Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

OBSESIÓN por Amaya Kurau

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de Vampire Knigth y algunos sucesos que se mencionan en esta historia no me pertenecen, su propietaria es Matsuri Hino. El resto de la historia es de mi autoría.

Los hechos relatados sufren algunas modificaciones y otros son completamente diferentes a los de la historia original a fin de adaptarse a esta historia; y suceden dos años después de que Kaname y Yuuki se marchan de la academia Cross y antes de que Sara sea enfrentada.  

Es una historia corta de mi pareja preferida, Kaname x Zero

Notas del capitulo:

Hola de nuevo. Estoy de vuelta con otra historia. Espero que les guste. Por favor disfruten este primer capítulo .

 

EL DÍA QUE LO DESCUBRÍ


“Fue un día cualquiera de un mes cualquiera en un año sin importancia..."


Esa sería la respuesta más práctica y simple a tan osada pregunta; o al menos eso es lo debería decir dada mi condición; ¿por qué?, simplemente porque eso es el tiempo para un vampiro, en especial para uno de sangre pura; nada, algo irrelevante y sin importancia. Sin embargo, lo cierto es que a pesar del tiempo transcurrido, ese dia lo tengo tan claro en mi memoria como si hubiese sido ayer, no, de hecho es mas claro todavía.

El día en que supe que ya no podía estar sin él. El día en que supe que ya no sólo me bastaba con tenerlo cerca, sino que realmente tenía que ser mío, única y completamente mío. Sin importar que para eso el mundo entero tuviese que desplomarse. Sin importar sobre quien tuviese que pasar para tenerlo; incluso si era sobre él mismo. 

Ese día no sabría si catalogarlo como el mejor o el peor de mi existencia... sólo sé que sucedió y fue como un vendaval que vino a sacudir toda mi vida...

El día que lo descubrí, fue el día en que todo se desencadenó. Fue el día en que comenzó  a forjarse su condena.... y mi felicidad.

 

 




A pesar de que eran pocas las ocasiones en que se encontraba en actividad a dichas horas, jamás había reparado mucho en detalles sobre los días que transcurrían a su alrededor. Y siendo la mayor parte del tiempo un ser nocturno… Bueno, simplemente no había mucho que decir sobre la oscuridad, ¿cierto?


El viento mecia suavemente las ramas de los árboles en el jardín y arrancaba algunas de sus hojas mientras esparcía el aroma intenso a ciruelas maduras; el cual se mezclaba con otro un poco más sutil de humedad y de una inminente y pronta lluvia que como en todos los días de ese mes de junio, haría acto de presencia. Pero no sólo eran esos aromas; todavía más oculto, casi de manera imperceptible y prácticamente difuminado por los demás, estaba el rastro de un agradable olor. El olor de Kiryuu Zero. Un aroma que había pasado a formar parte del ambiente que reinaba en la mansión y al que ya se había acostumbrado tanto que podía percibirlo con facilidad.


Aquel día pese a las condiciones ambientales, no parecía en absoluto un mal día. De hecho, para él, después de varios días fuera, había sido ya bastante productivo. La última reunión de negocios, iniciada la noche anterior y que creía se prolongaría hasta el amanecer, se había resuelto de manera sorprendentemente fácil, que después de descansar unas cuantas horas, había decidido volver a la cuidad y en ese momento se encontraba de regreso en la mansión más pronto de lo previsto; no, de hecho volver lo más pronto posible era lo que más había deseado.


Aunque a esas horas era imposible conocer la posición del sol dado que se encontraba velado por un cielo completamente encapotado, sin duda era de tarde. Para un humano el día debería estar en su completo apogeo, pero para un vampiro era el equivalente a cortinas corridas y una cama. Sonaba tentador, pero para él era la oportunidad de adelantar pendientes de su saturada agenda de aquella semana. O al menos esa era su intención y lo hubiese hecho si no fuese porque lo que vio después de ingresar al vestíbulo, mientras se dirigía hacia su despacho, lo descolocó de una manera desconcertante.


¿Qué hacia Aidou hablando con Kiryuu?


El cazador, que como misión fungía como guardián de Yuuki, se encontraba algo alejado de la mansión recargado en el tronco de un árbol. El rubio frente a él hablaba, hablaba y hablaba. Al parecer muy animado hacia aspavientos con los brazos y reía. ¿Desde cuándo se comportaba así con el cazador?, ¿no se suponía que no lo toleraba?


-    Creo que está enamorado.


La repentina voz de Ichijou atrajo su atención y le hizo girarse hacia él. El noble no lo miraba, observaba la misma escena que había atraído su atención. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? No lo había sentido llegar.


-    ¿Enamorado? - preguntó con cierta indiferencia intentando ocultar el hecho de que esa sola frase de afirmación le había desagradado.

-   Si – respondió el noble con total desenfado mientras le miraba y sonreía – Aidou últimamente no hace más que hablar de Kiryuu-kun y de lo hábil que es. También lo busca a pesar de que Kiryuu-kun la mayor parte del tiempo lleva una vida diurna. O simplemente se mantiene en silencio y se sonroja de la nada y suspira.

Ichijou volvió la vista hacia el jardín, pero Kaname continuó mirándolo un poco más sin saber cómo interpretar lo que le había dicho. Posteriormente él también volvió a mirar al exterior. Y fue en ese momento que la vio. Fue apenas sutil, pero estaba presente. Una sonrisa apenas formada en los labios del cazador pero que por algún motivo parecía iluminar por completo su rostro. Su corazón sin más le dio un vuelco.

-   Aidou debería ser consciente de su posición; ¿un cazador?

Fue lo único que atinó a decir para ocultar la molestia que surgía en él, e Ichijou nuevamente sonrió.

-   Lo conoces, dudo que siquiera se haya parado a pensar en eso. Además, a Kiryuu kun no parece desagradarle.

Efectivamente, al joven cazador no parecía desagradarle en absoluto dado que continuaba sonriendo. ¿no se suponía que odiaba a todos los vampiros, excepto Yuuki?, ¿Qué hacía ahora sonriéndole a uno?

La sensación desagradable que se había formado en su pecho comenzó a crecer y a incomodarle por lo que le dio la espalda a la ventana y se alejó de ella.

-    ¿Cómo está Yuuki? – preguntó para desviar su atención.

-   Bien, está durmiendo ahora. Tal y como me pediste no le dije que tu regreso se había adelantado, de lo contrario estaría esperándote… Por otra parte, Kiryuu-kun hace un excelente trabajo como su guardián así que no hubo de qué preocuparse.

-   Pues espero que siga haciéndolo a pesar de no dormir lo suficiente.

-   Creo que todavía es difícil para él adaptarse a una vida nocturna. Hace apenas tres años que se volvió un vampiro.

No dijo nada al respecto. Era cierto. Kiryuu-kun se había convertido en un vampiro hacía tres años. Pero en ese tiempo muchas cosas habían ocurrido. Hiou Shizuka había aparecido en la Academia Cross y tuvo que eliminarla antes de que atacara a Yuuki. Posteriormente fue Kuran Rido quien atacó, y tuvo que despertar a Yuuki y utilizar al cazador para que destruyera a ese sangrepura. Pero también se vio obligado a eliminar al podrido consejo de ancianos del senado. Después de eso, se llevó a Yuuki consigo. Sin embargo, a raíz de la desaparición del consejo el senado era un caos y los asuntos políticos absorbían gran parte de su tiempo. Hecho por el cual la mayor parte la pasaba fuera de la mansión.

-  Supongo que tienes razón… - Respondió a Ichijou y comenzó a dirigirse hacia las escaleras.

-   Cambiando de tema - dijo el noble alejándose de la ventana y dirigiéndose hacia él - ¿deseas descansar?, si no quieres despertar a Yuuki-chan puedo mandar preparar la habitación contigua.

-   No, está bien, iré a revisar unos documentos a mi despacho. ¿Enviaron el informe que solicité?

-   Si, está en tu escritorio.

-    ¿Qué hay de ella?, ¿la viste?

-    Sí, pero no parece que yo le haya agradado mucho. Supongo que cree que soy igual a mi abuelo. Además, parece gustarle más estar rodeada de hermosas y frágiles aves. Es caprichosa y no da señales de que le interese la política.

-   Yo no estoy tan seguro. Continua con lo planeado.

-   Así lo haré.

-   Gracias por esperarme Ichijou. Puedes ir a descansar.

-   Sí, claro, desvelarme no va mucho conmigo...

Ichijou volvió a sonreír como era su costumbre y se marchó. Pero él, antes de subir por las escaleras, sin poderlo evitar lanzó una última mirada al jardín. Ellos continuaban allí ignorantes de su presencia en la mansión. Por un instante estuvo tentado a dejar fluir su energía para delatarse, pero al final no lo hizo y se alejó.



Una vez en su despacho, cerró la puerta y se recargó en ella. El pelo cubrió sus ojos, pero sus puños cerrados con fuerza delataban lo que en su rostro era imposible ver. La imagen de la escena que acaba de presenciar en el jardín volvió a su mente.

¿Qué estaba haciendo?... no podía seguir dudando… de lo contrario…

A pesar de que no era su intensión, sus ojos se volvieron rojo carmesí y su energía ocasionó que un cristal cercano se fracturara. Se llevó una mano al rostro y respiró hondo y se alejó de la puerta después de poner el seguro. Si Yuuki había agudizado sus sentidos como se esperaba de ella, probablemente se habría percatado ya de su regreso. No importaba mucho, no quería verla. Pero sin duda, él si se habría dado cuenta ¿Vendría?

Ocupó la silla tras su escritorio y tomó una de las carpetas que allí se encontraban. Era el informe solicitado. Lo abrió y comenzó a revisarlo; sin embargo, apenas había leído unas líneas, otra carpeta atrajo su atención. La reconocía, era la que solía usar Zero para entregarle los informes sobre su misión como guardián de Yuuki. Dejó la que traía en las manos y tomó esa otra. Al abrirla la hermosa caligrafía del cazador le dio la bienvenida al igual que su sutil aroma guardado en la memoria del papel. Tan sutil y tan agradable al mismo tiempo. Imposible de detectar para un humano, pero no para alguien como él.

Deslizó sus dedos suavemente por el papel y recordó la primera vez que el cazador le llevó su informe. Al abrir la carpeta por pura curiosidad, se sorprendió, nunca habría imaginado que Zero escribiera tan bellamente. Con su aspecto y comportamiento era difícil creerlo. Pero ahora sabía que, si no se empeñara tanto en ocultarlo, todo mundo se daría cuenta de lo refinado y elegante que podría llegar a ser. Porque incluso él sabía que Zero era sumamente culto e inteligente.

Sonrió levemente. No era necesario leer lo escrito en ese papel, no había sucedido nada relevante durante su estancia fuera de la mansión, pero Zero se tomaba tan enserio sus misiones… Abrió el cajón de su escritorio y con cuidado agregó la hoja con las otras que tenía guardadas allí. El aroma del cazador se hizo más intenso y la sed comenzó a hacerse presente por lo que se llevó una mano al cuello y miró hacia el techo.

Ya había pasado más de medio año desde que el cazador se había instalado en el chalet cerca de la mansión. Y parecía que tanto él como Yuuki habían decido limar asperezas para una convivencia mas cómoda. Ya que aunque Yuuki se negó en un principio a que Zero fuera su guardián, ante su determinación de no cambiar de parecer respecto a quien deseaba como su guardián, ella tuvo que ceder. En cuanto al cazador, aunque se mostraba algo seco con ella y ella se cohibía un poco con él, ambos fingían lo mejor que podían para mantener la compostura uno frente al otro.

No podía evitar creer que en el fondo el cazador no era tan frio como aparentaba. Esa mirada de hielo que le lanzaba no era la misma que le dirigía a ella. No es como que esperara algo diferente, es solo que…

Ya no podía seguir esperando, ya no podía seguir conteniéndose. Cada día las reacciones de su cuerpo eran más obvias para sí mismo. Toda la sociedad de vampiros se podía ir al demonio, el mundo entero se podía ir al demonio…

-   Zero…

¿Debería sentirse avergonzado?, si, ¿debería despreciarse a sí mismo?, también. Lo cierto es que ya no podía seguir conformándose, no estaba en su naturaleza, no podía aceptar tan poco, no ahora, no con él.

El recuerdo de la escena de hacia un rato nuevamente regresó. La sonrisa de Zero dirigida a alguien que no era él…

Sus ojos volvieron a brillar.

Entonces otro recuerdo tan vivido vino a él también, cerró los ojos y sus colmillos se extendieron delatando su deseo. Un deseo prohibido y demasiado intenso.

Había sido negligente al no frenarlo, a incluso alimentarlo. Ahora estaba experimentando las consecuencias.

Si tan solo no hubiese actuado tan irracionalmente. Quizá, solo quizá, ese deseo no sería tan irrefrenable.

Desde que supo que algunos sangrepura y miembros de familias nobles habían comenzado a hacer movimientos sutiles que amenazaban la poca paz lograda, sabía que se preparaban para algo importante y Shirabuki Sara era sobre quien recaían sus sospechas como la incitadora. Pero él no podía actuar como si lo supiera, eso implicaría ponerlos sobre aviso y que los nobles lo vieran como un insulto, pues delataría que no confiaba en ellos. Y aunque de hecho no lo hacía, la salvaguarda de Yuuki estaba de por medio. Por sus venas podía correr la sangre de los sangre pura más poderosos, pero aún era muy joven. Tenía que protegerla como su reina mientras se preparaba para lo que venía; pero emplear a vampiros como guardianes no era la mejor opción. Vampiros contra vampiros no serviría. Necesitaba a un cazador. Y como en medio de todo había logrado una alianza con la asociación, o al menos esa era la manera más cómoda de llamar al hecho de que a ellos les convenía que estuviese al frente de todo ahora, pues dada su condición de sangre pura y ostentando el título de un Kuran, podía mantener en orden a los vampiros; le fue fácil solicitar que le enviaran al mejor. Yagari-san, que también tenía la misma sospecha sobre Shirabuki, accedió a regañadientes e iba a enviar a Takamiya Kaito, pero él no aceptó. Pidió que fuera Kiryuu.

¿Por qué?

En ese momento no lo sabía exactamente, solo tenía claro que tenía que ser él.

Hacía un año, decidió que era momento de presentar a Yuuki ante la sociedad de vampiros para que conocieran a quien sería su pareja y también para indirectamente recordarles el respeto y cuidado que deberían profesarle.

Durante esa soirée lo había vuelto a ver después de un año. E irónicamente, no, más bien absurda e incomprensiblemente; pese al acto desagradable sucedido con Ouri y aquel cazador; a causa del cual tuvieron un enfrentamiento, ese día soñó con él. Y no de una manera muy casta que pudiera decirse; sino desnudo bajo su cuerpo, en su propia cama, la cama que compartía con Yuuki, con la piel perlada de sudor y el rostro sonrojado. Y él, él entre sus piernas embistiéndolo con fuerza y acariciándolo con lujuria y necesidad. Desagradable o patético; no sabía con cual palabra describir lo que había soñado, pero pensó que era debido a la adrenalina de lo sucedido durante la velada y ojalá sólo se hubiese quedado en esa noche.

Desde entonces no habían vuelto a aparecer en un acto social junto a Yuuki. Deseaba poder decir que era por la seguridad de la joven. Lo cierto es que ese día fue el comienzo de algo más, algo ajeno a las maquinaciones de quien decidió que sería divertido insultar al rey de los vampiros en la soirée de su prometida; algo que estaba amenazando con volverlo loco, pues, después de ese sueño muchos otros vinieron, provocando que no hiciera más que pensar en él. En tenerlo en su cama a su merced.

Ya no podía estar con Yuuki, no podía tocarla sin pensar en él. No podía beber incluso su sangre. Ella al principio no pensó que algo malo sucediese, pero últimamente lo buscaba más y él era tan despreciable que siempre me llenaba de trabajo, a veces inexistente, para no estar con ella. No es que le desagradara, es solo que la última vez que estuvo con ella imaginó que era con Kiryuu kun con quien hacia el amor y no sabía hasta qué punto la había lastimado, pero ella notó que no estaba actuando como él mismo pues al día siguiente, entre avergonzada y preocupada le dijo que había sido algo brusco. Pero él, en vez de sentirse avergonzado o culpable, que lo hizo, pero no como debería; únicamente pensó en que lo había disfrutado inmensamente, pero sólo fue porque imaginó que era con Kiryuu con quien lo hacía.

Quizá por eso solicitó que fuera él el guardián de Yuuki, porque quería tenerlo cerca.

Al principio creyó que ese absurdo deseo desaparecería al volverlo a ver y darse cuenta que no era nada encantador; como en los días de la academia, cuando verlo no le provocaba nada. Pero lo cierto es que ahora Kiryuu estaba convirtiéndose en una necesidad difícil de ignorar.

Sin embargo, el cazador parecía muy a gusto con Aidou. A él en cambio lo ignoraba. Cada día pasaba a dejar su reporte a su despacho. No hablaba ni lo miraba más de lo necesario y se machaba. En cambio, él, cada día fantaseaba con tomarlo allí mismo, sobre el escritorio. Quería que Zero fuera suyo. Tenía que serlo, no, siempre debió ser así. Zero era suyo completamente, sólo suyo. Por eso lo dejó vivir, por eso lo protegió y le dio su sangre, porque lo quería para él. Zero había sido el primero en miles de años en beber de él y deseaba se repitiera. No había probado la sangre del joven y tenía que hacerlo. Reprimirse era algo prácticamente imposible ya para él, ahora lo sabía, ahora era tan claro como el agua. No permitiría que se lo arrebataran.

-   Quizá debería pedirlo como mi guardián y a ella solicitarle otro. Podría estar más tiempo con él.

Sonrió con cierta satisfacción y bajó la vista hacia su escritorio; y entonces sin más, hizo a un lado las carpetas y tomando tinta y papel, comenzó a escribir. 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció?... espero les haya gustado. Gracias por leer; y bueno,  ya me conocen, tardó un poco en actualizar. Tenganme un poco te paciencia. Hasta pronto. ^.*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).