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Siamés por KeikoMoon

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Notas del capitulo:

Hola :3

Perdón por tardar tanto en actualizar, atrevesaba por un bloqueo horrible, más trabajos de la escuela, más cosas personales TuT Espero puedan comprender mi situación. Gracias por todo su apoyo y lecturas <3

Sin más que agregar, aquí el tercer capítulo~

Para el joven de rizos azabaches, era impresionante ver cómo esas dos bestias de ese tamaño obedecían a un hombre común y corriente. ¡Podrían simplemente saltar y morderlo! Pero eso no sucedió en toda la presentación. Al final, la carpa se llenó de aplausos del público. El domador, hacía reverencias ante la gente. Mientras agradecía una y otra vez para finalmente retirarse del lugar.

“¿Qué seguirá ahora? ¿Magia? ¡Oh, los payasos sería mejor! También quisiera ver que hacen con esas espadas…” pensó para sí mismo. De verdad quería ver qué era lo que pasaría después. Y se emocionó más cuando vio al maestro de ceremonias salir, notando que era recibido con aplausos.

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Lynn había sido llevado al camerino del maestro de ceremonias. Tenía los ojos llorosos. Estaba cansado, le dolía casi todo el cuerpo. Al menos, agradecía que no hubiera sido tan agresivo como otras veces. Probablemente, porque ese hombre era listo y sabía que si lo dañaba más, no podría realizar su acto. Lo cual le costaría. El muchacho abrazó su propio cuerpo, tembloroso. A veces ponía a pensar por qué la vida lo había hecho llegar hasta ese punto. Gimoteaba ligeramente, tratando de controlar su respiración. Hasta que escuchó que la puerta se abría. Así que trató de controlarse, asustado. Sabía que a ese loco le exasperaba verlo llorar.

-¿Lynn?-una voz femenina se escuchó.

Pareció estar menos tenso al reconocer esa voz. Suspiró, viendo cómo se acercaba. Era una jovencita, aparentemente de su edad. Su corto cabello rojizo estaba atado en una media coleta, vestía un traje similar al que el muchacho traía. Y no era sorpresa, puesto que ella compartía acto con él, junto a otro jovencito. En cuanto vio el estado de su amigo, supo perfectamente lo que había sucedido.

-¿Qué haces aquí? S-si te ve se va a molestar más.-su voz estaba entrecortada, parecía preocupado por su presencia.

-No me importa. Se va a molestar conmigo, ¿no?-le dedicó una sonrisa, sabía que eso a veces ayudada. Y acto seguido, se sentó a su lado.

Ella sacó un pañuelo que traía en mano y comenzó a limpiarle la cara. Intentaba ser lo menos brusca posible, pues sabía que Lynn estaba adolorido.

-Lorette…-suspiró.- Te juro que no quería irme. No los abandonaría así nada más. Estaba haciendo otra cosa.

-Te vi llevando a ese chico allá dentro.-susurró ella, sonriendo.- No te preocupes. Está bien.-acarició un poco su cabello.

El parecía sorprendido de escucharle decir eso. Sin embargo, estaba agradecido de que fuera ella quien lo vio y no algún lame botas de Ethan. Pero no dijo nada más.

-Sabes lo que tienes que hacer para que te deje tranquilo. No va a parar y lo sabes.-exclamó ella, preocupada.

-No quiero decir cosas que no son verdad. Me da asco.-se encogió de hombros.

-Lynn. ¿Acaso quieres terminar peor de lo que ya estás y que te caigas de la cuerda floja?-lo tomó de los hombros, sin llegar a hacer mucha fuerza. El chico en respuesta, negó con la cabeza.- Bien, entonces solo hazlo. ¿A quién le importa si son mentiras?

Luego de pensar la situación, asintió a sus palabras resignado. No tenía opción, por más que quisiera negarlo, sabía que era verdad. Así que levantó la mirada, observando los ojos verdes de la chica para luego abrazarla.

-E-está bien. Saldré en un rato. Dile a Phil que estoy bien.-se separó de ella.

-Sí, yo le digo. Te esperamos y por favor, conserva la calma.-besó su frente, para luego caminar a la puerta del camerino y salir de ahí.

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Aiden no paraba de reír. Las ridiculeces de los payasos lo tenían muy entretenido. Su maquillaje exagerado llamaba su atención. Y esas grandes narices rojas. Estaba muy feliz, pero empezaba a sentir que faltaba algo…o más bien alguien. “Seguramente Ben se hubiera reído de cómo se tiran agua entre ellos, o los chistes” pensó. Estaba empezando a creer que fue una mala idea venir solo. Pero simplemente trató de no pensar en ello. Suponía que quizá él se iba a alegrar porque había logrado entrar de alguna forma.

Pensar en ello, hizo que los chistes dejaran de darle risa y sólo bajó la mirada. Él estaba ahí en presencia, pero hubo un momento en el que dejó de estarlo en espíritu. No estaba prestando atención ya a lo que pasaba en el espectáculo, ni si quiera los sonidos llamaban su atención ya. Pensó que lo mejor era solo irse de ahí y volver a casa. En cuanto escuchó aplausos, se incorporó para dirigirse a la salida. Aumentando la velocidad a cada paso que daba.

Cuando Aiden salió de la carpa, el maestro de ceremonias salió una vez más. Esta vez, anunciando un acto que quizá era uno de los más esperados.

-¡Y ahora, los hermanos equilibristas!-dijo con entusiasmo.

Y fue ahí cuando salieron tres muchachos. A los cuales presentó como Lynn, Lorette y Phil. Dato curioso era que realmente ellos tres no eran hermanos, solo era un nombre artístico. Los tres sonreían al público, haciendo reverencias ante sus aplausos. El público no sabía lo que había pasado mientras ellos reían por los payasos. Y no había ninguna sospecha, puesto que Lynn no tenía golpes que se notaran bastante y además, sonreía en todo momento. Contagiando ese aire de alegría que todo debía tener para que funcionara.

A veces la voz de Ethan podía sonar un poco fingida a los oídos de todos los artistas del circo. Más porque todos ahí sabían cuál era el verdadero tono de voz que normalmente usaba con ellos (o más bien, contra ellos). El mayor, antes de retirarse, revolvió el cabello de Lynn y se fue de ahí.

Hubo un momento en el que el castaño miró hacia el público, para ver si ese chico al que había metido sin permiso, estaba disfrutando del espectáculo. Varias miradas, pero no logró localizarlo. No quería pensar que se había ido. Era más fácil creer que su vista lo engañaba y estaba en alguna parte, mezclado entre el público. Y eso, de alguna manera lo motivaba un poco.

Sin embargo, la verdad era que Aiden simplemente se fue. No disfrutaba ya estar ahí dentro, no sin Ben. Sentía como si lo estuviera traicionando.

-Todo por tu estúpida impaciencia…-se dijo a sí mismo, mientras tomaba rumbo hacia su hogar.

Pateó con fuerza una roca que estaba en su camino y empezó a correr para llegar más rápido. Pensaba si sería buena idea decirle que estuvo ahí dentro. Pensaba en muchas cosas, en que no iba a mentirle a pesar de las consecuencias. Pero, el ir distraído hizo que no viera que había una grieta bastante fea en el camino y eso lo hizo tropezar.

-¡Agh!-se quejó al caer, intentando incorporarse.

Solo se había raspado un poco las manos, así que se levantó y sacudió sus ropas para seguir su camino después, esta vez sin correr. Así, en poco tiempo llegó a su hogar y tocó tres veces la puerta. Conociendo el insomnio de Ben, sabía que seguía despierto.

Y efectivamente, tras su señal “secreta” de tocar tres veces la puerta, el hombre la abrió y sonrió al verlo. Dejó que pasara y volvió a asegurar la puerta. Tenía muchos seguros y candados, Ben era demasiado paranoico con esas cosas.

-Estaba tomando leche caliente para ver si me ayudaba a dormir.-le sonrió.- ¿Quieres un poco?

-Estuve dentro del circo.-soltó así nada más, con la mirada en el suelo.

El mayor parpadeó varias veces al oír eso, como intentando asimilar lo que había escuchado o comprender como logró hacerlo.

-¿Qué? ¿No te cobraron?-arqueó una ceja.

-Un chico que trabaja ahí me metió ahí sin que nadie lo supiera…-explicó, mirando el suelo en toco momento.

Ben sabía perfectamente que cuando Aiden se sentía triste o culpable, lo que más hacía era evitar contacto hacia el rostro o los ojos. Aunque, podía entender por qué se sentía así. Suponía que era porque no había hecho las cosas como se debían y pagar lo de un boleto.

-Y entonces, ¿te quedaste ahí hasta que acabara?

-Me fui antes porque me sentí mal. No quería divertirme ahí sin ti.-susurró.

El hombre suspiró y fue a prender una vela, para poder verlo mejor y hablar sobre lo que había pasado. Pero cuando lo hizo, notó algo extraño.

-¿Y tu sombrero?-señaló la cabeza el chico.

-¿Eh?-de inmediato, puso una mano en su cabeza y al no sentirlo, se alarmó y miró alrededor.- Oh no…debía olvidarlo allá.-parecía triste.

Luego de que Ben le dijera que no se preocupara, que luego le conseguiría otro. Y de que le sirviera un vaso con leche caliente acompañado de un pan, ambos estaban sentados uno frente a otro. Aiden seguía tratando de evitar mirarlo a toda costa por alguna razón.

-Tranquilo, hijo. Hiciste lo correcto en regresar. Ya no te preocupes más.-sonrió, intentando que volviera a su humor alegre de todos los días.

-Es que...fui egoísta e impaciente. Me metí ahí, aun sabiendo que tú querías ver eso tanto como yo. Solo pensé en mí y en que no podía esperar más. Fui un idiota y no me di cuenta hasta mucho después.-relató, encogido de hombros.- Vi cosas lindas y asombrosas, cuando debía haberlas visto junto a ti…

Ben mantenía una sonrisa a todo lo que decía. Le enorgullecía que pensara en él y en compartir momentos juntos. Por eso mismo y sabiendo que se arrepintió de lo que había hecho, no estaba molesto con él para nada.

-Oye. ¿Qué tal si dejas de preocuparte por eso y vamos a dormir? Mañana tenemos que trabajar.-se levantó y le dio palmaditas a su espalda.- No estoy triste ni molesto, si es lo que te preocupa.

Y así, el azabache volteó a verlo, sonriendo ligeramente.

-¿De verdad…?

-Sí, me enorgullece que te dieras cuenta de que así no se hacen las cosas y de que pensaras en mí.-rió un poco, gustoso.

Así, el joven pudo sentirse más tranquilo con esa situación y simplemente se levantó para abrazarlo fuerte. Ben correspondió ese abrazo y se separaron poco después.

-Anda, come y vayamos a dormir.

-Sí, está bien.-sonrió alegre y volvió a tomar asiento.

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La gente que estaba dentro de la carpa principal, empezó a irse de ahí. Puesto que ya había acabado esa función. Mientras Lynn se dirigía con sus amigos, Ethan estaba cerca de ahí y lo miró molesto. A pesar de que le dio la razón en todo para que estuviera contento, parecía como si estuviera molesto con él.

-¡Fuera de mi vista! ¡Lárgate!-le gritó.

A lo que, con miedo el castaño obedeció y salió disparado de ahí, para meterse a la carpa principal. Y ahí, pudo ver como varias personas dejaban el lugar. Nuevamente, trató de buscar con la mirada a aquel chico. Para si quiera, despedirse de él o algo. Aprovechando que Ethan no lo estaba vigilando ferozmente. Y se decepcionó un poco al ver que no estaba ahí.

-Ese idiota…todo lo que hice para que no se quedara hasta el final.-empezó a caminar por ahí una vez que todos se habían ido.

Y mientras lo hacía, piso algo que se sintió más suave que el piso. Lo que hizo que volteara a ver. Había pisado un sombrero, bastante familiar. Lo tomó con ambas manos y cuando lo examinó, supo que era de ese chico.

-A parte de idiota, olvidó esto aquí.-caminó a la salida de la carpa.

Se asomó un poco para ver si Ethan estaba por ahí. Y para su suerte, ya no se encontraba cerca. Muy probablemente se había ido a su camerino ya o algo así. Y aprovechó para ir con Lorette y Phil. Y, con diversión se puso el sombrero.

-Mírenme, soy un idiota~-les sonrió.

-Pero si eso ya lo sabíamos.-dijo un muchacho de cabellos rubios, tratando de no reír.

Ante eso, Lynn dejó de sonreír y se lo quitó, para luego empujar al chico.

-¿De dónde sacaste eso?-preguntó la muchacha.

-Estaba por la carpa principal. Ahora es mío y puedo fingir que soy uno de esos hombres aburridos de ciudad.-dijo, intentando fingir un acento raro cuando dijo “hombres aburridos de ciudad”

Lorette soltó una carcajada que sonó algo nasal cuando lo escuchó hablar así mientras que Phil solo negó con la cabeza.

-Parece una combinación mala entre francés y británico.-mencionó el chico.

-Cállate…-le ordenó Lynn, arrugando la nariz.

-Mejor los dos cállense y vamos a quitarnos esto. Ya tengo sueño.-ella se adelantó, dando algunos saltos y al final una vuelta de carro mientras reía.

El castaño iba a seguirla, pero Phil lo detuvo, tomándolo del brazo.

-No llegó a mayores. ¿Verdad?-se miraba más serio que anteriormente.

-Neh, si dolió. Pero no fue lo peor. Tú lo viste, pude hacer las cosas bien-dijo, intentando hacer que no se preocupara.

-Qué bueno, porque si llegaba a hacerte algo peor…-frunció el ceño. Ambos estaban hablando en susurros.- Volvería a darle su merecido, ¿sabes…?

Lynn se quedó atónito al escucharle decir eso, negando varias veces con la cabeza como si estuviera alarmado.

-Ni se te ocurra. Sabes lo que pasó esa vez. No sabemos lo que quiera hacerte ahora si te metes de esa forma con él.-le advirtió, mirando las cicatrices que el rubio tenía en sus brazos. Parecían de quemaduras.

-Sí…tienes razón.-suspiró.

-Deja de pensar en idioteces y vamos a cambiarnos ya.-empezó a caminar con él.

Quizá Phil le había dado la razón a su amigo, pero no pensaba hacerle caso. Si se metían con su familia, iba a hacer lo posible por regresarle todo a Ethan.

Notas finales:

Espero les haya gustado qvq Por favor, háganme saber si les gustó o en qué puedo mejorar con un review. De verdad lo apreciaría <3

Me despido y espero poder traer el siguiente capítulo pronto. Nos vemos n,n


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