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House of Cards por Ceilla_chan

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Notas del capitulo:

Ya lo queria subirlo, espero que les guste :3

Se dice que hace meses, un padre y su hija desaparecieron del pueblo, solamente sabían que habían ido al bosque, al rio que se encontraba antes de llegar al pueblo de ancianos, semanas después se encontró el cuerpo del padre, severamente mutilado al rededor del rio, pero nunca se vio a la niña de nuevo. Aun recordaban que el padre iba con su hacha y saco grueso café, y la pequeña con una capa roja.

Mucho tiempo después, cuando pensaron que ya habían olvidado aquel trágico suceso, el cuerpo de la niña apareció, justo delante de un niño quien miraba curioso como las mariposas volaban alrededor de él. Un ser enrome, oscuro, feroz cosa traía en su hocico lo que parecía ser una niña. Los gritos del niño alertaron a todo el mundo y con hachas, martillos y antorchas buscando ese animal que posiblemente fuera el responsable de aquellas muertes durante varias días atrás, ya que siguieron aumentando el número de desaparecidos.

Algo extrañado el niño, sin querer ver al cuerpo inerte a unos metros de él, encontró que estaba en perfecto estado.

No tenía sangre, ni cicatrices, nada.

Pero no comento nada por temor a ser regañado.

Ellos tenían la razón, ese animal, que después se enteró que era un lobo, era el responsable.

Un lobo enorme...

Con ojos oscuros.

Pelaje sucio.

Saliva saliendo de su boca.

"Un lobo es lo peor para nosotros los humanos, ya que saben cazar, saben asechar a su presa, saben el territorio, saben el miedo que provocan ante nosotros, es un peligro para cada uno, para nuestras hijas e hijos, para nuestras esposas y esposos, para nuestros padres, no pudimos localizar al lobo, pero tememos que vuelva a atacar."

Desde ese día, mucha gente tenía miedo.

Desde ese día, un niño dejo de temerle a los que todos le tenían pánico, ya que, "Si he visto a lo que me enfrentare, no tiene sentido que le tema a algo que se cómo es."

KyungSoo.

El chico con la piel más blanca de toda la cuidad, pasaba por las calles con una sonrisa entre sus mejillas, respondiendo al saludo de todas las personas que le saludaban.

Estaba catalogado como el inocente hijo del oficial del pueblo y del doctor que trataba a los enfermos gratuitamente.

Las mujeres mayores deseaban que fuera su nuero por aquella belleza que era más elevada que las de sus propias hijas.

Su cabello azabache rojizo, que marcaba perfectamente aquellos ojos grandes y expresivos en su lindo rostro.

Sus labios, otra cosa más que envidiar de este chico de no más de 17 años, eran acorazonados, carnoso, rojos por el frio que era el clima en donde estaban.

Haciendo también que en sus mejillas se colocara siempre un sonrojo que duraba todos los días.

Su familia era la más querida y apreciada

Una parte, por su padre, el médico, el que ayudaba a los necesitados sin recibir nada a cambio, siempre haciendo labores altruistas que la gente agradecía por sus capacidades y hermosura del cuerpo de aquel.

Después estaba su padre, jefe de la seguridad del pueblo, era todo un hombre, casi con el aspecto de leñador, solamente que por petición de su esposo e hijo, se tenía que rasurar la barba que tanto amaba, estaba a cargo de la seguridad del pueblo, del reducido pueblo que estaba a no más de 25 minutos, donde vivían personas mayores de edad que creían que podían sobrevivir sin la ayuda de los jóvenes, claro, el padre de KyungSoo y varias personas les daban alimentos o las cosas más sencillas para sentirse útiles. Pero sobre todo, estaba al cuidado de su amado esposo y su querido hijo.

Eran limpios, sinceros, responsables.

Todos los amaban en aquel pequeño pueblo.

Todos querían que el pequeño de los Do les viera más, pero este nunca se vio interesado en alguien en particular.

Ni en mujer, ni en hombre.

Le encantaba la lectura, por lo que sus conocidos le regalaban libros casi a diario, aprendiendo muchas cosas de estos.

Su amigo, desde pañales, Baekhyun, le recalcaba que debería de ver a las señoritas del pueblo u, aunque sea, formara amistad con alguna, que sabía lo tímido que era su pálido y ojón amigo.

Le gustaban los lugares calientes, algún saco enorme de piel calientito o lugar suavecito, donde pudiera tener comodidad y dormir.

Comer, otra cosa que le encantaba, por lo que las señoritas o mujeres ya mayores que vivían ahí se esforzaban para darle siempre un presente con algún platillo favorito de este, ya que entre las mujeres se sabían cada gusto del chico que le daba un poco de miedo.

Sus padres no sabían como seguía delgado de tantas cosas dulces, su punto débil, que comía y después se iba a su habitación a tomar una siesta de medio día.

Eran sin querer el centro de la cuidad.

Si alguien del pueblo, necesitaba ayuda, iban con los Do para tenerla, aparte del cariño y la sensación de alivio que siempre sentían al ser escuchados atentamente.

Esta historia se remota en octubre 15, un miércoles como cualquier otro, KyungSoo salía de la pequeña escuela que estaba en el centro de la cuidad. Su casa, estaba cerca de la salida del pueblo, miraba como a lo lejos de las casas y pequeños edificios se veían los grandísimos arboles del bosque que los rodeaba.

Si, estaban dentro de la nada.

Un poco cerca al lugar olvidado de dios y un tanto lejos de la vista del diablo.

Los hombres, se encargaban de conseguir comida, leña, agua, carne, carbón. Todo lo necesario para tener la vida más tranquila.

Las mujeres, se encargaban de criar a los niños y niñas, a la recolección de alimentos en las granjas, a las comidas y muy pocas a recolectar leña.

Justo estaba comiendo en la casa de su amigo, cuando la madre del último llego a la casa.

-Hijo, oh KyungSoo, que alegría verlos a los dos, ¿podrían hacerme un grandísimo favor? - Preguntaba con una sonrisa, y obviamente suplica para los menores.

- ¿Que pasa mami? - Baekhyun dejo de comer para ponerle atención a su madre. Estaba vestido de su cómoda pijama color café, y el mayor de los dos, Do, estaba con la ropa que dejaba cuando se quedaba en la casa del castaño.

-Me acabo de enterar que a tu abuela se le acabo la comida y no me ha querido decir, pueden llevarle la comida? De paso también si gustas KyungSoo le llevas a tu abuela también- su castaño hijo asintió y a los pocos segundos igual el pelinegro.

Haciendo que la mujer sonriera felizmente.

-Ya entonces, vayan ahora aun es medio día como a la tarde creo que regresaran, solo díganle a los guardianes que regresaran como a las ocho. - dijo pasándoles canastas con mucha comida. - Y si no pueden llegar quédense a dormir ahí, les diré a tus padres KyungSoo~.

-Gracias, ¡entonces vamos Baekhyun!

-Oweee... ¿No puede ser más tarde????

-Pero si van tarde vendrán, regresarán más tarde.

-Ñoooo~.

-Baekhyun.

-Si vas ahora, cuando llegues tendrás tu comida favorita y tu postre, también para ti KyungSoo~.

El menor Byun sonrió tan grande agarrando las dos canastas para su abuela con fuerza, saliendo a gran velocidad.

-Sera mejor que vaya detrás de él, ¿no?

-Sí, creo que sí... No se vaya a perder.

-Cierto, entonces nos vemos al rato señora Byun.

La señora sonrió y le entrego las canastas dándole ánimos, que no perdiera a su hijo y que se la pasaran bien.

KyungSoo al salir vio cómo su mejor amigo iba casi corriendo a la salida y entrada del pueblo.

Tenía que apresurarse o si no su amigo se perdería y ahora en estos días era mejor ni salir, pero era la única forma de llegar más rápido en vez de rodear el pueblo.

Suspiro al ver la espalda que caminaba demasiado rápido, no quería caminar tan rápido con las canastas llenas de víveres.

-Baekhyun, espera ¡No camines tan rápido!

-Quiero comer pastel esta noche ¡No me detendré!

Otro suspiro salió de sus labios, Baekhyun camino aún más rápido y en menos segundo ya no lo vio, por primera vez camino rápido pues, no quería buscarlo después.

Pasaron los minutos.

Y nada.

Paso como una media hora según sus cálculos cuando ya ni el camino en el suelo veía.

Bufo por eso, ahora tenía que buscar a Baekhyun desde atrás.

Y sin saber a dónde ir por tantos árboles, fue cruzándolos entre medio, sus ropas estaban ya sucias pues casi cae por culpa de una raíz salida.

- ¡Baekhyun! - grito preocupado, pero nadie contesto. Imaginándose lo peor pues ahora estaba oscureciendo y tenía miedo de pasar una noche en ese lugar.

Cansado después de horas de caminar termino sentándose en una roca, dejando las dos canastas en el suelo.

-Me perdí- admitió en un murmuro, gruñendo pues ni tenía ganas de hacer nada.

Espero a que el cielo estuviera totalmente oscuro, siendo solamente iluminado por las estrellas y la luna.

Tenía que encontrar un lugar un tanto vacío para poder ver en su alrededor.

Cuando estuvo cerca de un rio suspiro, tenía hambre, aunque no quisiera tenía que comer de las canastas.

Y a media manzana verde fue cuando se dio cuenta de unos ruidos salientes de la barrera de árboles que estaban enfrente suyo.

Con un poco de miedo se volteó, no podía ver nada solo como las ramas se movían rápidamente hacia la izquierda.

- ¿Baek...Baekhyun? - pregunto temeroso.

Pues a pesar que todos decían que no le temía a nada.

No era cierto.

Le tenía miedo a lo desconocido, por eso trataba de saber mucho, para que nada le diera miedo.

-Baekhyun... Si estás jugando por favor... Tengo miedo... Sal de ahí por favor... Tengo comida. - y como si sus ojos de por si eran grandes, al ver el enorme (para el) animal que salía de los troncos, le provocó abrirlos aún más.

Solo una vez vio a un lobo.

Grande. Enorme.

Feroz.

Su saliva se salía de los colmillos que sobresalían del hocico del animal.

Sus ojos brillantes.

Diablos, eran los últimos momentos de KyungSoo y ni había acabado el libro de pasta gruesa que lo estaba esperando en su habitación.

Ahora no podría saber en que acaba la historia.

Si la muchacha pudo conseguir quedarse con el apuesto chico.

O si todo se fue al caño y la chica al final se suicidó.

Tenía que admitirlo, era hermoso.

Pero aun así sus latidos eran acelerados.

Su adrenalina recorría sus venas y sin pensarlo mucho.

La manzana que ahora se encontraba volando muy pero muy cerca del lobo.

No era para lastimarlo, eso solo lo enojaría.

Sabía que los lobos solitarios eran más propensos a atacar.

Si, se había estudiado todo acerca de ellos.

Sabía que en una manada si otro lobo trababa de ser alfa, y perdía, automáticamente se tenía que ir de la manada.

Más que nada por honor y orgullo.

Tenía cierto miedo, si de por sí, el lobo de enfrente se veía fuerte y aun así perdió.

¿Cómo será el que se enfrentó?

Pero consiguió lo que esperaba, había volteado para ver donde quedo la manzana y sin pensarlo mucho dio la vuelta y empezó a correr.

Grave error.

Pues, se le había olvidado que había un rio estaba enfrente suyo.

Y si, termino estrellándose contra el agua.

Perdiendo la conciencia en tan solo segundos.

El lobo se acercó con cautela, viendo que no se movía en absoluto. Cambiado a su forma humana para poder llevarse al chico y las canastas con comida.

Él era un cambia formas, era el hijo de la anterior alfa de su manada, sin embargo, después de la muerte de su padre su hermano mayor consiguió el logro de ser el alfa, estaba enojado en ese tiempo, tanto que junto con su otro hermano mayor trataron de quitarle el trono a su hermano.

Sin embargo, el mayor de los tres era una bestia que no media mucho su fuerza.

Terminaron abandonando la manada a pesar que la pareja de su hermano les pedía que se quedaran.

Nunca olvidara los ojos rojos sangre de Kris, el alfa, su hermano.

Y desde unos meses que ni veía a su hermano, Chanyeol, con ojos azul eléctrico.

Él también los tenía azul, pero eso deriva demasiadas cosas.

1. Cuando se es un alfa, el color de ojos cambia a un rojo intenso, puedes tomar a la pareja que quieras e incluso si es de otros solo para una noche.
Y no estaba molesto por eso, lo que le procuraba de Kris, antes de ser alfa, tuviera una pareja, pero su hermano nunca entendía.

Hasta que cierto lobo omega deambulaba por alrededor de los terrenos de su padre.

Era un cachorro, pues los omegas siempre se verán más pequeños en su forma lobo, estaba sucio y en su pelaje café claro estaba lleno de sangre, tenía una herida en su ojo izquierdo.

Su padre estaba preocupado, pues significaba que cazadores habían encontrado su manada y la exterminaron.

Tenía demasiada compasión con los omegas a comparación que, con las betas, su ojo derecho era un café claro, pero no podían decir algo sobre el ojo izquierdo, no sabía nada, y eso que él fue quien se encontró con el omega a las afueras de su terreno.

Dejando solo a un pobre omega que rápidamente le dio cobijo a la suya.

El chico omega, Tao, había narrado su historia de cómo termino en ese lugar.

Todos veían a un pequeño que tenía miedo a cualquier cosa, que reaccionaba exaltado por cualquier ruido fuerte.

El, Jong In, se hizo su amigo al igual que su hermano Chanyeol.

Podían oler que aún no había sido marcado por nadie.

Y estuvo interesado levemente por él, ya sea por sus reacciones o la manera que se emocionaba tan rápido.

Pero aquellos pensamientos confusos se aclararon cuando su hermano lo reclamo como suyo.

Y en tan solo un poco de tiempo después, el pequeño Tao quien fue aceptado en una manada, fue marcado por el hijo mayor del alfa.

Cuando su hermano, Kris, gano el ser alfa, matando a su padre por traición, Tao paso rápidamente como el omega principal, el cual tenían que cuidar demasiado.

La manada era mediana, no más de 20, ya sea betas (posibles alfas), los que cuidan de los omegas, el alfa quien cuida de todos. Y su pareja, que a pesar se seguir teniendo el privilegio de tener a cualquiera, le seguía siendo fiel a Tao.

2. Los ojos azules, significaba que el lobo era posible alfa, las betas, los que tienen la fuerza necesaria para ser el líder, muy contados eran las betas en una manada, había más omegas que betas. También, si un omega tiene los ojos azules significativa que habían matado a alguien.  Jong In era beta, tenía los ojos azules y hasta ahora no tenía una pareja omega.

Su hermano Chanyeol también era beta, tenían igual los ojos azules, de niños en su forma humana, habían hecho demasiadas travesuras en la cuidad, pero como iban creciendo iban madurando. Tanto que la última vez que fueron, Chanyeol termino ayudando a una familia a buscar el ganado, por consiguiente, él también tuvo que ayudar más de a fuerzas que por ganas, después a Chanyeol le agarro las ganas de ayudar a todos los que podía, y joder que a veces lo llevaba para hacer buenas acciones.

3. Los ojos color miel, un café claro, muy claro, eran los ojos más puros que se ven en la manada, por lo regular entre más miel es más puro y solo en una persona vio aquellos ojos, si, en Tao, de todos los omegas que estaban en su manada ninguno le miraba tan dulce como el pequeño adoptado por ellos.

Era gracioso ahora que lo piensa.

Jong In, cargando a un humano quien estúpidamente trato de huir de él.

Por favor, él era Kai, el mejor guardián y cazador de la manada, no podía hacerle frente un niño que tenía pensado correr hacia el agua.

No entendía como su hermano Chanyeol era tan bueno con ellos, si el humano que ahora hablaba entre dormido se veía tan débil.

No tenía masa muscular, estaba muy bajo de estatura, estaba pálido, bueno todos en su comparación estaban pálidos, pero mucho más este.

- Ammm.... Porque te me haces conocido…- murmuro al acostarlo en su cómoda cama de abajo, paja para dar calor y muchas telas que había conseguido dentro de las semanas que se separó de su manada.

Vivía en una cabaña abandonada, le dio un poco de mantenimiento en el techo y paredes, era un lugar perfecto para dormir fuera de casa.

Ya que se la vivía cazando a animales débiles o cuidando los alrededores de los terrenos de Kris, porque, aunque no quisiera, era su hermano y su instinto de proteger la manada es igual ahora y siempre.

Chanyeol tampoco se quedaba atrás, el desde niño fue encargado del pueblo que estaba en la zona, y ahora ayudaba a los que más necesitaban ayuda, que era fuerza, agilidad y más fuerza.

Pero desde que tuvieron un problema con un tipo en el bosque cerca del rio, se tuvieron que dividir y seguir cada uno por su lado.

-Si le dice a alguien más que un lobo esta aquí.... Joder.... Tendré problemas con Kris...-murmuro al ver al chico dormido en su cama, respiraba suavemente y bajo la luz de la luna que brillaba intensamente, con aquel rostro de facciones delicadas. De piel pálida.

No podía seguir en su casa, y aunque no le gustaba pasar fuera de aquella pequeña caballa, termino por correr en su forma lobo.

En la mañana del día siguiente debería de despertarse, al ver que estaba en un lugar diferente se asustaría y se saldría el mismo.

Aunque...

Estaba consciente que el bosque era demasiado grande.

Y que adentro de este había ciertas cosas que dañarían a un cachorro de humano como él.

Y de cierto modo a él le gustaba tener el control de las cosas, o bueno sus cosas. Y no le gustaba escuchar gritos desesperados.

Mucho había tenido cuando su madre perdió la vida por ellos.

Y si el chico ese se perdía aún más de lo que ya estaba perdido.

Sería su problema si Kris se entera.

Paro de correr, regresando lentamente y calmado, no dormirá dentro, pero si cerca de su casa.

Ya ni porque era suya.

En fin, ya estaba arriba de un árbol en su forma lobo, si estuviera en su forma humana se moriría de frio, diablos, cuando más extrañaba su cama caliente y suave.

...

Despertó sin saber dónde estaba, no reconocía aquella mesa, aquellas sillas, la cama, el olor, la apariencia tan descuidada de aquel cuarto.

Asustado se tocó todo el cuerpo, recordando lo que había pasado ayer, se encontraba un poco húmedo, no sabía porque, pero el olor a tierra mojada penetraba sus fosas nasales.

Y como si fuera un juego, una maldición, una bendición, alguien entro por la puerta tranquilamente.

Trago saliva sentándose en la cama, dándole por un momento un mareo por el repentino movimiento, yendo a la esquina a empujones de sí mismo.

- ¿Qu.... Quien.... ¿Eres...?  - pregunto con temor, abrazando sus piernas.

- Ammm... Soy.... Kai... Te encontré en el rio ayer...- sonrió despreocupado.

Esos ojos tan tranquilos, esa expresión cansada, aquel rostro que jamás en toda la vida de KyungSoo vio. Y se sintió tan bien, como si una tormenta azotara contra su techo, como aquel nerviosismo que le provocaba no saber que hacer, que decir.

Esos ojos que podían comerle el alma entraron su interior y quizás descubrió sus profundos secretos. Porque si, un chico como el, a esa edad, teniendo a los pafres que tenía lo que más apreciaba era sus propios secretos. 

Por más que el lobo cuente su historia, siempre le creerán a la oveja.

 

Notas finales:

si gustan decirme sus opiniones, por favor se lo agradeceria demasiado


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