Aquellos oscuros y profundos ojos se habían clavado en él al instante, y Jungkook ya notaba un creciente escalofrío ascendiendo por su columna vertebral. Porque cruzar miradas después de tanto tiempo no resultaba tan sencillo: demasiadas sensaciones confluían en ese intercambio mudo de sentimientos, sentía que caía dentro de un agujero negro, hundiéndose en las pupilas contrarias. Las palabras se negaban a salir de su boca, y fue Yoongi el encargado de romper aquel silencio sepulcral que los estaba matando a ambos. Se aproximó lentamente, admirando cada centímetro de su amante, temeroso de mantener contacto físico e, impaciente por su reacción, sus labios pronunciaron la palabra que le quemaba en la garganta desde hacía tanto tiempo.
-Jungkook... - Y el apelado sintió que el aire desaparecía en la estancia y no le daba tiempo a guardarlo en sus pulmones. Sus fuerzas comenzaron a flaquear y terminó entrecerrando los ojos, venciendo su cabeza hacia atrás. Yoongi reaccionó al instante, sosteniéndole entre sus brazos y, cuando sus frentes chocaron con el repentino movimiento, quiso desaparecer al ver las lágrimas del otro luchando por escapar de sus cuencas.
-Yoon... Yoon... - Ni siquiera era capaz de pronunciar su nombre completo, sumido en el shock del momento. Sentirle tan cerca conseguía desvanecer las pocas fuerzas que aún reunía; pronto terminaría en el suelo si continuaba por ese camino. Pero lo que no sabía era que aquel tipo al que no era capaz de nombrar, iba a enviarle al infierno con sus palabras.
-Estoy aquí – un susurro cálido contra sus labios y la cordura del moreno desapareció por completo. Nunca se consideró fuerte, y la peligrosa cercanía con el otro estaba despertando sus adormecidos deseos. Ya tendría tiempo de arrepentirse más adelante, pero en esos momentos sólo anhelaba fundirse con él, sentir a Min Yoongi una vez más, y lo besó. Un suave roce a su boca, degustando un placer enterrado en lo más profundo de sus recuerdos. El otro no dudó en corresponderle, marcando un cauteloso compás al tiempo que su lengua pedía silencioso permiso para enlazarse con la suya. Permiso que no fue denegado, y comenzaron a juguetear tímidamente, redescubriéndose, reviviendo el pasado.
Pero aquel momento debía ser fugaz porque Jungkook necesitaba respuestas, así que deshizo la unión de sus labios, mirándole fijamente, notando ahora la sequedad en sus ojos
-Hablemos
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Aquellos oscuros y profundos ojos se habían clavado en él al instante, y Jungkook ya notaba un creciente escalofrío ascendiendo por su columna vertebral. Porque cruzar miradas después de tanto tiempo no resultaba tan sencillo: demasiadas sensaciones confluían en ese intercambio mudo de sentimientos, sentía que caía dentro de un agujero negro, hundiéndose en las pupilas contrarias. Las palabras se negaban a salir de su boca, y fue Yoongi el encargado de romper aquel silencio sepulcral que los estaba matando a ambos. Se aproximó lentamente, admirando cada centímetro de su amante, temeroso de mantener contacto físico e, impaciente por su reacción, sus labios pronunciaron la palabra que le quemaba en la garganta desde hacía tanto tiempo.
-Jungkook... - Y el apelado sintió que el aire desaparecía en la estancia y no le daba tiempo a guardarlo en sus pulmones. Sus fuerzas comenzaron a flaquear y terminó entrecerrando los ojos, venciendo su cabeza hacia atrás. Yoongi reaccionó al instante, sosteniéndole entre sus brazos y, cuando sus frentes chocaron con el repentino movimiento, quiso desaparecer al ver las lágrimas del otro luchando por escapar de sus cuencas.
-Yoon... Yoon... - Ni siquiera era capaz de pronunciar su nombre completo, sumido en el shock del momento. Sentirle tan cerca conseguía desvanecer las pocas fuerzas que aún reunía; pronto terminaría en el suelo si continuaba por ese camino. Pero lo que no sabía era que aquel tipo al que no era capaz de nombrar, iba a enviarle al infierno con sus palabras.
-Estoy aquí – un susurro cálido contra sus labios y la cordura del moreno desapareció por completo. Nunca se consideró fuerte, y la peligrosa cercanía con el otro estaba despertando sus adormecidos deseos. Ya tendría tiempo de arrepentirse más adelante, pero en esos momentos sólo anhelaba fundirse con él, sentir a Min Yoongi una vez más, y lo besó. Un suave roce a su boca, degustando un placer enterrado en lo más profundo de sus recuerdos. El otro no dudó en corresponderle, marcando un cauteloso compás al tiempo que su lengua pedía silencioso permiso para enlazarse con la suya. Permiso que no fue denegado, y comenzaron a juguetear tímidamente, redescubriéndose, reviviendo el pasado.
Pero aquel momento debía ser fugaz porque Jungkook necesitaba respuestas, así que deshizo la unión de sus labios, mirándole fijamente, notando ahora la sequedad en sus ojos
-Hablemos
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