I
“Discúlpame pero no podemos continuar, siento que todo lo que por ti sentía se esfumó porque me gusta alguien más” fueron las frases que escuchó Eris de Sofia esa tarde lluviosa.
No fue sencillo para Eris superar la ambivalencia que sentía por Sofia, pero su vida se limitó en avanzar académicamente y mientras lo hacía siempre recordaba a su amor fallido, su primera decepción amorosa, el sol para ella no brillaba desde hace mucho tiempo aunque ella sabía que no era el fin del mundo que mientras respirara todo estaba bien… pensaba que la felicidad y el amor no lo era todo en la vida y que se podría vivir sin ellos que no era necesario armar tanto drama por no estar con alguien a quien amas, eso era para la gente sin ocupaciones reales.
Todas las mañana Eris salía a correr con su perrito “Bite” un nombre muy acorde, porque el pequeño remolón tenía todos los zapatos de su ama hechos mierda, pasaba por un café antes de regresar a su casa, se alistaba para ir a la universidad pues estaba cursando el último semestre de psicología cosa que le emocionaba, ya estaba harta de tener que soportar el estrés que le provocaban algunas situaciones en su entorno académico, esta creía y estaba segura de que estaba rodeada de tarados e ineptos que solo generaban errores en sus propias vidas lo cual automáticamente al intentar relacionarse con otro ser humano le cagaría la vida de tanta bestialidad que poseían en cada uno de sus cromosomas.
“Todos estamos seguros de que al vivir una mala experiencia nos serviría de lección para no volver a pasar por lo mismo, pero es ahí donde nos equivocamos, vivimos historias que quizá no tengan relación alguna con otras ya vividas, pero siempre habrá un punto de inflexión que haga que tengas la sensación de que ya pasaste por eso y vuelves a sentirte miserablemente herido contigo mismo por pensar en que no volverías a “tropezar con la misma piedra dos veces” y te das cuenta que estás oyendo canciones corta venas y haciendo una cadena de despechos con cada frase de una letra que realmente no tiene nada que ver con lo que viviste pero aún así comparas tu mierda con una canción que habla de un grupo de hippies bañándose en un rio bebiendo cerveza de papa y automáticamente viene un alud de recuerdos que no te ayudan en nada con la situación… esas son cosas que la mente utiliza en tu contra porque eres un débil que le gusta hacerse daño” y así culminó Eris la presentación de su proyecto final, todos quedaron atónitos al oír semejantes palabras falta de sensibilidad y tacto.
-Profesora Alexa: ¡Wao Eris me impresiona la fluidez que te caracteriza pues me encantó!
-Eris: Muchas gracias profesora, solo opino que es una manera de hacer entender a las personas de una manera agresiva y sencilla que sufrimos porque queremos.
No estoy de acuerdo con lo que acabas de expresar, dice una chica que estaba sentada al fondo a la derecha del aula, su nombre era Fernanda, se caracterizaba por tener buenas notas y no hablar con nadie, siempre estaba sola y eso le costó el epónimo de “La anacoreta” pero eso no le importaba ya que le valía un pepinillo lo que los demás pensaban.
-Eris: Ok, muchas gracias por tu opinión, pero si a la profesora le encantó los demás comentarios no deben incidir ya que no califican mi proyecto.
-Fernanda: Hmm entonces insinúas que la opinión de cada persona en esta aula no es válida porque no calificamos tu paupérrimo discurso, te deseo suerte en tu método de ayudar a personas que realmente necesitan ayuda y que por cierto, pagarán por buenos resultados y no porque alguien con un titulo le diga que su “corazón roto” es por su propia culpa, genial.
Eris estaba que mataba con la mirada a Fernanda, qué se cree esa bastarda en poner en tela de juicio un proyecto que le había costado unos 6 meses de arduo trabajo, corregido y aceptado por los mejores tutores de la universidad o sea que se ubique esa maldita escorpiona, no paraba de decirlo dentro de sí pero de buena manera forzada ignoró todo y esperaba que todos se fueran para decirle claramente a Fernanda que se sentía ofendida por lo que dijo.
-Eris: ¡Hey Fernanda! Espera un segundo necesito decirte algo.
-Fernanda: Bueno si te fijas ya pasó el segundo en el que me querías decir algo, así que lo siento debo irme.
-Eris: Coño pero que imposible eres tú, espérate que debo decirte algo por favor.
-Fernanda: Ok, ¿qué vas a decirme?
-Eris: Que te excediste en todo lo que dijiste, cada vez que abres la boca en clases es para llevarme la contraria, ya me cansé, ¿por qué lo haces?
-Fernanda: Pero si estás mal hay que hacerte entender que la estás cagando, debes aceptar que no todo el mundo irá en tu dirección, no seas mente cerrada como lo eres en tu twitter .
-Eris: De paso me acosas por las redes sociales… que osadía la tuya pues.
-Fernanda: Pues nos seguimos mutuamente y veo cada cosa que publicas lo que realmente no me importa pero no puedo pasar por alto que a veces tienes mucha razón en lo que dices, pero últimamente estas muy dolida.
-Eris: ¡Normal! Ahora debo calarme tus críticas por lo que publico en mi twitter, si no te gustan pues deja de seguirme o bloquearme.
-Fernanda: No, porque si dejo de seguirte no tendré de qué reirme jajajajajaja, ok disculpa por eso, pero en fin deja las niñerías mujer y vive sin preocuparte por lo que los demás piensen de ti, me voy tengo que trabajar.
El día iba pasando y Eris estaba muy molesta con la actitud de Fernanda, aunque no la conocía muy bien le parecía una mujer muy prepotente del cual debía mantener millones de kilómetros de distancia para tener paz mental, no la odiaba aunque eso no signifique que le agradara, solo no le daba mucha importancia a su existencia.