Jiyong suspiró mientras miraba a Seunghyun. Él tenía los ojos cerrados, dejando que noona hiciera su trabajo. Le estaba cortando el cabello, haciendo su nuevo corte estilo militar. Y Jiyong sonreía, pero solo para evitar ponerse a llorar. Había estado sonriendo todo el día para no preocupar a Seunghyun, pero Jiyong sabía que en el momento en que su novio dejara el departamento para irse al campo de entrenamiento… él no sería capaz de dejar de llorar. Podía sentirlo. Lo mucho que sus ojos ardían, lo mucho que quería gritar “por favor no te vayas”… pero también sabía que no podía hacerlo. Sabía que Seunghyun tenía que ir al ejército… y aun así era muy doloroso.
- ¿Jiyongie? –Jiyong parpadeó y de la nada vio a Seunghyun frente a él. ¿En qué momento noona había terminado? ¿En qué momento Seunghyun se había levantado y caminado hasta él?– ¿Estás bien?
- Por supuesto –Sonrió. Seunghyun seguía viéndose igual de guapo con su nuevo corte.
- ¿Quieres que nos tomemos una foto juntos?
- ¡Sí!
Jiyong estaba acostado en su cama. Apretó “compartir” en la pantalla de su teléfono y no pasaron ni dos segundos cuando su foto ya tenía más de 1000 me gusta. Sonrió tristemente viendo la foto que había subido. Mañana era el día. Su hyung iba a dejarlo por 21 meses, y no solo eso, además después Jiyong tendría que irse también, ¿entonces cuánto tiempo iba a pasar hasta que ellos pudieran estar juntos de nuevo? Jiyong no lo sabía.
Los días anteriores había estado deseando mucho que Seunghyun y él no fueran coreanos. Él estaba orgulloso de ser uno por supuesto, amaba a su país, pero también amaba a su hyung. No quería estar separado de él. Si no fueran coreanos, tal vez no tendrían que hacer el servicio militar. Si no fueran famosos, tal vez podrían ser solo un poco más libres y no tendrían que esconder su amor…
Y por supuesto que Jiyong estaba comprometido con su país, sabía que esto era algo que Seunghyun tenía que hacer, y que él tendría que hacer pronto también, y sabía que al terminarlo estaría orgulloso de decir que hizo su entrenamiento para servir al país donde nació. Pero en ese preciso momento, Jiyong deseaba no tener que hacerlo.
- No estés triste –La voz de Seunghyun llegó desde el marco de la puerta. Jiyong giró su cabeza y vio a su guapo novio parado ahí, con una pequeña sonrisa en los labios.
- Lo siento…
- No te disculpes –Seunghyun se acercó y se acostó a su lado. Dami había accedido a dejar el departamento esa noche para que ellos pudieran estar juntos el último día antes de que el mayor se fuera al ejército–, es solo que no quiero que estés triste –Jiyong no respondió. Continuó mirando su teléfono, donde los “me gusta” de la foto subían y subían a cada segundo–. Me gusta esa foto. Por cierto, usé tu impresora.
- ¿Ah sí? ¿Qué imprimiste?
De la nada, Seunghyun sacó dos fotografías impresas y se las dio a Jiyong. La primera era una foto de ambos para el photoshoot del “Extraordinary 20’s”. Jiyong sonrió y sintió que sus mejillas se acaloraban. Seunghyun le había dicho antes que le gustaba ese photoshoot porque se veían como si fueran pareja. Y la verdad era que en ese tiempo ellos ya eran pareja, pero nadie lo sabía.
La segunda foto era una primera plana de la cara de Jiyong sonriendo. Y él pudo sentir toda su cara volviéndose roja. La foto había sido tomada por uno de sus fansites, lo sabía porque podía ver la pequeña marca de agua justo al lado de su cabello.
- Aun no entiendo cómo es que pueden tomar estas fotos…
- Ellas son asombrosas –Seunghyun apoyó su cabeza sobre el hombro de Jiyong, para así los dos mirar la fotografía impresa, y señaló la sonrisa de Jiyong en la foto–. Esta… esta es la foto más hermosa que he visto en los últimos 30 minutos. Tienen un montón, ¿lo sabías? Me tomó otros 30 minutos elegir cuál imprimir.
El sonrojo de Jiyong se hizo aún mayor, si es que eso era posible. Seunghyun estaba siendo demasiado dulce.
- ¿Por qué imprimiste esto?
- Las voy a llevar conmigo al ejército. Así cada vez que sienta que quiero renunciar… solo voy a necesitar ver estas fotos para recordar que debo seguir adelante, hasta el final. Para entonces volver a ti.
Jiyong mordió su labio inferior, tratando de no llorar. En vez de eso soltó una risita forzada.
- ¿Qué pasa contigo hoy?
- Ya te estoy extrañando…
Ambos se quedaron callados después de eso. Sin embargo Jiyong no pudo aguantarlo más y dejó salir un sollozo, limpiándose con una mano las lágrimas que habían caído por sus mejillas. Seunghyun se levantó y le quitó las fotos para ponerlas en la mesita de noche al lado de la cama. Después, lentamente, se acomodó encima de él, con ambos brazos a cada lado de la cabeza de Jiyong, sin aplastarlo en absoluto. Se quedaron mirándose por unos momentos, hasta que Seunghyun levantó la mano izquierda para acariciar la mejilla de Jiyong.
- Eres hermoso. No quiero tener que dejarte todavía…
- Pero tienes que hacerlo…
- Lo sé…
Seunghyun empezó a acercarse y Jiyong cerró los ojos, esperando por el beso.
Cuando Jiyong abrió los ojos por la mañana, la primera cosa que notó fue que los brazos de Seunghyun no estaban alrededor de él. Según la luz que entraba en su habitación, debían de ser aproximadamente las diez de la mañana. Cerró los ojos y trató de sentir la presencia de Seunghyun… pero fue inútil. Normalmente cuando dormían juntos Jiyong siempre despertaba entre los brazos del mayor. Pero ahora esos brazos no estaban alrededor de su cintura. La cama estaba fría. No quería voltear para ver ese espacio vacío.
Se movió un poco y sintió las sábanas suaves tocar su piel desnuda. Habían hecho el amor la noche anterior, y había sido algo agridulce. Claro, también había sido hermoso, lleno de amor, Jiyong pudo sentir lo mucho que Seunghyun lo amaba… pero había sido agridulce. Jiyong recordaba que Seunghyun lo había abrazado, recordaba sus brazos alrededor de su cuerpo, las palabras suaves de amor que le había murmurado al oído… y se había quedado dormido así. Pero ahora… Jiyong estaba solo. Seunghyun se había ido.
Suspiró y juntó toda su fuerza mental para sentarse en su cama. Aun así, no volteó para mirar a su lado. De reojo podía ver que estaba vacío. Su Seunghyun realmente se había ido… se había ido por 21 meses.
Jiyong miró al techo, mordiendo su labio inferior. Podía sentir que sus ojos ardían, pero no quería llorar. Todo iba a estar bien… no era como si Seunghyun se hubiera muerto o algo así, él iba a estar de vuelta pronto…
Finalmente, listo para ver las sábanas vacías, Jiyong giró su cabeza.
Inevitablemente las lágrimas comenzaron a caer por su rostro cuando notó lo que estaba sobre la cama, en el lado de Seunghyun.
Era una rosa. Una hermosa rosa roja, puesta ahí por Seunghyun para él. Jiyong lo sabía.
Y cuando levantó la cabeza para buscar las fotos impresas que el mayor había dejado en la mesita de noche, no las encontró, sin embargo descubrió un pequeño pedazo de papel escrito con esa extraña pero linda caligrafía de su novio:
“Te amo Jiyong. Espera por mí, mi amor.”