La petición
Una fuerte tormenta azotaba el santuario de Athena, aquella noche parecía que el cielo iba a caerse debido a los fuertes vientos y gran cantidad de agua que caía.
En el templo de acuario, su dueño se dirigía a la sala con una taza humeante de café en las manos.
Se acerco a la persona que permanecía sentada en su sofá, tapada hasta la cabeza con una frazada.
Camus le tendió la taza y su acompañante la tomo con ambas manos.
-Gracias-emitió en un suspiro mientras el acuariano tomaba asiento enfrente suyo
- ¿Quieres contarme lo que pasa?
-…cre…creo que necesito otra clase-dijo mirando el humeante liquido en la taza
- ¿Para que otra? Me parece que aprendiste bien, Milo
-No de lo mismo- Camus elevo una ceja, no entendía a donde se dirigía su amigo
- ¿Algo no va bien con Aioria?
-No todo lo contrario. Ese es el punto- el escorpión dio un suspiro y finalmente se atrevió a mirar al francés- ¿Recuerdas porque te lo pedí?
-No querías que supiera que nunca habías besado a nadie-Milo asintió
-Ese día me salvaste
***flash back***
-¡¡¡¡¡CAMUS!!!!!...¡¡¡¡¡CAMUS!!!!!-se oía los gritos de Milo mientras atravesaba el onceavo templo en busca de su guardián.
Aun así no recibía respuesta por lo que se dirigió al cuarto favorito de su mejor amigo, abrió despacio la puerta de la biblioteca y como lo imagino encontró a Camus tan sumido en su lectura que de seguro ni lo había escuchado.
Ante esta escena, el caballero de escorpión sonrió con malicia. Se adentro en la habitación procurando no hacer el menor ruido mientras se acercaba por detrás del caballero de acuario para así propinarle un susto de muerte.
Estando ya a escasos centímetros del cuerpo de su amigo, preparo sus manos para tocarlo cuando…
-Ni lo intentes Milo-emitió en tono serio sin despegar la vista de su lectura
-Ahhh que aburrido eres- dijo haciendo un berrinche mientras se sentaba a un lado de su compañero en el sofá
-No soy tu entretenimiento Milo.
-No, pero un ratito podrías.- sonrió abiertamente enseñando los dientes
Camus negó con la cabeza emitiendo un sonoro suspiro.
-Y bien se puede saber ¿A que venías?
-Ah... Si... Es que necesito pedirte algo
-Te escucho
-Bu...bueno tu sabes que me gusta Aioria-el caballero de acuario asintió con la cabeza- bueno yo quería decírselo y darle un beso
En ese instante, Camus pudo sentir como su corazón se destrozaba en pedazos ante la confesión de su amigo ya que su sueño cada vez era mas lejano.; Aun así mantuvo su compostura e intento sonar lo mas natural posible.
-¿Que hay con eso?
-Que no se como hacerlo
- ¿Quieres que te ayude a escribir tu confesión?
-No. No quiero ayuda con eso
-Entonces ¿Donde encajo yo en todo esto?
-Quiero que me ayudes con... con lo del beso-admitió con la cabeza gacha y un leve sonrojo en las mejillas
Camus lo miro extrañado sin entender a lo que se refería exactamente
-Tu... tu sabes que nunca he besado a nadie -el caballeros de los hielos asintió-por... por eso quiero que me enseñes a hacerlo y que me ayudes a practicar-logró soltar casi sin respirar al hablar
Camus solo lo miro estupefacto su voz parecían haber abandonado por completo su cuerpo y su única acción posible era la de parpadear un par de veces.
- ¿Camus?
-E... eso no debería ser un problema-finalmente logró articular cuando la voz de su compañero logró traerlo a la realidad-es decir, si el te quiere no le dará importancia a eso. Al contrario le parecerá más especial
Rápidamente Milo negó con la cabeza
-No Camus. Él no le da importancia a esas cosas. Además...-bajó la cabeza y desvío la vista
- … ¿Además?-repitió enmarcando una ceja
-Aioria cree que tengo experiencia y mucha
- ¿De donde saco eso?
-Yo se lo dije. En una ocasión hablamos de eso y me dio vergüenza admitir mi verdadera situación, así que me invente todo un historial-admitió en tono bajo
Camus solo suspiro y después de unos momentos agregó
- ¿Y no sería mejor decirle la verdad?
-Por favor Camus solo serán algunos besos. Nadie va a enterarse lo prometo-suplico con ojos brillantes
-De verdad esto es importante para ti. ¿Cierto?
-Mucho
-... De acuerdo-acepto con un suspiro
Jamás podría negarse a una petición de esa persona y al menos así sabría que se siente probar esos hermosos labios que tantos años anhelo rozar con los suyos
*** Fin del flash back***
-No fue para tanto- el acuariano desvió la vista para evitar que su pequeño sonrojo se notara
-Para mi si. Gracias a eso pude tener la confianza necesaria para confesarme a Aioria y que podamos ser novios -en este momento una tenue sonrisa apareció en sus labios
-Si todo esta tan bien porque viniste con este clima
-…bueno sabes que Aioria se fue de misión por unos días- Camus asintió con la cabeza- antes de eso estuvimos hablando y acordamos que cuando el volviera…cuando volviera…estaríamos juntos co… como pareja.-admitió totalmente sonrojado
El acuariano trago grueso, se imaginaba eso pero no quería confirmarlo. Sabia que eso podía pasar ya que eran pareja pero que el mismo Milo se lo dijera era desgarrador.
- ¿Que…que con eso?- logro articular ahogando nuevamente sus sentimientos
-Mi… mi mentira fue respecto a eso también.
- Deberías decirle la verdad. Son pareja
- Precisamente me dejara si lo sabe
-No si te ama de verdad. Se enojara pero acabara por aceptarlo y perdonándote
- Me dejara y no querrá volver a hablarme. Camus por favor tienes que ayudarme
- ¿Y como se supone que te ayude?
- Bueno… de…de la misma forma que con los besos – de repente los colores se subieron al rostro de ambos
-Tu…tu…-no podía armar una frase coherente, le estaba costando procesar aquella información
- Quiero que te acuestes conmigo Camus- soltó de una sola vez la razón por la que había subido hasta el templo de acuario.
-¡Milo tu estas loco!- dijo con una mezcla de enojo y sorpresa a la vez
- ¿Por qué? no es para tanto
- ¿Y que pasa si Aioria se entera? ¿Como crees que se lo tome?
- No lo hará. Solo tú y yo lo sabremos. Por favor Camus
-Milo entiende esto es demasiado. Por más que sea tu mejor amigo no puedo hacerlo
- No puedo pedírselo a nadie más. Eres en quien mas confió-bajo la cabeza y el flequillo le tapo el rostro
El francés permaneció inmóvil observándolo por algunos segundos y luego emitió un sonoro suspiro
- …Déjame pensarlo
- ¿En verdad?-los ojos del escorpión buscaron los del acuariano. Parecían estrellas por lo que Camus no pudo sostenerle la mirada y corrió el rostro rápidamente
- No he dicho que si... Pero prometo meditarlo aun que sigo pensando que deberías decirle la verdad.
El rostro de Milo se iluminó con una gran sonrisa y sin pensarlo abrazo a su amigo
- ¡¡¡Gracias Camus gracias!!!
Camus no supo que mas hacer. Elevó su mano derecha a la altura de la cabeza del otro y la dejo inmóvil un instante para luego simplemente acariciarle el pelo.
Siempre había cedido a los caprichos de Milo ¿Por qué? Simple lo amaba desde que recordaba. Al principio el escorpiano había sido su único amigo y por eso la persona con la que más confianza tenía pero ese sentimiento fue creciendo hasta convertirse en amor. Por desgracia el corazón de Milo pertenecía a alguien mas y como mejor amigo fue el primero en enterarse y el testigo de todo el drama que el escorpiano paso hasta poder confesar sus sentimientos.
A Camus en verdad le dolía cada cosa que su amigo le contaba pero jamás soportaría estar lejos de él, por eso siempre lo ayudaba pero esta petición era demasiado debía pensarlo mucho no solo corría riesgo la relación y por ende la felicidad de Milo si no también su propio corazón.