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My Sweet Secret [Sebaek/Hunbaek] por BienWilde

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Notas del capitulo: Nuevo fic de mi Sebaek ^^
Sostente en mi y yo me sostendré en ti.

***

Un sabado, una tarde, un café y él.

Esa son las cosas que tenía pensado para esté día. Hoy era un día perfecto para mí, los copos de nieve caía del cielo como petalos de una rosa, eran tan frágiles, delicados y tan hermosos tales como él. Llevaba una semana entera sin verlo ya no podría soportar más sin ver su rostro y carismatica sonrisa.

Salí de mi casa con dirección a la cafetería donde se encontrba él, pues él trabajaba allí. Si que había frío hoy, está temperatura me gustaba, veía las personas pasar a lado de mí. Tenían olores tan diferentes todos, pero la mayoría no me gustaba para nada, existía algunos que otros que me llamaban un poco la atenciones pero ninguno se comparaba a su olor.

Caminé hacía mi destino, la cafetería siempre solía estar llena a estas horas, me detuve enfrente de la entrada, visualé la puerta de vidrio que se encontraba enfrente de mí, miré hacía arriba viendo el nombre de la cafetería "My sweet secret" era su nombre, siempre me pareció irónico su nombre. Un día había tenido la opurtunidad de hablar con la dueña del lugar y esta me hablo del por qué del nombre, fue simple su explicación.

"En el café hay un ingrediente secreto"

Fueron sus palabras ese día. De algún modo, el café de ese lugar me gustaba tanto y yo no era fanático de un café. En cada café había un ingrediente que yo no conocía mi olfato nunca logro reconocer que era.

No obstante, sabía que cuando pasará esa puerta lo oleria a él, su perfume, su aroma, mi veneno, sabía que estaba mal, estaba prohibido para los de mi especie, pero valía la pena arresgarme por él. Suspire y abrí la puerta del lugar lentamente y así mismo fue, a penas pusé un pié dentro, mis fosas nasales al instante percibieron ese exquisito aroma que provenía de aquella barra donde él se encontraba depositando una bandeja con dos tazas de porcelana que contenían hace unos minutos un café americano y otro de descafeínado.

Fuí a la mesa donde siempre me sentaba era la más alejada y tenía una bonita vista hacía la calle, así me distraía viendo los autos y las personas pasar. Me senté y minutos después llego él, formandomé una sonrisa con sus labios, el tenía el cabello del color de la dulce miel, sus orbes eran de un color negro, su piel tenía un color tan característico que me fascinaba tanto. El no era muy alto en comparación a mí con mi 1.81 cm, pero no me gustaba las personas más altas que yo. Tenía una camisa blanca con un cuello de tortuga, sus pantalones eran negros, y calgaba puesto un delantar de mesero.

-Buenas tardes -me dijo dando una leve inclinación, saco su anotador- ¿Ha decidido que tomará hoy?

Claro que lo sé.

-Quiero lo siempre -hice un gesto con mis manos y encogí mis hombros.

Anotó mi pedido en su anotador con sus delgadas manos, en su dedo anular siempre calgaba una anillo de plata con hermosos detalles, me gustaba ver ese anillo.

Se retiro haciendo un inclinación. Lo vi ir hacía la barra dejando la nota de mi pedido, lo vi yendo de aquí allá, sirviendo mesas y anotando pedidos. No paso mucho tiempo cuando llego a mi mesa depositando mi café descafeínado. Tomé con mucha calma cada sorbo de mi café, dando una que otra ojeada a lo que hacía él o las personas que pasaban por las calles.

Cuando vi mi reloj marcar aquella hora sabía que ya debía irmé, pagué mi café agredeciendo a la tienda su atención, ni siquiera me despedí de él, no era necesario.

Salí de la cafetería, el clima era frío. Llevé mis manos a mis bolsillos y me eché a caminar por las calles, ya estaba comenzando anocher. Terminé yendo al mismo lugar donde hace meses estaba yendo todos los sábados. Me senté en un banco viendo como las estrellas comenzaban a adornar la oscura noche.

Sentí unas cálidas manos tapar mi visión que me preguntaban :

-¿Quién soy?

Sonríe al escuchar su voz tan cerca de mis oídos.

-No lo sé ¿Un duende?

Escuche una carcajada de parte de aquella persona.

-No creo...

Besó mi cabellos negros y me rodeó con sus delgadas manos.

-No me diste propina hoy. Estoy molesto contigo.

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