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No Volveré a Irme por Lure89

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Notas del fanfic:

Todos los derechos a Marvel Comics por los personajes de Thor y Loki. El contenido de esta historia es solo de mi autoría.

Notas del capitulo:

Notas de la autora:

 

Hola a todos y todas!  Aquí les presento mi primer fanfic Thorki. Este One-shot fue escrito para una actividad en una página de fanfics. Al azar me tocó Thor x Loki y en verdad fue una suerte, porque desde que juego a un rol de mafia, he sido Loki y he tenido a un fogoso Thor que me ha llevado a inspirarme en esto. Así que la actividad vino de maravilla para  explayarme sobre los hermanitos. Espero que lo disfruten!!!

No volveré a irme.

 

Thor ya no recordaba cuantas veces había intentado comunicarse con su hermano en las últimas veinticuatro horas. Desde que Loki se había enterado por alguien más sobre el trágico asesinato de Frigga, la madre de ambos hermanos, este simplemente le envió un corto mensaje al mayor, diciéndole en un tinte sarcástico “Gracias por avisar”, para luego despacharle otro texto cargado con resentimiento: “Sé que ella solo ha sido mi madre adoptiva y que desde que estoy encerrado aquí, tú no quieres saber nada conmigo. Pero al menos, creo que merecía enterarme de tu propia boca”, y desde ahí, aunque Thor había querido disculparse y había ansiado contactarlo, le fue imposible. El oficial pasó horas con el celular en la oreja, marcando una y otra vez para saber cómo estaba su hermano, para intentar tener noticias de él, pero este no tenía intenciones de dar señales de vida. No conforme con esta resolución que había tomado el castaño de ignorarlo rotundamente, Thor dejó ver que, por sobre todo, podría llegar a ser una persona por demás insistente. Si deseaba algo, si realmente lo anhelaba, lo conseguiría a costa de cualquier cosa; y si eso implicaba llamar al celular de Loki miles de veces, durante todo el día, hasta dejar sin baterías su teléfono móvil, lo haría con tal de poder tener noticias de él. La culpa y el remordimiento por estar ausente los últimos meses le carcomía, y más en esos momentos, porque no había podido darle personalmente la noticia y acompañar al menor en el dolor.

El rubio conocía más que nadie la relación íntima que tenía Loki con su madre adoptiva. Para este último, ella era la única que lo comprendía, que entendía su dolor, y que lo había asistido en sus momentos más difíciles, cuando todo su operativo como embaucador falló. Aunque Thor también lo había apoyado desde su profesión como oficial en jefe, aún le parecía que no había hecho suficiente. Siempre sentía esa bronca hacia sí mismo por haberle fallado, por no haberse dado cuenta mucho antes que las acciones de su hermano eran un pedido desesperado por ayuda y que él debería haber estado ahí para socorrerlo, para ser ese sostén que tanto necesitaba. Los crímenes cometidos por su hermano menor, le trajeron una sentencia de varios años en prisión, la misma que se vio reducida al lograr convencerlo de hablar y delatar a los mafiosos para los que trabajaba. Pero solo fue gracias al alto rango que el rubio poseía en la policía, los sobornos, y grandes promesas, que logró conseguir que Loki obtuviera prisión domiciliaria en uno de los lujosos departamentos de la familia Odinson. El padre de ambos les había dejado una herencia por demás cuantiosa y una cadena de hoteles a su disposición que no dudaron en utilizar para resguardar al menor.

Si bien Loki estaba encerrado en un edificio sin posibilidades de asomar la nariz por la puerta, tenía un piso entero para él, con lujos más allá de lo que cualquiera pudiera imaginar. Dentro de todo por lo que había pasado, era una sentencia por demás suave en comparación a lo que sufriría realmente si iba a prisión; algo que Thor jamás permitiría, sabiendo cómo son tratados los criminales en esos lugares, que terminan golpeados, violados, y en el peor de los casos, hasta muertos. Frigga, que nunca había perdido las esperanzas de recuperar la bondad en su pequeño niño, anhelando que algún día pagara por sus crímenes y que siguiera el camino del bien, lo iba a visitar seguido a pesar que vivía en otra ciudad. Ella todas las semanas llegaba hasta el edificio con regalos para el menor, alimentos para llenar su heladera y cualquier cosa que este precisara para desenvolver su vida en cautiverio; detalles desde los más superfluos hasta algunos más específicos, como ser libros de diferentes autores; uno de los últimos pasatiempo más disfrutados por el castaño.

La muerte de Frigga fue inesperada para los dos hermanos, una pérdida terrible que les caló hondo en el alma, y que les causó mucho dolor, agravándose con el hecho de no poder dar con el asesino que se dio a la fuga. Un deceso por demás trágico, tonto y sin sentido, ocasionado por un ladrón de poca monta que solo quería robarle la cartera y que le disparó a quemarropa en cuanto ella intentó defenderse; acto notable de valentía y digno de la mujer fuerte que siempre había sido. Cuando todo eso sucedió, el primer impulso de Thor fue el querer contarle de este suceso a su querido hermano, de manera personal y de inmediato, pero ocupado en los trámites y papeleos del traslado del cuerpo hacia la ciudad, le fue imposible. Un poco había sido este el motivo, pero otro tanto, era por la vergüenza que sentía, el miedo de volver a enfrentar a los sentimientos que tenía por Loki y que tanto había intentado enterrar. Desafortunadamente, cuando al fin se decidió a llamarlo para darle la mala noticia, la misma le había llegado antes a Loki por la boca de un amigo cercano que le había llamado para darle el pésame.

Pero a pesar que el de ojos verdes no contestaba su teléfono, el mayor de los Odinson no se daba por vencido, continuó marcando el número de su hermano, de manera insistente y continúa mientras manejaba hasta su departamento. Si el otro no quería atenderlo, bien, lo iba a presionar para que se vieran las caras; de eso no podría escapar. Pero faltando poco para llegar, detuvo la marcha de su vehículo al ver como el menor, luego de más de día y medio, se dignaba a atenderle.

 

—¡Dios! ¡Loki! ¡Al fin contestas! Me tenías preocupado, hermano —exclamó emocionado, haciendo un suspiro largo, lleno de alegría porque el otro le respondía a su llamado. Relajándose un poco al poder dar con él, se reclinó en el asiento de su auto—. Llevo horas tratando de comunicarme contigo. Igual que ayer. Creí que nunca contestarías.

 

—En verdad tenía planeado dejar que sonara hasta que te hartaras. Pero ya me estaba molestando demasiado tu insistencia. Tienes suerte de que te haya atendido, Thor. ¿Qué rayos quieres? —preguntó con una voz ronca, producto de los gritos y gemidos vociferados la noche anterior que se había enterado de la muerte de su madre; algo que no pasó desapercibido para el rubio y que lo entristeció.

 

—Lamento… no haber sido yo el que llamó para darte la noticia. —Hizo una pausa de silencio y al ver que el otro no acotaba nada, continuó—: Sé que la pérdida es más difícil para ti, por lo cercanos que eran, por eso quise traer su cuerpo hasta aquí, para que pudieras despedirte de ella como corresponde. Madre está en la ciudad, en unas horas la enterraremos en el cementerio donde está nuestro padre también. —Se mordió los labios con nervio, deseando escuchar un poco más de la voz de su hermano, pero el otro seguía en silencio, sin ánimos de responder—. No te quedes callado, Loki, háblame. Quiero saber cómo estás —atinó a decir, esperando alguna reacción de su parte.

 

—¿Acaso quieres burlarte de mí? ¿Cómo quieres que esté? Si la única persona que me amó en el mundo, fue asesinada y ni siquiera mi hermano se dignó a llamarme para avisarme —respondió con bronca al fin, desquitando su enojo con el oficial. Le dolía mucho que su hermano en todo ese tiempo no se pusiera en contacto y más con lo sucedido con su madre—. ¡Ah! ¡Cierto! Es que no nos une la sangre, somos hermanos de palabra, nada más. Debe ser esa la razón por la que decidiste manejar la situación tu solo, ignorándome como lo viniste haciendo hasta ahora.

 

Aquellas duras palabras hirieron a Thor, y no podía refutarle nada, porque en parte tenía razón. Pero debía dejar en claro que lo que Loki creía que sentía por él, no era como se lo imaginaba, a pesar que sus acciones demostraban lo contrario, nunca lo había dejado de amar; pese a todo lo que había pasado entre ellos.

 

 —Sabes que eso no es cierto, Loki. Aunque no nos una la sangre, eres mi hermano. Eso no cambiará nunca. —Dejó que el silencio los envolviese y apretando el celular entre sus manos habló decidido—. Además… madre no era la única que te amaba, yo también lo hago.

 

—Pues déjame decirte que no se nota —respondió con un susurro, lleno de angustia, a la vez que se mordía los labios con fuerza, sintiendo como se comenzaba ahogar—. Dijiste que me amabas, mientras me hacías el amor, cuando me besabas. Pero luego te fuiste, desapareciste Thor, sin decir nada.

 

—Perdóname, yo…estaba confundido. Sé que últimamente no he estado muy presente, realmente deseaba pasar a visitarte, quería verte, pero…

 

—Pero no está bien visto que un jefe de policía visite a un embaucador, lo sé, me quedó claro en los meses de tu ausencia —interrumpió rápidamente para no dejar que el otro terminara su frase y le inventara algo a lo que él creía que sería una excusa patética. Luego se mordió los labios y continuó descargando su enojo—. Y ahora me dirás que no es tu culpa, que yo decidí el camino que elegí y que tú hiciste lo posible por apartarme. También lo sé, y es cierto, pero… —calló con la angustia sujetándole la garganta y simplemente desistió en decir lo que quería decir—. ¿Sabes qué, Thor? Mejor… solo olvídalo. No me interesa verte, no me interesa el velorio… ¡No me interesa nada! —gritó desenfadado y tiró un mueble que estaba a su lado haciendo un ruido estrepitoso.

 

—¿Loki? ¿Estás bien? —preguntó preocupado, sosteniendo con fuerza el volante, y cuando iba a volver a nombrarlo, el otro se le adelantó.

 

—Estoy bien, Thor —mintió descaradamente mientras se escuchaba como los hipidos se escapaban de su boca, las lágrimas no tardaron en volver a brotar—. No vuelvas a intentar comunicarte conmigo, porque no te atenderé. —Cortó la llamada y estrelló su celular contra una pared descargando toda su frustración.

 

—¡Loki, espera! ¡Loki! ¡Aaarrgghh! ¡Maldición! —Miró su celular enfadado y por poco también lo termina lanzando por la ventanilla del auto por la bronca, pero se contuvo con el cuerpo temblando y lo guardó en su jean.

 

En seguida, Thor dio un giro a la llave de su auto, y decidido, arrancó para ir directamente a la casa de su hermano sin más vueltas. No dejaría que estuviera nuevamente solo, cargando con la angustia de la pérdida. Era momento que lo enfrentara y lo viera cara a cara luego de que se separaran la última vez. Amaba a Loki, con toda su alma, ahora sabía que no podía seguir enterrando lo que sentía; lo único que deseaba hacer era estar con él y asegurar su bienestar. Era su familia, su único hermano, aunque este no fuera de sangre, el único familiar que le quedaba vivo. No permitiría que el otro cometiera una locura, porque no sería la primera vez que lo intentara. Ya no estaba más su madre para ser ese sostén que tanto necesitaba, ahora debía volverse él lo que siempre tuvo que haber sido, y dejar de lado todas sus inseguridades.

Afortunadamente no se demoró mucho en llegar al apartamento, ya había hecho un largo recorrido desde que había decidido hablar con él de cualquier modo. Así que en menos de una hora estacionó su auto cerca del edificio. Caminó con pasos ligeros hasta la entrada y subió por el ascensor, moviendo su pie derecho de manera nerviosa a la vez que se estrujaba todos los dedos de la mano. Una vez parado en la puerta de su hermano, tocó timbre reiteradas veces a la vez que golpeaba la madera con fuerza.

 

—¡Abre, Loki! ¡Sé que estás allí dentro! —Llamó en la entrada, sin vergüenza de estar gritando, a la vez que insistía con sus manos para obtener su atención—. ¡Necesitamos hablar!

 

—¡Vete! ¡No tienes nada que hacer aquí! —gritó encolerizado desde adentro y tomó un jarrón para arrojarlo contra la puerta, señal de que no deseaba que siguiera molestando—. ¡No quiero verte! ¡Déjame en paz! ¡Ya es tarde para que vengas a hablar! ¡Ahh! ¡Auch!—se escuchó un gemido de dolor y Thor pegó más su oreja a la puerta para intentar oír lo que sucedía adentro.

 

Una serie de ruidos, cosas rompiéndose y gemidos por parte del menor, se dejaron escuchar dentro de la habitación. Thor comenzó a desesperarse y forcejeó con la manija de la puerta mientras seguía golpeando con su mano en forma de puño. De un segundo a otro escuchó un fuerte golpe y luego puro silencio.

 

—¡¿Qué sucede?! ¡Loki! ¡Abre, por favor! —pidió con un timbre de voz desesperado y mordiendo sus labios, dio unos pasos hacia atrás con una idea fija en la cabeza—. ¡Tiraré la puerta si no me abres! —insistió nuevamente y al escuchar solo el silencio en respuesta, no dudó un segundo más, y levantando su pierna derecha, asestó una potente patada frontal que terminó por romper la puerta y abrirla.

 

Rápidamente, Thor ingresó a la casa y se llevó una mano a la boca al ver el desastre del lugar. Todas las cosas tiradas, muebles y distintos objetos rotos, un desorden generalizado como si allí hubiera ocurrido un terremoto. Claramente el desorden no era reciente, Loki se había pasado la noche descargando su furia con las cosas de la casa. Buscó con la mirada por todos lados a su hermano y vio a lo lejos un par de pies ensangrentados, tendidos en el suelo. Corrió rápidamente hasta el castaño y se echó en el suelo para tomarlo entre sus brazos. Pensó lo peor, que había llegado tarde y el otro se había lastimado a sí mismo. Pero percatándose de lo que había a su alrededor, notó como el piso estaba repleto de vidrios rotos. En seguida llegó a  la conclusión que de ahí venían los cortes en sus dedos y planta del pie. Thor sin perder más tiempo, le tomó el pulso mientras con los ojos y su mano libre trataba de ver si tenía alguna otra herida en el cuerpo. Afortunadamente, Loki parecía estar ileso, solo inconsciente probablemente por culpa del cansancio y el estrés. Tenía ojeras pronunciadas debajo de los ojos, los mismos se encontraban rojos e hinchados por tanto llorar, y una palidez terrible en su rostro; se notaba que lo que había sufrido era una descompensación por tantas emociones juntas.

Cuando pasó un minuto y el oficial pudo verificar que el menor se encontraba bien, lo tomó suavemente del rostro y fue llamándolo con dulzura mientras acariciaba tiernamente sus mejillas.

 

—Hey… Loki, vamos hermanito, despierta. —Continuó con sus tiernas caricias mientras un brillo de luz se fue formando en sus labios al ver al otro ir despertándose lentamente—. Eso es… con cuidado, vuelve a mí —susurró con afecto mientras de a poco lo incorporaba hasta sentarlo—. Hola, Loki. No sabes cuánto deseaba verte. No vuelvas a asustarme así.

 

—Thor… —lo llamó con languidez en cuanto regresó de la inconsciencia y alzó su mano para acariciar el rostro de su hermano. Al reconocer que en verdad el rubio estaba ahí, se abrazó con fuerza a su cuello, comenzando a llorar nuevamente desconsolado—. Thor… estás aquí, a pesar que te dije que no vinieras. —Apretó con más fuerza el agarre y enterró su rostro húmedo de lágrimas en el hueco del cuello y el hombro—. No te vayas. No vuelvas a dejarme —le pidió suavemente, sintiendo como se le desgarraba el alma en esa oración.

 

—Claro que estoy aquí y no pienso marcharme. Volví para quedarme. —Y en cuanto vio a su hermano apartando el rostro de su cuello, secó algunas lágrimas que aún descendían de sus ojos. Le sonrió con ternura y acarició los labios trémulos de quien lo miraba con desesperación.

 

—Después de todo lo que sucedió, por todo lo que te hice pasar. La traición. Aun así… ¿Me perdonas? —preguntó con cautela, cerrando por unos instantes sus ojos al sentir ese delicioso contacto sobre sus labios.

 

—Es mi culpa también, te empujé a que hicieras eso. Debí aceptar mis sentimientos hace tiempo, solo logré apartarte de mí lado y que terminaras buscando mi atención de aquella manera tonta. —Se acercó lentamente a sus labios sin desprender la mirada de quien tenía enfrente—. Claro que te perdono, Loki. Perdóname a mí negar lo que siento por ti durante tanto tiempo. —Y no hubo falta de decir más nada, porque selló los labios ajenos con los propios en un reclamante beso.

 

Los labios del rubio se pegaron a los de su hermano en una anhelada forma de volver a sentirlos suyos. Lo amaba tanto, lo deseaba tanto, que apenas si podía contener el fuego que llevaba adentro. Esperó pacientemente a que la tímida boca de su hermano, que aún dudaba de sus palabras, se abriera para ingresar su lengua en el lugar que solo creía que era suyo. Lamió, besó y mordió con énfasis cada reborde carnoso mientras sus manos lo tomaban en brazos sin dificultad para ponerse de pie. Loki era delgado, con un cuerpo hermoso y ligero, el mismo que había tomado cientos de veces y que ahora deseaba volver a tomar. Caminó sin esfuerzo hasta la habitación del menor y lo recostó con cuidado para luego colocarse a horcajadas sobre él.

 

—Anda, Thor, quítate la ropa, rápido —lo animó al separarse de los labios, a la vez que se erguía y se retiraba la remera por la cabeza. El deseo contenido en ambos era más que obvio, y en esos instantes solo querían saciar su instinto más básico y primitivo—. Ya deseaba tenerte nuevamente así.

 

—Igual yo —exhaló un suspiro ardiente para atacar su cuello entre besos y lamidas, dejando un recorrido de pequeñas mordidas y chupones.

 

Sin hacerse esperar, el mayor se retiró la camisa, arrancándola con sus manos y luego bajó las mismas hasta su cinturón para desabrochar la hebilla. En cuanto el cinto estuvo afuera, descendió su pantalón hasta las rodillas y sin perder más tiempo se lo quitó por completo hasta arrojarlo al suelo. Luego se inclinó sobre su pareja para tirar de la prenda que cubría sus piernas y en cuanto estuvo liberado de sus ropas, se abalanzó ardiente sobre su cuerpo. Mientras se propinaban violentos besos, se frotaban uno con el otro, ansiosos por dejar su aroma, con un deseo inconmensurable de sentir la piel y el calor ajeno. En cuestión de segundos el calor en el ambiente aumentó, llevándolos a sentirse sofocados e incapaces de besarse sin quitarse el aliento.

Thor al separarse de los labios ajenos, se dedicó a chupar y morder los pezones de su amante, mientras que su mano descendía en caricias hasta la entrepierna ajena hasta llegar a la zona de la pelvis. Rió suavemente con satisfacción al sentir sobre el bóxer el miembro de Loki, despertado y húmedo por la excitación. Acarició de arriba abajo el falo duro y continuó dando besos con sus labios, marcando el pecho y el abdomen en un claro descenso. Loki se removía acalorado, con jadeos sonoros, expresando lo que sentía en todo su cuerpo e inhaló una bocanada de aire con fuerza al percibir la lengua de su hermano, caliente y firme, lamiendo su tronco por encima de la prenda. Apoyó un poco sus codos para incorporarse, y con el torso elevado, miró como su amante descendía su ropa interior hasta dejar al descubierto su hombría. Llevó la cabeza hacia atrás en un alto gemido al sentir los labios húmedos de su hermano envolviendo y aprisionando con maestría su falo duro. Una seguidilla de movimientos con su boca y lengua, hicieron volver locos al de ojos verdes que se deshacía en gemidos y ahogos de tanto placer que sentía, hasta que de un momento a otro, apreció cerca el orgasmo.

 

—E...espera, Thor. No voy a resistir —dijo llevando una de sus manos a la frente del nombrado, para apartarlo en un acto desesperado para no acabar solo.

 

—Déjame complacerte, Loki —le dijo mirándolo con lujuria y sonrió al ver a su hermanito en ese estado de éxtasis, negándole con la cabeza porque no quería rendirse a sus atenciones—. Entonces te prepararé aquí abajo —acotó entusiasmado por dejar el área que iba a disfrutar lista para recibirlo como se debía.

 

—¡Ah! Tu… lengua —balbuceó desplomándose hacia atrás ocultando su sonrojo con una mano, y con dificultad, estiró su brazo hasta el buró de su izquierda—. ¡Ah! ¡Mgh! Tu lengua, no es necesaria. ¡Ufff! —Abrió el cajón de arriba y retiró el pequeño envase de lubricante que se encontraba adentro.

 

—Pero a mí me gusta así. —Metió su lengua más profundamente para seguir con sus húmedas y continuas estocadas, logrando que su hermano temblara de placer y dilatando de a poco la zona.

 

Loki chistó por ser contrariado y de igual manera extendió su brazo trémulo, tendiéndole el envase para insistir en que lo utilizara. Nuevamente Thor sonrió y agarró el objeto entrelazando sus dedos con los de su hermano para luego dejar la tarea un tanto disconforme. Decidió entonces complacer los deseos de Loki, que se lo notaba igual de ansioso que él para pasar al siguiente nivel; ya hacía varios meses que no intimaban por culpa de la distancia que habían mantenido. Los ojos acuosos de Loki, sus mejillas coloradas y su boca abierta, jadeante, fueron el detonante para que el mayor dejara de lado cualquier idea de juego previo y tomara cartas en el asunto. Descendió su propio bóxer, que para ese entonces ya se encontraba completamente húmedo por su líquido preseminal y embebió su miembro con una generosa cantidad del lubricante, distribuyéndolo con su propia mano de arriba abajo. Luego llenó sus dedos en abundancia y llevó los mismos hacia la entrada ajena para prepararla a consciencia. Se dedicó a dilatar con cautela, primero usando un solo dedo, ingresándolo con círculos para ir expandiendo la zona y luego cuando el cuerpo del menor se fue adaptando ingresó el segundo y hasta un tercer dedo. El cuerpo de Loki se retorcía y jadeaba incapaz de controlar lo que estaba sintiendo y cuando creyó que no podría tolerar más, al fin su hermano decidió dejar de tortúralo con sus dedos para empezar a complacerlo con lo que tanto había extrañado.

Al principio fue solo la punta la que ingresó, pero al sentir las paredes internas de su amado, Thor no pudo tolerar más y arremetió con fuerza hasta adentrarse por completo. Comenzó un suave vaivén intentando controlarse para no lastimar al otro, pero en vista que Loki movía su cadera intentando obtener una mayor fricción, comenzó a arremeter con fuerza para saciar el deseo de ambos. Buscó la boca húmeda del contrario y plantó nuevos besos desenfrenados mientras se movía ansioso en la entrada que lo aprisionaba con fuerza.

Durante largo tiempo, ambos amantes hicieron el amor, buscaron propinarse los más deliciosos orgasmos tantas veces como sus cuerpos se los pedía, jugando con diferentes posturas, dándose placer en cada rincón de piel, hasta que agotado los dos cayeron rendidos ante el sueño, con los sentimientos alborotados de saberse amados pero a la vez compartiendo el dolor de la pérdida. Lo único que importaba era que estaban juntos nuevamente y pese a la tragedia que los envolvía, de esa manera sabían podrían superar cualquier obstáculo que se les presentara.

Pero Morfeo era más cruel con Thor, quién debía pagar por haberse negado al amor durante tanto tiempo, que poco le permitió descansar en sus brazos, obligándolo a volver a la realidad. Sin poder conciliar el sueño nuevamente, y viendo como aún Loki tenía los pies lastimados, el mayor se levantó de la cama y regresó con un botiquín en mano. Tomando cuidadosamente el pie de quien yacía dormido, retiró algunos pequeños restos de vidrio que quedaban alojados en las heridas y limpio a consciencia para luego vendar ambos pies. Loki se removió incómodo, y sonrió al notar a su pareja cuidándolo y tratándolo con tanto cariño.

 

—No era necesario eso, podría haberlo hecho después —mencionó suavemente, tratando de aclararse la garganta. Aún le molestaba por culpa de tanto llanto, pero ahora más por haber gritado durante su carnal vínculo.

 

—Solo… quería cuidarte. Debí haber hecho esto antes de hacerte el amor —dijo levantando los hombros, como si fuera el niño pequeño de antaño que corría en cuanto veía lastimado a su hermano—. Cuando te encontré tendido en el suelo, por un instante sentí como la cordura se escapaba de mí, como mi alma se marchaba de mi cuerpo. Creí lo peor, Loki. —Lo miró con tristeza y acarició atentamente las piernas de su hermano que aun reposaban sobre sus muslos, prestando especial atención a la pulsera que llevaba en el tobillo, la misma que usaba la policía para vigilarlo que no se moviera de su casa—. No sé qué hubiera hecho si te perdía a ti también.

 

—Lo lamento, yo… estaba fuera de mí. Me sentía demasiado aturdido, enojado, irritado… y de un momento a otro me desplomé. No sé cómo pasó, pero en cuanto desperté, te vi sosteniéndome entre tus brazos. Pensé que era un sueño, pero no, era real, estabas aquí. —Sonrió con los pómulos colorados y al darse cuenta que le ardía el rostro, se llevó las manos hasta sus mejillas.

 

—Y no volveré a irme. —Le miró seriamente y luego alzó la vista al reloj de pared que estaba sobre la cabecera de la cama y que marcaba constantemente la hora en un ruido ensordecedor anunciando el poco tiempo que quedaba—. Es hora Loki… si quieres ver una última vez más a Frigga, es ahora o nunca. Pedí un permiso especial para que puedas salir, solo un par de horas y bajo mi vigilancia. —Miró con tristeza al otro y se acercó un poco más para tomar su mejilla—. Sé que será difícil, pero estaré a tu lado. Si no te despides… luego te arrepentirás —dijo con suavidad mientras deslizaba sus fuertes dedos sobre la pálida piel del otro. Asistiera o no al entierro Loki, después de todo lo que había sucedido, necesitaba estar acompañado y asistido.

 

—Está bien, Thor, iré. Necesito… necesito verla una vez más. —Se abalanzó hasta su cuello y lloró nuevamente. Thor le brindó el espacio que necesitaba y cargando con su propia angustia, lo acompañó en el llanto para desahogar su dolor.

 

_____________________

 

Los dos hermanos presenciaron la ceremonia en la iglesia. El sacerdote solo dijo unas breves palabras que emocionó a todos los presentes hasta las lágrimas sobre lo que significaba la vida, la muerte y el paso a la inmortalidad. Thor habló en nombre de la familia Odinson, diciendo lo importante que había sido Frigga para todos, las enseñanzas de amor que les había inculcado, y lo grandiosa mujer que había sido. Luego de aquello, la iglesia se despejó para dar unos últimos momentos a los hermanos de despedirse antes de cerrar el cajón para llevarlo al entierro. Loki aprovechó esos momentos a solas con su fallecida madre y le habló con todo el dolor en el alma.

 

—No tienes idea de cuánto te voy a extrañar, madre… Sé que me va hacer mucha falta tu presencia, pero… también sé que no me abandonarás, tu espíritu seguirá conmigo, acompañándome, y dándome el apoyo que siempre me has brindado. —Acarició con nostalgia su mano y apretó con fuerza su mandíbula, intentado no llorar más—. También… quiero darte las gracias por creer en mí, por pensar que tendría un futuro feliz esperándome. —Sonrió tontamente y miró al rubio que tenía a metros, que lo esperaba a que terminara de despedirse—. Tenías razón, él nunca dejó de amarme, y tal y como habías predicho, ha vuelto a mí, prometió no volver a irse. —Suspiró agotado y le dio una última caricia al rostro. Vela por nosotros madre, tu que estás en el más allá. —Alzó la vista a su hermano y sonrió al verlo encaminándose hacia él.

 

—Es hora, Loki. Debemos llevarla a enterrar. —Llevó su mano por la espalda de su amado y lo atrajo hacia sí en un dulce abrazo.

 

—Lo sé. Gracias por insistir en traerme. Realmente me hubiera arrepentido de no despedirme de ella. —Alzó sus suaves labios y besó los ajenos en un tierno gesto de agradecimiento—. Sabes… ella deseaba que volviéramos a estar juntos. Siempre me animaba diciéndome que ibas a volver.

 

Thor sonrió, y tomó su mano para guiarlo a fuera de la capilla, mientras otros hombres se encargaban del cajón—: Lo sé. Constantemente deseó nuestra felicidad y siempre me repetía que dejara de ser un idiota y que fuera por ti, que luego podría ser muy tarde y me arrepentiría. Y tenía razón, no me podía dar el lujo de seguir dudando. Ahora estoy seguro que estará contenta por los dos, porque sabe que al fin tomé el valor para volver a tu lado.

Notas finales:

Notas finales:

 

Bueno, eso es todo, deseo que lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo. Les agradezco a todos sus lecturas y espero algún día tener otra oportunidad de escribir de ellos, porque me ha gustado mucho.

Para los y las que siguen mis otras historias, tranquilos/as, no he dejado de escribir, solo me está costando horrores, porque me he vuelto muy meticulosa. Prometo volver pronto con los Superbat que tengo pendientes. Gracias por su paciencia. Saludos.


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