


Dudo en decirle todo. Ya no podía confiar en nadie — … Me divorcie de mi ex esposa hace unos 3 años. Lo hice cuando me di cuenta que maltrataba a Hiyori, mi niña nunca me dijo nada porque Sakura le dijo que si me decía se la iba a llevar a un orfanato y no me volvería a ver.

¡Qué mujer tan…!

— Con la pruebas de maltrato e infidelidad me quede con la custodia de Hiyori. Ella solo puede verla una vez al mes, pero vigilada… Hace dos semanas, cuando envié por Hiyo a la escuela ya se le habían llevado,  Llamé a la policía y todo, a los tres días recibí una llamada de un hombre diciéndome que quería dinero, se lo di pero no me entregó a hiyo... volvió a pedir más hace unos días. Mañana era el plazo de entrega.

 

— Lo siento.

— Muchas gracias, en verdad gracias. Siempre estaré en deuda con… ¿Cuál es su nombre?

— Yokozawa Takafumi.

— … Muchas gracias, Yokozawa.

Asintió y vio salir a Hiyori.

—Utilice su secadora— dijo con un adorable sonrojo en sus mejillas.

—No tengo problemas, Hiyori-chan. Siéntate, espero te guste.

Tomó un poco de comida y … —Woohhh es delicioso.

—Me alegra que te guste.

— Cocina mejor que el co...

— Que mi madre— zen interrumpió a su hija — Esta delicioso, gracias.

No dijo nada. Sonrió ante la idea de cocinar mejor que alguien.

—…— wohhh. Yokozawa era muy lindo sonriendo de aquella manera. Sí fuese doncel... Zen, avergonzado por su pensamiento desvió la atención a su hija.

 

———

 

— Gracias por todo.

— De nada.

—Adiós, oniichan.

Takafumi se sonrojo. Hiyo le había pedido llamarlo así —Adiós, Hiyo.

— Adiós, Sorata-chan.

— Entonces…

—Mañana me presentaré a las 10.

— Gracias.

Cerró la puerta y regresó a su habitación, tenía mucho sueño; se metió a la cama y Sorata se colocó a sus pies…

 

 

 

——————————————————

 

Arribó a la estación de policías 10 minutos antes y, cómo lo había pensado, todos se le quedaron mirando.  Notó el lugar vació y se sentó a esperar a los Kirishima.

 

Cuando los Kirishima arribaron a la estación de policías, todos aprecian muy tensos.

— Yokozawa. Gracias por venir.

— Oniichan— Hiyori corrió a los brazos del peliazul y se sentó sobre su regazo.

— ¿Dormiste bien, Hiyo?

—Sí ¡Papá me leyó un cuento y durmió conmigo!

— Me alegró. Toma.

— Mis favoritos. Gracias— le besó la mejilla al peliazul.

— Kirishima-san— un peliplata le habló y el castaño se alejó.

 

———

 

— Hiyo— la castaña miró a su padre —El señor te va hacer unas preguntas. Vamos con él.

—Sí…

—Yo los guardo, Hiyo.

Takafumi se entretuvo, durante media hora, con uno de los dulces que había comprado para su amigo.

—Yokozawa. Es su turno.

Le entregó los dulces a Hiyori y entró a la oficina — Buen día.

 

— Buen día, Yokozawa-san. Son Akihito Usami, el detective encargado del secuestro de la niña. La niña me ha dicho que usted la encontró ¿Fue así? — El peliazul asintió — ¿Cómo la encontró?

— Ayer salí tarde de la oficina. Cuando iba cruzando el parque está cerca de mi departamento escuche el llanto y me acerque, era Hiyori-chan. Le pregunte que si estaba bien y que de donde era. Me dijo de dónde y me relato que su madre se la llevó de la escuela con un hombre, y que había escapado cuando fue al baño.

— Ya veo ¿Así que la ayudo?

—La lleve a casa y llamé al número que ella me dijo.

— Hablo con Kirishima-san.

— Sí. Media hora después fue por ella.

— ¿Eso es todo?

— Sí.

—Bueno, puede retirarse. Gracias por su cooperación.

Salió y vio a los Kirishima.

—Oniichan.

— ¿Te gustaron los dulces?

—Sí, gracias.

Ya se iban cuando Usami habló:

 —Yokozawa.

— ¿Sí?

—Puede prestarme su identificación. Para anexarlo.

—Claro— saco su cartera y le entregó al detective.

Akihito la tomó y leyó — ¡ES DONCEL!

Takafumi se sonrojo por la vergüenza que sentía de las miradas — Sí.

— ¿Qué? — gritaron todos en la estación.

Zen miró de arriba abajo al pelinegro, de verdad no parecía doncel sino un varón.

— ¿Qué miran?—gruño enfadado a los demás y éstos corrieron despavoridos, parecía un oso a punto de atacarlos.
Odiaba que supieran su condición ¡Era un doncel y no lo parecía! Durante su infancia y adolescencia siempre recibió burlas de los demás. Tampoco por ello se había casado o algo… eso, y que tenía el carácter del demonio.

Akihito se apresuró a sacar la copia y se la entregó al peliazul. Cuando los Kirishima y Yokozawa se marcharon, Akihito sacó su teléfono e hizo una llamada — Padre… Conocí a un oso. Medía los 1.90… No estoy bromeando. Creí que me iba a despellejar vivo.

 

——————

—Oniichan ¿Estás enojado?

— No…

—Onichan no sabe mentir.

—Lo siento,  Hiyo… E-Es que no me gusta que sepan que soy doncel.

— ¿Por qué? — preguntó confundida.

— Porqué parezco varón. Nada de mi parece doncel.

—Pero oniichan es muy bello, y más cuando sonríe ¿Verdad, papi?

—Si. Es muy bello.


Un fuerte sonrojo se instaló en sus mejillas, avergonzado desvió la mirada. Eran los primeros que le decían eso, ni tan siquiera sus padres se lo habían dicho.

He encontrado un doncel muy interesante.

Pensaba Zen mientras observaba lo lindo que se miraba avergonzado.

 

Después de abandonar las instalaciones, Hiyo insistió en ir a desayunar los tres juntos. La castaña estaba feliz con su oniichan. Era increíble, y lo mejor: sonreía únicamente para ella.

Estaba molesto ¿Por qué Yokozawa sonreía  para su hija, y no para él?

 

————————————

Su vida dado un giro de 180° gracias a los Kirishima, no, a Hiyori.


Desde hace cuatro meses que tenía visitas de Hiyori en su departamento; el cual ya no se veía tan lúgubre con tantos dibujos y fotos que la castaña se encargaba de llevar cada que podía. Le gustaba verla sonreír y más cuando hacia aquellos adorables pucheros. Se sorprendió cuando le propuso hacer curry, hiyo lo preparaba delicioso.  Y gracias a ello, aprendió varias cosas:


Kirishima Zen, era muy torpe en la cocina ¡No podía ni pelar manzanas!

Hiyo quería un gato pero su padre no la dejaba tenerlo, ya que no era buena en matemáticas.

Kirshima podía beber muchas bebidas alcohólicas, y estas no le hacían nada.

Hiyo rara vez hablaba de su madre.

Kirishima parecía un niño afecto de atención.

Kirishima tenía una hermosa sonrisa…

Kirishima tenía una risa muy sensual, que cada que reía, él tenía serios problemas.

— ¿Yokozawa estas bien? Estas rojo ¿Tienes fiebre? —Colocó la mano en la frente de su amigo.

—No— se golpeó las mejillas para quitarse el sonrojó. Antes, el haber sido tocado así por Takano Masamune, su mejor amigo, su primer amor, le hubiese dado esperanzas… pero ya no. Comprendió que entre ellos solo podía haber una muy linda amistad… Tanto así, que se había quedado con Sorata — Creo que me resfriare.

—Por cierto, te llame ayer y un hombre me contesto tu teléfono.

Frunció el ceño ¿Un hombre? Nadie había tomado su teléfono, ayer cuando recibió a los Kirishima… — ¿Qué dijo?

—Qué dejara de molestar, que era número equivocado— retrocedió lentamente, conocía muy bien esa mirada.

—Estúpido Kirishima.

— ¿Quién? — en un resumen le contó lo que había pasado.

— ¿Conoces a ese Kirishima?

— Pues no. Nunca lo había visto, aunque su nombre me suena familiar.

— Pues…

—Takano-san— un castaño de ojos verdes le habló, interrumpiéndolos –El subdirector le está buscando.

—Voy. Hablamos más tarde.

Observó alejarse ambos, y a las inquietas manos de Masamune tocar los glúteos del castaño. Su idiota amigo no cambiaba.

—¡Yokozawa-san!

— ¿Qué sucede Henmi? — tiró la lata al bote.

— Reunión con los directivos.

—Pero sí fue hace.

— Sí, pero uno de los dueños no estuvo presente.

— Demonios. Será mejor preparar todo.

—Sí— prácticamente corrieron a su oficina.

 

———————

 

— ¿El gerente de ventas?

—Aquí estoy— anunció desde la entrada —Lo siento. Teníamos todo almacenado — explicó mientras se dirigía a su lugar. Tomó parte de las carpetas que Henmi cargaba y lo ayudo a repartir.  Entregó una de las carpetas pero al hacerlo una mano sujetó ligeramente la suya, alzo la mirada.


—Gracias, Yokozawa — le dio su mejor sonrisa al peli azul.

—… — apartó la mano y continúo entregando las carpetas ¿Kirishima era el dueño? Sí… Por eso se le hacía familiar el nombre. Él, a pesar de ser el gerente, casi no iba a las juntas. Normalmente, cuando era época de las reuniones con los dueños, se la pasaba viajando por el país de visita en algunas sucursales.

Para ninguno de los presentes paso desapercibido las mejillas ruborizadas de Yokozawa y el ceño fruncido.


La junta continúo, y “casualmente”, Zen estaba sentado frente a Yokozawa.  No apartó la mirada del peliazul. Era claro que el tal Henmi estaba enamorado perdidamente Yokozawa. Lo lamentable de la situación para Henmi, es que Yokozawa también era doncel, era obvio que nadie más sabía que el peliazul era doncel.

Se sentó recto al sentir algo frotándose contra su pierna, la hizo a un lado y miró reprobatoriamente a Henmi, no era la primera vez que lo hacía.

— ¿Qué? — susurró atemorizado.

—Deja de hacer eso.

—Yo no estoy haciendo nada.

Estaba por decir algo cuando sintió otra vez aquello rozarse contra él. Con el ceño fruncido miró debajo de él… Fulmino con la mirada al dueño del pie ¿Por qué estaba haciendo aquello?

Sonrió complacido por la mirada de muerte.

Maldito Kirishima—  pensaba mientras se apartaba ¿A qué estaba jugando?

———

 

—Yokozawa se puede quedar— ordenó mientras  que los demás giraron a mirarlos.

—Claro — respondió amargamente. El castaño no lo había dejado de molestar durante toda la junta.

Esperó a que salieran todos, le hizo señas a Henmi de que saliera.

—Ese doncel está interesado en ti, parece un perrito faldero.

¿Perrito faldero?  Ese comentario lo hizo enfurecer aún más de lo que ya lo estaba —¡¿Pero qué demonios le pasa?!

—Tranquilo— sonrió complacido. Sabía que se había estado aguantando durante las dos horas.

—Nada de tranquilo. Primero me acosa,  y luego llama perro faldero a mi subordinado.

— ¿Yo? ¿Acosarlo? ¿Cuándo?

—Maldito…

—Soy tu superior.

—Superior mis hu…  — enfurecido se giró y le dio la espalda al castaño — Kirshima… ¿Desde cuándo sabe que trabajo para su empresa?

—Desde que me dijiste tu nombre. Eres muy famoso sabes.

Apretó los puños recordando las veces que el castaño interrumpía a Hiyori cada vez que ella hacía mención de su casa o familia. De alguna manera esa acción, ahora que sabía el motivo, le hizo sentir herido. Kirishima le tenía desconfianza, cuando él  ya sabía gran parte de su vida.

— ¿Yokozawa? — Ese semblante no lo había visto.

— Cu-Cuando Hiyori-chan vaya de visita a mi casa, que vaya sola.

— ¿Qué?

— No lo quiero ver en mi casa, Kirishima-sama

— Yo…— lo iba a sujetar del brazo pero la mirada de Yokozawa no se lo permitió.

— Tenga un buen día, Kirishima-sama.

— … ¿Qué había pasado?

 

Se sentía un estúpido.  

Había tenido las mejores semanas de su miserable vida  en mucho tiempo, para ahora saber que no era nada. Creía que ambos se llevaban bien y se tenían confianza,  menudo error; su confianza se quebró al verlo sentado en el lugar de los jefes.

 

— ¿Yokozawa? — Masamune se acercó al verlo parado mirando a la nada, y con el cigarrillo consumiéndose por el fuego.

—Es lo que querías decirme, ¿no?

—Sí…

Rio — Será mejor olvidar esto…

—Yokozawa… — Era la tercera vez que lo miraba así. La primera por sus padres,  la segunda cuando él le rompió el corazón, y la tercera… al parecer Kirishima era muy importante para él. — Todo estará bien… — abrazó a su amigo. A pesar de la apariencia y su semblante frío, Yokozawa era un doncel frágil, que usaba aquella fachada para protegerse.

A unos metros zen observaba aquella escena, Yokozawa había omitido que tenía pareja.

 

————————————————————————

 

—¡Por favor!

—Ya te dije que no.

— ¿Pero por qué? Oniichan me respondió que si podía ir.

—No.

—¡Por favor, papi! Tiene  un mes que no me dejas visitarlo ¡Por favor! ¡Por favor!

—Está bien. Puedes ir— se rindió ante aquella mirada.

—Gracias, papi— le besó la mejilla y corrió a su habitación a cambiarse.

—El chofer te llevara.

— ¿No vas a ir?

—Tengo muchas cosas que hacer.  .

— Oh, está bien. Nos vemos— antes de salir de la casa pasó por la cocina y  se llevó el pastel que había pedido que empacaran.

 

———

 

Escucho el timbre sonar dos veces, eso significaba que Hiyori había llegado; corrió y abrió la puerta.

— Oniichan.

—Hiyo. Bienvenida.

—Te extrañe oniichan.

—yo también ¿Por qué no habías venido? Me quede esperándote el sábado pasado.

—Papá no me dejaba venir.

—… oh ya veo.

—Al fin pude convencerlo. Traje pastel, Hinata-san preparo un lado con poca azúcar.

— Gracias — sonrió divertido al ver la mitad del paste color rosa, y la otra mitad azul –Dile a Hinata-san que muchas gracias.

—Sí. A hinata-san le encanto el estofado de la vez pasada,

— Me alegra. Pasa, tengo el curri cocinando.

—Sí..

Sonrió al ver feliz a Hiyori, la verdad, ahora solo sonreía con ella… pero Kirishima no quería que lo visitara, lo mejor era alejarse de Hiyori.

 

—Oniichan.

— ¿Sí? — dejó de ver la película para prestarle atención a la castaña.

— ¿Serás mi mami? — le encantaría que Yokozawa fuera su mami. Él la cuidaba, quería, consentía, peinaba.

— ¿Qué? —chilló.

—  Yo quiero que oniichan sea mi mami. Papi no se opondrá, lo sé.

—Sería un honor para mí, Hiyo — Recordó su realidad —. Pero no se podrá.

— ¿Por qué? — pregunto al borde de las lágrimas.

— Para eso, tu padre y yo tendríamos que querernos mucho y amarnos, pero eso no es así. Por eso no puedo ser tu mami. Un día tu padre elegirá a la persona con la que quiera compartir su vida… Ella o él, será tu mami.

—Claro, yo siempre te querré — la abrazó al verla llorando —  Podrás visitarme cuando quieras. Siempre estaré para ti.

No iba a mentirse más.

En esos cinco meses se había enamorado de Kirishima Zen. Saber que le tuvo desconfianza, le había roto el corazón… y aun así no podía de dejar de pensar él. Y, cada vez más, amar como a una hija a Hiyori.

Saber que Hiyori lo quería como a un padre, le alegró el corazón. Pero no podía permitirse caer en esa idea, y no podía dejar que Hiyori siguiera con ello. Tarde o temprano se dejarían de ver, y eso le dolía.

 

——————

 

—Me preocupa Yokozawa-san — Ritsu Onodera confesó a su novio.

—A mí también— abrazó a su pareja y lo besó  — No sé qué hacer para ayudarlo —  Cada día Yokozawa se miraba mal, pálido y más delgado, y de muy mal humor.

—Así que engañando a su novio.

Ambos se separaron — Kirishima— gruño enfadado.

— Así que le eres infiel a Yokozawa— estaba enfadado, ahora entendía el lamentable aspecto del peli azul.

— ¿Acaso es imbécil, porque engañaría a alguien que no es mi novio? — Señalo a Ritsu —Él es mi pareja.

— ¿Su pareja? — el castaño asintió.

— Yo no soy tan imbécil para engañarlo. Además, a usted que le preocupa Yokozawa, usted fue quién no le tuvo confianza. ¿Sabe qué? Mejor déjelo en paz, ya ha sufrido lo suficiente para que ahora vengo un imbécil y lo haga sufrir más – sujetó la mano de Ritsu y se alejaron.

 

¿Sufrido? ¿Estaba haciendo sufrir a Yokozawa?
Pero lo que  lo inquieto fue eso de que ya había sufrido… Recordó que el peli azul desviaba el tema cada que intentaban hablar de su familia y noviazgos.

 

———

Estaba cansado. Era fin de mes, y eso significaba el cierre. Únicamente quería dormir comer y dormir. Pero sus planes se vieron interrumpidos cuando llegó al piso donde estaba su departamento —… —  Hizo que no lo vio y continúo de largo para abrir la puerta, entró cargando las compras y cerró la puerta… O eso había pretendido pero le empujaron la puerta.

— ¿No me invitas a pasar?

—No.

— De todos modos voy a pasar.

—… ¿Qué quiere? — colocó sus compras sobre la barra de la cocina y dejó el maletín en el sillón.

—Saber cómo estabas…

—Estoy muy bien. Hice mi trabajo y ya le envié el reporte a su secretaria, si eso es lo que quería saber — en todo momento se mostró desinteresado, pero en realidad miles de preguntas pasaron por su mente.

— Yokozawa yo..

— ¿Y Hiyo? — encendió la televisión y comenzó a cambiar los canales.

—En casa, con mis padres.

—Ya veo…

— Lo siento. Sé que estas molesto conmigo.

— ¿Por qué estaría molesto?

— Por haberte ocultado quien era.

—No importa, tarde o temprano lo iba a saber ¿no?

— Yokozawa…

—No tiene que venir a explicarme las cosas— eso era verdad, solo el castaño sabría por qué se lo había ocultado.

—Tenía miedo…

— ¿De qué? — observó por primera vez el rostro del castaño, se miraba preocupado.

Se sentó al lado de Yokozawa y notó las ojeras y que había adelgazado —Miedo de que fueras cómo los demás.

— ¿haaa?

—Qué nos vieras por el dinero…

— ¿Acaso crees que yo?

— No. No eso— lo interrumpió antes de que comenzara hacer conjeturas — Estoy acostumbrado a eso. A que quieran sacar provecho de nosotros.

—Yo nunca.

—Tú no, pero otras personas sí. Normalmente buscan a Hiyo para acercarse a mí, pero en cambio, ella se acercó a ti y comenzó a quererte, a sonreír, a comportarse como la dulce niña que no veía desde el divorcio. No sabes cuan agradecido estoy contigo por quererla tanto.

— Es adorable ¿Cómo no quererla?

—Por eso me gustas…

—…  — ¿Había dicho que le gustaba? ¿Él le gustaba? Eso era imposible… Se asustó al sentir su mano acariciada por el castaño — ¿Q-Qué?

—Me gusta, yo… Me gustas, Takafumi.

Sus pensamientos eran un lio. Su corazón latía rápidamente y podía sentir que su cara quemaba — Me-Mentira.

Adorable.

— Es verdad— se atrevió a tomarlo del mentón y hacer que lo mirara, Takafumi estaba muy sonrojado y eso le hacía ver muy lindo. Le acarició la mejilla, y aprovecho para robarle un beso.

En un principio se resistió pero el castaño  besaba muy bien, y se dejó llevar por el apasionante beso. Cuando al fin el castaño le liberó, desvió la mirada y se limpió discretamente la saliva que escurría de la comisura de los labios.

Joder.

No resistió más y volvió a besarlo, pero esta vez hizo que ambos se deslizaran sobre el sillón y comenzó a deslizar sus manos.

—¡¿Qué crees que haces imbécil?! — gritó segundos después de que el castaño tocara cierta parte de su anatomía.

— ¿No es obvio? Tocar.


Enfadado, tiró al castaño fuera del sillón — ¿Y qué dijiste? Este imbécil ya se abrió de piernas para mí.

No, no había pensado en eso —No. De hecho estoy tratando de controlarme.

—Se nota— se sentó correctamente, acomodo su ropa y se cruzó de brazos.

—El punto es… — Se puso de pie y acomodo su ropa — ¿Quieres ser mi novio?

—Yo… — ¿Ser su novio? ¿Y si se burlaban de Kirishima por estas con él? Un doncel con complexión de varón?

—Créeme, eres mejor que esos donceles, y solo te debe importa lo que piense yo de tí…. Lo dijiste en voz alta — agregó al ver el susto de Yokozawa.

—Yo…

—Sé que te soy atractivo.

—Alguien tiene el ego muy alto.

— Y te pongo al 100%

Avergonzado desvió la mirada.

—Y que me amas— sonrió mientras se acercaba y volvía a besarlo — Será mejor que aceptes de una vez.

— …

—Hiyo estará más que feliz.

—s-ssi…— susurró nervioso.

—Eso lo tomare como un sí — sonrió para luego besarlo y abrazarlo — Quiero saber todo de ti… Todo. Familia. Novios. Amantes. Todo.

—Yo también.

— Está bien. Comenzaré yo — se sentó correctamente — 4 novias, una de ellas Sakura, mi ex. 2 amantes en estos tres años. Mi familia es normal, padre, madre, primos, tíos. Socio de la empresa. Y tengo un trabajo en otra empresa, la de edición.

 

¿Dos amantes? Tendría que mantenerlo muy bien vigilado-

 

—Ahora tú.

 

Asintió nervioso — Un novio.

 

— ¿Uno? ¿Quién?

—Masamune.

— ¿Qué? — Gritó enfadado — ¿Cómo?...

—Cállate— le golpeó con la el cojín —Dijiste que querías saber… Fue cuando estábamos en la universidad… Yo no tenía a nadie, bueno no del todo...

Frunció el ceño ¿Y sus padres?

— Mis padres siempre desearon un varón o una niña… pero nací doncel y me criaron cómo varón ya que yo era una vergüenza para la familia… En fin, conforme fui creciendo mi cuerpo se desarrolló a sí, y estuvieron un tiempo felices…Pero

— ¿Pero?

—Tenía 16, ese día yo había llegado temprano a la casa porqué me sentí mal, entonces lo escuche. Mis padres aceptaron el dinero de un varón y me vendieron… Iban por mí a la escuela. No hice ruido alguno y cuando se marcharon, empaque mis cosas. Huy de casa y me dirigí con la única persona que mis padres no me buscarían: mi abuelo postizo, mi madre lo odiaba porque por él mis abuelos se divorciaron. Mi abuelo me recibió y me adopto legalmente— se limpió las lágrimas — Después de eso, trabaje medio tiempo para no ser una carga. Después vine a Tokio por la universidad, conocí a Masamune y nos hicimos muy buenos amigos.

—Sí, buenos amigos— dijo con sarcasmo, el cual Takafumi ignoró.

— Él había tenido un problema con su ex y comenzó a beber y de más… Conforme pasaba el tiempo, me enamore de él… y comenzamos una relación de 3 años. Pero no se sentía como una relación amorosa, sino más bien de amigos y ambos llegamos al cuerdo de terminar, y más porque Masamune me confeso que seguía enamorado de Onodera.

— Onodera  él de la…

—Sí, él. Se reencontraron en la empresa... El punto es que quedamos cómo amigos y yo me quede con Sorata.

— Ya veo —Le sujetó la mano y acarició con el pulgar — ¿Y tuviste relaciones con Takano?

— ¡No es de tu incumbencia! — dijo furioso, intento golpearlo pero termino sobre el castaño.

—Joder.  ¿No te dije que verte enojado me pone cachondo? — gruño excitado.

—Maldito idio… nghhh— respondió al demandante beso. Gimió en la boca al sentir que era tocado — Esp… Espera…

—¿Realmente quieres esperar? — Preguntó sintiendo el erecto miembro —Estas duro.

—Cállate— gruño y besó al castaño ¿Para qué mentir? No quería esperar más…

 

 

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No podía ser verdad. 

Él había pedido las pastillas a la farmacia mientras Zen se duchaba… pero el castaño las había recibido.

Furioso, abandono el hospital y se dirigió a la oficina del castaño; quién había dejado su anterior empleo y tomado una de las oficinas vacías para “encargarse de su empresa”.

—Maldito imbécil— se escuchó el grito por todo el edificio. Algunos habían corrido a ver qué pasaba.

—¿Qué pasa amor?

—Nada de amor ¡Cambiaste las pastillas!

— ¿E-Estas embarazado?

— El bastardo de mi novio me cambio las pastillas ¡Por supuesto que estoy embarazado!

— ¿Voy a tener un hermanito?

Takafumi giró y vio a Hiyori feliz… y no solo la vio a ella, muchos  de los empleados  estaban mirándolos. Habían olvidado completamente a los demás.

—¿Yo-Yokozawa-san es doncel? — preguntó Henmi.

—¿Apenas te diste cuenta Henmi? — Preguntó Takano —Felicidades Yokozawa Todos regresen a trabajar,  denles privacidad.

Comenzaron a retirarse, no sin dejar murmurar el chisme del año.

 

— Oh Dios.. — Se masajeo la cien, ya podía escuchar el chisme y habladurías que se harían los demás empleados.

—¿Tendré un hermanito? — Hiyo se sujetó del traje de su mami.

Sonrió con ternura al ver los ojitos avellana mirándolo con ilusión —Sí.

—¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! — Gritó emocionada y se abrazó a su mami — ¿Cuándo lo trae la cigüeña?

— En unos 7 meses.

— ¡¡EHH!! ¿Por qué tanto tiempo? — hizo un puchero.

—Es lo normal— sonrió con ternura… Si tan solo supiera la verdad.

—Seremos padres— Zen abrazó a ambos.

Miró con reproche a su pareja… pero para que negarlo, estaba feliz. Estaba esperando un hijo de la persona que amaba —Sí.

Zen los abrazó aún más de lo que ya lo hacía —Gracias— besó a Takafumi, quién le respondió el beso y se dejó apapachar por ellos.

 

————

En cuanto puso un pie fuera de la oficina del castaño, se arrepintió. Todo mundo lo miraba; reconoció varias de las miradas: incredulidad, sorprendidos, rencor… y asco.

Soltó un suspiro y se dirigió al elevador.

— Takafumi— el pelinegro giró —Pasaremos por ti a la hora de la salida.

— Esta bien — Huyó abordando el elevador en cuanto abrió las puertas metálicas; al llegar a su piso, todas las miradas recayeron sobre él.

—No sabía que era doncel, Yokozawa-san — comentó el subgerente de ventas.

—Me extraña que no supieran. Está en mi documentación — intento lavarse las manos. Cuando había ingresado estaba un doncel a cargo de recursos humanos y, entendiendo su problema, dejó entre ver que él era varón.

—Bueno, es que su com… —Se quedó callado. Aquella mirada le decía que era mejor no decir nada más.

—¿Y Henmi? Tenemos un reporte pendiente.

— En la azotea…

— … — ya se imaginaba que hacía en la azotea —Voy por él.

Abordó el elevador y se dirigió al último piso, y luego recorrió las escaleras que llevaban a la azotea, al cruzar la puerta noto a al castaño en la esquina llorando.
Se sintió culpable. Le hubiese dicho la verdad al doncel, pero nunca pensó que de verdad estuviera enamorado de él —Henmi…

Rápido se giró al escuchar la voz –Yokozawa-san.

— Lo siento.

—¿Por qué?

—Por no haberte dicho mi condición…

—¿Lo sabía? — murmuró avergonzado.

— Zen me lo dijo. Yo no lo había notado. Lo siento.

Se sintió muy avergonzado de saber eso —… Kirishima-sama… él.

— Estaba celoso de ti— confesó con el ceño fruncido.

—Ya veo— Saber eso le complació —Así que doncel.

—Sí, y uno fuera de los estándares.

—Creí que era varón, se comporta como uno.

—Mis padres me criaron así… y fue lo mejor al tener esta complexión

—Ya veo…

—En verdad lo siento.

—¿Puedo hacerle una pregunta?

—Claro.

—¿Desde cuándo esta con Kirishima-sama?

—Tres meses en relación, y 7 de conocernos.

—¿7? Pero si es el jefe.

—Cuando lo conocí él muy maldito me lo oculto— le daba coraje nada más de recordarlo.

—Pero aun así está enamorado de él…

—Sí— después de responder se percató de lo que había dicho y se sonrojó. Tan rojo cómo un tomate.

¿Cómo nunca se había dado cuenta que era doncel? Era tan adorable… una de las características de los donceles — Supongo que tendré que buscar pareja en otro lado…

—Lo sient…

—Ahora Kirishima-sama tiene razón estar celoso — lamió sus labios— Le robe un beso a su pareja.

—Henmi…

—Tenemos un reporte que hacer, Yokozawa-san. Vamos.

Negó y siguió al castaño, después de todo tenía razón: tenían un reporte que hacer.

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Las semanas continuaron avanzado.  Takafumi seguía trabajando. Tuvo una fuerte discusión con Zen, no le dirigió la palabra hasta que el castaño aceptara que iba a continuar trabajando.

Conforme pasaban los días la ropa cada vez le quedaba más ajustada, por lo que opto por ropa semi formal,  la cual revelaba su delgada y curvilínea figura  de doncel. Algo de lo nunca habían notado gracias a esos amplios trajes que Yokozawa comúnmente vestía. Muchos admitían que el embarazo le había sentado de maravilla, porque normalmente se le veía sonriente y comiendo pasteles. Algo por lo que siempre Kirishima terminaba noqueado.

 

—Ughhh.

—¿Está bien, Yokozawa-san?

—¡¿Realmente parezco bien?! — Gritó furioso antes de volver a regurgitar su desayuno.

— Iré por alcohol — huyo,  el peli azul daba más miedo.

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—¿Pensaste en lo que dije?

—Es muy pronto — desvió la mirada ¿Qué iban a decir? Bueno, de por si decían muchas cosas sobre su relación.

—Te amo, estas embarazado y eres mi pareja. Además, eres la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida ¿Tú no?

—… — miró a su pareja —también.

— ¿Eh?—No había entendido el murmullo.

— También quiero pasar el resto de mi vida junto a ti… Te amo Zen.

Joder ¿Cómo puede ser tan lindo?

—Te amo.. Los amo — besó a su novio —Hoy mismo te mudaras con nosotros.

—Pero…

—Nada de pero— volvió a besarlo.

Se relajó en los brazos de su novio, lo necesitaba…

 

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—¿Qué?

—Son dos…

—¡Dos! — giró al escuchar el ruido sordo. Zen se había desmayado.

—Supongo que no se lo espera.

—No..

 

————————

Su embarazo seguía en muy buenas condiciones, ya se había mudado desde hace 4 meses y todo iba de maravilla.

Zen era muy posesivo, celoso pero también cariñoso.

Hiyori estaba más que feliz por su mami y hermanitos.

A solo unas semanas de la espera, Takafumi gritó cuando se dirigía al baño. Un fuerte dolor le había hecho quejarse.

Zen se levantó rápidamente y vio a su pálido novio —¿Qué pasa?

—Dueelee— se quejó.

—Vamos. Iremos al hospital.

—Pero…

—¡Nada de pero! ¡Hinata! ¡Shika!

Rápido se movieron y se llevaron al pelinegro al hospital.

—¿Qué ha sucedido?

—-Duele mucho.

—Lo revisaremos pero a un faltan semanas. Enfermeras, rápido llévenlo al quirófano.

—Hey…

—No puede para, señor.

—Es mi pareja.

—Lo siento, pero solo personal autorizado.

Asintió y se apoyó en la pared. A un faltaban semanas, no se podía adelantar el parto, no quería volver a pasar lo mismo.

Cuando Hiyori iba a nacer, le habían dado a elegir entre su amada hija y Sakura…  Eligió a Hiyori… Sabía que todo ese maltrato de Sakura a Hiyo era por esa razón. Sakura se lo había dejado muy claro en el día del divorció: Odiaba a Hiyori porque él la había elegido sobre ella, su novia por 4 años, su esposa por dos años… Ahora Sakura estaba en prisión por el secuestro y extorsión.

—Kirishima-sama traje las maletas de los tres.

—Gracias…

—Estarán bien. Yokozawa-sama es muy fuerte.

 

La espera era agonizante. Hinata y Shika trataban de animarlo pero no estaría tranquilo hasta ver a Takafumi.

—Kirishima ¿Qué sucedió?

—¿Cómo esta Yokozawa-san?

—…

—No sabemos nada— respondió Hinata al ver que su jefe no respondía.

—Yokozawa-san es fuerte. Los tres estarán bien.

 

Una hora

Dos horas

Tres horas

 

—Familiares de Yokozawa-san.

—Es mi pareja ¿Cómo están? ¿Qué le sucedió? ¿Por qué el dolor?

—Tranquilo. Los tres están bien.

Soltó un suspiro de alivio —¿Puedo verlo?

—Por el momento no. Los tres están en observación.

—Ellos ya…

—Sí, se adelantó el parto. Por eso los dolores.

—Dios ¿Pero están bien? No  les…

—Están fuertes y sanos. Están en exámenes de rutina, tenemos que verificar que se desarrollaran bien. Y, Yokozawa-san está siendo llevado a una habitación pero será mejor que descase.

—Entiendo.

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Despertó desorientado.   

Su cabeza dolía horrores y le pulsaba.

Los recuerdos golpearon su mente, abrió los ojos por completo y noto su vientre plano —Mis bebés ¿Dónde están mis bebés?

——Tranquilo — evitó que se levantara —Están bien.

—Zen..

—Estan en perfecto estado.

—¿Cómo son?

—No los he visto. Los han tenido en revisión por nacer antes de tiempo. El doctor dijo que nada más despertaras nos dejaría verlos.

—Dios…

—No te muevas o los puntos se la cesárea se abrirán. Le hablaré al medico —besó la frente de Takafumi y abandono la habitación.

Estaba desesperado. Ya quería conocer a sus bebés. Cargarlos. Mimarlos. Besarlos…

El doctor llegó a la habitación junto con zen —Ya ordene que los traigan.

 

Su corazón latió ferozmente al ver a dos enfermeras empujando dos cunas.

—Tranquilo— besó la frente de su pareja.

—-El mayor es una varón— dijo el doctor.

La enfermera tomo a uno de los bebés y se lo colocó a Yokozawa en los brazos —Felicidades.

—Gracias — susurró viendo a su hermoso bebé, su escaso cabello era peli azul. — Es precioso.

—Y él menor doncel— dijo la enfermera entregándole al castaño al bebé.

Su corazón se aceleró al cargar su hijo. Era hermoso. El escaso cabello era castaño.

 —Es idéntico a ti, Takafumi—  aseguró Zen al ver el ceño fruncido en su bebé.

—Son hermosos Zen— dijo besando a su pequeño doncel.

—¿Cómo se llamaran? — cuestiono la enfermera con las hojas de alumbramiento.

—El mayor es Takashi— dijo Takafumi —Takashi Kirishima…

Zen sonrió a Takafumi le besó  —El menor —Takara Kirishima.

—Son preciosos— dijeron las enfermeras.

—Son perfectos.

——————————————

Su corazoncito latía rápidamente mientras seguía a Hinata. Su padre le había dicho que la cigüeña ya había traído a sus hermanitos, y en ese momento se dirigían a la habitación del hospital…

—Hinata-san

—Sí, Hiyori-sama.

—¿Ya lo vio?

—No. Fui por usted. Llegamos— abrió la puerta para la princesa de la familia.

Una gran sonrisa se formó en sus labios al ver a su mami con sus dos hermanitos, en cada uno de sus brazos.

—Hiyo, cariño, ven. Acércate — Takafumi le sonrió a su princesa.

—Waaa son idénticos a papi y mami — dijo al verlos, se subió a la cama para poder cargarlos.

—Takashi es el peliazul. Es varón y el mayor.

—Hola, Takashi.

—Y él es Takara, doncel.

—waaa es idéntico a papi — sonrió al ver el cabello castaño —Doncel… Hmmm hiyo lo protegerá.

—Cierto, cariño— zen abrazó a su hija —No dejaremos que ningún imbécil se le hacer.

—¡Sí!

—A ti tampoco se acercaran ¡Les cortare los hu…

—¡Zen!

—Oh cierto… — rebuscó entre su chaqueta.

—¿Qué sucede Zen? —- preguntó mientras arrullaba a su doncel.

—¿Te casas conmigo?

Los colores le subieron al rostro, y su corazón latía furiosamente —Imbécil.

—Tomare eso cómo un sí.

—¡SIII. Será mi mami!

Hinata rió al ver feliz a la familia. Yokozawa Takafumi había llegado y cambiado a los Kirishima.

Takafumi observó a Zen colocarle el anillo, un hermoso anillo que indicaba el comienzo para muchas cosas —Te amo, Zen — susurró para después besarlo.

Amaba a ese hombre con locura. Amaba su hija. A sus hijos. Su vida… Agradecía haber encontrado aquel día a Hiyori.  Ambos habían cambiado su vida.

 

Fin

Notas finales:

Muchas gracias por leer
Este fanfic lo tenía desde hace meses, pero apenas pude terminarlo.

Espero les haya gustado  :)

 

Es mi segundo oneshot de esta parejita :3

El segundo aquí lo pueden leer


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