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Sobre quiroprácticos y nuevos amores {ChanBaek/BaekYeol} por JouM21_

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Notas del capitulo:

Hey!!

 

Este es un pequeño fic enque trabaje por mucho tiempo...

 

No habia podido publicarlo ya que no podia acceder a mi cuenta:(

 

Espero que les guste esto. Ya esta terminado así que lo iré subiendo como vea que fluye la cosa y eso...

Como siempre, amen al ChanBaek!!

 

JouM.

—Espere aquí señor Park, será atendido en un momento.


 


ChanYeol siguió a la pequeña mujer hasta los asientos situados al fondo de la habitación de colores cobrizos. Se sentó en el sillón, acomodando su gran y desgarbado cuerpo tratando de no molestar al chico ojon y de rostro amargado sentado al otro lado del mueble. Este aparto la mirada que mantenía fija en él jarrón de la mesita de enfrente, dirigiéndola hacia él. Lo miró como si le recriminaba por osar a sentarse a su lado, y ChanYeol juro ver su muerte en ellos por atreverse a invadir su espacio.


 


 


Padre nuestro, sálvame.


 


 


Le dirigió una sonrisa nerviosa y este solo se le quedó mirando con el mismo rostro gélido por unos segundos antes de mirar de nuevo hacia al jarrón. ChanYeol suspiró al verse librado del escrutinio del que presentía era él hijo de satán coreano ¡en serio!


 


Se removió en su sitio incómodo. Ni siquiera sabía bien qué hacia él ahí. Bueno, más o menos. Estaba ahí por él horrible dolor de cuello que cargaba desde hace unos días, pero de querer, querer, pues no. Toda era culpa de YooRa, en realidad. Si su noona no le hubiera pedido que la ayudara, su cuello seguiría en su lugar y él no estuviera sentado con las manos sudorosas y él hombrecito de aura negra a su lado.


 


El fin de semana su hermana le pidió que le ayudara con la mudanza hacia su nuevo y fabuloso apartamento de soltera —aunque para ChanYeol más bien era solterona— y él como buen hermano menor aceptó. Y en una de sus subidas de caja donde salió su estupidez y le recalcó a su noona que ' tienes treinta años y no has tenido ni un novio decente. Mejor comprate un gato de una vez y ahórrate el esfuerzo' , está trató de golpearlo chillando histérica y ChanYeol se movió un paso atrás perdiendo el equilibrio y cayendo por las escasas cuatro escaleras que había subido, quedando en el suelo con la enorme caja sobre su cabeza, dejándole el cuello y la espalda adolorido.


 


 


Sip, él era un idiota.


 


 


Hace unos días YooRa lo visitó y al escucharlo quejarse una y otra vez de su cuello rígido esta le recomendó ir a ver a su quiropráctico. Es maravilloso Yeol, me deja como papilla, dijo. ChanYeol se negó inmediatamente. No le gustaban esas cosas, eso de que una persona lo retorciera de aquí a allá haciéndolo reventar como esas burbujitas de las bolsas de embalaje con que juegan los niños —y bien, tal vez también él— no era de su agrado. Y menos desde una vez en que JongDae, su estúpido amigo, le aseguro que él era un experto en hacerlo crujir y casi le rompe el cuello.


 


 


No señor, Park ChanYeol no sería la burbujita de ningún doctor.


 


 


Eso se dijo, si. Pero después de tres días de analgésicos para el dolor inútiles y noches sin dormir, no aguanto más y llamó a YooRa para que le diera el numero del dichoso quiropráctico.


 


Así que si sabía porqué estaba ahí, bien. Pero eso no lo hacia más de su agrado.


 


Desplazó sus ojos por la habitación en afán de distracción. El lugar en vez de parecer una clínica era más como una pequeña sala de casa, con una decoración sencilla pero bonita. A ChanYeol le pareció que era agradable y con aire cálido. Ya que era una clínica independiente situada en un reformado edificio de tres piso, era obvio que no tendría el ambiente frío y desinfectado de un hospital.


 


Su hermana no le había dicho mucho sobre él famoso quiropráctico, solo que tenía manos mágicas y que era agradable. Además de eso, ChanYeol tenía una hoja en blanco sobre él hombre. Lo imagino como un señor en sus cuarentas con cuerpo y manos de leñador. ¿Así eran los quiroprácticos no? tenían que ser fuertes para poder mover tus huesos a su antojo ¿verdad? ChanYeol se estremeció al imaginar un tipo como La Roca con sonrisa malvada y sus manos sobre sus pobres hombres.


 


La joven que obviamente era la asistente entró por un pasillo a sus espaldas que imaginaba llevaba hasta él que era él consultorio. y unos minutos después salió. La pelinegra le sonrió. A ChanYeol le pareció linda.


 


 


—Señor Park, el doctor Byun lo atenderá ahora. Por favor sígame.


 


 


ChanYeol se levantó de su asiento con sus nervios a flor de piel. El hombrecito a su lado soltó un gruñido que lo puso más nerviosos de lo que ya estaba.


 


 


—Deja de ser impaciente KyungSoo.—le dijo la joven— Solo unos minutos más.


 


—Que se apure si no quiere que lo deje tirado aquí.—dijo en un gruñido.


 


 


La joven solo le guiño un ojo y miró a ChanYeol haciendo un movimiento de cabeza diciéndole que le siga. El la siguió preguntándose si él hombrecito era cercano al doctor en vez de ser un paciente más. Se olvidó de eso tan rápido como estuvo al frente de la puerta que tenía una placa con el escrito de 'Byun BaekHyun doctor quiropráctico y fisioterapeuta'. Trago grueso.


 


 


Bien Park, tu puedes hacerlo. ¡Se hombre!


 


 


Pero todo ese valor reunido no sirvió de nada. Cuando la asistente abrió la puerta y lo instó a pasar ChanYeol quedó en shock.


 


 


Que mier...


 


 


En un escritorio en la esquina de la habitación se encontraba un hombre pequeño, con una de esas batas de doctores, rubio... y jodidamente hermoso.


 


ChanYeol siendo como era —un idiota diría SeHun— camino de regreso y asomo la cabeza mirando de nuevo la placa para ver si había leído mal y lo habían llevado a un pediatra o algo asi. No, ahí dice quiropráctico. Entro de nuevo en él consultorio rascándose la cabeza en un gesto confundido haciendo un pequeño puchero, algo que hacia desde pequeño cuando no entendía algo. Y esto sí que no lo entendía. El rubio no se parecía en nada a la imagen que tenía de un quiropráctico.


 


Un carraspeo de garganta lo hizo alzar la mirada hacia él bonito rubio que lo miraba con los brazos cruzados sobre el pecho y una ceja levantada.


 


—¿Esta algo mal señor Park? —le pregunto con una voz suave. ChanYeol se estremeció.


 


—No, yo solo, ¿usted es...?


 


—Byun BaekHyun, él quiropráctico, si.—se presentó.


 


—Si yo vi, es que, yo...


 


Joder, parecía un imbécil con eso de no poder dejar de tartamudear pero no sabia que decir en esta situación. Sus amigos siempre le decían que era estúpido y algo torpe y ChanYeol sonreía y lo tomaba como la broma que era. Pero dicen que bromeando se dice la verdad, y esta lo era. Maldita sea si no. ChanYeol era sociable y de sonrisa fácil y cálida pero era algo demasiado torpe y a veces hablaba y actuaba sin pensar, y más cuando estaba en frente de alguien atractivo y que le llamaba la atención. Y ahí en frente del doctor Byun se sentía especialmente torpe y estúpido.


 


—Muy bien señor Park...


 


—ChanYeol.—dijo con su voz más gruesa de lo normal.


 


—¿Disculpe? —el doctor lo miró confundido.


 


—sonrió, se veía lindo con esa expresión.— Por favor, llámeme ChanYeol.


 


—Esta bien, ChanYeol.—el doctor se aclaró la garganta.— por favor tome asiento para empezar.—le señaló la silla enfrente del escritorio.


 


 


Tomó asiento un poco confundido, ¿no se supone que tenía que acostarse en la camilla?


 


 


—Bien, ¿es su primera vez en un quiropráctico? —le pregunto.


 


—Si, normalmente no me gustan estas cosas.—fue sincero.


 


—El doctor Byun volvió a levantar una de sus finas cejas de manera inquisidora— Ya veo, ¿y porque decidió venir ahora?


 


—Llevo días con un dolor de cuello de mierda y mi hermana me habló de usted y de lo bueno que era, así que vine a ver si me podía ayudar con esto.—puso una de sus manos en su cuello rígido.


 


—Asintió y anotó— Dolor en el cuello, vale. ¿Qué hay de la espalda?


 


—Eh, me duele un poco, pero no lo atribuyo a la caída, sufro de esos dolores desde adolescente.


 


—¿Una caída?


 


—Si, no es bueno molestar a tu hermana cuando estas subiendo las escaleras y con una caja encima.—le sonrió juguetonamente.


 


—El doctor Byun sonrió levemente y siguió escribiendo en su libreta— ¿el dolor de espalda es normal para usted desde joven?


 


—Si.—se encogió de hombros.


 


—Ya veo. Okey, ¿porque no empezamos? —Cerró su libreta y se paró de su asiento.— acuéstese en la camilla, por favor.


 


ChanYeol siguió al doctor Byun hasta la camilla al fondo de la espaciosa habitación de colores blancos y grises.


 


—Eh, ¿debería quitármelo? —pregunto un poco incómodo mientras apuntaba a su jersey color azul cielo.


 


—Si te sientes cómodo con eso, es mejor quitarlo ChanYeol.—dijo con una sonrisa torcida en sus rosados labios.


 


Tómenlo por inocentón o algo más, pero ChanYeol no pudo descifrar que significaba la mirada del doctor Byun, y mucho menos la que le dirigió cuando por fin se quitó el jersey y reveló su pecho y abdomen trabajado. Enviar un gracias silenciosas a MinSeok Hyung por hacerlo dejar el aliento en el gimnasio todos esos meses después de darse cuenta de que había subido unos kilos y tenía una pancita de bebe. Ahora tenía su propio pack de abdominales, brazos gruesos, espalda ancha y pecho formado.


 


 


Valio la pena.


 


 


Se acostó en la camilla quiropráctica sobre su espalda como le indico el doctor Byun y trato de calmar su alocado corazón tomando profundas respiraciones. Con lo lindo que era Byun BaekHyun eso no hacia que no dudara de la capacidad del hombre de hacer su trabajo. Sus manos se ven tan pequeñas y delicadas.


 


Cuando el doctor Byun puso su manos —que descubrió eran realmente suaves también— en su cuello, le entró el pánico y, como era de esperarse de él, abrió la boca sin pensar.


 


 


—Se levantó de la camilla alejándose de las lindas pero posiblemente letales manos.— Espere, espere, espere, ¿esta seguro de que puede hacer esto? ¿cuando lleva haciéndolo? porque una vez vi un caso de un hombre casi muerto por la inexperiencia de...—balbuceo sin parar.


 


—Señor Park...—dijo con el ceño fruncido y acero en su voz.— le aseguro que estoy más que capacitado para hacer esto. Y si no me cree, ahí tiene la prueba.—Apuntó a la pared tras su escritorio— Diplomas, doctorados, certificados y reconocimientos. Así que no se preocupe por mi falta de experiencia.— recalcó la última palabra con desdén.


 


—ChanYeol se sintió un idiota— Lo siento, no es que dude de usted en sí, solo no confío en estas cosas. Además, usted es... —dudo en continuar con una mano en su cuello en gesto nervioso.— pues sus manos...—el doctor Byun le dirigió una ceja alzada— son tan pequeñitas y, bueno...


 


 


Byun le dirigió una sonrisa matadora, esas que dejan sin aliento, —al menos a ChanYeol— eran tan hermosa como él mismo.


 


 


—No te preocupes ChanYeol, mis pequeñas manos son más que capaces de sacudirte un poco.— le sonrió traviesamente.


 


 


Joder, ChanYeol sintió su rostro arder. Cuando Byun se rió de su cara de impacto salió del trance en que lo había sumergido sus palabras.


 


 


—Está bien — soltó un suspiró mientras se volvía a recostar en la camilla.— Es solo que no me gusta eso de que le deje mi pobre cuello a cualquiera, ademas que he visto esas películas donde te rompe el cuello con un solo movimiento. Por lo menos usted no se parece a La Roca Johnson, ese sí que podría doblarme en un dos p...


 


—ChanYeol, relájese.— le indicó el doctor con voz suave y posicionando sus manos en su cuello otra vez, palpando con suavidad la zona.


 


—Claro, relajarme, por supuesto. Puedo hacerlo.—cerró sus ojos y respiró profundamente como le enseño su entrenador de baloncesto una vez para calmar su hiperactividad.— no es tan difícil, relajarse, si, ¿podría contar hasta tres cuando vaya...?


 


 


ChanYeol soltó un jadeo y abrió sus ojos dejándolo más grande de lo que ya eran cuando él doctor Byun giró su cuello sorpresivamente y oyó el crack impresionanteSintió como cada vértebra de su cuello se movía de su lugar y como después la rigidez cedía y se relajada, dando paso a una maravillosa sensación de entumecimiento.


 


 


—¡Joder! eso fue...—dijo sin aliento— no puedo creer... mierda.


 


—Lo siento, si te hubiera advertido no te habrías relajado.— le dijo con su voz cargada de risa.


 


—Wow yo, nunca había sentido nada así...—le sonrió al doctor— eso fue grandioso.


 


—Que bueno que te ha gustado.— rió suavemente.— Ahora, ¿está listo para continuar?


 


—Oh maldición, claro que si. — le volvió a sonreír.— Me dejó completamente en sus manos doctor Byun.


 


—Byun le regreso la sonrisa, sus ojos con un brillo pícaro.— Cuidado ChanYeol, o tomare en serio tus palabras.


 


 


ChanYeol se sintió confundido por sus palabras pero rápidamente lo descarto y se dejó en las gloriosas manos del doctor Byun. No saben si pasaron horas o solo minutos, pero si que fueron maravillosos segundos que disfruto de las suaves manos que lo hacían sentir como en el cielo. Se dejó manejar con confianza cuando Byun le pedía que se moviera en su espalda, de lado, boca abajo y hacia cada parte de él crujir y moverse dejando una sensación de paz y alivio en él que casi lo hace dormirse, y más con Byun dandole breves pero suaves caricias en su cabeza pasando esos mágicos dedos por sus mechones de forma relajante entre cada acomodamiento de vértebra, músculo y hueso.


 


El doctor Byun trabajo en su espalda por un largo rato porque, 'se que el problema es tu cuello, pero tu espalda está como una carretera de ferrocarril torcida ChanYeol, no me extraña que haya dolido todo este tiempo' y acomodo con eficacia cada vértebra manipulando su espalda y hombros. Al terminar la sesión, ChanYeol estaba seguro de que se había enamorado de esas manos.


 


 


—Hecho.— Se apartó de la camilla— Puedes levantarte.


 


 


ChanYeol gimió en protesta, muy cómodo y relajado para moverse. Se sentía como gelatina.


 


 


—Byun río— Si, se que es difícil pero debes hacerlo grandulón.—le dio unas palmaditas suaves en la espalda.


 


 


ChanYeol se levantó lo más rápido que su cuerpo de papilla le permitía y se sentó con las piernas colgando de lado en la camilla, frente a Byun. En un movimiento ágil tomó las manos del doctor Byun antes de que estas se alejarán entre las suyas.


 


 


—Sus manos son mágicas.—le dijo con admiración en su voz, sus ojos brillantes.— Byun BaekHyun, eres sorprendente.


 


 


 


ChanYeol sabía que tenía una sonrisa boba en su rostro, una que se volvió más grande cuando vio el suave rubor que se expandió por el bonito rostro de BaekHyun. No se cansaba de repetirlo una y otra vez, Park ChanYeol era impulsivo, torpe y dejaba soltar palabras antes de que su cerebro las registrara la mayor parte del tiempo.


 


Pero ahí, frente a ese adorable hombre sonrojado con manos delicadas y fascinantes que sostenía entre las suyas más grandes y ásperas le importo, con todo lo basto de las palabras; una jodida mierda.


 


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