Sus cejas se arqueaban bajo las gafas de sol, más su boca seguía inmutable, si no le conocieras podrías creer su estúpida cara de póker
—entonces Vantas ¿te rindes?
Es la tercera vez que pregunta y es la tercera vez que te niegas.
—Bien— tomo una carta la miro un segundo y estrellándola contra la mesa grito —¡Vaca!
— ¿Qué? ¡Eso no tiene un maldito sentido, idiota! —gritaste al ver el siete de tréboles.
—prepárate Kitkat, estas acabado, tengo toda la granja —continuo bajando cuatro, cinco, seis y ocho de tréboles junto al siete —así que soy el ganador cariño.
Rodaste los ojos, pese a sus estúpidos eufemismos, gano, de nuevo —bien— te quitaste el pantalón arrojándoselo a la cara, mientras cubrías con tu suéter hasta la mitad de tus muslos.
—No es justo —bufo— no me dejaste ver.
—Nunca quedamos que tendría que dejarte ver.
—Bien.
—Bien.
Repartieron de nuevo las cartas, no había sido la mejor idea jugar por prendas con Dave, ya solo te quedaba suéter, playera y ropa interior, mientras él estaba aun completamente vestido, pero tu orgullo evitaba la retirada. De nuevo estaban al final de la ronda, habías conseguido una fullhouse, y una escalera, el simplemente había hecho muecas y había entregado un par de tres.
—Gane — habían acordado un límite de movimientos para rondas cortas
— ¿alguna prenda que desees? — solo le regalaste la peor de tu mirada y el solo dejo escapar una risa burlona.
Tomo el dobladillo de su playera y lentamente se la quitó, dejando la segunda debajo y procurando no desacomodar su maldita capa.
—continuemos
La siguiente ronda sacaste dos tríos y Dave un solo par, el simplemente arrojo sus zapatos fuera, con una sonrisa burlona que no comprendiste del todo el porqué.
Repartieron cartas de nuevo tu mano era pésima, bajaste un trio de nueves, y el de nuevo un simple par.
— Parece que ya estas aprendiendo a jugar Kitkat— te sonrió, cruzando los brazos sujeto el dobladillo de playera restante y la saco en un movimiento rápido dejando caer su capa en su lugar —puedes seguir respirando bebé—dijo en tono de burla y dejaste salir el aire que no sabías que estabas conteniendo.
Mentirías si dijeras que el rubio no era atractivo, pero una parte de ti también se preguntaba el motivo de tantas cicatrices sobre su torso, sobre todo una que lo atravesaba casi por completo. Sin darte cuenta alargaste la mano hasta tocarla y el sostuvo tu mano sobre ella jalándote más a él.
— ¿Quieres saber? — asentiste con la cabeza, levanto sus gafas de sol, y lo miraste a los ojos, era tan intenso, sentiste su aliento sobre tu rostro y como sus labios se acercaban más los tuyos, cuando una mano fría toco tu trasero, haciéndote brincar del susto.
—Maldita sea Strider, Jodete — lo empujaste y saliste del cuarto indignado.
—Creí que esta vez sí se besarían — lograste escuchar a lo lejos la voz decepcionada de Terezi.