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Autumn (Vkook) por RunFree

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Notas del fanfic:

despues de ver  a Taehyung vistiendo un hanbok en Hwarang, se me ocurrió esta día.

en este fic, Jungkook será un par de años mayor que Tae, sinceramente siento que kookie es más maduro que Tae y por eso quise hacerlo de esta manera.

puede que sea mpreg, pero un no me decido.

Notas del capitulo:

hola! yo de nuevo, solo pasaba a saludar y a dejar esto, mientras me voy lentamente.

 

¡ENJOY! :D

Un enorme caballo negro como la noche galopaba velozmente por el bosque, sus aletas nasales estaban expandidas y su hocico levemente abierto por la necesidad de llevar aire a sus pulmones. Sus ojos, al igual que los de su jinete, iban puestos hacia al frente evadiendo los enormes árboles que se alzaban a su paso.


Las manos del jinete estaban aferradas con fuerza a las bridas del caballo a tal punto de que sus nudillos se pusieran blancos, y un sudor frio resbalaba por su frente. Su corazón no paraba de martillarle con fuerza desde que salió del campamento. Sus músculos se contraían cada vez que su caballo saltaba troncos y ramas tirados en medio del camino. Ya faltaba poco, y por amor a dios esperaba que él estuviera bien. De repente escuchó el sonido de caballos pisándole los talones, gruñó.


Pensó que los había perdido en las faldas de la montaña, se equivocó. Picándole los costados al caballo, le sugirió ir más a prisa, miró sobre su hombro y pudo ver al menos a seis jinetes que corrían tan veloces como él, tenía que perderlos ya. Antes de que pudiera dirigir al caballo por otro sendero, el sonido de algo cortando el aire le sorprendió, cuando una flecha se impactó sobre su brazo, jadeo cuando el dolor se expandía desde su hombro hasta la mitad de la espalda y la sangre caliente comenzaba a escurrir hasta su mano manchando la manga de su uniforme. Cerró sus ojos cuando abandonó las bridas para sacarse la flecha, arronjándola con furia al suelo.


En un movimiento precipitado, halo las bridas hacia sí, haciendo que el caballo relinchara parándose sobre sus cuartos traseros, entonces se giró para encararlos colocando su espada en alto.


-un paso más y sus vidas podrían perder – dijo, apuntándoles a cada uno.


-¿es una amenaza, general? – hablo uno de aquellos hombres mientras se abría paso hacia el frente, en su hombro colgaba un carcaj y en su mano llevaba un arco, él le había disparado.


-No. Solo es una advertencia con sincera preocupación – le dijo con sarcasmo, los miro con un semblante serio – Retírense, ahora y los dejare vivir.


-no podemos hacer eso, general Jeon. Usted está acusado de traición y tenemos órdenes directas de matarlo a usted y a esa…cosa – dijo, haciendo una mueca al referirse a tan bella criatura con ese calificativo tan desagradable y el hecho de siquiera le nombrara, le hacía enojar -  pero creo que usted ya sabe eso.


Claro que lo sabía, lo supo desde que lo vio por primera vez aquella mañana del otro lado del río, justo cuando paseaba con su caballo y ahí estaba él, con su cabello achocolatado adornado por una guirnalda de flores silvestres, mientras se rociaba agua en sus hombros y el cuello, tenía los ojos cerrados y tarareaba una canción que no reconocía. Taehyung, ese era su nombre. Era un elfo, muy bello. Su pelo largo hasta la mitad de la espalda que se mecía con el viento y enmarcaba su cara, unos ojos expresivos de color chocolate y una fina boca de dulces labios, lo cautivaron.


Él, siendo un general de la primera división imperial, tenía ordenado acabar con cualquier ser mágico que se cruzase en su camino, ya que según su rey, causaban pánico entre los habitantes del pueblo, eran los causantes de desatar los bajos instintos de los hombres y mujeres por su gran belleza, traían enfermedades al pueblo y así como la desaparición de los niños. Jeon, siempre creyó que era una estupidez pero ¿Qué más podía hacer? Solo obedecer.


Acercándose a paso lento con su espada en la mano decidido a darle muerte, entonces el pequeño elfo lo miró y le sonrió tan dulcemente que no pudo hacer nada, más que admirar esa hermosa sonrisa. Sintió un calorcito que extendía por su pecho, que subía hasta su cara y hacia que le ardieran las mejillas y eso era raro ¡él nunca se ruborizaba! Desde ese día iba a verlo sin falta todos los días, las primeras veces desde cierta distancia, luego comenzó a acercarse cada vez más, hasta que hablo por primera vez con él. No importaba si llovía, nevaba o hiciera un calor de mil demonios, él iba  verlo, según le había dicho Taehyung, el enorme árbol que estaba cerca de la orilla del río era su hogar. Por eso siempre lo veía ahí, charlaban de cualquier cosa, desde los pensamientos más profundos hasta las ideas más banas que hubiera escuchado en su vida, comían juntos, se bañaban juntos. Supo entonces que se había enamorado y no lo podía cambiar, tampoco se arrepentía, supo también que protegerlo sería un gran reto que le costaría la vida y lo haría gustoso. Nadie lastimaría a su más grande tesoro.


Con ese pensamiento en mente tenía que perder a los que lo seguían o al menos sacarlos del camino, no tenía suficiente tiempo, las que alguna vez fueron sus tropas estaban a los alrededores del pueblo y no tardarían en encontrarlo. Debía llegar a donde estaba Taehyung y sacarlo de ahí cuanto antes. Alguien de sus subordinados al parecer lo había seguido y notificado al rey sobre su romance con la mágica criatura, entonces el soberano había ordenado matarlos a ambos, a uno por traición e incumplimiento a su cargo y al otro, bueno, después de que el soberano se diera cuenta de que unos de sus hombres cortejaba a un elfo, se puso furioso pero entonces cuando le dijeron que era hermoso, más que cualquier doncella del reino, se en maravilló y quiso conocerlo, al hacerlo se obsesionó tanto con él que le había dicho al mismo general que lo capturara y lo llevara ante él pese a lo que había dicho de las criaturas mágicas anteriormente, solo lo quería a él, pero Jeon se negó dejando claro que él lo amaba y estaba seguro que el elfo lo amaba a él. El rey lo vio como un acto de desobediencia y lo condenó a la pena de muerte a él y al ser mágico.


Sonrió de lado mientras guardaba su espada en su funda.


-¿quieren mi cabeza? Entonces vengan por mí – y en un rápido movimiento ya se encontraba corriendo hacia la espesura del bosque donde, estaba seguro, los perdería.


-¡esperen! ¡Alto! ¡Es una trampa, el ser mágico esta río abajo! – dijo un sujeto montado en un caballo que corría junto a la corriente, seguido de los demás. Su corazón dejo de latir un segundo. No, no podía ser cierto. Tomo otro sendero y comenzó la carrera por quien llegaría primero, sentía que su ropa se desintegraba de tan rápido que corría su caballo, las gotas de sudor perlaban su frente y su boca se había secado. Sus manos temblaban y poco podía razonar, era una presa del pánico.


Y entonces lo encontró, se escuchaban voces altas de varios hombres y una voz suplicante pero a la vez molesta. Hizo saltar a su caballo desde un montón de arbustos, bajándose de un salto, se acercó corriendo a un hombre que tocaba con su sucia mano el hombro de Taehyung y le propinó un puñetazo en la mandíbula, lo suficientemente fuerte para mandarlo hacia atrás y romperle la boca.


-¿estás bien Taehyung? –  Jeon le aparto el fleco de la cara y le beso la frente, este solo asintió lento.


Se colocó entre su cuerpo y el de sus agresores, la furia se apoderó de él cuando pudo ver que el ropaje blanco y ligero que siempre llevaba puesto, estaba desgarrado, dejando al descubierto parte de su pecho y hombros, sus ojos estaban rojos y soltaban lágrimas. También tenía un corte en su labio y su pelo estaba desordenado, se aferraba con desespero su camisa frente a su pecho. Jeon rechinó los dientes, mirando a cada uno de ellos con tanta furia que podría desmembrarlos en cuestión de segundos.


-¡vaya! Ahora entiendo por qué nuestro general siente tanta fascinación por este ser – dijo uno de los hombres que estaban bajo su mando y que pensaba eran leales y honrados– es más bello que cualquier mujer y tiene una piel exquisita al tacto. Una delicia – se pasó la lengua por sus labios, hizo ademan de acercarse pero Jeon lo apuntó con la espada y seguía cada uno de sus movimientos.


-acércate y te arrancare la cabeza con mis dientes.


-tranquilo, general, ¡Oh, cierto! Usted ya no es general, dejo de serlo cuando prefirió a esa cosa. Tenemos órdenes de matarlo y cuando lo hagamos disfrutaremos de cada deliciosa parte del cuerpo de su querido elfo – Jeon se rio bajito pero era una risa carente de humor.


-si estas decidido a ser tú quien acabe conmigo, bien, entonces hazlo. Acércate, te reto a que lo hagas – Taehyung se aferró a él en un abrazo desesperado desde su espalda, negando contra esta y un “no lo hagas” salía de su boca.


-¡no lo hagas Taeyang! – Gritaron unos pocos guardias a sus espaldas - ¡es una locura enfrentarse al general!


-¿y crees que le  tengo miedo? – le apuntó con sorna.


-deberías – dijo Jeon  con un semblante frio y una mirada retadora.


Taeyang se rio.


- no puedes matarme con esa tonta espada, mis habilidades en el combate son superiores a las tuyas, y además conozco tus movimientos a la hora de pelear – miró a la cabeza de Taehyung que sobresalía por su hombro – ese elfo tiene una belleza sublime, y un fantástico olor. Será mío.


-no creo que un montón basura como tú, pueda llegar a entender la belleza que el irradia. – Le miró con una mirada tan letal que los demás hombres se alejaron un paso - Ven, jugare contigo – con su palma hacia arriba le incitó a que se acercara.


-te voy a destrozar ese lindo rostro del que tanto hablan. Disfrutare matándote.


Y en un segundo siguiente, el compate comenzó. El sonido del metal contra el metal inundaba el aire, un segundo soldado se metió a la pelea tratando de herir a Jeon, pero este fue más rápido y de un giro le cortó el abdomen, Taeyang se apresuró hacia donde estaba soltándole una patada, haciéndolo trastrabillar, cuando estaba seguro que había pedido el equilibrio dirigió la espada hacia el corazón de Jeon, pero este se compuso muy rápido y de un movimiento desvió el ataque hacia su costado, cortándole un poco, se giró y uno de sus puños se impactó en la cara de su contrincante, este un poco aturdido comenzó a tropezar con sus pies. Jeon se acercó veloz y con su hombro lo arrempujo hacia atrás, blandiendo su espada, antes de que siquiera pudiera tocarlo, la espada de Taeyang repelió el ataque lanzándolo hacia atrás sonriéndole con sorna.


-¡es ahora! ¡Vamos! – grito uno  de los hombres que estaba entre la multitud, en sus manos tenían dagas, espadas, cadenas y se dirigían hacia Taehyung.


Con el corazón en la mano, Jeon pateo fuertemente a Taeyang apartándolo de su camino, estaba por llegar hasta donde estaba su bello elfo, con su espada en la mano dispuesto a destrozar a cualquiera que pusiera sus manos en él, cuando un extremo de la cadena que portaban estaba enrollada en su muñeca y seguido de otra que se envolvía  su cintura, entonces tarde se dio cuenta que esas cadenas no eran para su Taehyung, sino para él, para contenerlo antes de que iniciara una carnicería solo por defender aquello que amaba y que ninguno de los presentes entendía. Si un general pensando con frio raciocinio  de por si era letal, uno enfurecido era devastador.


Uno de aquellos hombres de acerco a él y con una pesada rama le pegó en su brazo, haciendo que este soltara la espada, apretó los dientes por el dolor. En pocos minutos se encontraba encadenado de rodillas sobre el suelo con tres filosas espadas amenazando su cuello. Taeyang se acercó a él con una sonrisa burlona y después una patada a su cara lo mandó al suelo, los hombres lo colocaron en la posición inicial y Jeon como una muestra de desafío, le aventó un escupitajo de saliva y sangre al pie de su adversario. Con la punta de su espada, Taeyang le levanto el rostro, y sonrió.


-esto no debió haber acabado de esta manera, si solo te hubieras limitado a seguir órdenes y cumplir tu trabajo, no estarías pasando por esto – apuntó a Taehyung que hacia intento de moverse de lugar para llegar a donde estaba él  - por él.


-¡alto! – Grito, cuando vio que unos hombres se acercaban a Taehyung, trato de soltarse pero era imposible – ¡no te atrevas a tocarlo! ¿Quieres mi cabeza, no? Bien, tómala, pero deja que él se vaya.


-¡General Jeon! – Taehyung se colocó a su lado, arrodillándose para capturar su cara entre sus manos, en su carita había lágrimas.


-vamos Taehyung, huye. Yo los distraeré – este negó vehementemente – te mataran si te quedas.


-me mataran de igual forma si me voy – pegó su frente con la suya – no voy a dejarlo.


-yo no podré protegerte, no así – hablo con los dientes apretados por la rabia y frustración.


-no me importa, si he de morir, que al menos sea a su lado.


-que conmovedora historia ¿no lo creen, muchachos? – Dijo aplaudiendo seguido de las burlas de aquellos hombres - ¿deberíamos ser benevolentes y cortarle la cabeza a nuestro ex general? O podemos divertirnos con su adorado elfo frente a él mientras yace tirado en el suelo, sangrando y agonizante incapaz de hacer algo para defenderle ¿Qué piensan ustedes? Pero decidan rápido porque yo me muero de ganas por probar esa blanca y exquisita piel – se oyeron los silbidos obscenos de algunos hombres.


Como una bestia atrapada en una trampa, Jeon se movía furiosamente tratando de zafarse o al menos de liberar una de sus manos para poder así tomar la espada, la herida le dolía al igual que su brazo que estaba doblado en una manera extraña. Gritaba insultos a Taeyang, miraba a todos y cada uno de los hombres de ahí como guardando sus rostros en su memoria para aniquilarlos cuando quedara libre de esas cadenas. Taeyang comenzó a avanzar hacia Taehyung con una sonrisa torcida y de un brusco movimiento lo aparto del lado de Jeon tirándolo unos metros hacia adelante.


-¡Taehyung! – Quiso pararse pero un pie en su pecho le freno de golpe. Miró a los ojos de su verdugo y con todo el odio y rabia que sentía le advirtió  - ¡bastardo! ¡Voy a sacarte el corazón para que tu amigo se lo coma y el cielo sabe que lo hare!


-bueno, eso no me cabe la menor duda, pero por ahora, disfrutare de esa hermosa piel frente a tus ojos – le sonrió con autosuficiencia – muchachos, encárguense de él – y avanzó hacia Taehyung.


Este se arrastraba en el piso, mirándolo con odio, miedo y desesperación. Una sonrisa sádica se dibujó en los labios de Taeyang cuando se arrodillo frente a él y quiso acariciarle el rostro, pero de un manotazo el elfo lo apartó.


-vamos lindura. Te prometo que te va a gustar – lo sujetó de su largo pelo chocolate para acercarlo a su boca, pero de nueva cuenta Taehyung se apartó cuando le mordió el labio tan fuerte que sangró. Enojado Taeyang le abofeteo y se le fue encima.


-No, no. ¡No quiero que me toques con tus sucias manos, imbécil! – debajo de sus ropas sacó una pequeña daga que Jeon le había dado hace tiempo con el fin de que se defendiera de cualquier bestia que intentara atacarle, siempre lo vio como algo inútil e insignificante, además de peligroso, pero le había prometido al general de que siempre lo cargaría consigo, y hoy había llegado el día que le diera utilidad. Le había hecho un corte en su mejilla, no lo suficientemente profunda para llegar al hueso pero si lo suficientemente efectiva para hacerle daño y apartarlo


-¡Tú, cosa diabólica! ¡¿Cómo te atreves a hacer semejante cosa?! – Trataba de contener la pequeña hemorragia - ¡pagaras por esto!


Antes de que pudiera ponerse en pie, Taeyang lo sujetó de una de sus piernas, halándolo hacia él…


Mientras que los hombres que amenazaban a Jeon con sus espadas, se alejaron de su cuerpo, solo un poco, para después arrastrarlo hacia atrás. No conformes de verlo atado, uno de ellos, lo pateo repetidas veces, hasta que escucho un “crack” y un dolor inmenso que le impedía respirar, le había roto una o dos de sus costillas, cerró los ojos. El mismo hombre lo tomo del cuello de su camisa y le propino varios puñetazos en la cara.


-no eres tan imponente sin tu espada ¿verdad? ¡Basura, intenta defenderte! ¡Vamos, suplícame porque te mate!


Sentía la sangre férrea y caliente escurrir por su boca, su nariz le ardía cada vez que respiraba, supuso que le había quebrado también el tabique nasal, frunció su ceño.


-nunca he suplicado por nada en la vida - le escupió en la cara al sujeto y este le abofeteo.


En un rápido movimiento, Jeon levantó una de sus piernas hacía la ingle de su atacante, tan fuerte que este se doblegó, aprovechando ese instante, Jeon logró girar un poco pese al dolor de sus costillas, y encestarle una patada en una de sus piernas tirándolo al piso. Cuando el tipo cayó, Jeon le propinó un golpe en su pecho con su talón y antes de que el hombre se recuperara, volvió a girar sobre su eje y atrapó el cuello de su adversario entre sus piernas en una especie de tijeras, haciendo presión, el pobre desgraciado le pegaba y gritaba por ayuda, los demás quisieron acercarse pero con cada paso Jeon apretaba más fuerte.


-¿esto es lo que querías? – le dijo, cuando sus miradas se habían encontrado.


Y entonces le rompió el cuello.


Ante la mirada atónita de todos, Jeon se arrodillo jadeante, su rostro estaba manchado de sangre al igual que su ropa. Su nariz estaba hinchada, así como su pómulo izquierdo, las cadenas se habían aflojado un poco pero no tanto como para deshacerse de ellas. Su ojo comenzaba a inflamarse y la cabeza le dolía. Todos estaban en silencio, solo mirando, como si temieran alertar con su presencia a esa bestia que poco a poco despertaba.


-¿Qué están esperando? ¡Vayan por él! – alguien grito. Los que estaban cerca de él se arrojaron hacia adelante, tomando otra vez las cadenas, tirándolo otra vez de espaldas al piso.


Pero entonces todo se convirtió en un pitido constante y su corazón se detuvo cuando vio a Taehyung acorralado entre un gran tronco de un árbol y la maciza constitución del cuerpo de Taeyang.


-prefiero la muerte a que tú me pongas un solo dedo encima – le dijo, luego miró a su amado general encadenado, sometido, por su causa. Las lágrimas ya surcaban su hermoso rostro – perdón – su mirada transmitía pena, luego llevo la daga a su pecho y  la hundió en el.


Todos quedaron en silencio, al ver con sorpresa como Jeon queda libre (sin explicación alguna) de las cadenas que lo contenían. Un grito desesperado salió de su boca y la ira dio paso entre sus venas, su cara era un cruel rictus de sadismo, su mirada chispeaba en furia tan letal que por poco se mearon encima, su sangre bullía con cada paso que daba hasta donde estaba su espada, con movimientos de muñeca se hacía saber que estaba listo para atacar.


-Que dios tenga piedad de todos los que me hirieron porque yo no tendré piedad de ustedes – dijo. Su mandíbula estaba tensa y sus dientes apretados, un aura asesina le rodeaba y miraba todo con frio análisis, como una fiera lista para lanzarse su presa.


Con paso veloz se acercó a Taeyang y en un parpadeo le había atravesado el corazón, sus  miradas chocaron cuando Jeon hundido un poco más su espada, haciendo que este escupiera sangre en su rostro pero el ex general ni se inmutó.


-no debiste provocarme – de un movimiento brusco sacó la espada y el cuerpo sin vida cayó al piso.


Una espantosa carnicería se desato a las orillas del río, pintando la tierra de un profundo rojo, inundando el aire entre gritos, suplicas y llanto. Al cabo de varios minutos, los cuerpos tirados en charcos de sangre yacían esparcidos a su alrededor, arrojo su espada y se miró sus manos manchadas de sangre. No se reconocía, se había convertido en aquello que despreciaba por defender a su amado y muy profundamente dentro de su ser, no se arrepentía. Corrió hacia el cuerpo de su elfo y lo sostuvo entre sus brazos, las lágrimas bañaban su rostro.


-perdóname, Tae. Perdóname, no pude protegerte – se sentó con él en sus piernas y escondió su cara en el cuello del otro.


-general…no apriete tanto… duele – era un susurro apenas predecible pero que el escucho como si se lo gritara. Levantó su rostro y su corazón moribundo de amor se aceleró al ver aquellos ojitos color cacao que lo miraban a medio cerrar, respiraba lento, muy lento a decir verdad.


-¡Taehyung, mi vida! ¡Vamos, resiste, voy a llevarte con alguien que sea capaz de sanarte! No cierres tus ojos, no… - le interrumpió colocando una mano sobre sus labios.


-no es necesario… sé que voy a morir pero… hacerlo entre tus brazos es felicidad. Fue una bendición haberte conocido, y que me amaras como yo lo hice…desde que te conocí – le sonrió.


-no digas eso, debe de haber una manera de sanarte. Eres un ser mágico, no puedes morir tan fácilmente ¿verdad? – Taehyung negó.


-un ser mágico… puede morir mediante la decapitación… desmembramiento o atravesar su corazón con un arma. Moriré, y es… inevitable


-no, me niego a dejarte ir. Eres… la mitad de mi corazón, sin ti… me moriría – su voz se quebró.


-nos volveremos a encontrar, pronto.


-¿Cómo?


-algún día, en algún lugar, nos encontraremos. No te sorprendas si me acerco a ti con otra cara o con otro nombre, seguirá siendo mi misma esencia. Seguiré siendo yo


-¿pero cómo? No te entiendo lo que…


-mi alma se desprenderá de mi cuerpo para perderse en el tiempo y espacio con la espera de encontrarnos nuevamente – le interrumpió -  Reencarnaremos, en otro siglo después de este, hasta entonces te estaré esperando. Búscame cuando sientas que me has encontrado.


-pero… - no quiso esconder sus lágrimas y se soltó a llorar como niño pequeño – no quiero que me dejes solo, no quiero – le miro a los ojos - ¿Cómo sabré que serás tú?


-tu corazón te lo dirá – colocó su mano en su cara y atrajo su cabeza para besarlo como él sabía hacerlo – Te amo, recuérdalo siempre.


-Te amo… - sus palabras quedaron en el aire cuando las largas y espesas pestañas contrarias caían como cortinas sobre sus ojos, para sellarlos y no abrirlos nunca más.


Las lágrima no paraban de caer, sentía su corazón desgarrado por la pérdida de su amado elfo, el dolor le ahogaba y sus ojos le ardían, colocó el delicado cuerpo sobre el suelo y miró el arma homicida, la contemplo un rato, luego miró a Taehyung y al arma otra vez, la tomo en su mano.


-te amo tanto que estoy dispuesto a seguirte hasta la misma muerte. Y si he de condenarme a vagar sobre la tierra en forma de un ser sin forma a tu lado, que así sea – acercó la fina hoja hasta su muñeca y la cortó, luego hizo lo mismo con la otra, se recostó en el suelo con Taehyung sobre su pecho cerrando los ojos, esperando a la muerte que no tardo en ir por él, bajo aquel árbol hicieron su juramento de amor eterno, bajo aquel árbol murió con su amado entre sus brazos.


 


Despertó respirando aceleradamente y una fina capa de sudor en su frente, miró a todos los lados como si no supiera donde se encontraba, como si sufriera desorientación crónica. Miro su reloj digital que estaba en su mesita de noche, 6:30 a.m. se quejó bajito y cubrió su cara entre sus manos. “No, no otra vez” y “no de nuevo” eran pensamientos que llenaban su mente todas las mañanas.


Desde hace cuatro meses venia teniendo esa clase de sueños, siempre veía al chico de mirada alegre y pelo brillante que le sonreía solo a él y que le repetía constantemente “te amo” y a él respondiendo lo mismo, siempre soñaba esa parte donde era perseguido pero nunca llegaba tan lejos, hasta ahora, suspiro con frustración ¿Qué era todo aquello? ¿Regresión a vidas pasadas? ¿O solo se había traumado con aquella película que había visto? Fuera lo que fuera ya no le estaba gustando. La puerta se abrió y por ella pasó un chico bajito muy tierno de pelo color negro.


-¡Uh! Me alegro que hayas despertado temprano, ya viene siendo hora de que te metas a bañar y que te cambies. Se te hará tarde para ir al trabajo – solo lo miró desde la cama - ¿y porque esa cara? ¿Tuviste el mismo sueño otra vez? – Este asintió - ¿te perseguían de nuevo?


- y no solo eso, llegue a donde debía ir – cerró sus ojos mientras se paseaba las manos por su pelo alborotado.


-¡genial! ¿Y qué pasó?


-me encadenaron, me golpearon y aquello que debía proteger… se mató – el chico lo miro sorprendido, luego para tratar de aligerar el semblante del otro, soltó una carcajada.


-bueno, yo también lo haría. Preferiría matarme a estar soportándote siempre – el otro lo miro indignado y le aventó una almohada sobre su cabeza, golpeándole exitosamente.


-sí, bueno, eso de estar a tu lado tampoco es como si caminara entre rosas – él otro infló los mofletes.


-que malo eres, pero aunque digas esas cosas, ¡me amas! – Le saco la lengua - ¡Oh! Por cierto, mamá y papá y vendrán la próxima semana a pasar mi cumpleaños, así que será mejor que te portes bien o te acusaré – le dijo, cruzando sus brazos sobre su pecho.


-sí, sí, sí. Lo que digas enano. Debo llevarte a la escuela, así que alístate o te dejare – el otro le sacó la lengua. Al mirar a su hermano que pretendía entrar al cuarto de baño, sus ojos brillaron como si recordara algo realmente sorprendente – ¡Jungkook! – le gritó, y el otro se asustó. Se volteo con su mano tocando su pecho y mirándolo con irritación.


-¡diablos, Jimin! Ya te he dicho que no grites de esa manera ni mucho menos en las mañanas, ¿pretendes que comience a usar marca pasos a mis veintitrés años? Y créeme, usar un marca pasos es lo último que quiero.


-perdón – le dijo, soltando una risita apenada y las manos al frente en modo de rendición.


-¿Qué quieres? Porque debe ser algo genial o importante como para que casi me dé un paro.


-dije que lo siento – habló bajito haciendo puchero. Luego, una enorme sonrisa se dibujó en su adorable rostro – bueno, mañana habrá un festival en mi colegio en conmemoración al inicio de verano y también para promocionar a la escuela. Muchos chicos y chicas de diferentes instituciones asistirán al evento. Y en este año, a mi grupo y a mí nos tocó organizar y decorar todo. Será fantástico ya lo veras.


-¿Y?, ¿Qué tiene que ver eso con que me gritaras tan fuerte que prácticamente también me dejaras sordo? – le dijo, metiéndose el dedo meñique a su oreja.


-ya, Jungkook, no seas exagerado – le miró aburrido – como sea. El punto es que necesitamos a alguien guapo y carismático que diga un discurso y les dé la bienvenida. Se me había ocurrido llamar a Hoseok, pero dijiste que justo esta semana volaba a Jeju para firma un trato. Mis amigos no quieren y los otros estudiantes no son buenos candidatos. Eres mi último recurso.


-¿yo? – se apuntó, acomodándose la toalla sobre su hombro y arreplegando su cadera en la puerta mientras cruzaba sus brazos frente a su pecho- ¿Por qué?


-porque eres un buen candidato. Eres alto, guapo, carismático e inteligente – le sonrió


-déjame pensarlo por un momento… no.


-¿Qué?, ¿Por qué no? – colocó sus manos sobre su pecho con gesto dramático.


-porque esos eventos nunca fueron de mi agrado. Demasiadas personas yendo de aquí y allá por los pasillos, y siempre termino acosado, manoseado y casi violado – Sintió un escalofrió bajar por su espalda hasta los pies. Cuando recordó aquella vez en bachillerato donde fue encerrado en un salón con al menos tres tipos que se le restregaban y tocan por todas partes. Para ganar tiempo se había desabotonado su saco y se los había lanzado, mientras buscaba una ruta de escape. Por suerte había una ventana abierta por donde se aventó, literalmente. A pesar de estar en el segundo piso y que abajo estuviera todo tapizado con hojas y plantas, ese día se había roto su labio y fracturado su muñeca en dos partes por la bestialidad de la caída. Le miró - ¿Por qué no das el discurso tú? Eres lindo, carismático y más sociable que yo.


- créeme que lo haría pero al ser miembro del consejo estudiantil, es mi deber guiar a los demás para poder llevar esto a la perfección – por la cara que tenía su hermano, supo que estaba lejos de convencerlo - ¡Por favor Jungkook! No te estaría besando el trasero si esto no fuera importante.


-¿besando mi qué? – Le miró ceñudo – cuida ese lenguaje Jimin. Si nuestros padres se enteran que dices ese tipo de vulgaridades nos mataran.


-oh vamos, Jungkook. No me trates como a un niño, solo eres mayor para mí por tres años. Por favor, por favor, por favor Jungkook – comenzó a lloriquear.


-no. – fue todo lo que dijo, mientras se daba la vuelta para entrar al baño. Entonces sintió una par de brazos que sujetaban sus piernas mientras se iba de bruces hacia el suelo - ¿pero qué…? ¡Maldición… Jimin! – el aludido estaba aferrado fuertemente a sus pies.


-por favor, por favor, por favor Jungkook – puso sus ojitos de corderito e hizo puchero – por favor – vio su mirada, era una que reflejaba desespero y preocupación. Ese evento era importante tanto para él como para la escuela. Realmente odiaba cuando Jimin usaba ese tono de voz, así que apretado sus dientes le habló - podría asistir solo si me preparas Hotcakes y jugo de naranja por dos semanas.


-¿en serio? – Por un segundo se le olvidó seguir manteniendo su cara de pena - ¿lo harás?, ¿aunque eso implique tu posible violación a manos de estudiantes hormonales? – La cara de Jungkook se descompuso - ¿lo harías por mí? – le dijo con voz aniñada.


-sí, si – le dijo de mala gana – en vez de dos semanas, mejor me prepararas el desayuno durante todo un mes ¿lo tomas o lo dejas?


-¡hecho! – le enseño los dos pulgares y salió disparado hacia la puerta, sonrió cuando su hermano salió por ella ¿Qué haría con él?, Amaba a su hermano y a sus padres, pero había un hueco en su corazón que no llenaba con nada, como si faltara algo más y no supiera que fuera.  Se quedó de pie unos minutos más, hasta que se dio cuenta de la hora y por fin se metió a la ducha para que el agua enjuagara sus inquietudes. 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER! 


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