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¡Happy Marriage! por HoneyLove

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Capítulo I: Una deuda y un matrimonio arreglado. 

 

 

 

Para la mala suerte de Haruka, sus padres murieron en accidente de auto cuando él era apenas un niño pequeño, debido a eso, tuvo que quedarse a vivir con su abuela. Desde que tuvo consciencia, se prometió a si mismo, ser independiente y no causarle problemas, ya que ella tenía una enfermedad que podría matarle tarde o temprano. En la escuela, hizo un intento por mantener sus notas altas para no preocuparla. En la casa, era él quien hacía la cena, el desayuno y las demás comidas, e incluso la limpieza. Con lo años había ganado experiencia. 

 

Sin embargo, lo que siempre fue un problema, eran los gastos de la casa. Como su abuela no podía trabajar, él era quien debía hacerse cargo de ellos, pero con su trabajo de medio tiempo, no era suficiente para pagar todo. Esa misma mañana del martes, se dirigió al centro y buscó algún trabajo que le diera buen dinero para poder cumplir con su compromiso. Para la fortuna de Haruka, luego de dos días, recibió una llamada de una famosa empresa. 

 

Trató de ponerse algo bastante formal, luego tendría tiempo de comprar un uniforme. A los pocos segundos de haber llegado a dicho lugar, un joven de cabellos naranjas, medios amarillos, y bastanye alegre y energético a su parecer, le recibió con una gran sonrisa. Le llevó a recorrer todo el edificio, pero en especial la oficina donde el azabache empezaría a trabajar. 

 

— ¿Haruka? Entonces será Haru-chan. Yo soy Nagisa, un gusto. —murmuró con una sonrisa nuevamente— Bueno Haru-chan, eso fue todo. Ahora déjame presentarte a los demás. —luego de decir aquello, Nagisa se acercó a dos jóvenes que se encontraban trabajando en sus computadoras.— Éste de aquí es Rei-chan. —luego de ser regañado por el reciente llamado chico de cabellos violetas, Haru estrechó su mano con él.— Y éste de aquí es Mako-chan. 

 

— Un gusto, Haru. —con una sonrisa bastante amigable, el joven de cabellos arenas, estrechó su mano con Haru también.— Si necesitas ayuda, puedes pedírmela cuando gustes. 

 

— Entonces, vamos a comer algo chicos, tengo hambre y es la hora del almuerzo. —habló quejumbroso el de cabellera anaranjada colgándose del brazo de Rei empezando a caminar. 

 

— Lamento si Nagisa es revoltoso, siempre es así pero también es muy agradable, se preocupa por todos aquí. En especial por Rei. —Makoto se acercó a Haru con una sonrisa a modo de disculpa y ambos siguieron al otro dúo.— Por cierto Haru, ¿como terminaste aceptando el trabajo? 

 

— Necesito el dinero para pagar las deudas de mi abuela. —respondió con tranquilidad agarrando el vaso de agua que le dio el de cabellos arenas.

 

— Ya veo. Yo entré aquí por mi padre, el trabajaba aquí, pero parece que no era lo suyo, así que me pidió que yo entrara, sería una gran ayuda para mi madre y él incluso. —hizo una pausa para dar un traho a su bebida, y continuó— En cambio, Nagisa lo hace para vivir solo, según lo que nos contó, no tiene una buena relación con su familia desde que se enteraron de que está en una relación con Rei. Así que, viven juntos. 

 

Para ser su primer día, no estuvo nada mal. De hecho, se sentía bastante cómodo, Makoto, Nagisa y Rei eran buenas personas, y podría confiar en ellos. Le ayudaron bastante los primeros días, era fácil pero también difícil, no le costó mucho en acostumbrarse. Por primera vez en la vida, se sentía feliz de tener amigos. Desde aquel incidente de sus cuando era pequeño, le costó bastante hacer amigos, debido a su personalidad. 

 

De todas formas, no debía pensar o alfligirse por el pasado, ya no influía en su vida actual. Su única preocupación era su abuela, cuidar de ella, y no hacerla preocupar por cosas pequeñas y sin importancia. Lo que más le molestaba era que la noche anterior había recibido una carta con aviso de desalojo, obviamente no se lo mostró, ni iba a mostrarle a su abuela sobre aquel aviso. Intentó llamar al remitente de aquella carta, pero le daba ocupado, y cuando por fin pudo hablar con él, solo fueron pocos segundos en donde no le dejó explicarle la situación. 

 

— ¿Haru? ¿Estás bien? 

 

Al oír la voz de Makoto, colgó el teléfono y lo guardó en su bolso nuevamente, volviendo al trabajo como si nada hubiese pasado. Asintió a la pregunta del otro, mientras que en su interior se guardaba lo preocupado y molesto que se encontraba luego de la llamada. 

 

— Bueno, la presidenta quiera hablar contigo. Parece que tiene un asunto que atender contigo pero no parece ser nada malo. 

 

El azabache levantó su vista al oír aquello, esperaba que fuera así, no quería ser despedido luego de dos semanas de tanto esfuerzo. Agradeció a su amigo, y se dirigió con tranquilidad, pero algo de nervios internamente, hacia la oficina de su jefa. Y tocó la puerta antes de entrar. 

 

— Ah, ¿tu eres Nanase Haruka-kun? 

 

La mujer se levantó de su asiento con una agradable sonrisa, nunca tuvo la oportunidad de conocera, a pesar se que se notaba que era mayor de edad, se veía joven. Con cabello rojizo, medio corto, largas pestañas, y ojos carmesí bastante llamativos, se podía decir que a simple vista, se veía como una presidenta. Luego de unos segundos de pensar en ello, Haruka respondió con un corto y suave si. 

 

— Un gusto en conocerte, yo soy muy buena amiga de tu abuela, Naoko-san. —no recordaba el haber conocido a esa señora, ya que su abuela no recibía visitas cuando él estaba en la casa, y nunca le había hablado de ella.— Estuve en casa de tu abuela el otro día, tu no estabas, y ella me contó sobre ti. Cuando supe que trabajas en ésta empresa, pensé que era el destino. 

 

— No recuerdo haberla conocido. 

 

— Oh, lo siento. Olvidé presentarme. Soy Kyou Matsuoka. —la mujer tomó asiento en los sofás que se encontraban allí, al lado de su escritorio y le dio el permiso al azabache también hacerlo.— Conocí a tu abuela cuando era más joven. Trabajé para ella cuando era joven, realmente me sentía cómoda con ella, me dio lo que nunca tuve; una familia acogedora. Tu no habías nacido, peo estabas en el vientre de tu madre. Cuando fui a visitar a tu abuela cuando escuché que se encontraba mal, hace unos días, me contó sobre tí. Tengo unas altas esperanzas en que puedas ayudarme. 

 

— ¿A que se refiere? —preguntó el azabache algo confundido por todo ello. 

 

— Pues, verás.. —antes de que la señora puediera terminar de hablar y explicar a que iba todo eso, la puerta fue abierta, por un chico joven, de cabellos y ojos rojizos, al igual que la señora frente a Haruka. Tenían bastante parecido se podría decir.— Ah, Rin. Que bien que hayas llegado a tiempo. Él es Haruka tu futuro esposo. 

 

Luego de haber cruzado miradas por unos segundos, ambos chicos dirigieron su mirada hacia la señora por lo dicho recientemente. El más sorprendido era Haruka, aún seguía sin entender la situación claramente, era algo muy repentino. Además, aún no entendía por qué estaba metido en aquel asunto. 

 

— Abuela, ya te dije que era algo muy repentino. Yo puedo hacerme cargo de la empresa solo. —el pelirrojo cortó el silencio y se dirigió al escritorio para apoyarse levemente sobre éste.

 

— Sé eso claramente, aún así me preocupo por ti, y sabes que no me quefa mucho tiempo de vida, quiero verte feliz. Además, creo que Haruka-kun es el indicado para estar a tu lado. Cuando lo conozcas más, te darás cuenta de que tengo razón. —Kyou sonrió humildemente al decir ésto.— ¿Recuerdas que te hablé de la Sra. Naoko el otro día? Ella es la abuela de Haruka, y me dio el permiso de unirlos en matrimonio, y está a favor de que Haruka-kun sea el indicado para ser tu esposo. 

 

Rin no tuvo más opción que suspirar al oír aquello, su abuela era demasiado sobreprotectora con él, no le molestaba pero tampoco quería que ella se esforzara demasiado, él era mayor de edad, ya podía hacer su vida tranquilamente y sin preocupaciones graves. Miró de reojo a Haruka, quien permanecía en silencio aún, notó que visiblemente el azabache estaba analizando todo aquello. 

 

— Entonces, ¿Haruka-kun, que dices? —la señora tomó las manos de Haru en un acto dulce y tierno, mirándole con una cariñosa sonrisa.— ¿Harías ésto por tu abuela y por mí? 

 

— Lo haré.. Pero, con una condición.  —Kyou asintió feliz y alegre de que el joven azabache haya aceptado la propuesta. Indudablemente, ella no se negó a ma condición que Haruka le había puesto, con gusto pagaría los tratamientos médicos de su abuela. 

 

— Entonces todo está decidido. Solo queda firmar los papeles. —dicho aquello, sacó los dichosos papeles para que ambos chicos firmaran, Rin se acercó y le entregó una lapicera a Haruka, quien no le dirigió la palabra en ningún momento, no por maldad, sino por el simple hecho de no saber que decir luego de todo eso.— Haruka-kun, ya puedes irte, cariño. Lamento causarte problemas. 

 

— No fue así, no es necesario que se agache. —murmuró por lo bajo recibiendo una sonrisa de la mujer, bueno, ahora su abuela política.— Con permiso. 

 

Haruka salió de la oficina, caminando de vuelta hacia su zona de trabajo, mientras pensaba una y otra vez lo que había pasado, aún no se lo creía del todo. Se dirigió al baño antes de llegar a su escritorio, necesitaba lavarse la cara. 

 

— Rin, cuida mucho a ese chico. En verdad, vale más de lo que piensas. —el recién nombrado correspondió al repentino abrazo de su abuela— Te aseguro que no te arrepentirás. 

 

— Haré éste esfuerzo por ti, abuela. —respondió con una leve sonrisa para que la otra se quedara tranquila, mientras que le acariciaba la espalda.— Confío en tus palabras. 

 

Luego de un rato, Kyou se fue de la oficina de Rin, y volvió a su casa. Pero sin antes dejarle en claro a su nieto que debía vivir con Haruka de ahora en más, en el mismo departamento. Al volver a casa, Haru notó que su abuela no estaba, ya sabía la razón de ello, y era que la habían llevado al hospital para darle un mejoe tratamiento como le habían prometido. Agradeció eso desde el fondo de su corazón. Sin embargo, lo que menos esperaba era el encontrarse a unas personas llevándose sus cosas en un camión, y recibiendo el papel de desalojo nuevamente. 

 

— Le intenté decir que aún no me pagaron el mes, tiene que esperar dos semanas más y le pagaré todo. —el azabache intentó detenerlos, pero le fue imposible ya que no le hacían caso. 

 

— ¿Cuánto piensas tardarte para armar unas simples valijas? —repentinamente, Rin apareció detrás de Haruka con las llaves del auto en su mano.— ¿Ah? ¿Qué está pasando? —preguntó mirando a los hombres que se llevaban las cosas del azabache.— ¿Te están desalojando? ¿En serio? 

 

— ... Ésto no te involucra así que no importa de todas formas. —aunque Haruka permanecía quieto y tranquilo, su voz daba a entender que en el fondo no er así. 

 

— ¿No me involucra? Claro que si lo hace. Eres mi esposo, y tendré que hacerme cargo de ésto. —aquellas palabras dejaron bastante atónito al azabache, como le dijo Rin, esperó en el auto mientras éste se encargaba de lo demás.

 

Mantuvo su cabeza cabizbaja todo el camino en el auto, un silencio intenso se encontraba entre ambos jóvenes. Odiaba admitirlo, pero de alguna manera, esas palabfas que el pelirrojo le habia dicho, le tomaron desprevenido. Suspiró y esperó que Rin abriera la puerta del departamento para seguirle, y mirar a su alrededor; todo estaba muy ordenado, y reluciente.

 

— Ésta es la habitación, deja tus cosas por ahí. —el pelirrojo se quitó el abrigo y lo colocó sobre  sillón de la habitación.— Puedes tomar un baño primero. Yo haré algo de comer —aún si estaban en el misml lugar, Rin podía sentir que la tensión entre ello no cesaba. 

 

— De acuerdo. —luego de estás secas y cortas palabras, el azabache se metió al baño con unas toallas en su mano. Preparó la bañera, y se metió dentro, dejando que el agua relajara sus músculos. Necesitaba sentie el agua, era lo único que le hacía relajarse y librarse de las preocupaciones. Suspiró y terminó de ducharse, y salió de la tina, enrollando la toalla en su cintura. Buscó por todos lados su ropa interior y su pijama, que constaba de una remera. Se metió a la cama y se cubrió con las frazadas para ya dormirse, pero escuchó la puerta abrirse, no le tomó importancia hasta que sintió el colchón hundirse por el peso del pelirrojo sobre la cama.

 

— La habitación de huéspedes es un desastre, mañana la ordenaré para ti. Por hoy, duerme aquí. No te preocupes, no haré nada. —Rin explicó acomodándose en la cama para dormir.— Buenas noches. —Ambos estaban dandose la espalda, lo que menos pudieron hacer esa noche es dormir tranquilamento, todo ésto era nuevo para ambos, y no sería fácil y rápido acostumbrarse.— 

 

— Buenas noches.. 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

¡Hola! Antes que nada, mucas gracias por leer, espero que les haya gustado. 

Mi apodo será HoneyLove, he tenido otras cuentas, sin embargo he perdido las contraseñas en algunas y en otras tuve varios problemas para entrar, por eso creé ésta.

Honestamente, me llevó como una semana y media tratando de hacer éste fic ya que la inspiración se iba y volvía cuando quería, pero aquí está. Si llega a tener éxito (espero que así sea ;-;) prometo que lo subiré a Wattpad. Lamento si hay alguna palabra mal escrita, el autocorrector me odia. 

Nuevamente, ¡muchas gracias por haber leído el primer capítulo, espero que sea de su agrado! Trataré de actualizar en 3 o 4 días, máximo una semana, no soy de atrasarme mucho ya que no me gusta hacer esperar y conozco el sentimiento de esperar hasta el próximo capítulo xD 

Nos vemos pronto<3


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