Pensar que todo empezó con pequeñas bromas entre los dos, pequeños roces y cada vez más imposible estar lejos de él. Por supuesto que nunca me imaginé terminar enamorándome de alguien como él, se suponía que eran simples juegos, pero yo, Kim Jongwoon, terminó enamorado de Cho Kyuhyun.
Me encontraba en mi habitación, ordenándola como siempre lo hacía cuando debía pensar. Sentí unos brazos que atrapaban mi cintura y unos labios en mi nuca, me estremecí al sentir su húmeda lengua –Kyu- suspiré su nombre y pude sentir su sonrisa mientras repartía más besos. Maldecí el día que le di una copia de la llave de mi casa.
-Dime Jongwoon- me voltea para poder atrapar mis labios con los suyos, su lengua se movía a través de mi boca, sus manos empezaron a bajar hasta mi trasero, lo apretó con fuerza provocando que gimiera bajo.
Basta. Quería decirle, pero mis labios no se movieron excepto para seguir el beso, empecé a temblar dentro de sus brazos. Está mal. Pensé, él no me quiere, sólo un juego más. Podía sentir las lágrimas acumulándose en mis ojos, siempre pasaba cuando pensaba en sus sentimientos.
-Si éstas pensando en otras cosas eso sólo significa que no estoy haciendo bien mi trabajo- me dio la vuelta y me tiró a la cama con brusquedad, sentí su peso cuando se unió a mí, me empezó a desnudar y colocar almohadas debajo de mi cintura para que así mi trasero estuviera en el aire. Sentí un sonrojo desde mi cuello y la humillación inundándome, y aun así mi cuerpo no respondía a mis gritos de que parara esto.
-Que buena vista tengo- me dijo en el oído. Su lengua empezó a bajar desde mi columna a mi trasero, con sus dos manos separó mis nalgas y su lengua empezó a lamer mi hoyo. Mis ojos se pusieron en blanco con el placer y a la vez de la vergüenza, intenté huir, pero él me agarró fuerte haciendo imposible la tarea de huir. Con su mano izquierda agarró con un firme apretón a mis huevos y con su otra mano seguía separando mis nalgas para tener un mejor acceso a mi hoyo. Empezaba a gemir más fuerte mientras me hundía a las sensaciones que me provocaba.
-Estás todo mojado, tanto en tú trasero como tú pene- me dio otra lamida antes de meter dos dedos en mí. Gemí fuerte por el ardor que provocó para luego mover mi trasero hacia él cuando empezó a moverlos y tocar mi punto dulce –Ya no aguanto más- dijo. Escuché como bajaba el cierre de su pantalón, empezó a darme golpes suaves con su pene en mi trasero, me mordió fuerte en el cuello y empezó a colocar la punta de su polla en mi entrada para meterlo de un tiro. Las lágrimas volvieron con amenazar a salir por el dolor y por la follada rápida que significaba para Kyuhyun, de boca abajo con el culo en el aire, él ni siquiera tomó la molestia en desnudarse, no me trataba con delicadeza, esto sólo era sexo para él, y eso era lo que más me dolía, porque a pesar de todo, yo estaba haciendo el amor con él.
-Más… Sííí, ahí- empecé a gritar, y es que me gustara o no, lo disfrutaba tanto, y eso me hacía odiarme más por lo débil que era ante él.
Kyuhyun agarró con fuerza mis nalgas, clavando sus uñas y empezando a moverse más rápido a tal punto que sentía como me partía en dos. Me agarró mi pene y empezó a mover su mano con coordinación a sus movimientos. No bastó mucho tiempo hasta que gritara su nombre y me corriera, sus movimientos sin coordinación se volvían más rápidos hasta que gruñera y se corriera dentro de mí.
Se derrumbó encima de mí, pesaba bastante pero me confortaba estar debajo de él, ridículamente me sentía protegido cuando me cubría con su cuerpo –Gracias- le susurré con la voz gruesa.
Rodó para estar a mi lado y con sus brazos me cobijó hasta que me empecé a dormir, creí escuchar unas palabras antes de cerrar los ojos, pero mi cerebro agotado no las procesó –Gracias a ti por amarme, espero que un día me perdones-
***
Me desperté sólo en mi habitación, un aroma de café recién hecho llegó a mi nariz, podía hasta saborearlo, definitivamente no hay mejor cosa que el café recién hecho apenas te levantas. No se me pasó por desapercibido que lo único que podía significar es que Kyuhyun seguía aquí y está en mi cocina.
Me levanté y un dolor pulsante llegó a mi trasero, sonreí como idiota porque significaba que habían hecho un bueno trabajo en mí. Ni me molesté en ponerme algo de ropa y caminando a pasos lentos y con una pequeña cojera llegué a la cocina. Kyuhyun se encontraba con una taza de café al frente de la ventana observando el patio, mi mirada recorrió su cuerpo, andaba con sólo su ropa interior dejando su cuerpo a la vista de cualquiera, me lamí los labios imaginando lo que me gustaría hacerle; lamer cada pulgada de su cuerpo, deseaba que Kyuhyun me doblara en la cama y me penetrara sin cansancio.
-Si vas a sacar tu lengua esperaría que fuera en mi polla- la voz de Kyuhyun me sacó de mis pensamientos y sin pensarlo dos veces me arrodillé al frente de él, lamí su miembro medio erecto encima de su ropa, con mis dientes le quité su única y molesta prenda para pasar mi lengua por su cabeza forma de hongo.
Kyuhyun soltó un fuerte gemido animándome a seguir con mi deliciosa tarea. Escupí en su miembro y lo empecé a masturbar rápido, pasé mis dientes y lengua por sus huevos, respirando su olor y excitándome más. Alcé la vista para ver la mirada llena de lujuria que Kyuhyun me dedicaba, me sentí el hombre más poderoso de la tierra por provocar tal expresión en mi amante.
Metí su pene en mi boca, empecé subir y bajar lento, saboreando su líquido cuando pasaba mí lengua por toda su base, delicioso, pensé llevándome en el momento y en mis sentidos. Kyuhyun agarró mi cara inmovilizándola para empezar a joder mi boca con fuerza, agarré mi polla para poder llegar al clímax junto a Kyuhyun.
Sentí en el momento preciso cuando Kyu estaba a punto de llegar, agarró mi cabeza con más fuerza, metió su miembro profundo en mi boca y gritó mi nombre con pequeños temblores en su cuerpo. Con un poco de dificultad logré tragarme la mayor parte de su semilla y sonreí cuando sentí la mía en la palma de mi mano.
Kyuhyun me acarició el rostro con ternura, pensé que nada podía salir mal si estaba con Kyuhyun, que equivocado estaba, no sólo por el hecho que Kyuhyun no me quería sino por sus siguientes palabras.
-Lo siento, pero ésta será la última vez, me voy a casar dentro de un mes-
Nunca me había sentido tan humillado, no sólo por el hecho de estar en rodillas con su semilla en mi cara y boca, sino porque dentro de mí todavía tenía esperanza que él me llegara a amar, que idiota he sido, me di cuenta en ese preciso momento el montón de errores que he cometido desde que lo conocí. Me sentía tan solo, tenía mi caparazón vacío desde ese momento.
***
Ya ha pasado un año desde la última vez que lo vi, me alejé de mi familia y amigos, ellos sólo estaban ahí para juzgarme y recalcar los errores que ya sabía que había cometido. Me di cuenta que Kyuhyun llevaba dos años comprometido con la mujer que se casó, era una boda de negocios por lo que me dijeron, el padre de Kyuhyun necesitaba sellar un negocio importante con una gran empresa de Corea del Sur, y para reforzar los lazos con las dos familias decidieron contraer matrimonio los dos sucesores de las empresas.
No me podía creer que nunca me di cuenta de nada, yo llevaba tres años con esa relación enfermiza, y nunca supe nada, claro Kyu nunca me decía nada, su boca siempre estaba en mí y las únicas palabras que salían era para maldecir y gemir, pero eso no hacía que se quitara el sabor amargo en mi boca y lo estúpido que me hacía sentir esta situación.
Pero decidí que ésta será la última vez que voy a pensar en Kyuhyun y maldecir su nombre, hoy tomé el primer paso de mi futura vida.