Hasta pronto
- ¿Seung Hyun? -El susodicho se sobresaltó al ver entre penumbras la delgada figura de su amante, llamarle desde el marco de la entrada con notoria somnolencia.
Agachó el rostro y limpió velozmente sus húmedas mejillas, no era que le avergonzara llorar frente a Ji Yong, después de todo, toda Corea sabía sobre sus inestabilidades emocionales previas al alistamiento, sólo que angustiar al menor no era algo que presumir.
-Seung Hyun, prometiste dormir esta noche. -Kwon Ji Yong arrastró sus pies cómo pudo hasta sentarse a un lado de su amado, rodeándole inmediatamente en un dulce abrazo.
-Lo siento.
Ji Yong ni siquiera se esforzó en dar un regaño, sólo se limitó a reconfortarle lo mejor que pudo, después de todo el mayor había aceptado su invitación a verse antes de su partida.
Eran cerca de las dos de la mañana y Seung Hyun, muy temprano, tendría que partir hacia el servicio militar. Entendía que Ji Yong quisiera pasar su última noche con él en su casa, pero lo que menos estaba haciendo era descansar, y eso era angustiante.
-Debes dormir, Seung Hyun, mañana notaran lo cansado que estás. No necesitas más estúpidos rumores sobre ti.
«Ebrio emocional» Le llamaban todos.
Pero ¿Qué había de malo en tener miedo? En temer que después de casi dos años de aislamiento todo lo que construyó se desvaneciera. Su trayectoria como cantante, BIGBANG, sus amistades, fans e incluso Ji Yong.
Todos podrían dejarle.
-Lo intenté. -Afirmó, viendo apenas el marrón de los ojos de Ji Yong, mientras este acurrucaba su cabeza sobre su regazo.
-Creí que te había dejado lo suficientemente cansado. -Ambos sonrieron ante el notorio morboso comentario.
La calma que traía Ji Yong a su paso era una de las cosas que más extrañaría estando lejos. El silencio cómodo que se formaba a su al rededor en esos momentos, la calidad de sus manos acariciando su rodilla y el dulce olor de su cuerpo.
« ¿A quién engañaba? » Iba a extrañarlo como un loco.
-Lo sé, lo sé todo. -Murmuró Ji Yong, girando su rostro para poder ver a su afligido amante.
Seung Hyun entonces intentó relajarse un poco, sabía que estaba afectando las emociones del menor también. Le conocía demasiado bien.
-Ve a dormir, aquí conseguirás sentirte incómodo.
-No quiero. -Ji Yong dejó de juguetear con la mano ajena, tan sólo para entrelazar sus dedos. -Voy a contemplarte el resto de la noche.
«Hasta que llegue el momento de decir adiós»
Seung Hyun utilizó su mano libre para acariciar el rostro del menor, con la yema de su pulgar se encargó de remarcar cada bella facción, repitiendo el recorrido una y otra vez, intentando memorizar la suave textura a la par con lo tranquila respiración de Ji.
Se sentía estúpido al haber dicho que no le vería, ni siquiera por una video llamada, era sólo que no quería soltar en llanto y tener que lidiar a solas con las lágrimas.
Era demasiado sensible, siempre fue así, sin embargo, a esas alturas de su vida, junto a Ji Yong, se había acostumbrado a recibir el apoyo del menor, su firme hombro dispuesto a ser su sostén y sus palabras de consuelo.
¿Qué clase de militar sería si no podía lidiar solo con el llanto?
Ji Yong había logrado en una noche darle toda la calma que buscó durante meses, despidiéndose de sus seres queridos, cenando con viejos amigos, sin embargo, al final, sólo debía hacer eso. Volver a Ji Yong y estrujarlo entre sus brazos.
Sujetó con más fuerza su mano y levantó un poco el rostro de Ji Yong, tan sólo para poder depositar un dulce beso en su frente.
-Te amo.
La mirada de Ji Yong brillaba, ahogándose en el dulce sentimiento del gesto. Había sido besado por Seung Hyun de muchas maneras y muchas veces, sin embargo seguía sintiendo lo mismo. El mismo cosquilleo avanzar por su cuerpo y, al llegar a su rostro, estallar en una fuerte sensación cálida que le coloreaba las mejillas de un suave rojo.
En segundos ya estaba aferrado al cuerpo de otro, formando un fuerte abrazo que se negaba a deshacer.
- ¿Por qué lo haces tan difícil? -Murmuró Ji Yong, aspirando el varonil olor que despedía Seung Hyun, intentando guardarlo en su memoria.
Seung Hyun le rodeó de la cintura con sus brazos, haciendo el abrazo aún más profundo, más suyo.
-De verdad, voy a extrañarte demasiado.
-El tiempo pasará pronto, más rápido de lo que puedes pensar. -Aseguró, separándose un poco para poder verle. -Cuando menos te lo esperes, nos volveremos a ver y todo estará bien. Todos estaremos aquí.
Y después sólo unieron sus labios, ahorrándose todas aquellas palabras sobrantes, pues ese simple gesto daba a saber mucho más de lo que sus bocas podrían pronunciar.
Era un beso lleno de más de mil “te amo”, muchos “te extrañaré” y un sólo “hasta pronto”.
-Vamos a dormir. -Pronunció finalmente Seung Hyun.
Mañana sería un día importante y debía lucir lo mejor posible, además sabía que estaba llevándose el sueño de su amado también.
Juntos caminaron a la habitación y, sujetados de la mano, uno junto al otro, descansaron con una única idea en la mente.
«Hasta pronto, amor mío»