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Errores por kiriyo

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Notas del fanfic:

Este fic lo escribí hace un año más o menos, pero no lo había publicado porque no sabía si continuarlo o dejarlo así. 

Pero ya que tomé la decisión de dejarlo como estaba, he decidido publicarlo. 

Oh, y gracias por darle la oportunidad a esta pareja Crack. 

Fue un error.


Esto nunca debió suceder, si tan sólo hubiese cumplido mi misión de asesinarlo no estaríamos en esta situación, debí alejarme de él, antes de que todo diera este giro retorcido…El soldado viajero en el tiempo nunca debió vislumbrar la bondad que aún residía en mi persona, nunca debió penetrar mi coraza.


Las caricias y su fragancia aún permanecen en mi piel, jamás se marcharán, lo sabía desde el principio, no debí estar con él. Simplemente ignorarlo, asesinarle como dictaban mis órdenes…Las órdenes de la persona que me mantenía preso en mi propia miseria, patético, simplemente patético.


Debía despojarle su alma, pero siendo un llano y burdo mortal más…Mis poderes fueron sellados, mi naturaleza  Jötun podría asesinar a alguien si lo tocaba, pero eso también me fue arrebatado. Mi alma y conciencia están en un cuerpo distinto al mío, carente de todas las características que poseía. Encerrado en el cuerpo de una mortal sin gracia alguna, totalmente distinta a mí.


Por esa razón la eligió.


Cuando lo supe mis carcajadas no se hicieron esperar, ¡pensé que ya no tenía originalidad! Quién lo diría, por primera vez tuvo una buena idea…No para mí, claro, aunque fue divertido.


El primer paso de mi misión fue acercarme a él, ser amable. Esta parte fue hilarante, no sabía que el ídolo de Estados Unidos tuviera tantas dificultades para entablar normalmente una conversación con el sexo opuesto, seguir mi papel…Mi guion de ser amable fue desechado y en su lugar mi verdadera personalidad fue mostrada. Pensé que lo haría más entretenido.


Grave error.


Eso le llamó la atención…Le recordaba a alguien importante para él, alguien orgullosa e imponente. Aunque algunas veces se sentía incómodo con mis comentarios y me lo hacía saber, con todo el respeto que un hombre conservador le puede tener a una mujer. Oculté mi repudio hacia su persona y fingí admiración disimulada.


No sé cuándo las mentiras se volvieron realidad.


Su amabilidad y hospitalidad eran algo a lo que no estaba acostumbrado, sus palabras de aliento distintas a las palabras de odio que constantemente recibía. En realidad lo llegué a apreciar, bajo el sarcasmo que siempre le dirigía.


Fue un proceso largo llegar a agradarle completamente, a pesar de que le recordaba a alguien importante para él, también le regresaba memorias de otra persona que le desagradaba, por mi sarcasmo y arrogancia. Me acerqué por todos los medios posibles; encuentros casuales en cafeterías, choques accidentales en la calle…Ser vecinos ayudaba de sobremanera.


La primera vez que lo convencí de salir conmigo fue toda una odisea, pero mi edad ayudaba. El cuerpo que me fue otorgado contaba con veinticinco años, a pesar de que el soldado contara con noventa años no era relevante, ya que, el pasar setenta años dormido no contaba. Salimos a un museo, ambiguo, pero ideal para un hombre que se perdió en el hielo y para un Dios al que le interesan las culturas de todos los mundos. Fue más agradable de lo que me hubiera gustado, fue grato estar a su lado…Similar a cuando Thor y yo éramos jóvenes. Eso me dio miedo y repugnancia.


Los sentimientos comenzaron a aglomerarse en mi interior, de pronto mi misión ya estaba en segundo plano y comencé a vacilar…No tenía deseos de asesinarlo, no cuando me protegió más de una vez, las personas eran racistas…Los humanos son tan burdos y banales. Yo les dejaba en claro que no pasarían encima de mí, a pesar de ello, él me protegió. No debió importarme…A quien protegía era a ella, no a mí, no a Loki.


Sus atenciones era para la mujer que fingía ser, no para mí.


Intenté convencerme de eso, pero fue inútil. La personalidad que le mostré era la mía, no una fingida como al principio…Además, una vez me encontró tocando fondo, recordando todo lo que fui…Un grandioso hechicero, un ser temido. Un príncipe con todas las atenciones, podía con ello, podía luchar con aquellos recuerdos, pero mi mente se esforzaba en hacerme saber cuan miserable soy y, en mis memorias apareció cuando tenía a mi madre conmigo y el saber que su muerte fue indirectamente mi culpa fue una daga atravesando mi corazón.


¡El sagrado Dios del engaño fue rebajado a una vil mortal! Aun así conservaba mi gran capacidad de habla, la que me había ganado el apodo, «Lengua de plata ».


Mis recuerdos se combinaron con los sentimientos que comenzaban a surgir en mi interior, provocando desestabilidad, más de la que ya poseo. Él me encontró en un estado lamentable, en lugar de mencionar que estaba mal mi comportamiento, permaneció conmigo en total silencio, brindándome su apoyo sin palabras. Sólo se acercó a mí y me abrazó.


A partir de ahí las cosas tomaron un rumbo distinto, necesitaba desahogarme con alguien. Así que le relaté lo que me ocurrió, por supuesto, desde la vista de una persona normal. No le dije que soy Loki, sólo mi historia. No mencioné Asgard, ni mi linaje. Tampoco que alguien me controlaba, nunca podría decirle eso, no soportaría su odio.


Relate mi historia a grandes rasgos; la preferencia de mi padre hacia mi hermano, el despojo de lo que me pertenecía, la muerte de mi madre y todo lo demás. No lloré, no sollocé mientras hablaba, como suele suceder en las películas Midgardianas, simplemente hablé calmo, sin demostrar emoción alguna. Steve pareció comprenderme y me dijo lo que sucedió durante la segunda guerra mundial para que él pudiese ser el Capitán América, más allá de lo que dicen en los medios de comunicación; Su sentir. El cómo pudo sobrevivir en el siglo XXI, sabiendo que todo lo que recordaba y amaba ya no estaba.


Nuestra unión fue más cercana, ya no habían secretos de por medio…O eso es lo que él pensaba. Nunca le dije la verdad.


Mis comentarios de burla y sarcasmo seguían vigentes, pero parecían ya no molestarle como antes. La relación que manteníamos dio un paso significativo con esas confesiones, pero dio un brinco cuando me presentó con sus compañeros de armas.


Congenié inmediatamente con Stark, ambos genios sarcásticos y arrogantes, no podía ser de otra forma. Nunca estuve más agradecido que Thor no estuviera en Midgard, sino atendiendo unos asuntos del trono. Yo estaba oficialmente muerto ante Odín y mi hermano. La persona que me dio la misión de asesinar a Steve y que selló mi magia, se encargó de hacerme invisible ante los ojos de Heimdall. No lo comprendí en un inicio, pero después de meditarlo llegué a la conclusión que dentro de mí conservaba un atisbo de magia lo suficientemente significativa para que Heimdall lo notara, así que él no fue capaz de drenarme.


Tenía la intención de encerrarme más de una semana en mi habitación y concentrarme en encontrar la magia dentro de mí, la concentración duró tres días…Estaba seguro que muy pronto encontraría mis poderes, pero Steve irrumpió en mi habitación preocupado. Deshaciendo todo avance.


Mi enojo se disipó cuando comenzó a regañarme por mi comportamiento, no había ingerido alimento en el tiempo que duró mi encierro…He estado mucho tiempo en abstinencia, así que no fue verdaderamente un problema. A pesar del cuerpo humano. Rogers insistió en prepararme la comida por el resto del mes…Mi corazón dio un vuelco.


Esos detalles me consumían, no podía continuar.


Y entonces sucedió.


Steve me besó.


Las salidas fueron más seguido, los roces accidentales ahora eran caricias, las miradas disimuladas se convirtieron en miradas penetrantes.


Sabía que estaba mal, tenía una misión que cumplir, pero en ese momento no podía importarme menos. La felicidad me embriagaba y el sentimiento de inexactitud se alejaba lentamente con los ósculos de Steve.


Deseaba escuchar su voz proclamar mi nombre, pero debía conformarme con escucharlo decir el nombre del cuerpo de la mortal en el que estoy encerrado.


Sus compañeros hicieron un brindis en nuestro honor.


Hace más de un año que sucedió eso, ahora la realidad me golpea vilmente. Aunque los recuerdos en donde nos entregábamos el uno al otro sin recelo son de ensueño. Su voz profesando el amor que me tenía…No, que me tiene.


Un sueño, esto no es más que un efímero suspiro.


Fue lo más hermoso que he vivido, realmente estoy agradecido con él. Me mostró lo que es el amor, algo que sólo mi madre había conseguido. Pero esto es distinto.


Hace un par de horas llegué a la conclusión de que el cuerpo que tengo no es más que una ilusión, una ilusión muy poderosa. Esta burda ilusión me engaño por bastante tiempo, creí que había sido despojado de mi cuerpo, pero no fue así…Está aquí.


Estar expuesto al frío por horas, un clima que mataría lentamente a una persona mortal común —claro, lo hice sin que Steve lo supiera—sólo hizo que mi piel denotara un color azulado y que mis ojos se volvieran dos intensos rubís…Mi naturaleza Jötun seguía intacta, pero ¿cómo era eso posible? Después de un par de pruebas inhumanas más, lo descubrí. Escondió mi magia muy dentro de mi ser, y así no pudiera sentirla, al igual mi cuerpo seguía conmigo…Detrás de esta ilusión.


Brillante, eso fue tan brillante.


Él sabía que en cuanto lo descubriera la desesperación se apoderaría de mí, que la cordura abandonaría mi cuerpo…Que actuaría impulsivamente.


Ahora, no puedo contener las carcajadas que frenéticamente salen de mí…Tan patético, ¿cómo no pude notarlo antes?


Quizá pude mantener una vida normal por unos años, pero la decencia y estabilidad nunca ha sido parte de mí.


Hoy terminaré mi misión.


No debí dejar que viviera.


Ambos somos ambiguos, así que una espada es la mejor manera de terminar con esta llana ilusión. Espero tu regreso triunfal por la entrada principal, saliste hace un par de días por una misión…Ya es hora de tu regreso.


No puedo esperar para verte sin vida. La existencia de otra persona que amo será arrebatada. El delgado hilo que sostenía mi cordura se ha desvanecido.


—El soldado que viene de otro tiempo —mencioné mordazmente cuando lo vi llegar, levantándome de mi asiento con la espada en mano. Caminando con gracia felina.


— ¿Eh? ¿Qué sucede Molly? —Dijo extrañado, con el ceño fruncido — ¿Es otra de tus bromas?


—Es un placer volver a verte —afirmé afable, con una sonrisa arrogante y la barbilla en alto —, debo confesar que te extrañé…Bueno, a todos. Oh, a la bestia no.


Permaneció en silencio, así que volví a hablar.


—Veo que han hecho un gran trabajo al reconstruir Nueva York, parece como si nunca hubiese sido atacada.


Y de pronto pareció que todo se acomodó en la mente de Steve. Una mueca de desesperación se posó en su rostro.


— ¿Loki?


—Vaya, brillante deducción soldado.


En un parpadeo, ya me encontraba a escasos centímetros del cuerpo de Steve. Con mi espada rozando su cuello, pero antes de que pudiera enterrarla me apartó con furia.


— ¡¿En dónde está Molly?! ¡¿Qué hiciste con ella?! —exclamó con la ira consumiéndolo…Definitivamente se ve mejor con su rostro ardiendo en cólera.


—Ella ya no existe —emití seguido de una tenue risa —En realidad, nunca existió —murmuré con diversión.


— ¿La asesinaste? —dijo en un susurro desesperanzado…Me pregunto a dónde se fue la ira que lo consumía hasta a penas un segundo.


—No, no realmente —proferí acercándome a él —, pero no querrás saberlo —finalicé mientras lo abrazaba.


Estiré el brazo en el que tenía mi espada y en un rápido movimiento la incrusté en su espalda, atravesándonos completamente.


Un hilo de sangre se escapó de entre mis labios, al igual que una sonrisa.


En un par de destellos esmeralda, desapareció la figura de Molly  y en su lugar mi armadura apareció…Mi cabello azabache, ojos esmeraldas, piel pálida.


Era nuevamente yo.


Una herida mortal desharía la ilusión.


De inmediato mis ojos se abrieron de sobremanera y el dolor en mi abdomen se hizo presente.


¿Qué he hecho?


No, no, no, no.


He destruido en cuestión de segundos todo lo que construimos por años.


Las lágrimas comenzaron a deslizarse con rapidez por mis mejillas y me aferré a Steve.


—Yo no quería esto —susurré con la voz hecha pedazos.


Maldición, maldición, maldición.


No dejaré que esto termine aquí.


Felicidades, has cumplido tu misión. Eres libre, el sello ha desaparecido.


Escuché retumbar dentro de mi mente.


Murmuré un hechizo, en un idioma extinto, con los ojos cerrados, ignorando la risa que se negaba a salir de mi cabeza. Coloqué mis manos en la herida de Steve, ejerciendo presión.


Retiré con suavidad la espada que nos cubría a ambos, luchando por mantenerme de pie. 


Unos destellos esmeraldas aparecieron y la herida en el abdomen de Rogers desapareció. Pero mi cuerpo estaba agotado por la repentina ruptura del sello y el dolor era palpable…En esta condición sólo podía curar a uno.


Un sonido sordo se escuchó en la habitación; mi cuerpo cayendo junto a la espada.


Y una ínfima sonrisa surcó mis labios.


Logré mantenerlo a salvo. 

Notas finales:

¡Gracias por leer!~


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