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Rewind, please por VanniaDel

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“Mon homme” se apreció en la pantalla grande llamando a todo el público a prestar atención, al animador hizo un gesto de silencio y desde producción reprodujeron la cinta.

 

Ian iba conduciendo su automóvil con destino a su cálido hogar, esperaba sinceramente un plato de comida caliente y un par de brazos que le envolvieran e hicieran desaparecer todo el estrés post día laboral. Se detuvo en una señal de alto y en ese mismo momento empezó a sonar su móvil, apretó el botón de recepción y continuó manejando esperando que alguien le respondiera del otro lado de la línea por el manos libre.

—Ian, no me esperes a comer… me ha surgido algo, te dejé pizza en la congeladora, ¿bueno?—, el aludido suspiró, sus deseos no serían concedidos esa noche, un poco hastiado se saltó el paso de cebra ganándose una represalia del peatón que quería cruzar.

—Bueno, gracias. Un beso—, el ambiente se volvió tácito tras el pitito de la llamada finalizada. Ian golpeó el volante ligeramente cuando se dio cuenta que el tráfico estaba más abundante que otras veces.

Su mente se puso a divagar en distintas cosas, las reuniones de Luka en el trabajo se estaban volviendo frecuentes, sobre todo a esas horas de la tarde donde les gustaba cenar y luego ir a retozar en la cama bien acaramelados.

—Estoy harto de esta rutina—, suspiró con mal ánimo. Quizás liberar sus pensamientos le hiciera sentir mejor. Giró en U para tomar el retorno a casa, olvidando la idea de ir al supermercado a comprar algún postre.

—Todos los días igual, en esta mierda se ha convertido nuestra relación. Conversaciones frías, “llegaré más tarde” y pizzas en la congeladora—, sin darse cuenta su pie cargó sobre el acelerador y por poco casi choca al coche de adelante. Soltó un bufido, de nada le servía apresurarse si enfrente tenía una fila de coches que iban en su misma dirección. Estaba empezando a odiar las calles de su poblado.

—Las relaciones deberían tener fecha de caducidad como la comida, después de un tiempo mirar la fecha y decir… ¡enhorabuena! Ya hemos estado el tiempo necesario—, apretó el volante, ¿y si eso les estaba pasando?, quizás su hora se estaba acercando y la descomposición estaba saliendo a la luz de a poco.

—Argh, ¿existirá la media naranja? —, Ian nunca había creído en la cursilería de cuentos que hablaban del amor, para él solo eran mitos, mitos que se desvanecieron cuando le conoció aquel día en la caja del supermercado. Había sentido el típico es tu complemento, pero ahora dudaba que mucho de eso siguiera en el presente, sus horas juntos se habían reducido solo a dormir.

— ¿Y si mi hombre estuviera aquí? —, era abiertamente homosexual, le tenía cierto despecho a las mujeres, en una época antigua se desvivía por ver unas cuantas falditas y ahora ya nada le causaban, más que molestias, claro. Molestias, es decir, celos, celos de que se devoraran a Luka con los ojos.

— ¿Y si estuviera en el coche de adelante?, tiene unos ojos hermosos. ¡Pero que carajos digo! Luka estaría golpeándome si sabe que nada más ver unas pestañitas relucientes por el retrovisor de él le encontrara guapo—, le echó un vistazo a la carrocería, parecía típico de alguien independiente, con buen estilo. Un vanguardista.

— ¿Puede uno enamorarse de una mirada reflejada en un espejo retrovisor? —, su lastimero pensamiento le llevó de nuevo al pasado. A esa caja de supermercado. A esos ojos marrones y esos labios rosados. Ese día andaba con una resaca que le había apaleado. No dudaba que pudiera enamorarse de una mirada si había podido enamorarse con tremendo dolor de cabeza.

Siguió con su camino, entró por una avenida poco transitada y se sorprendió que el coche de adelante siguiera ahí, como guía de su camino. Sorprendido rogó internamente que virara a la derecha.

—Si giras a la derecha, eres mío—, soltó una carcajada por la estupidez que había soltado. Pero no perdía nada, total era una mera jugarreta.

—Y aquí estoy, siguiendo esa mirada como si fuera la única razón de mi vida—, unos pocos metros más allá se detuvo en el semáforo, el coche azul que venía adelante seguía ahí tan tentador de persecución como antes.

— ¿Me habrá visto?, ¿Le habré gustado? ¡Pero qué…!  Si viras a la izquierda en la placita me voy a la mierda— Su estupefacción se hizo presenta soltando una risita incrédula. Había rotado según su petición, estaba haciendo una locura, ¡no podía ser el hombre de su vida! …l tenía a Luka y ese no era precisamente el coche que había adquirido hacía poco.

—Sigue derecho y aparca ahí. Si aparcas eres mío, ¡quiero verte ya maldición! —, ya estaba que saltaba de victoria, era como decirlo y hacerlo. El coche se detuvo en un espacio de la berma, había aparcado.

Ian redujo su velocidad y esperó algún movimiento del conductor, sus ansias estaban creciendo solo por verle unos cuantos segundos. Su departamento quedaba a dos cuadras, seguramente el otro chico se había bajado a comprar alguna tarta del local que había en la esquina. Pensó que no sería mala idea hacer lo mismo, quizás cruzar unas palabras, invitarle a otro lado y… ¡Luka!, resonó en su cabeza. Si el destino quería que el chico del coche misterioso fuera suyo, entonces las cartas se moverían a su favor.

Finalmente el otro se apiadó de él y bajó con un bolso en su mano mientras le echaba seguro a las puertas. Se bajó él igual con las claras intenciones de observarle mejor. En eso su móvil empezó a sonar, pero ignorándolo vio aquella espalda delgada, esas piernas contorneadas, esos labios finos moverse al hablar por su móvil… el móvil.

—Joder—, soltó como exclamación, una de pura felicidad. Definitivamente ese hombre sería suyo, si es que ya no lo era.

Ahí caminando a la pastelería iba Luka, su Luka.

Ian entró al coche en busca del celular y abrió el mensaje de buzón de voz.

—Cariño, han suspendido todo, prepara un poco de café que esta será una noche dulce ¡llevo tarta de frambuesa! Nos vemos, te amo.

 

 

El animador se puso a aplaudir cuando las luces se encendieron en el estudio, Bill con modestia hizo lo mismo mientras Tom solo sonreía contento. Se podían escuchar algunos gritos de sus fans entre los aplausos y eso les dejaba más que conformes con su trabajo.

— ¿Te ha costado interpretar a Luka en el corto? —, el presentador empezó a pasar las tarjetas que tenían programadas las preguntas, se dirigió a Bill quien se acomodaba mejor en el sofá donde estaban sentados.

—La verdad que no, ha sido un trabajo breve y conciso, digamos que Tom tuvo que hacer el noventa por ciento del filme- estaba relajado, le agradaban esas entrevistas donde se ponían límites y las preguntas eran todas revisadas antes de que se las hicieran.

—Ian era el personaje central, hay que decirlo- Tom siempre era profesional, podía ser muy disperso fuera del set, pero cuando se trataba de trabajo era un tipo muy serio.

—Nos han preguntado mucho en las redes sociales el por qué no han hecho una escena romántica- el manager de Bill estaba sentado en primera fila y asintió con la cabeza dándole a entender que respondiera la pregunta con tranquilidad.

—Creo que de romántico tiene mucho, teníamos que dejar chance a la imaginación, tampoco era un final abierto de esos que quedas desorientado total- acomodó un poco de su cabello hacia un lado, todos estaban expectantes a su respuesta.

—Pero en producciones anteriores donde han trabajado juntos no se han involucrado, digo, siempre el director los deja como una pareja y aun así nunca hemos visto algo físico entre ustedes-el público hizo un par de sonidos extraños y Tom se rio por lo bajo, tomando aire y viendo que el otro no respondería a la pregunta implícita.

—Le da aires de misterio, nunca me había puesto a pensar en lo que dices-, mentira.  Claro que lo habían pensado, pero era mejor hacer ver que realmente no existía el interés en llegar a algo más cuando se realizaban las producciones.

—La verdad es que ese ha sido una especie de pacto con el contrato, profesionalmente hay que estar dispuesto a muchas cosas y uno de esas es grabar escenas físicas. Con Bill nunca hemos mostrado si quiera un beso y también se da por lo mismo, llevamos un tiempo en esto pero se ha dado porque firmamos que no se haría.

—Exacto, por contrato y porque queríamos demostrar que sí podíamos llegar a ser conocidos con buen material sin tener que mostrar piel o besuqueos entremedio, no digo que esté mal, pero nuestro director sigue la misma línea que nosotros- Bill sonrió para terminar de convencer que ese tipo de gestos no se hacían porque anhelaban mostrar real contenido, con disimulo le dio una mirada rápida a Tom que había estado espiándole indiscretamente.

— ¿Cómo se llevan dentro del set?- soltaron una risa y Tom se pasó la mano por la escasa barba que había acumulado esos días, Bill se dio vuelta y enfrentó al animador mucho más relajado.

—Últimamente tuvimos algunos roces por culpa de irresponsabilidades pero siempre hay que cumplir, uno hace el esfuerzo para que todo sea agradable y se demuestre.

—Aun así saliste del set sin querer grabar- un montón de risas flotaron en el ambiente y Bill no se pudo resistir en echarle una mirada de odio fingida mientras se carcajeaba quieto.

—Es que a veces el estrés puede con uno, cuando grabamos la última escena, que habrás notado dura menos de un minuto, Tom se puso a reír y salieron como doce tomas- se quejó manoteando por todos lados mientras desde un apartado el productor hacía un gesto de acuerdo con sus palabras.

La entrevista siguió mucha más relajada, hicieron un par de concursos con el público y jugaron a las típicas apuestas telefónicas en la ruleta del programa. Bill se puso alerta cuando volvieron a eso de las preguntas, el animador parecía seguir las órdenes que le daban por el audífono desde la dirección y aunque se sintiera paranoico, tenía la impresión que Tom terminaría cediendo a más de lo que habían firmado por acuerdo.

—Sus fans quieren ver pronto algo más próximo entre ustedes, ¿ya tienen algún proyecto en común?

—Hay uno en mente, pero no es nada seguro, no habrá romance así que solo queda esperar- Tom asintió con la cabeza tan convencido que Bill tuvo que forzar una sonrisa de amabilidad y falsa expectación.

—Ya saben, hay que esperar

El animador se fue a otro espacio del set publicitando una línea de bebidas alcohólicas, Bill le dio una patada en la pantorrilla después de asegurarse que se habían ido a comerciales. 

— ¿Qué fue eso de esperar?

—Para atraer al público—, le guiñó el ojo con complicidad mientras movía el arete de su labio. Estúpido. Le miró feo asegurándose que nadie más notara su incomodidad.

Ellos llevaban tiempo de conocerse, eran amigos entrelíneas. Tom le hizo un gesto de calma para que aguantaran un poco más antes de largarse de ahí e irse a descansar por unos días. Se sintió comprendido y volviendo a su pose de quietud regresaron de nuevo a la trasmisión en vivo.

—Esto está para no creérselo, pero en twitter ya es trending topic el hashtag #BesoTomyBill

Incredulidad en todos, en pocas palabras eso fue lo que pasó. Bill vio al conductor cerca de la cámara anunciando eso como si de un festín se tratara, en la pantalla empezaron a pasar miles de tweets con el mismo hashtag, era una presión social enorme.

—Prometemos a todos los fans que habrá beso- y como si fuera poco, Tom se lo había tomado con humor. Tuvo la dignidad de no dejar caer su mandíbula contra el piso y aguantarse el real énfasis para gritar entre dientes.

­— ¡¿Qué?!

— ¡Tom lo ha prometido!- la ovación del público le hizo sentir pequeño, si él era actor, ahora no se le estaba notando. Guardando un poco la calma le palmeó la pierna al de trenzas para que se retractara y dejara de mentirle a su fanaticada.

—No, está bromeando.

—Vamos Bill, es por nuestros fans.

Bill pestañeó esperando que todo se desvaneciera como si en una pesadilla estuviera, en sus oídos los sonidos pasaron a ser lejanos e inentendibles, miró a Tom sentado moviendo su pierna cruzada en esa pose chula que le caracterizaba.

— ¡Alto ahí! Por interno Kadneys me dice que si están dispuestos, recreamos la escena de Flashmob donde debían besarse justo antes que acabara.

Los espectadores gritaron afirmativamente, estaban de pie pidiendo a todo pulmón que sus deseos se hicieran realidad. Cuando Tom se puso de pie, supo que la cosa iba en serio.

—Es lo justo.

—Tom, compórtate por favor, creo que esto no es necesario- se puso a su lado y haciendo una sonrisa le habló entre dientes, chasqueó la lengua tensando la mandíbula porque de repente sentía todas las miradas sobre él.

—Es solo un beso- descarado, por lo bajito le había murmullado muy cerca de su oído. A la gente pareció gustarle esa tensión entre ambos y aunque Bill regañara mucho, terminó cediendo sólo por su audiencia.

El cortometraje se estaba reproduciendo, lo habían adelantado y dejado solo en los últimos minutos clave. Tom se le acercó recitando sus palabras por lo bajo, aun recordaba los diálogos.

— ¿Preparados?- murmuró el encargado del espacio por lo bajo, todos estaban expectantes a que terminara la escena en la pantalla gigante. En la imagen estaba Bill acercándose a la berma de la calle, enfrente estaba Tom esperándole para regresar juntos. Era el momento.

 

—No neces…

La boca de Tom le acaparó con ganas mientras le sostenía la cabeza con su mano enredada entre el cabello. La intensidad fue aumentando mientras entreabría los labios y sentía que le capturaba de nuevo sin dejarle respirar, Bill sintiéndose incómodo le empezó a empujar por los hombros lentamente hasta que se separaran. El otro le quedó viendo con una sonrisa traviesa y Bill tuvo que contener las ganas de partirle la cara de una bofetada, no precisamente porque estaban en la televisión en vivo, sino porque algo había cambiado. Todo había cambiado.

 

Llegó hasta el camarín echando maldiciones a todo el que se le cruzaba, David le seguía los talones en silencio y con la mirada seria y desconcertada. Quería golpear al estúpido que inventó la televisión en vivo, ahora tendría que dar más de una explicación y ni siquiera era su culpa. Entró directo al cuarto de baño tomando una toalla por el camino, necesitaba refrescarse porque el enojo le había hecho subir la temperatura. Sí, solo el enojo contra ese actor de cuarta.

—Pasó por sobre el contrato, no sigo trabajando con él- se secó las manos y fue a tomar una de las botellas de agua que le tenían preparada.

—Bill no exageres, podemos hablar con el product...

— ¡Me importa una mierda el productor! Le dices que no voy a rodar el spot- lanzó todo contra el sofá y fue a buscar la ropa que había llevado para cambiarse. Empezó a ordenar a la mala todo dentro de la maleta sin importarle que el maquillaje pudiera manchar sus prendas.

— ¿Podrías calmarte? Hablemos con Jerry, le propones que busque algún otro actor o que simplemente no actúas.

Bill hizo oídos sordos y salió al pasillo con sus cosas poniéndose las gafas, David iba siguiéndole en busca de una respuesta. Sentía rabia en su pecho y las vibraciones de su móvil no le hacían sentir mejor, de seguro era Max que quería pedirle explicaciones por su desplante.

— ¿Te parece?- recién ahí captó que su manager seguía hablándole intentando surtir calma.

—Sí, después lo vemos.

—La van te está esperando- rascándose la frente se detuvo haciéndole notar su molestia, zapateó en el piso cuando otra llamada entró en su móvil, lo apagó de mala gana y suspiró abatido.

—Me iré donde mi madre, vayan ustedes.

Ahí los medios no le perseguirían.

 

 

 

 

 

 

 


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