Flesh
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Campo de futbol de la academia Justice. Las graderías están abarrotadas de gente que porta los colores azul y rojo de la escuela, todos concentrados por el partido que estaba llevándose a cabo. Las animadoras hacen sus porras mientras saltan sonriendo de oreja a oreja, una de ellas gritando el nombre del capitán del equipo. Resoplo con fastidio.
Veo a Connor Kent, el capitán y quarterback del equipo, la súper estrella, correr esquivando a los demás jugadores mientras protege el balón y suelto una sonrisa porque el tipo es rápido. Hace un excelente pase que llega hasta la meta, justo en las manos de otro de los jugadores el cual no conozco, (nótese que de futbol no sé nada) y con eso suena el pitido que marca el final del partido, dejando que los vitoreos consuman cualquier otro sonido anunciando que acabamos de ganar la final de temporada.
Todos celebran y veo a Megan Jones, líder del equipo de animadoras, correr hasta la súper estrella para plantarle un beso en plenos labios, ya saben, lo cliché de películas adolescentes, en donde la estrella que gana el juego es besado por la heroína protagonista al final de la película, anunciando que tendrán un futuro amoroso y un vivieron felices para siempre.
Los chicos les hacen guasa y las chicas chillan emocionadas por el romántico momento mientras yo solo quiero vomitar.
Me levanto cansado tratando de evitar que la gente me roce ya que odio la multitud y la única cosa por la que vine fue porque así lo prometí. Espero a que la multitud se vaya y es entonces que me dirijo hacia los vestidores de chicos. Veo que aún quedan algunos de los jugadores y entonces trato de esconderme para que no me vean, es entonces cuando los escucho hablar.
-Ese pase fue increíble Superboy.- escucho decir a uno.
-Lo increíble fue ese beso.- dice otro provocando la risa de los pocos que quedaban.
-Ya basta, no es para tanto.- escucho la ronca voz de Connor.
-Vamos, sabes que lo disfrutaste y que esta noche será una gran noche para ti.
-¿Por qué lo dices Wally?- pregunto Connor.
-Bueno, Artemisa me dijo que Megan le dijo que esta noche seria la noche para ustedes dos. Que aprovecharía la fiesta que daremos en casa de Viktor.- Wally dijo en tono de burla.
-Hablando de eso, ¿no se nos está haciendo tarde?- otro de los jugadores pregunto, causando que todos comenzaran a apresurarse.
Escuche a los chicos dirigirse en mi camino así que entre en el primer casillero abierto que encontré, agradeciendo a mi baja estatura y a mi delgado cuerpo. Uno por uno comienzan a desaparecer los pasos de los chicos.
-¿Vienes Connor?- escucho a Wally preguntar.
-En un rato.- contesta haciendo a Wally salir, dejándonos a nosotros dos solos.
Espero a que pasen unos minutos antes de salir, esperando que el lugar quedara completamente vacío. Una vez estando seguro de que nadie estaba ya en las duchas, salgo del casillero provocando un leve chillido.
-Pensé que te habías ido.- me volteo y es entonces cuando lo veo. Connor Kent o Kon como le llamaba yo en todo su esplendor, solo con el pantalón del uniforme, su torso desnudo.
Me mira mientras una sonrisa ladina se posa en su rostro y yo olvido por completo el beso que ocurrió anteriormente en el campo. La verdad era que nada de eso importaba, no es como si hubiese lastimado mi corazón, mi cabeza o mis sentimientos, de hecho, ese beso no había afectado en ningún momento a los anteriores ya que eso no había significado nada. Ningún sentimiento que tuviera Megan Jones hacia Connor podría dañar el sentimiento que tenia dentro de mí. La chispa negra que se encendía dentro de mi cada vez que lo veía creía a cada momento, haciendo que lo amara mas y mas.
Camina hasta mi entonces se inclina un poco y posa sus labios sobre los míos, dejándome saborear los duros labios que tanto me volvían loco. Posa sus manos sobre mi culo, hundiendo sus dedos en mis glúteos encima de los jeans y me estampa contra los casilleros, apretándome más a su cuerpo y sacándome un gemido. Rio un poco por verlo tan desinhibido. No podíamos evitar ponernos un poco locos solo cuando teníamos este tipo de diversión.
Me pregunto ¿Qué diría Megan si viera a Kon en este estado? ¿Se excitaría tanto como me pone a mi o acaso temblaría de miedo al ver este lado animal de el? Megan, no se puede evitar, este es el real Connor, el que tu nunca veras.
-Lo siento.- me dice entre besos a causa del golpe y yo me despego para verlo mejor.
-No trates de mantenerlo nene, déjalo salir.- le digo y vuelve a besarme, esta vez con mas ahínco que antes. Amo este lado suyo, amo cuando me ata, amo cuando me domina hasta que se viene, hasta que me hace venir. El ríe por mis palabras porque sabe que me tiene necesitándolo, listo para lo que él quiera hacerme.
Me levanta, haciéndome enrollar mis piernas alrededor de sus caderas mientras mi espalda se desliza por los casilleros. Levanta una de sus piernas para sostenerme mientras intenta desvestirme. Le ayudo y en solo un instante permanezco desnudo del torso y el pantalón suelto de las caderas. El toma nuevamente atención en mi boca, hundiendo su lengua en ella, explorándola por completo. Rompe el beso para dirigirse a mi cuello y yo le doy espacio para que se divierta un rato en el. Lame un poco entre el hombro y el cuello y entonces hunde sus diente en mi piel, causándome un escalofrió y un gemido. El gruñe, sabe que me gusta.
Me pone nuevamente en el suelo y baja completamente mis pantalones junto con los interiores y el hace lo mismo, mostrándome toda su polla erguida, llorando por atención. Me da un empujón contra los casilleros y luego hace un gesto con los ojos y entonces entiendo que quiere. Voy hasta mis rodillas y tomo su falo en mis manos y comienzo a acariciarlo, mirando al Superboy a los ojos.
-No juegues Petirrojo, sabes lo que quiero.- su voz ronca me pone a mil y meto su polla en mi boca, sedeándola con mi lengua.
Comienzo un juego despacio, mientras lo miro abrir levemente su boca, soltando algunos gruñidos. Rio un poco por su expresión llena de placer y mi risa le saca un gemidito seguido de un temblor. Me mira de mala gana y hace una estocada, haciendo que mi cabeza choque contra el metal. Saco su pene de mi boca y lo veo con rencor fingido. El sonrió y me acaricia el cabello incitándome a meter su verga nuevamente a mi boca. Como niño obediente lo hago y nuevamente el juego comienza. Adentro y afuera, soplido y temblor. Connor toma un puñado de mi negro cabello y comienza a marcar el ritmo esta vez, diciéndome que se ha cansado de jugar.
Toma mi cabeza con ambas manos y embiste mi boca, haciendo que un color rosa cubriera sus mejillas mientras a mí se me va la respiración por la polla que folla hasta mi garganta. Lagrimas bajan de mis ojos y saliva por la comisura de mis labios pero él no se detiene, lo que provoca que entierre mis uñas en sus caderas, sacándole un poco de sangre. Sabe que me gusta duro y yo sé que a él le gusta que mis uñas lo hagan sangrar. Es parte de lo que somos, es parte de lo que define nuestra relación.
Con un sonoro gemido sale de mi boca viendo como se estremece mientras trata de regular la respiración, tratando de retrasar el orgasmo que asomaba su cuerpo.
Sosteniendo mis manos me ayuda a ponerme de pie y me voltea apoyándome nuevamente contra los casilleros apretando mi cara contra el frio metal. Chupa sus dedos y los lleva hasta mi entrada y entonces lo escucho soltar una risita al descubrir el plug que he traído todos este tiempo enterrado en mi culo.
-Oh Timmy, eres todo un niño maravilla.- susurra a mi oído para luego lamerlo mientras toma la superficie del plug y lo mueve causándome un leve escalofríos por la simulación de folle. -¿Qué hubieras hecho si hubiera decidido irme a la fiesta?- pregunta mientras me folla con el tapón.
-No, no, no Superboy.- digo quedito a causa de los gemidos. –Tú no te hubieras ido a ningún lugar sin tu premio.
Ríe y luego me saca el plug, haciéndome formar un puchero en los labios a causa de la falta de intromisión en mi cavidad. Acaricie su pene y sin reparo alguno lo mete en mi, provocándome un ligero ardor en mi entrada, ardor que me hace soltar un alarido placentero. Sube mis manos sobre mi cabeza y besa mi cuello.
-Amo como chillas bebe… ahora déjame dejarte mudo. Con el fin de esas palabras comienza a moverse haciéndome ponerme de puntillas pues nuestras estaturas son considerablemente diferentes.
Siento el calor de su pecho sobre mi espalda y sonrió entre gemidos al sentir los desenfrenados latidos de su corazón. Sus embestidas con cada vez más fuertes y erráticas, martillándome en ese punto sensible que él sabe me vuelve loco. Intento separarme un poco de los casilleros y Kon vuelve a golpearme contra estos, sacándome un gemido de dolor, sacándole un gemido de placer. Mi piel se eriza y siento el orgasmo recorrer mi cuerpo, como un gatillo listo para disparar. Intento nuevamente separarme de la gélida superficie pero Connor impone nuevamente su voluntad en mí al estamparme con más fuerza, esta vez tomándome por la cintura y levantándome, haciendo que mis pies, ya de puntillas contra el suelo, se separaran completamente de los azulejos de los vestidores. Es una era un juego en donde el determina las reglas, sin tontear, porque sabe que me gusta cuando me folla duro, porque en cuanto se trata de sexo entre los dos… bueno soy un poco freak.
-Kon ya…- chillo y el sale de mi interior solo para posarme contra una de las bancas, levantando mis rodillas y haciendo que las abrazara contra mi pecho, exponiéndome completamente ante él.
Vuelve a entrar en mí esta vez de frente, viendo todas las expresiones que hace y el vaivén regresa, más frenético, más errático, más apasionado, más loco… más duro.
Adentro.
-AAh…
Afuera.
-Tim…
Adentro.
-Así Kon…
Afuera.
-Ruégame Timmy…
Adentro.
- ¡Más duro!
El clava en mí. En mi punto dulce, haciéndome voltear los ojos mientras abro mi boca, el ardor en mi entrada pica y escoge mi piel, la sensación es mágica. Connor, Connor, Connor… el hombre que me vuelve loco, el hombre que me hace temblar como ninguno… el hombre por el cual me había vuelto gay, el hombre por el cual hare cualquier cosa, aunque eso signifique compartirlo hasta que ambos entremos a la universidad.
-Connooooorr….- chillo y entonces el con su ultima embestida me lleva hasta el borde, derramándose en mi.
Las embestidas se vuelven lentas, una más suave que la otra hasta que se detiene, abrazando mi cuerpo mientras posa su frente contra la mía. Reparte besos sobre mi rostro mientras sale de mí.
-Te amo Timothy Wayne.
-Yo también te amo… susurro mientras nos abrazamos una vez más.
-Es tarde, cerraran la entrada.- dice separándose de mí.
-¿Te ducharas en la fiesta?- pregunto tomando los pantalones que me extendía.
-No iré a la fiesta Tim.- me dice mientras abrochaba sus pantalones.
-¿Por qué no? Es tu fiesta.- le digo terminando de ponerme la camisa.
-No iba a ir Timmy, estaba esperándote para ir a mi apartamento.
-Pero Wally dijo…- no termino porque deposita un beso en mis labios.
-Wally puede decir lo que sea, no iré a esa fiesta, ni veré a Megan… mucho menos tendré sexo con ella.
Me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa. Toma su mochila junto con su bolsa con su uniforme de futbol y toma mi mano, encaminándome a la salida de los vestidores.
Joder.
Como lo amaba.
Llevábamos dos años de relación y nadie sabía acerca de ello, y nadie podría saberlo, al menos hasta que saliéramos de la academia, no era por pedido de Connor el que nuestra relación permaneciera en secreto, era mía. No quería que Connor tuviera problemas con su equipo, mucho menos con su padre quien era el director de la escuela además de la pareja de mi padre. Conociendo a Clark, lo culparía de seducirme cuando en verdad había sido todo al revés.
-Por allá esta mi auto.- dijo guiándome hasta la única camioneta Ford F-250 parqueada en el complejo.
Ambos nos subimos a ella y entonces encendí el estéreo, sincronizándolo con mi celular, sonando Sex on fire de The Kings of Lion. Ambos sonreímos por la canción ya que dicha canción fue la canción que sonó en la habitación de Connor en nuestra primera vez. Se coloca el cinturón de seguridad y pone en marcha el auto, llevándonos a continuar en el hogar de Connor nuestra fiesta privada en honor a su victoria el día de hoy.