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Corazón Robado, Corazón Entregado por Zaphire_Sweet

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Notas del fanfic:

Los personajes usados para esta Fanfic pertenecen a Tite Kubo-sama.

Notas del capitulo:

Este primer capitulo es algo corto, como para tantear el terreno y ver que les parece la historia.

Espero que sea de su agrado.

Le amaba, sabía desde siempre que el seria para mí, su piel nívea, su cabello negro que enmarcaba su hermosa sonrisa, con esos labios rojos cual cereza, sus ojos, azul profundo, como el cielo nocturno despejado, me hablaban de promesas de amor, promesas hechas con el alma, que llegaban hasta el corazón…

Así era, hasta ese fatídico día en que todo nuestro mundo se derrumbó, desde ese día nado en un mar de amargura, odio, dolor y ser de venganza.

~FlashBack~

Soujun

A tierna edad fui separado de mis padres, siendo llevado a vivir al castillo del reino vecino, como parte de un acuerdo de paz entre nuestros reinos, yo el mayor de los Kuchiki, intercambiado por el mayor de los Coyote.

Kyoraku llego a nuestro castillo acompañado del sequito de hombres que me custodiarían hasta el suyo, los nervios me llevaban de pelos y padre aunque estoico se negaba a dejarme ir, podía ver el dolor en sus ojos, pero era necesario, negar esto sería como insultar al soberano del reino Coyote y eso significaba la guerra, éramos un reino pequeño, nuestros súbditos no estaban acostumbrados a la guerra, vivíamos comerciando con los otros reinos de regiones cercanas y así mediante acuerdos nos protegíamos de ataques enemigos, como futuro soberano siempre supe que mi destino era sacrificarme por el reino, pero jamás pensé que me llegaría la hora tan pronto.

Mire a mi padre antes de irme, sin volver a mirar hacia atrás, aquello era símbolo de debilidad, aunque mi alma fuese dividida en dos en este mismo momento, el honor de los Kuchiki era más fuerte que cualquier otra cosa.

El viaje fue ameno, el sequito del rey me trato con cortesía y nada más llegar fui recibido por una enorme fiesta, los caminos eran bañados en flores y los habitantes danzaban y cantaban dándome la bienvenida.

Al entrar al castillo mis nervios me traicionaban, apenas tenía 10 años, estaba sin familia en un lugar del cual no sabía nada, casi comenzaba a hiperventilar cuando una mano pequeña se posó sobre la mía y al abrir mis ojos vi los ojos más celestes que jamás en mi vida pensé ver, era como mirar el cielo en verano, despejado, sin nubes, hermoso, ojos grandes y soñadores en una cara tierna por la edad y cabello castaño cayendo desordenado por todos lados.

Uhm… hola pequeño… -mire al niño que me sostenía la mano mirándome con curiosidad solo para sonreírme después y llevarme hasta las puertas del gran salón- ehh.. espera... no.… yo...

Las puertas fueron abiertas y me quede pasmado, el pequeño me llevo hasta la parte delantera y se fue corriendo hacia una mujer con sonrisa cálida, al parecer una criada, oí un carraspeo trayéndome a la realidad y mire frente a mí, había un hombre tan grande que su cuerpo cubría por completo el trono, sus ojos rojizos penetraban en mi alma haciéndome temblar.

s..su Alteza… soy Soujun Kuchiki… hijo mayor de Ginrei Kuchiki.. será un honor ser entrenado en sus tierras mi señor... -el hombre suspiro complacido y se levantó, yo estaba sobre una de mis rodillas y con la mirada al suelo, pero podía oír sus ropajes moviéndose hacia mí.

El hijo de mi amigo no debe arrodillarse ante mí, serás un futuro gobernante Soujun… no bajes la cabeza ante nadie… puedes llamarme Yhwach -no sabía lo que ese hombre pensaba, pero llevo calosfríos a todas partes de mi cuerpo, su mano tomo la mía levantándome y dejándome sobre mis piernas que aun temblaban un poco- veo que has conocido a Starrk... es mi hijo pequeño. ya debes haber visto a Kyoraku., espero que tu padre le enseñe algo de disciplina a ese vago. por otra parte, tu puedes enseñarle más modales a mi Starrk, la influencia de Kyoraku en él no es buena.

No pude evitar reírme un poco y el me sonrió, luego de eso mi corazón dejo de estar tan pesado y comencé a disfrutar más de la estadía ahí.

Mis días pasaban tranquilos, cuidando del pequeño Starrk, a medida que íbamos creciendo nos hacíamos mas cercanos, la diferencia de 4 años no parecía tan grande cuando pasábamos horas enteras jugando en el rio o cabalgando, a veces entrenábamos las espadas mientras algunos soldados nos vigilaban, la vida era buena.

Oye… Sou.. -Starrk me llamo una tarde mientras estábamos debajo de un gran roble, los caballos pastaban a lo lejos, yo tenía 18 años en ese entonces y el 14, dentro de algunos días se acercaba la hora de mi partida a casa y sabía que él estaba un poco decaído por esa situación- cuando yo me vuelva general… tu… ¿estarías a mi lado?

No supe que responderle en ese entonces, más de una vez habíamos compartido besos, pero solo eso, por su estatura cualquiera pensaría que éramos de la misma edad, era un hombre grande como su padre, pero más bondadoso también, le amaba, con toda mi alma, pero aún era joven y pronto cuando me fuera se olvidaría de mí, necesitaba una mujer para tener hijos y ya su padre me había comentado de su futuro matrimonio con la princesa Halibel, era la hija mayor de un pariente lejano de Yhwach, ella era menor que Starrk y ambos habían accedido a casarlos para unificar y fortalecer los reinos.

Solo le sonreí, sin saber que nuestro destino iba a cambiar a partir de ese día.

Nada más regresar al palacio uno de los criados me notifico que Yhwach me mandaba a llamar, fui hasta el salón del trono para encontrarme a mi padre parado junto a Yhwach, padre tenía una mirada triste en sus ojos, mientras que la de Yhwach era de triunfo.

¡Padre!.... -corrí hacia el mirándolo preocupado- ¿ha pasado algo? -el solo se limitó a mirarme y bajar la cabeza.

Tu padre y yo hemos estado hablando y llegamos a un acuerdo... -mire a Yhwach confundido- se ha decidido que harás de este castillo tu residencia permanente... como mi consorte real.

Aquella noticia fue un balde de agua fría a mi alma, sentía que todo mi ser se entumecía hasta que oí el grito de rabia de Starrk desde la puerta del salón, sus ojos heridos, llenos de rabia, partieron mi corazón más que la nefasta noticia que me daba ese hombre, Starrk escapo del castillo ese día y no volvería a saber de él hasta entrado unos años.

Mientras tanto mi suplicio solo hacia comenzar.

Negarme a mi unión con Yhwach seria llevar ruina y muerte a mi reino, era elegir entre la guerra o el amor.

Lastimosamente, mi deber era más con mi pueblo que conmigo mismo.

Notas finales:

Gracias de antemano a todos los que se tomaron el tiempo para leer este primer cap. 

Espero sus opiniones.


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