Desesperación, miedo, felicidad y nervios son los que me atacan y hay una razón simple para eso. Aoi cumple años y como él es mi “supuesto crush” desde hace cinco años, cada vez que llega este día me desespero al no poder encontrar nada de su estilo y siempre termino regalándole alcohol, pero quiero que esta vez sea diferentes. Regalarle algo siempre traiga puesto y que sepa que le guste, siempre es su misma cara de fastidio y esa voz toda gastada diciendo un “¡Alcohol… otra vez!” y eso me molesta, así que he convencido a Uruha de que venga conmigo, aunque parezca tonto, él lo conoce más íntimamente.
—Yo digo que le regales una charra de cuero o alcohol.
—Le he regalado ya mucho alcohol y no creo que le guste ropa, Ruki siempre le regala por monto… ¡A todos nos regala ropa! —suspiro al desanimado.
—Pues… ¿Un… collar, pulsera, perfume…?
—¡Eso Shima! ¡Un collar! —sonrio fascinado, será algo que siempre traiga puesto y que yo también lo pueda ver ¡Fantástico! Esto es Emocionante.
—Un collar, perfecto… —volteo a ver a Shima y el me regresa la mirada aburrido.
—¿Qué tipo de collar le puedo regalar?
—¡Un jodido collar que diga TE AMO para que ya me dejes de ROMPER LAS PUTAS BOLAS! ¡¿Por qué tengo que acompañarte ha hacer estas estúpidas comprara!? ¡Maldición Akira, ya dile que lo amas, que sueñas con que te la meta por todo el culo, que te masturbas pensando que es él, que…!
—Shima… —esto es doloroso.
—¿¡Qué!?
—Yo no quise obligarte, perdóname.
Dos, tres, cuatro suspiros de Desesperación salen de mis labios. ¡Estoy frustrado! Después de que Shima me dijera todas esas cosa huí como una nena enojada y triste. Ahora estoy en mi cama boca abajo sin saber que regalarle y ya son las cuatro de la tarde. Me ha mandado un mensaje hace una media hora diciendo que nos invitaba a su casa para tomar y pasar la tarde con nosotros. Pero yo no quiero ir. No tengo su regalo y mucho menos ánimos para verle la cara, lo más probable es que Shima le haya dicho algo porque su mensaje no parece como los que siempre me manda.
Levanto el celular dispuesto a volver a leer lo que me había escrito.
“Akira, Soy Yuu. Les he dicho a los chicos que vinieran a mi casa para tomar, también estás invitado. No es necesario un regalo y no quiero que me traigas algo. Te espero y también espero verte llegar sin nada. Te ha escrito el chico más guapo del mundo.*emoji mandando un besito*”
Ese maldito le debió de haber dicho que… que Yuu me gusta o tal vez porque piensa que le voy a dar mas alcohol.
Llamada entrante.
Un molesto sonido retumba por toda la habitación, me estiro tratando de despabilarme y de encontrar quien es el desgraciado que me está marcando justo cuando estoy dormido. Tomo el celular entre mis manos y sin mirar quien es el individuo detrás de la linea, contesto.
—¿Bueno?
—¿¡En donde putas estas!? —el grito de Yuu me hace despertarme por completo, una llamada de él.
—¡Ah! En mi casa, estaba dormido.
—¿Dormido? ¿¡Ahh, dormido!? Rechazaste mi oferta, te odio maldito.
—¿Cuál oferta? —le respondo algo dudoso, tengo miedo, mami ayudame.
—Te dije que te esperaba y no has llegado. —Su voz tan molesta me hace sentirme mal.
—L-lo siento, yo…
—Ya te dije, Shima me lo ha contado todo.
—¿T-todo? —Yuu sabe que me gusta.
—¡Sí! La verdad es que no debes preocuparte por esas cosas, ¡Somos mejores amigos! No hay necesidad de que te quiebres la cabeza por cosas tontas.
—¡Ah, sí… mejores amigos! ¿Todavía puedo ir? —que tonto soy, Shima no es capaz de decirle que le amo.
—Ya no hay nadie en casa, supongo que sí. Sobró un poco de cerveza y pastel que me hizo Kai.
—Ok, llego en diez.
Jamás llegue a pensar sentir sus brazos rodeando mi cuerpo, tomando mi cintura con delicadeza hasta dejar pequeñas marcas. Sus labios posados en mi cuello me hace estremecer y dejar fluir todos esos sentimientos a flor de piel.
»Yu-Yuu. ¡A-ah!
Te amo. No me sueltes, sigue así, se siente tan bien. Me haces volar al mundo del placer. Hay algo que me inquieta, su olor a cerveza y saber que al siguiente día se va a olvidar todo. Pero esto quería, pasar con él esta clases de momentos y saber las consecuencias de un posible embarazo.
—¿¡Akira!? —La voz de Yuu tiembla mucho y sus ojos se abren como platos.
—¿Ho-hola? Yo, me tengo que ir.
Yuu no hizo nada, solo se volteo y trato de actuar como si no pasara nada.
—Aki-Akira. Aquí no pasó nada.
Tal vez sea doloroso, pero hay que ser fuerte Akira. No te derrumbes ante él.
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