Donghae se encontraba mirando fijamente al sobre blanco entre sus manos, ¿quién lo habrá enviado?, buscó y buscó, no había remitente, no había dirección, nombre, nada de nada, era un simple sobre blanco, algo arrugado y un poco mojado gracias a la lluvia que caía. Se dedicó a observarlo durante unos minutos más y decidió por fin abrirlo, eran tres hojas arrancadas de un cuaderno, llenas de palabras sobre ellas, algunas estaban algo borrosas por las gotas dulces que cayeron sobre ellas, pero todo era perfectamente legible. El chico tomó aire profundamente y comenzó a leer.
"Querido
Amado Donghae:
Ha pasado muchísimo tiempo en el que no sé de ti, ni un solo indicio, nada, absolutamente nada, tal y como habíamos acordado el día en que nos separamos, ¿recuerdas ese día?. Yo tengo aquél recuerdo impregnado en mi memoria, las lágrimas, la tristeza y el dolor exuberante no se fueron contigo como lo prometiste, por mucho que lo intentara, jamás se fueron, incluso hasta el día de hoy, cuatro años más tarde, sigo en pie esperando por ti, a que llegaras y me dijeras que todo fue una pesadilla, un mal sueño del que escaparíamos juntos, pero nunca apareciste, es sumamente triste. Sin embargo, debo admitir que no tienes, ni tenías motivos para venir a mi rescate, yo fui el que metió la pata, yo debería haber sido el que fuera a rescatarte, abrazarte y decirte que lo sentía, que te amaba, que te necesitaba soy un idiota, ¿lo sabías?, un total y completo idiota cuando se trata de sentir algo."
Donghae tragó saliva y cerró los ojos, ese día nunca se borraría de su memoria, el simplemente no quería creer lo que sus ojos veían, sus ojos le ardían, su pecho le dolía, sentía como su corazón dolía y caía pedazo por pedazo, estaba destrozad. Recordó los gritos, las lágrimas que caían sin parar de sus mejillas y de las del contrario también, aún tenía el recuerdo en su mente, como si solo hubiera pasado un día. Y lo odiaba.
Negó con la cabeza y continuó leyendo.
"Y por ti, yo lo sentía todo, por eso era todo tan dificil.
Aunque quizás mis labios tardaron más que los tuyos en decir "te amo" todos y cada uno de ellos fueron honestos, fueron, son y serán parte del sentimiento más lindo que he tenido dentro de mí. Fuiste todo para mí Donghae, mi luz, mi oscuridad, la persona que con tan solo hablarme o mirarme me hacía delirar, eras como una droga, de esas drogas que sabes que te volverás adicto pero aún así te arriesgas a la adicción porque sientes que lo vale, y yo no simplemente lo sentía, lo sabía.
Te agradezco todo, absolutamente todo lo que hiciste por mí, todas esas veces que corriste hasta mí sólo porque estaba a punto de caer, todas las lágrimas que secaste, todas las sonrisas que me otorgaste, todos esos sentimientos que me transmitías con solo una mirada... ahora lo pienso y me pregunto, ¿por qué cometí ese estúpido error? En este momento podría estar entre tus brazos, comiendo fresas, contigo mientras vemos alguna película mil veces, incluso si esta solo se repite y nosotros no le ponemos atención."
Las letras a partir de ahí eran demasiado borrosas, Donghae primero pensó que sería por el torrencial que había afuera, pero el papel estaba totalmente seco a esas alturas, ¿realmente Hyukjae había estado llorando mientras escribía? Al castaño se le hacía tan extraño, la única vez que vio al rubio llorar, fue aquel oscuro día.
"Quizás todas estas cosas las debí haber dicho o escrito mucho antes, quizás todo esto te lo debería haber dicho frente a frente, con tus ojos marrones perforandome el alma, pero soy cobarde, no podía, realmente no podía. Lo siento tanto HaeHae, jamás quise herirte, jamás quise que me odiaras de esa forma, yo solo quería quererte y tu a mí de vuelta, pero lo estropeé todo, como siempre. Pero quiero que sepas, que te amo, aún a día de hoy, cuando tu ya re hiciste tu vida, cuando tu eres una persona totalmente distinta al Donghae que conocía, te amo. Y lo sé, porque dentro de mí hay algo tan fuerte, que sólo quiere verte sonreir, que no le importa que vayas caminando de la mano de otra persona que no soy yo, con tal de ver esos preciosos ojos marrones llenos de luz y vida, no de tristeza y odio como los vi la última vez. Esa parte de mí, quiere ver tu sonrisa brillante, incluso si se la estás dirigiendo a otra persona, esa parte de mí, quiere que seas libre de mí, de mi agujero de malas emociones, de tristezas y penumbras, quiere que seas feliz, sólo eso quiere, sólo eso quiero yo para ti, que seas feliz y libre, sin importar si es otra persona la que lo logra."
Donghae se secó las gotas saladas que corrían por sus mejillas, estúpido Hyukjae, estúpido. La carta seguía, aún le quedaba más de una hoja por leer y no estaba preparado para el resto.
"Si esa persona existe a día de hoy, le agradezco también, por cuidar y amar tanto como yo, al único ser humano capaz de robar mi corazón.
Supongo que ya debería terminar esta carta, dejar de ser patético y dejarte seguir adelante, para que vuelvas a olvidarme y olvides totalmente esta carta, pero quiero retenerte un poco más, porque no quiero ser olvidado por ti, no aún, no me siento listo para eso aún, creo en realidad que nunca lo estaré. Pero ¿quién esta dispuesto a ser olvidado por la persona que ama? Nadie, supongo. Y si hay alguien en verdad dispuesto a eso, que me diga su secreto, porque realmente yo no quiero, porque si me olvidas, significará que yo también deberé hacerlo y no puedo. No puedo sacarme tus labios de mi cabeza, ni tus ojos, ni la forma en la que caía tu cabello por tu frente, mucho menos la forma en la que te reías, ni tu forma de mirarme. Te amo tanto, joder. ¿Cómo olvidarte? ¡¿COMO SE SUPONE QUE SE HACE ESO?! Es imposible, totalmente imposible Donghae. No puedo olvidarte, porque te amo, pero tampoco puedo estar contigo. Dime, ¿qué hacer?
El castaño cerró los ojos mientras intentaba volver a enfocar las letras, las lágrimas que caían no le permitían seguir leyendo. Intentó también buscarle respuesta a las preguntas de Hyukjae, cuando en realidad ni el sabía, ni podía, ni mucho menos quería. Se sentía masoquista al recordar a alguien que le hizo tanto daño, pero simplemente no podía sacarlo de su cabeza algunas veces, era simplemente inevitable no acordarse de el al ver frutillas, al escuchar la primera canción que bailaron juntos o al pasar junto a la cafetería donde se conocieron, era imposible.
"Me gustaría poder controlar el tiempo para volver a esos días donde eramos felices juntos. Lo rebobinaría hasta nuestra primera vez, cuando después de haber hecho el amor, nos quedamos mirando hacia la ventana, apreciando la inmensidad del universo y contemplando las estrellas. Y lo detendría, en ese preciso momento, yo te amaba, tu me amabas, eramos paz, eramos vida, eramos nosotros, no estos fantasmas que deambulan fingiendo que tienen una vida. Pero no se puede y eso me duele tanto, me duele tanto saber que el destino eligió esto para nosotros. Y yo siempre te dije que soy un fiel creyente en que todo pasa por algo y joder, como odio esas palabras ahora.
No sé en realidad como terminar esta carta, te he dicho tanto que dudo que haya una forma correcta de como terminarla, quizás diciendote que te amo, que me perdones, que volvamos, pero lo primero ya lo sabes, lo segundo ya lo hiciste y lo tercero... eso simplemente ya es imposible.
Adiós, Lee Donghae, espero que seas muy feliz.
No, no lo espero, lo quiero, quiero que seas feliz, sé feliz, por favor.
Te amo, incondicionalmente.
Lee Hyukjae."
Donghae abrazó sus piernas y comenzó a llorar descontroladamente, a sollozar con fuerza, liberando toda esa amargura que tenía dentro. "Yo también te amé, Hyuk" se susurró. "Sé feliz, por favor." Volvió a susurrarse entre llantos.
"Me encantaría hacer posible lo imposible."