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¿Quieres ser mi novio? por TRB06

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Notas del fanfic:

La serie de One Shot que llevo publicando hasta el momento es una primera vez para todo, y aquí estoy de nuevo, con mi primer KyuMin.


 


Me encuentro trabajando en algunos fanfics “largos” pero muy lentamente.


 


Espero los disfruten, se entienda, y no tenga tantos errores que le den ganas de drenarse los ojos. (Me disculpo de ante mano llega a ser así)


 


Este one shot nació de un viejo epilogo de uno de mis fanfics que escribí (The joys and narrows of love) pero quedó descartado al final, así que lo tomé y lo transformé en esto. Un reciclaje de ideas descartadas.  Y justo ayer me dio ese viejazo de querer escuchar música vieja, y pues terminé escuchando Suju <3

Narrado por SugMin.

 

Tenía 25 años en aquel momento, y era un recién graduado en la carrera de Letras. KyuHyun me había convencido para salir a festejar el evento, ya que no se obtiene un titulo todos los días ¿Verdad?, es más, según sus propias palabras era un hecho admirable y único.

 

–Te has graduado, Min. Hay que salir, sí o sí. –Dijo con una seriedad que cualquiera que le hubiese visto creería hablaba de algo mucho más importante.

 

Intenté esbozar una sonrisa, pero terminé poniendo los ojos en blanco.  Sin embargo, eso no le detuvo.

 

–Ya has cenado con tu familia, ahora es hora de salir con tu amigo. ¿O vas a excluirme? –Preguntó, con una expresión de dramatismo exagerado. –Es sábado, aprovechemos ¿Si?

 

No me gustaba mucho la vida nocturna, y mucho menos tomar, pero a Kyu le gustaba y era un experto en bebidas alcohólicas, así que a veces me veía acarreado por él. Esa noche no fue la excepción. Terminé siguiéndole hasta llegar a la disco de moda, con un peinado básicamente hecho a base de gel, una remera rosada (mi color favorito), y unos pantalones azules muy, pero muy ajustados (resaltaba mi trasero, y me ganaba más de una mirada, incluida la de KyuHyun, así que valía la pena detener mi torrente sanguíneo por unas horas). Él estaba vestido con una remera blanca, escote en “V”, y unos jeans azules un poco más sueltos que los míos. Se veía como el mismísimo infierno con su cabello negro apenas peinado.

 

Cho KyuHyun era mi mejor amigo de toda la vida, prácticamente desde que nacimos, después de todo él era el hijo del mejor amigo de mi hermano mayor, y si bien a veces, en especial últimamente, hacíamos cosas que no eran tan propio de amigos, nuestra relación seguía llevando la etiqueta de la amistad.

 

Sí, vaya santísima mierda. Pero tenía 25, y era totalmente conformista. Ya saben, aquella reflexión de “prefiero seguir así que arruinar todo entre nosotros”

 

Apenas ingresamos a la disco fuimos hasta la barra. Atravesamos masas y masas de cuerpos sudados, tanto masculinos como femeninos. Me gané unas cuantas nalgadas, por lo que KyuHyun terminó poniéndome por delante de él, mientras se encargaba de cuidar mi retaguardia. Al llegar,  se encargó de pedir los tragos. No escuché el nombre, y siendo honesto lo preferí así. Habían nombres rarísimos, como semen de pitufo por ejemplo, de tan sólo recordarlo un escalofrío pasa por mi espalda, y es que… ¿Semen de pitufo? ¿De verdad? ¿Cómo podía, después de oír tal nombre, beber el contenido azul? ¿¡Cómo!? De niño amé las películas de los pitufos. Mi infancia quedó arruinada desde ese día.

 

– ¡Me han dicho que este es el  mejor trago de este lugar! –gritó KyuHyun, con los vasos en mano, ya que la música estaba demasiado alta.

 

–Por lo que debe tener alto contenido de alcohol –Susurré, tomando mi vaso y mirando el color del líquido.

 

No era azul.

 

Era color aceite.

 

Respiré aliviado, dando un sorbo.

 

No tenía mal sabor, así que seguí bebiendo.

 

Al menos parte de mi niñez seguía intacta.

 

 

Veinte minutos después, me encontraba bailando en el medio de la pista con mi mejor amigo, o lo que sea que Kyu sea, a veces creía que el titulo amigos con derecho encajaba mejor,  pero lo cierto es que apestaba también.

 

Yo quería más.

 

Pero había cometido un terrible error en todo este juego que teníamos, había empezado a desarrollar sentimientos por él. Bueno, todos decían que íbamos a terminar juntos con tan solo vernos, y eso lo decían sin saber que él había sido mi primer beso a los diez años (Algo que al día siguiente quedó en el olvido, pero no del todo, no para mí).

 

Tenía esforzarme y cortar lo que sea que teníamos antes de que en verdad pudiera salir más herido. Como yo lo veía, él no sentía absolutamente nada por mí. Soñar teniendo una relación estable a su lado era imposible.

 

Sin embargo, por más que supiera que dejar que las cosas siguieran así estaba mal, seguí bailando al ritmo de una canción que decía algo como Sexy, Free & Single.

 

Así era él, Sexy, Free & Single. Bueno, yo también era sexy, así que le di énfasis a mover mi cuerpo con la frase, en especial mis cadera. Dejar de pensar un poco en todo aquel maldito lío de sentimientos de por medio fue revitalizante.

 

Sin embargo, de forma repentina, sentí el aliento de KyuHyun sobre mi oído.  Estaba bailando a mi par, muy cerca. Me hubiese gustado apartarme un poco (mentira, pero hubiese sido lo correcto), aunque tenía alcohol en mis venas, y lo que hice fue apretujarme más contra él.

 

Seguimos así, pegados como chicles, hasta que alguien le llamó al  hombro. Les miré, eran dos chicos, uno tenía cabello rubio (no real, por supuesto), y el otro al parecer castaño. Intenté identificarlos, pero no, no tenía idea de quienes eran.

 

Ellos hablaban con Kyu, pero era incapaz de oírlos correctamente. La música estaba demasiado fuerte. Sonaba algo como A-Cha, pero mi atención estaba en otra parte.

 

Me encrespé cuando KyuHyun le sonrió al rubio. ¿De dónde se conocían? ¿Por qué les sonreía de esa manera? ¿Sería otro amigo con derecho? ¿Tenía a alguien más aparte de mí? ¡Qué sin vergüenza! No obstante, dejé de pensar en ello al sentir las manos de KyuHyun rodear mi cintura y empujarme para que les siguiera.

 

Tal vez fuera el alcohol, pero sus manos sobre mí me hicieron poner un poco caliente. Me esforcé por deshacerme de aquellos pensamientos impuros (Tenía un pantalón ajustado, no era conveniente esa ruta de pensamientos). Pero más que eso, no podía continuar así, si él tenía más amigos con derechos, mi corazón terminaría realmente muy lastimado.

 

Una vez afuera, KyuHyun, para mi placer, siguió sosteniéndome con fuerza.

 

–Min, ellos son mis compañeros en la Universidad –Anunció con una sonrisa –EunHyuk y DongHae. –Fruncí el ceño, no reconocía sus nombres ¿Cómo era posible que no supiera de ellos?

 

Oh, por Dios, creo que de verdad estaba afectado por el alcohol ¡Le estaba frunciendo el ceño a dos desconocidos como si quisiera asesinarlos! ¡Todos porque eran amigos de KyuHyun! ¡Y no éramos nada!

 

– Chicos –les dijo –Él es mi novio, SungMin.

 

Si no me hubiese terminado mi bebida, y siguiera tomándola, hubiera escupido sobre la cara de aquellos chicos. Por suerte, todo lo que pasó fue que me quedé sin aire,  y la poca alegría provocada por el alcohol se esfumó.

 

¿¡Qué cosa acababa de decir!?

 

– ¿Desde cuándo tú y yo somos novios? –Pregunté, dándome un golpe mentalmente porque ¡Mierda! eso era  todo lo que había estado deseando desde hace años.

 

¿Acaso estaba jugando? ¿Estaba tan borracho que estaba diciendo disparates? ¿O yo estaba tan borracho que estaba escuchando barbaridades?

 

–Ah, cierto. –Dijo, dándose un suave golpe contra la frente con la mano libre contra –SungMin –Clavó su mirada en mí. Estaba serio.  – ¿Quieres ser mi novio? –Me quedé con la boca abierta, como el tonto más tonto del mundo, un rato largo antes de poder asentir, después de percatarme de que aquello era real, que no era producto del alcohol en mis venas, o de las suyas.

 

–Sí –Dije, o más bien grité.

 

Y lo volví a decir por segunda vez.

 

–Sí.

 

Bueno, está bien, lo admiro, tal vez lo repetí unas cien veces más, pero KyuHyun no te pide que seas su novio todos los días ¿No?

 

Él sonrió y me apretó contra su cuerpo, besando mis labios.

 

–Bien –Volvió su vista a sus amigos, quienes era obvio que hacían lo que podían por no destartalarse de la risa  –Como les decía, mi novio, SungMin.

 

La mejor graduación de mi vida. El mejor regalo.

 

Ah, y seguí tomando.

 

Había que celebrar.

 

***

 

La mañana siguiente (De acuerdo, al medio día siguiente) desperté con la cabeza como si alguien me hubiera dado un fuerte golpe. Me quejé, removiéndome mientras maldecía la maldita resaca. Pronto me di cuenta que no estaba solo, y poco a poco fue recordando lo sucedido la noche anterior.

 

KyuHyun me había pedido ser su novio, frente a sus amigos.

 

¿O había sido un sueño?

 

Me senté de inmediato y miré a mi lado. KyuHyun estaba allí, con su cabello negro alborotado, los ojos cerrados, la boca entre abierta y la mitad de su abdomen desnudo a la vista (Yo estaba igual, pero con resaca, y despierto)

 

Quién sabe por cuánto tiempo me mantuve contemplándole, pero cuando despertó, su mirada quedó fija en la mía. Tuve ganas de abrazarlo y nunca jamás apartarme de su lado.

 

–Buenos días… -Dijo, estirando sus manos para tomar las mías y dedicarme una sonrisa que debía de estar prohibida. Hice un gesto con los labios.

 

–Creo que en un par de minutos será buenas tardes –Y su mirada cambió.

 

Los ojos se le abrieron de golpe, y se puso de pie, buscando la ropa que al parecer estaba desparramada por toda la habitación, la cual, por cierto, no era la mía. Iba al departamento de KyuHyun seguido, así que le reconocí de inmediato.

 

– ¿Por qué estás tan apurado? –Yo quería hablar, sí, pese a la resaca, quería saber si él y yo éramos…

 

– ¿Acaso bromeas? –Preguntó, con una toalla en sus manos y un gesto lleno de incredulidad. Le hice saber que no era así – ¡Es domingo! Tus padres me invitaron a almorzar.

 

Y… ¡Mierda!

 

–Me había olvidado… -susurré, poniéndome de pie, buscando mi ropa.

 

Tomamos una ducha rápida, por separado. Si bien las cosas parecían no haber cambiado entre nosotros, no estaba seguro. Aún quería saber si todo había sido real y no algo producto de una noche de alcohol.

 

–Mi ropa huele a alcohol –Dije con desesperación –No puedo ir así a casa.

 

KyuHyun corrió hasta su guardarropa y me prestó un par de prendas. Tuve que recogerme los pantalones, porque yo era mucho más bajo, y su remera azul mangas cortas me quedó como si fueran como mangas tres cuartos, pero al menos no olían a alcohol.

 

Por suerte, Kyu tenía auto propio, regalo de sus adinerados padres por entrar a la universidad de Leyes y mantener notas altas. Una vez dentro, y ya moviéndonos hasta mi casa, él me observó y deslizó su mano hasta mi pierna.

 

Maldito pervertido.

 

Ok, no engaño a nadie. Podía tocarme todo lo que él quisiese.

 

–Tus padres se van a poner muy contentos cuando se enteren que somos novios… -Le sonreí en forma de respuesta, sintiéndome muy aliviado por dentro al escucharle decir eso. Novios…

 

–Creo que tienes razón, ellos forman parte de la gente que ha dicho que estaríamos juntos…-Asintió.

 

Todo era real.

 

¡Oh por Dios! ¡Soy el novio de Cho KyuHyun!

 

Mi corazón latía contra mi pecho mientras las mariposas en mi estómago hacían una fiesta, fuegos artificiales adoraban el claro cielo (era de día, pero mi fantasía, así que sí, habían fuegos artificiales) y personas desconocidas tiraban confites de colores mientras avanzábamos.

 

 

***

 

Tengo dos papás. Kim MinSeok y Lu Han.

 

Uno de ellos es algo así como mi mamá, MinSeok, pues él fue quien me dio la vida, a mí y a mis tres hermanos:

 

El mayor de todos es YiXing (42 años). Él está felizmente casado con un abogado, YiFan (misma edad), y juntos tienen un hijo a quien llamaron Ten (14 años), un adolescente que es un ángel y tiene una nariz de envidia.

 

A YiXing le sigue la única hija y mujer de la familia, SoHee (36 años) casada con un completo imbécil, JunMyeon, ok no, pero si con un inmaduro que con tres hijos (dos hermosos mellizos con cara de ángel de 11 años cada uno, ChenLe y RenJun, y el menor, Jeno, de 9 años) aún se quedaba hasta tarde jugando a la Play.

 

A SoHee le sigo yo, y después viene el menor, Haechan (16 años)… un demonio con cara de tal, insoportable (la verdad es que lo quiero mucho, pero no le digan, eso alimentaría su ego ya demasiado alto).

 

La cosa es que ellos, todos, siempre insistieron en que junto a KyuHyun terminaríamos siendo algo más que amigos, y ese camino estaba tomando las cosas.

 

Podría haberme sentido nervioso, pero no lo estaba. Yo no era alguien timido. Aunque si me preocupaba un poco que sacaran el tema de dónde había pasado la noche. Es decir, podría no ser timido, pero ventilar mi vida privada era tema aparte. No se anda por la vida contándole a los padres con quien te acuestas, cuantas veces lo haces, y que tenías tanto alcohol que apenas recuerdas la mitad de las cosa. No.

 

Al llegar, KyuHyun estacionó su auto frente a casa. Tampoco parecía nervioso, de hecho, tarareaba una canción mientras se miraba al espejo del vehículo y acomodaba su cabello.

 

Le fruncí el ceño.

 

Lo notó.

 

– ¿No tienes miedo, o algo de nervios? –Le pregunté.

 

–Claro que no. –Contestó despreocupadamente.

 

–Cuanta confianza, típico de estudiante de leyes… ¡Urgh! ¿Sabes?  Papá Lu Han puede ser difícil, y mis hermanos están aquí.

 

–Tienes 25 años SungMin, y toda tu familia me ama.  –Mordí mi labio inferior, porque él tenía razón. Esta sería mi relación más aceptada.

 

Una vez llevé a casa un motoquero, un chico con muchos tatuajes en los brazos, la cabeza rapada, seis años más grande, y muy barbudo. Papá MinSeok le invitó gentilmente a darse una ducha y afeitarse. Después de ese no lo volví a ver. Seguro anda viajando de país en país. Aquel podría haber sido mi estilo de vida.

 

Un minuto después, me encontré abriendo la puerta de mi casa, seguido muy cerca por KyuHyun.

 

Mi casa, de acuerdo, la casa de mis padres, era grande, compuesta, en planta baja, por la sala principal, la sala de comer y la cocina. Al ingresar, te encuentras con la sala principal, donde hay una enorme tele frente a un sofá, en el cual se encontraban mis cuatro sobrinos (Ten, ChenLe, RenJun y Jeno). Saludamos a todos y seguimos a otra rama de la casa: La cocina.

 

Papá MinSeok estaba allí con YiXing. Ambos, en vez de mirarme a mí, miraron directamente a KyuHyun, y a la mano que tenía este sobre mi cintura. Era estúpido, pero me puse un poco nervioso.

 

–Papá, hermano… -susurré, balanceándome un poco sobre mis pies.

 

El primero en fruncir el ceño fue papá.

 

–No viniste anoche… te llamé varias veces, pero no contestaste… le mentí a Lu Han… aunque creo que no mentí en absoluto –agregó, volviendo a mirar a KyuHyun.

 

–Lo siento –Me excusé –Me quedé sin batería… -o al menos mi celular estaba apagado cuando le revisé.

 

KyuHyun me miró, frunciendo el ceño.

 

–Eso no es cierto, anoche lo apagaste porque dijiste que no querías interrupciones.

 

Le miré, con la cara ardiendo, porque las imágenes llegaron a mí, y él tenía razón.

 

La risa de mi hermano me quitó las ganas de… decirle que se callé.

 

–Nosotros… -me detuve, sacudí la cabeza –Yo, creo tomé de más.

 

Ninguno se miró a mí, otra vez miraron a KyuHyun, quien les sonrió y elevó la mano que tenía sobre mi cintura hasta mi cuello, me empujó y me dio un beso en la mejilla.

 

–Anoche le pedí que fuera mi novio, dijo que sí, y sí, tomó de más, así que preferí llevarle a mi departamento… ya saben… Lu Han puede ser un poco difícil en ese aspecto.

 

¡Mi padre no aceptaría una escusa así! ¿Acaso era idiota? Ahora le esperaba una interminable conversación sobre las cosas que puede hacer o no hacer con su hijo.

 

 

Diez minutos después, mientras mi boca aún se encontraba abierta, porque nadie había reaccionado como esperaba, todos seguían felicitándonos, o felicitándolo, diciendo cosas tipo: “Me alegra, Kyu. Por fin le has hecho sentar cabeza” “Te felicito, Kyu, ahora somos familia” “No más motoqueros o gente extraña”

 

– ¿Es qué nadie va a felicitarme a mí? –Me quejé una vez que pude acomodarme.

 

Al fin todos me miraron. Pero fue  mi padre Lu Han quien me sonrió.

 

–Felicidades, al fin nos trajiste alguien decente a casa, Min. Acepto a KyuHyun con mucho gusto.

 

Suspiré. Podía conformarme con eso.

 

Me senté derecho sobre la silla, orgulloso de mí mismo.

 

Era alguien graduado y con un novio decente, por el cual he sentido cosas desde años.

 

Y que mis padres han aceptado.

Notas finales:

Soy mala con los titutlos y resumenes, lo siento por eso.

Gracias por leer <3

 


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