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Problemas de clase por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~

¿sobreviven?

jajajjaja.

Espero que quien siga la historia disfrute del capi~

 

 

 

 

Uno a uno sacó a su clase A, el número dentro de esa celda disminuía pero seguían superando los 40 individuos cuando solo faltaban los últimos novatos. Ninguno se salvó de la dificultad de sacar a su salvaje asignado, peleas con los otros prisioneros, el enfrentar la furia del clase A, todo era similar. Para quien no estuviera entrenado sería una tarea demasiado compleja e incluso no soportaría la crueldad ver el hacinamiento de tantos clase A, pero para ellos era normal. Allí estaban todos los enemigos capturados, criminales de alta peligrosidad que acabaron con centenares de personas sin consideración alguna, muchos consideraban el trato propio para esa clase. Era una tradición hacerlo de esa forma, juntando a todos los clase  A cuando los novatos debían sacar a su nuevo compañero, eso a pesar de que normalmente se los tuviera encerrados en celdas individuales. Como fuese, la tarea ya estaba dada y se cumplía a cabalidad

 

 

-Gokudera Hayato – el asignado llamaba a los últimos

-¿cuál? – preguntó fastidiado, odiaba ser de los últimos… maldita lista basada en el orden de llegada, y maldita la hora que se le pegaron las cobijas en esa mañana

-su nombre es Yamamoto Takeshi – decía el hombre mostrando el expediente y cediéndoselo al de cabellos platinados. Una foto clara identificaba al clase A y Gokudera ingresó a ese lugar con calma. Identificó  a su nuevo “compañero” de inmediato

-Hey tú. Muévete y hazme las cosas fáciles – bufó a pesar de que sabía que tal vez ese azabache ni siquiera pudiera entenderlo, pues la mayor parte del tiempo los clase A eran solo animales. Ellos sólo pensaban en comer, dormir, destrozar y arrancarte el cuello – ¡Hey, azabache de mierda! – le gritó pero el mencionado solo tenía la vista fija en el techo. Alto, de cabello negro, piel canela, extraño y tuvo que patear a los demás clase A para llegar al idiota que estaba al final de la habitación – ¡no escuchas maldito!

-escucho – Hayato se sorprendió cuando aquel azabache le dirigió la mirada y le habló – sólo veía mi cárcel por última vez

-así que tu parte humana despertó – lo miró con desprecio, pues su familia pereció en manos de uno de esos. Nadie podía culparlo por odiar a todos esos errores de la naturaleza

-es agradable tener razonamiento – Yamamoto parecía sonreía a pesar de que el bozal impedía verlo con claridad, pero tenía las facciones relajadas – un placer conocerlo… Gokudera-san, espero nos llevemos bien

-si claro. Veremos si cuando despierte tu parte animal dices lo mismo

-desde ya me disculpo si le quiero arrancar la garganta con mis fauces – dijo mirando a esos ojos verdes y se acercó a paso calmado – espero que eso no suceda esta vez

-así que ya has matado a alguien – sonrió con ironía, se burlaba de la maldita situación

-la verdad no recuerdo – decía caminando fuera de la prisión y reverenciando al guardia quien sonrió en correspondencia – pero me han contado aquello… que asesiné a mi antigua compañera – su voz tenía el toque melancólico que asemejaba a un niño que hizo una travesura y se sentía culpable

-este es raro – sonrió el que cerraba la jaula nuevamente, para enseguida mandar una descarga eléctrica poderosa para que los que intentaban salir retrocedieran – es amable en su forma humana… pero como animal a matado a dos novatos. Tenga cuidado Gokudera-kun

 

 

Pero el de ojos verdes no veía nada peligroso en ese azabache, así que debería tener cuidado extremo, porque los clase A eran traicioneros. Como fuere, Gokudera solo tomó la correa que uno de los guardias le cedió, la colocó en el cuello del mencionado y lo arrastró con él. Hayato iría al departamento designado para estadía en la zona de resguardo y dormiría de lo lindo porque al siguiente día tendrían trabajo que hacer. Pero algo raro pasó, el clase A empezó a reírse bajito diciendo que le gustaba el aire que ya olía a lo lejos, que era libre ahora y que al menos disfrutaría ese tiempo. Un clase A del más raro comportamiento, pues el carcelero había escuchado miles de historias, pero ninguna le advirtió encontrarse con un enemigo de clase A que le sonriera a los buenos momentos

 

 

-Lambo Bovino

-me toca – susurró el muchacho de rizos, tomando el archivo sin preguntar nada. Sólo leyó el nombre, vio la imagen y cuando le dieron paso, entró. La fotografía le daba gracia, pues unas manos detenían la cabeza del mencionado para que saliera decente en la fotografía. De seguro era un problemático sin remedio – eres tu… Reborn… sin apellido – decía mirando de nuevo su archivo y suspiró cuando lo vio a lo lejos – diablos, es más grande que yo… cinco centímetros

 

 

En el registro mencionaba que al tal Reborn lo identificaron como clase A desde el nacimiento, principalmente por comportamiento agresivo. Un escalofrío recorrió el cuerpo entero de Lambo al leer la advertencia de la parte inferior “tipo pantera”, eran de la misma especie, carnívoros pero… no estaban en el mismo camino. Alejó a los enemigos que no eran su nueva adquisición y buscó al de la imagen. Cabello negro que terminaban en punta dirigidos a la parte de atrás de su cabeza, mirada oscura como pozos al averno, patillas rizadas distintivas y… cuando lo encontró, estaba más que claro que tendría problemas.

De un fuerte empujón, aquel cuerpo que le superaba en altitud, lo derribó con fuerza, mandándolo a volar un par de metros. Lambo detuvo a su atacante por los hombros, usando la fuerza adquirida por el entrenamiento y aun así era malditamente difícil. Podía ser más bajo que Reborn, pero no era debilucho, mucho menos después de haberse enfrentado a un clase A y haber salvado a su hermana gemela. Gemelos que tuvieron que sobrevivir solos a un ataque mortal por carnívoros mutados, ambos puramente fuertes y aún más que eso, no tenían nada que perder. Sin familia que cuidar exceptuando a su hermano, sin sueños, sólo sus vidas, comportamiento normal en esa sociedad y apreciado infinitamente en un mundo cruel. Lambo veía analizaba a su futura mascota, ese azabache intentaba morderlo a pesar del grueso bozal. A Lambo le dio escalofríos verlo encima suyo, sería jodidamente difícil amaestrarlo 

 

 

-oye Lambo, te demoras – el de ojos verdosos intentaba mantener a raya al tal Reborn, pero al escuchar aquella vocecita cantarina y burlona, se detuvo para levantar su mirada… allí estaba

-I-pin, se suponía que esto es individual – se quejaba frunciendo el ceño al ver esa sonrisa engañosa de su hermana, quien estaba a solo un par de pasos de él

-y yo que sé. Somos gemelos, ¿no? – la azabache se acomodaba un mechón de su cabello mientras balanceaba el archivo que le cedieron para darse una leve brisa – Le dije al profe que si habría la oportunidad de que me dejara entrar y… mira que fue buena idea – se reía la chica de cabello largo en una trenza – te comerá en dos días, hermanito

-a ti te comerá en uno – le dijo riéndose a carcajadas cuando la vio caer directamente al suelo – maldición, nunca pensé que estaríamos en esta situación – Lambo admiraba al clase A, que suponía era el designado para su hermana, intentando morderla. Un muchacho de cabellos lilas mucho más alto que I-pin, estaba sobre ella, literalmente

-joder – bufaba I-pin mientras se daba vuelta y pateaba al mencionado, pero el pelimorado de nuevo trataba de morderla, pegando el bozal al cuello de la chica – no te burles cuando tu mascotita esta… babeándote – se burlaba de su hermano

-me fastidié – dijo Lambo y de una patada alejó a Reborn – ¡o te comportas o te obligo! – levantándose con apuro se quitaba la maldita saliva ajena y asqueado, hacía millar de muecas – ¡maldita sea!

-y tú, ¡jodido idiota! – I-pin tenía una mirada terrorífica y de un golpe a puño cerrado, estampó la cara del clase A en el suelo – Skull maldita sea, ¡te voy a patear los huevos si vuelves a intentar comerme!

-que ruda – decía Lambo mientras sin dejar que su mascotita se levantara del todo, lo golpeó en la nuca con fuerza hasta dejarlo inconsciente – después veo que hago, ahora… sólo salgamos de aquí

 

 

La chica arrastró al de cabellos morados afuera de la celda, se deshizo de cuanto enemigo se le cruzaba y terminó pateando a Skull cuando salieron. Lambo arrastró a su nuevo “compañero” como peso muerto, siguiendo el camino que su hermana fabricaba, pues quería ahorrar energías. Ambos hermanos bufaban insatisfechos porque… sus enemigos eran más altos que ellos, eso era una desventaja al momento de amaestrarlos y usarlos en combate. Para aumentar el enfado del par de azabaches los maestros sólo se reían sin parar. Dos problemáticos para otros dos problemáticos, esa fue la consigna de selección en su caso. Sobrevivientes de una masacre en masa, Lambo e I-pin sabían lo que era el terror y mantener a dos clases A de categoría especial, sólo sería la prueba final de sus vidas

 

 

-finalmente, Hibari Kyoya – hablaba el anciano viendo al último de sus novatos. Lanzó un suspiro cuando el otro le arrancó los documentos de las manos y sin decir nada entró a la celda – el tuyo es el más complejo, suerte Kyoya

-un león – bufó Kyoya mientras empujaba a todo enemigo de clase A que no fuera el indicado. Miraba la foto una vez más, una persona de cabellera castaña, ojos chocolate, piel levemente bronceada, nada raro. Su nueva presa se veía… ese no debía ser problema, poco le interesaba a quién le designaron, solo debía terminar con eso pronto para empezar con lo divertido – Sawada – gruñó cuando ya estaba harto de buscar, porque entre los que le atacaban no había nadie con las características mencionadas en el documento

-KYOYA… ¡ATRÁS DE TODOS! – gritó uno de los ancianos y el azabache dirigió su vista a un extremo de esa jaula. Su ceño se frunció inmediatamente, no podía pasarle aquello

 

 

Caminó en esa dirección con paso calmado, analizando la broma que le habían hecho. Un cuerpo pequeño se mostraba en el fondo de la celda, lo veía a simple vista, ese no podía ser un verdadero reto. Un clase A sentado, con las piernas recogidas, hecho un ovillo, la cabeza gacha y solo se diferenciaban los cabellos castaños. Kyoya bufó en extremo enfadado, pues eso no podía ser considerado un peligro, ni siquiera los otros  clase A le ponían atención al menudo muchacho, el cual estaba apartado de los demás. El azabache no tuvo problemas para alcanzar al castaño, es más, era como si todos los demás enemigos se hubieran callado de repente. Iba a reclamarles a los ancianos por las estupideces formas de escoger a los compañeros de los carceleros, porque él era destacado en todo tipo de habilidades y no era justo que le pusieran a uno de esos enemigos tan…

 

 

-tú – Kyoya apenas escuchó esa vocecita, tenue y baja, como la de un jovenzuelo inseguro de todo. Cuando miró a su clase A designado, esos ojos chocolates brillantes se encontraron con los azul metálico suyos – tú eres… nuevo

-Tsunayoshi – pero Kyoya no pudo seguir hablando porque sintió un golpe en su abdomen que lo obligó a doblarse, y luego otro en su frente que lo hizo caer  un par de metros lejos – ¿Qué? – masculló entre dientes porque la corriente de dolor le azotó de repente

-presa… presa – sin pensarlo, Kyoya ya tenía a ese castaño encima de sí – presa – repetía con voz bajita

-joder – susurró al sentir como el mencionado saltaba encima suyo con la clara intención de usar su peso para dañarlo. Kyoya rodó esquivándolo de inmediato, pero sintió un cabezazo que lo aturdió momentáneamente – interesante – sonrió cuando entendió que ese pequeño y menudo muchacho sería suyo… su altanero clase A. Lo pateó con fuerza arrojándolo contra la pared hecha de barrotes y sonrió al sentir el dolor en su cuerpo, ese si era un reto interesante

-¿alimento? ¿Sangre? ¿Presa? – decía el castaño levantándose de inmediato y haciendo las cadenas sonar debido a sus movimientos bruscos y que intentaban tener mayor amplitud en sus pasos – presa – repetía con los ojos cerrados, elevando el rostro como si con ello adquiriera todo el olor a su alrededor

-solo eres un herbívoro – Kyoya iba a golpearlo pero antes de que lo hiciera el pequeño se agachó esquivando y saliendo de su campo visual

-este es difícil Kyoya – sonrió el anciano al verlo tener problemas para atrapar – Tsunayoshi es especial

 

Cuando Kyoya logró encontrarlo con la mirada entendió muchas cosas acerca de ese pequeñito ser. La razón por la que Tsunayoshi era considerado el más difícil era porque simplemente era eso, difícil. Cuando el castaño se acercó a los demás clase A, ellos se alejaban de inmediato, era como si temieran al propio Tsunayoshi. Muchos dirían que era mero instinto de supervivencia latente, pero había algo más interesante que eso, Tsunayoshi ni siquiera parecía considerar a los demás enemigos, los despreciaba.

El castaño enfrentaba a sus compañeros a propósito, golpeó a un par usando todo su cuerpo en una tacleada y a otros los empujaba hasta los barrotes, con los más arriesgados batallaba con la fuerza en sus piernas. Todo eso era simplemente era un juego. Kyoya sonrió satisfecho porque en poco tiempo ya analizó el comportamiento de su “mascota”, ese castaño sería interesante de tratar. Lo mejor de todo era que, Tsunayoshi era un león, era sencillamente un depredador como él. Cuando lo atrapó después de pelear por mucho tiempo, lo arrastró, sintiendo como el bozal se rozaba con sus brazos en un intento vano por morderlo. Iba a disfrutar de amansarlo, ese reto le estaba empezando a gustar

 

Continuará…

 

Notas finales:

Estaba corrigiendo y me di cuenta que tenía cuatro capítulos bien hechos y lo demas narrado en partes. Así que vine a dejar esto por satisfacción personal porque cuando releía la historia me di cuenta que me encantó cambiar de ambiente un rato XD

Lo malo es que con este ambiente depresivo no sé cómo continuar mi otra historia de "Las gotas de la vida" -.... tardaré más en corregirla, no me gustó como quedó el capítulo , sorry~ aunque no creo que alguien que lea esto, siga la otra 

Nos veremos~

Besitos~


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