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Kit'Ten. por Rika-Chan

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Notas del fanfic:

Bueno esta historia surgió de la nada, y por lo que tengo en mente será laaarga, bueno no demsiado, unos 20 cap como máximo. (?) 

Espero la disfruten 

"¡Dios, Seo YoungHo. ¿Qué es tan importante para qué me llames a estas horas?, son las 4:30 de la madrugada!"  
 
"Tengo un gato." No se escuchaba nada de la otra linea. "Necesito tu ayuda." 
 
"Te voy a matar."
 
 
 
Efectivamente ahora tenía un gato descansando plácidamente en su cama, o bueno, parecía serlo por su cola y por sus orejas negras con un toque rosa en el interior, pero su cuerpo no representaba a dichoso felino, no. Era de un humano. ¿Cómo se había metido en eso? 
 
 
Iba caminando tranquilamente luego de su bochornoso trabajo en la oficina, otro día más donde tuvo que solucionar los problema que le daban los nuevos 'socios' de la empresa, pues era su trabajo ayudar a los recién ingresados a integrarse a la 'familia' darle su trabajo, su horario, su todo.  
 
Más de uno resultó ser un fracaso total, se preguntaba, ¿cómo podían dejar que alguien así estuviese por las calles?, pues una torpeza como aquella era para asesinarlo, mira quedar vuelta una taza de café sobre la computadora de la oficina, ¿y quien tenía que hacerse cargo? Por su puesto, John Seo. 
 
 
Agradecía que de esos 7 solo 3 fuesen escogidos como internos permanentes, porque si de él hubiese dependido, los había mandado a todos al diablo, sin embargo no dudaba que algunos si tenían talento para el compra-venta y eso no algo  que cualquiera posea, no, bien si, la gente común puede vender y comprar sin notar cambios en el producto o si el dinero asignado vale lo que este ofrece, ignorantemente lo dejan pasar.  
 
En cambio una persona con talento puede hacer negocios grandes por una mínima cantidad de dinero en juego, al menos se catalogaba a si mismo como tal, John Seo era el mejor, tenía talento, podría vender piedras en una gran suma sólo por saber usar correctamente su vocabulario. 
 
 
Hoy no tuvo intención de irse en taxi (y tal vez esa fue su perdición total) el clima acompañaba su desganado ser, parecía  que en cualquier momento iba a llover y quedaría empapado con su traje de oficina, pero que más daba, era viernes. Camino a altas horas de la noche por lo que se suponía era un callejón que le hacía llegar antes a casa, oscuro, húmedo y peligroso, pero nunca le pasó nada interesante por ahí, ni una pelea, nada. 
 
Su vida fuera del trabajo era simple. 
 
 
 
O eso creía hasta ahora, su atención fue captada cuando escuchó ladridos contantes de perros callejeros en la esquina más apartada del callejón, 'hasta los perros tienen más acción' pensó. Tal vez peleaban por un pedazo de pan duro o alguna perrita en celo, la idea le causó gracia, pero su expresión cambió cuando escucho un gemido de dolor. 
 
Un grito posteriormente y alguien llorando, presa del miedo y tal vez por mordidas que le daban, con complejos de super héroe, avanzó a la escena, no hizo demasiado para alejar a los rabiosos perros, como dicen, perro que ladra no muerde y fue suficiente con ver la impotente figura del alto y la piedra en sus manos para huir. 
 
 
"De pronto ya no envidio a los perros." Dijo para si mismo. 
 
 
Ahora su atención se centraba en la victima... Su portafolio resbaló de sus manos. 
 
 
¿Era humano o era animal?, había leído sobre criaturas así, efectivamente no era raro verlas, pero conocía su precio y lo que desempleaban, de hecho sabía que su mejor amigo HanSol tenía uno en su departamento, un japonés muy bonito con orejas castañas y cola esponjosa, era hermoso. 
 
 
Pero este lo era más, piel pálida, cuerpo delgado, pequeño, tenía unos rasgos hermosos, una nariz perfecta, pero... Estaba todo lastimado, pequeños rastros de sangre corrían por todo su cuerpo, su respiración era débil y parecía casi muerto, ¿qué debía hacer? definitivamente no era problema suyo. 
 
Planeaba dejarle ahí, solo, otro desafortunado lo encontraría y lo llevaría a casa, pero.. Maulló. Era como un pedido de ayuda, él pequeño mitad-gato sabía que moriría si le abandonaba y a John Seo se le encogió el corazón cuando lo vio un poco consciente y con sus ojos llorosos, esa expresión de suplica y de desesperación.
 
 
"Espero mi corazón se deje de mamonadas alguna vez, joder."
 
 
 
 
Unos minutos más tarde llegó HanSol,vivía en el piso de abajo así que no debía haberle costado demasiado, traía el cabello hecho un desastre y una expresión de "Te colgaré del pene", detrás de él venía su mascota, Yuta, el  pequeño gato parecia muy animado a pesar de haber sido despertado de su sueño. 
 
"Tengo un gato." Repitió  John Seo, HanSol levantó una ceja. 
 
"¿Y qué?, digo, es lógico que te sientas solo, pero los gatos no son tu estilo." Contestó el otro con burla. Iba a responder pero Yuta fue más perceptible al aroma y corrió a la habitación donde descansaba el otro gato. 
 
 
Hansol se miró con su amigo extrañado y fueron tras él, al ingresar, el rubio casi se desmaya, cuando dijo 'tengo un gato' creyó que era un verdadero gato, enano, que caminaba en cuatro patas. No un neko todo lastimado en su cama, Yuta parecía muy interesado en él, estaba tan curioso que se acercó y con su cola comenzó a acariciar su rostro. 
 
"No chiquito, deja que descanse." Le reprendió HanSol con voz suave, Yuta asintió sumisamente y se alejó, unos centímetros, seguía curioso. "Vamos Johnny, explícame que diablos, Yuta cuidará bien de él."
 
Efectivamente el pequeño neko japonés iba a ser buena niñera, HanSol confiaba en él y Johnny no tenía porque dudar de eso, cuando llegaron a las sala ambos se sentaron en el sofá y Johnny comenzó a relatar su encuentro, no era la típica historia de novela que se esperaba HanSol, pero tenía sentido. 
 
 
"Entiendo, pero es extraño." Respondía HanSol. Johnny sólo lo miraba. "Yo compré a Yuta, me costó mucho dinero, un par de estabas y un fraude." El receptor aguanto una carcajada."Quiero decir, son costosos, no es como si vieras a nekos caminando por las calles a cada momento, al menos no sin sus dueños."
 
"Lo sé." Era consciente de eso."Pero es como te digo, lo encontré herido, ¿qué clase de dueño podría tener para descuidarlo tanto?"
 
"No sé, al menos coincidimos en que tiene dueño. "El otro asintió. "Hay que dar con él y mínimo cobra recompensa"
 
"Oye, no lo ayudé por eso."
 
"Da igual, el dinero siempre ayuda."
 
 
No lo iba a negar, el dinero era sinónimo de felicidad para un ser solitario como John Seo, sin embargo lo que menos le importaba era eso ahora, sólo quería comprobar que el felino estuviese bien. HanSol le había dado información sobre los cuidados básicos de uno, había que ser delicado y en extremo cuidadoso. 
 
"Son buenos en el sexo." Dijo HanSol como dato extra, Johnny lo miró mal. "¡Vamos Yuta!"
 
 
Exclamó el rubio y pronto el pequeño gatito apareció corriendo por el pasillo, directo a los brazos de su dueño, se lanzó contra el envolviendo sus brazos por su cuello y sus piernas en su cadera, Johnny sintió escalofríos al ver esto.  HanSol miró por sobre el hombro de Yuta y exclamó. 
 
"Iré a descansar ahora, este pequeño tiene sueño." Johnny asintió. "Vendré mañana a echarle un vistazo a tu nueva mascota, buenas noches."
 
"De acuerdo, gracias y buenas noches."
 
 
La extraña parejita se retiró y Johnny cerró la puerta, caminó a pasos lentos a la habitación y vio al lindo gatito ahí descansando, con las curaciones que le dio parecía mejor de su salud, sin embargo al haberle cuidado notó que no todas esas heridas eran a causa de los perros, entonces. ¿Qué diablos había ocurrido? 
 
Tras haber tapado su cuerpo con una manta, se retiró , su cama estaba ocupada así que usaría el incomodo sofá por esta noche. 
 
 
 
A la mañana siguiente, como se esperaba, despertó con un dolor de espalda terrible y agregando un dolor de cabeza por la noche anterior haberse quedado buscando en su móvil información sobre los dichosos "nekos" creyó que algo podría ayudar con esa situación y efectivamente era así, pero sus dudas seguían sin solución. 
 
Su rutina de un sábado lleno de pereza de había ido al diablo, lo que necesitaba ahora era comprobar el estado del pequeño felino y así hizo, a pasos lentos caminó a la habitación, para su gran sorpresa, tras pasar por la puerta el pequeño minino estaba despierto. 
 
Sus miradas se encontraron, la del mayor con sorpresa y curiosidad, pero la del aparentemente menor con miedo e inseguridad, se había encogido entre las mantas, tapandose hasta la cabeza, Johnny sólo suspiro. 
 
"¿Puedes hablar verdad?" Era lógico, el gato de Yuta hablaba. "Podrías al menor decirme gracias, ayer salve tú vida." Ninguna respuesta, Johnny se fue acercando hasta sentarse al borde de la cama. "¿No piensas salir de ahí?" 
 
Sólo sintió un pequeño estremecimiento cuando puso su mano sobre su cabeza, decidió no seguir molestandolo, presentía que algo andaba mal con él y quería llamar a HanSol para preguntar, pero hacerlo sería un suicidio. Ya había despertado al mencionado de madrugada como para hacerle levantarse. 
 
"Te traeré comida." Y sólo con estas palabras se retiró de la habitación. 
 
 
En esos instantes se odiaba por tener una alacena tan vacía, ¿cuando había comprado tanta comida instantánea? Había leído que estas criaturas comían cualquier cosa, pero tenían especial gusto por la leche y los bocaditos de pescado, ah, tampoco tenía que darle comida muy caliente o dañaría su lengua.
 
"Joder, que dolor de cabeza" Se quejó  Johnny. 
 
 
Tuvo que darse el trabajo de ir a la tienda a comprar algo poco. La dichosa leche y sintió la extraña necesidad de comprar un plato extra, especial para el minino. Se tenía que apresurar, temía volver y que él no estuviese, sin embargo lo dudaba, en ese estado era absurdo. En el transcurso de sus pensamientos su móvil comenzó a sonar, era HanSol, así que atendió. 
 
 
"Hey boy." Saludó.
 
"¿Despertó?" Preguntó el otro sin siquiera contestar su saludo. "Yuta esta preocupado y curioso, quiere verlo."
 
"Pues estoy en la tienda y sí, despertó, espérame y subimos juntos."

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