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Stay close to me* por NeyGP

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Notas del fanfic:

*Titulo temporal 

Serie de one-shots/ diferentes parejas/ algunos capitulos no tienen seguimiento. 

Notas del capitulo:

¡Hola! Soy nueva escribiendo en este fandom -aunque estoy desde el inicio, so- Seran algo cortos, creo que no mas de 2000 palabras sldkjfakl sin mas que decir, disfruten

En ese momento no importaba nada ni nadie más que ellos. Su calor, su olor, la manera en la que se miraban con tanto amor, solo eso importaba.

Habían tenido un día agotador, rodeados de cámaras y preguntas sobre su vida como entrenador/pupilo. Después de todas esas emociones fuertes por la final del Grand Prix, lo que más necesitaban era un momento de paz, un momento a solas para demostrarse lo importantes que eran el uno para el otro.

Era pasada la media noche, sumidos en un completo silencio mientras se daban calor mutuamente, en un abrazo bajo las mantas. Yuuri se encontraba recostado en el pecho de Víctor mientras este le acariciaba el cabello y le daba pequeñas caricias en el cuello con el pulgar. Momentos así eran los que deseaban que el tiempo se detuviese. 

Ambos tenían miedo de romper ese silencio con palabras innecesarias. Al levantar su rostro para ver el de su prometido, Yuuri se da cuenta de que Víctor lo observaba detenidamente, como si delineara cada una de las facciones de su rostro. Lo hacía sentir especial, como si fuera la única persona en todo el universo.

Sin pensárselo mucho, se acercó lentamente al rostro de su amado para depositar un casto beso en los labios ajenos. El peliplata al no estar satisfecho con solo ese leve contacto, tomó entre sus manos el delicado rostro del menor para besarlo con lentitud. Los segundos pasaban y el aire en sus pulmones se agotaba. Sin querer romper la cercanía del todo, se separaron lo necesario para respirar. Podían sentir el aliento del otro en sus labios.

–Vi…Víctor – Susurro Yuuri un poco nervioso por la mirada que recibía de su entrenador.

Víctor sin esperar un segundo más, volvió a besar los labios de su pareja. Eran besos cortos que bajaron de sus labios a su mandíbula, de su mandíbula a su cuello, para finalmente depositar un beso un poco más largo en su hombro, y posteriormente esconder su rostro en la curvatura de su cuello. Sin poder contenerse, Yuuri soltó una leve risa por las cosquillas que le producían la respiración del otro. Siempre había pensado que la actitud del mayor se asemejaba a la de un infante. Pero lejos de incomodarlo, le agradaba de sobre manera.

Ahora que se encontraba tan tranquilo, tenía oportunidad de pensar un poco sobre su relación. No hace mucho que habían cambiado de solo “Entrenador/pupilo” a “prometidos”, se había armado de valor para pedirle al mayor adecuadamente que estuviera con él por siempre, y aunque estuvo a punto de echarla a perder al querer terminar con todo un día antes de la final por pensar que su pareja sería feliz si regresaba a competir, en poco tiempo todo volvió a la normalidad.

Pero había algo que no lo dejaba estar tranquilo.

Víctor siempre era el que demostraba su afecto públicamente o en privado, ya sea con caricias o palabras dulces.

Y eso a Yuuri se le hacía tan injusto.

No estaba acostumbrado a demostrar o recibir afecto, por lo tanto, rara vez se lo demostraba al mayor, provocándole una sensación de malestar en la boca del estómago. Siempre se repite internamente que cambiará esa inseguridad y timidez para poder decirle a Víctor cuanto lo amaba. Pero justo en el momento en el que se arma de valor, al ver esos ojos azules observándolo fijamente con tanto amor, su nerviosismo volvía y provocaba que las palabras se atoraran en su garganta.

Era tan patético.

 Pero ahora que lo veía escondido en su cuello, tan tranquilo y feliz, no podía quedarse con los brazos cruzados y dejar que el haga todo el trabajo en la relación. Sin basilar ni un segundo más, tomo el rostro de su prometido y lo acerco al suyo para besarlo apasionadamente. Víctor sorprendido comenzó a corresponder el beso que su amado cerdito le estaba dando, lamiendo su labio inferior sin pudor alguno. Katsuki avergonzado separo sus labios para darle paso a la lengua del contrario, profundizando más el beso.

Pasaron unos minutos más enredando sus lenguas en un juego bastante erótico, hasta que el aire se les agoto y tuvieron que separarse, dejando un camino de salivo en medio de ambos, que se desvanecía poco a poco. Al apreciar el rostro sonrojado de su pareja, con esos ojos llorosos y los labios rojos e hinchados por el beso resiente, no pudo evitar sentirse el hombre más afortunado del planeta.

–Yuuri! ¡Mi lindo Yuuri! – Repetía mientras besaba sin parar el rostro de su aturdido novio, el cual se encontraba totalmente con la mente en blanco y de más avergonzado al darse cuenta de lo que había hecho.

Ya más tranquilo, comenzó a corresponder los rápidos y juguetones besos de su novio, haciendo que este se sintiera más feliz si era posible por el afecto que su cerdito le estaba demostrando. Él sabía que le era difícil demostrarlo por su inseguridad, por lo tanto, se esforzaba más día a día para hacerle sentir amado.

–Vi…Victor para– Decía el de lentes con dificultad por los constantes besos que este le daba por toda la piel de su cuello y hombros.

–No quiero. – Se quejó el mayor haciendo un puchero, el cual no pasó desapercibido por su pareja quien recordó en ese momento la comparación de la actitud del peliplata con la de un infante.

Así pasaron lo que restaba de noche, entre caricias, besos y palabras dulces. Eran tan diferentes y a la vez tan iguales que cualquiera diría que son la pareja perfecta. Pero nada era fácil como parecía, tenían discusiones y problemas como cualquier otra pareja normal, a veces no lograban entenderse entre sí logrando que ambos se sintieran sofocados. Eran incontables las veces que Yuuri hizo que Víctor durmiera fuera mientras makkachin lo remplazaba, que pareciera que nunca estaban en paz. Y así como había días grises, también estaban los días como esos, los cuales parecía que una nube de color rosa los rodeaba

Y sin importar las discusiones, seguían siendo felices juntos. Yuuri amaba todo de su pareja.

–Yuuri – susurro el ruso con voz ronca en el oído del pelinegro– ¿Qué te parece si hacemos bebes?

Bueno, casi todo. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado! -aunque no escriba muy bien sfhs- Gracias por leer, nos vemos en el siguiente -heart- 


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