Era su primer día de clases, estaba sumamente nervioso, sus manos sudaron cuando el director le extendió su horario y su lista de materias, la tomo tembloroso y leyó de estas con torpeza, ahora mismo los chicos de su aula estaban en educación física, que gran manera de iniciar.
"Si tienes algún problema, no dudes en venir a mi o consultar con tu profesora de salón, Sicheng."
Y con una corta despedida el chico salió de la oficina, él era Dong Sicheng, trasladado desde china para estudiar en corea, un chico lindo, pero muy tímido y con dificultades para hacer amigos o desemplear cualquier actividad en grupo, su coreano iba mejorando poco a poco y esto mismo le ponía nervioso al hablar.
Ahora debía ir al gimnasio, pero ¡¿Donde estaba?!, al menos ya había salido al patio, era un avance. Dos chicas se habían cruzado en su camino y quiso preguntar, pero se sentía tan apenado de no poder pronunciar la palabra "gimnasio" bien que desistió de la idea y avanzó con su cabeza agachada.
Estuvo vagando como 30 minutos por el campus con todo ese frío invernal, incluso llegó a la parte trasera del establecimiento donde había mucho material en mal estado, mesas, sillas y cosas que usaban para la clase donde debería estar ahora, Sicheng era todo un caso.
Planeaba volver por donde vino, pero escuchó ruidos...
Ruidos muy fuertes.
Ruidos duros...
Ruidos peligrosos.
Su instinto le decía que huyera, pero su curiosidad era más fuerte, se acercó lentamente escondido tras los materiales y vio como un grupo de chicos golpeaban a otro sin descanso, este se defendía muy bien pero no podía hacer nada cuando eran 5 contra uno, Sicheng estaba aterrado, ¿qué debía hacer? ¿Llamar a alguien?
Para su suerte, estos se cansaron de pegarle y lo dejaron tumbado contra la pared, se marchaban entre risas y aplausos, y escucho como uno le gritó 'Me la debías, Yuta' antes de desaparecer por el largo callejón del lugar.
Sicheng esperó a que no hubiera rastro de humanos cerca y corrió a ayudarle, se espantó al verle en ese estado, todo demacrado y herido, su labio sangraba y su ropa estaba manchada con su propia sangre, tenía sus ojos cerrados, Sicheng pensó que tal vez estaba inconsciente así que se agacho y acercó su mano lentamente a su rostro.
Pero escasos centímetros antes de tocarlo, este abrió sus ojos y agarró su muñeca con fuerza desmedida, Sicheng pegó un saltó por el susto y chilló de dolor.
"¿Quién eres, qué quieres?" Cuestionó el otro con una dura mirada, sin soltarlo y apretando más fuerte, Sicheng jadeo.
"Yo.. Soy Sicheng, soy nuevo, vi que estabas siendo golpeado y vine..Eso es todo.." Hablaba a duras penas mientras intentaba soltarle, el mencionado como Yuta pareció comprender y le soltó, pero el orgullo no le hizo mostrar arrepentimiento.
"Este lugar es peligroso para ti, deberías irte." Escupió al piso. Sentía el sabor de la sangre dentro de su boca.
"Para ti también." El terco Sicheng comenzó a rebuscar en su mochila, Yuta no comprendía que estaba haciendo. "Si vuelves sería terrible."
"Que estás..." De dentro de su mochila, el mencionado Sicheng había sacado un pequeño botiquín de primeros auxilios, Yuta estaba sorprendido.
"Soy muy torpe, siempre me lastimo, entonces andar con uno de estos sirve mucho." Le comentó en un pequeño susurro, a Yuta le parecía divertida su manera de expresarse,
"¿No eres nativo de corea cierto?"
"¿Cómo lo supiste?" Preguntó Sicheng sorprendido, humedeciendo un algodón con suero para limpiar sus heridas,comenzó con la del labio, suave y delicado, Yuta no sé quejo.
"Tú acento te delata." Contestó. "Yo soy de japón, Nakamoto Yuta, es un gusto."
"Dong Sicheng, soy de china, el gusto es mío." Su sonrisa era maravillosa.
Yuta creyó ver un ángel en esos momentos, era el primer gesto de consideración que recibía a lo largo de su vida como matón en el instituto y pandillero en las calles,
Después de curar todas sus heridas, Sicheng les puso pomada y vendas, en otras curitas, Yuta se veía mucho mejor y ahora una sonrisa adornaba su rostro, iba a darle las gracias pero este se levantó abruptamente, recordando que no había llegado a su primera clase.
"¡Disculpa!, ¿donde está el gimnasio?"
"Dando la vuelta por aquí..." Indicó Yuta algo ido de la situación.
"¡Con permiso!,debo irme, ¡Espero verte pronto!"
Y se marchó corriendo por entre el callejón, lo vio caerse metros más allá, pero se levantó inmediatamente, al parecer estaba bien. Yuta se sentía dichoso ese día, al parecer ser apaleado de vez en cuando no iba a ser tan malo, no con ángeles como ese cerca.
Rato más tarde se puso de pie, le dolía un poco el cuerpo, pero tenía suficiente energía para la venganza de esta tarde apenas saliera del instituto, ahora comenzaba a caminar donde sus amigos le esperarían y comentaría todo para ir directo a la matanza.
Sicheng llegó a su clase y se presentó frente a sus compañeros aún con su timidez característica, estos parecían ser muy amables y lo recibieron de buena manera, al igual que la profeso a cargo en ese instante, una chica se acercó a él y se presentó como "Momo" dijo que le ayudaría a integrarse como delegada de clase y así hizo.
Cuando el receso llegó, la mencionada Momo le enseñó las instalaciones, él estaba encantado, el lugar era precioso.
"Bueno ya conociste el gimnasio, esta es la cafetería." Le indicó ella, la cafetería también era linda, pintada de blanco.
"Es lin- " Y sus palabras se quedaron atoradas en su garganta cuando se escuchó el fuerte sonido de una bandeja cayendo al piso y también el cuerpo de un chico algo gordito y nerd.
"¡Fijate por donde vas!, gordo inútil." Escuchó decir a un chico alto, el que al parecer le había puesto el pie para que se cayera.
"Piensa que perderás un par de kilos sin esa comida." Exclamó otro, uno rubio casi de la misma altura. Y finalmente una voz conocida para Sicheng.
"Sal de mi vista antes que te parta el trasero a patadas, gordo idiota." Yuta..
Sicheng estaba en un trance, la mirada que tenía ahora Yuta era diferente de la que vio cuando le conoció horas atrás, se veía malo, duro, cruel y eso le decepcionó un poco, pero bueno, eso pasaba cuando no se conoce bien a una persona antes de juzgar, se sentía mal por el niño gordito, nadie le ayudaba.
"Esa es la pandilla de Yuta, te recomiendo que no te metas con ellos o...¡Sicheng!." Momo ya lo había perdido de su lado.
Sicheng avanzó hasta la escena a pasos lentos y algo asustado, pero eso que hacían era un abuso y se sentía horrible ser presa del bullying, el bien lo sabía, no pasa nada si alguien te tiende una mano. Al llegar al frente, tocó el hombro del chico gordito y le dedicó una sonrisa antes de extender su mano, este la agarró.
Yuta lo observaba asombrado y algo pálido, era su ángel.
"¿Estás bien?" Le preguntó al chico y este asintió antes de ponerse de pie. Todos miraban la escena. Momo estaba muriendo a lo lejos.
"Y este que se cree..." Comenzó el alto amigo de Yuta, con ganas de partirle la cara, SiCheng se encogió en su lugar, el gordito tras de él.
"Espera Johnny." Yuta se puso en medio, Johnny estaba impresionado. "No le hagas daño."
"Pero Yuta..."
"No lo toques, no estoy jugando."
Su seriedad era demasiado grotesca, Johnny sintió escalofríos y simplemente se volvió a su lugar, todos estaban asombrados, ¿acaso había quedado expuesta la única debilidad de Nakamoto Yuta? Los cuchicheos se hicieron presentes y Yuta se los pasó por el arco del triunfo, se giró para encarar a Sicheng y este parecía aún algo asustado.
"Sicheng..."
"Con permiso." Dijo el chino y agarrando los hombros del gordito se lo llevó de ahí, Yuta se sintió por primera vez una verdadera mierda, ¿qué fue esa decepción en sus ojos?.
Sicheng avanzó un tanto asustado hacia Momo, quien ya veía le daría el sermón de su vida. Genial,su primer día y ya estaba llamando la atención.
"¿Qué fue eso Yuta?" Preguntó TaeYong cuando este se acercó, el otro simplemente bufó.
"Nada."
"¿Nada? ¿Y por eso me detuviste de partirle la cara al niño bonito?" Se quejó Johnny.
"Pues aclarando, nadie toca a Sicheng." Se ganó la sorpresa de sus compañeros. "¿Está claro? Es mío." Los demás asintieron, seguían con esa extrañeza, Yuta había expresado abiertamente sus gustos homosexuales.
"¿De donde lo sacaste?"
"Larga historia."
Sicheng caminaba con Momo y el chico desconocido para ayudarle a limpiar sus ropas, como esperaba esta le estaba regañando bien feo y el chico gordito seguía con la mirada baja, apenado.
"¿Cómo te llamas?" Le preguntó Sicheng con suavidad, parecía ser menor que él, este levantó la cabeza lentamente.
"Donghyuck..." Sicheng asintió.
"Un gusto Donghyuck..Soy Sicheng." Y otra vez, una persona más había visto un ángel a lo largo de su día, DongHyuck estaba feliz, tenía un amigo, un amigo nuevo y muy agradable.
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