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The Death of Love por MrVanDeKamp2

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Notas del fanfic:

Vale, regresé, el fic me ha quedado un poco apresurado, pero quería acabarlo el mismo 10 aunque no  que me haya quedado como quería, no creo que esté tan mal tampoco xD

Es un songfic inspirado en la nueva canción de Sophie Ellis-Bextor:Death of Love.

El video estuvo filmado en México, y hay una versión Pop y una con Mariachi, se las recomiendo muchísimo.

 

Athair, mi vida, espero que te guste, y lo que no te guste me lo hagas saber, aunque me presupongo que si te gustará aunque sea un poquito.

A mis amigos que me dejan reviews, esta también va por ustedes, muchas gracias por su apoyo, los estoy leyendo en este momento y no dormiré hasta contestar cada uno <3

Y a todos mis lectores: Mil gracias por pasarse a leer, y regalarme un poquito de su tiempo.

Px

Death of Love

 

Streets of Soho

Where we escape to

Take a moment in slow motion

 

Los amantes corrían tomados de la mano entre risas, hacía bastante frío y el día había estado nublado, aunque eso no les extrañaba, todos los 10 de marzo eran así, desde que tenían memoria.

Llegaron al mismo edificio donde Steve le había propuesto matrimonio al castaño un año antes.

-       Estamos aquí – Steve recobraba el aire.

-       Un año después – Bucky le sonrió y se abalanzó sobre sus labios, rodeando al rubio por los hombros con sus brazos.

-       Y un cumpleaños más – le respondió el otro en esos pequeños instantes en los que se separaban para tomar aire.

-       ¡Vamos! – el rubio lo besó rápidamente y siguieron su camino hacia las escaleras.

Ambos sabían de que huían, pero les era bastante divertido, en especial porque cada momento juntos era algo que apreciaban más que nada.

 

Sit beside me and let them hurry

The city waits for no one

 

Subieron hasta llegar a la azotea del edificio, la pastelería seguía igual a como hace un año, algunos clientes, a pesar del frío estaban sentados en la terraza. Los miraron entrar, algunas expresiones de sorpresa, algunas cejas alzadas, algunos murmullos, pero a los chicos no les importó. Steve había apartado la misma mesa, justo en el borde del balcón, con la mejor vista.

-       Antes de ordenar – Steve puso a Bucky frente al balcón y se posicionó tras de él – Quiero decirte que jamás he sido más feliz, mas que a tu lado – y hundió su cabeza en cuello del otro, aspirando ese dulce perfume.

-        Tú eres mi felicidad Steve, no podría haber pedido un mejor regalo de cumpleaños que estar contigo. Y espero que así sea hasta que cumpla – una risilla se escapó de sus labios.

-       ¿Hasta que cumplas cien? – Steve rió también.

-       Hasta que cumpla mil años – Bucky giró su cabeza para besarlo.

La vista de la ciudad era magnífica, ese barrio había cambiado mucho, ciertamente eran chicos de Brooklyn, pero le habían tomado cierto cariño a SoHo.

 

But in my mind we're king and prince

You make the best of everything

And in our fragile kingdom

We're always singing an endless melody

 

Steve no soltaba a Bucky, lo que a ambos les resultaba divertido y pícaro.

-       Vamos a comer ese pastel, o de lo contrario no tendremos tanto tiempo para nosotros aquí – Bucky rápidamente se volteó para besar a su prometido.

-       Pues, tu eres el cumpleañero – el rubio le sonrió sensato y tronando los dedos, como dando una señal, salieron dos camareros con un pequeño pastel y una vela de bengala – Pide tu deseo mi amor – Steve le susurró sensualmente en la oreja mientras los aplausos de los otros clientes se escuchaban.

-       ¿Alguna vez vas a dejar de sorprenderme? – el castaño lo abrazó y aún aferrado a su pecho, sopló la llama que quedaba.

Tomaron asiento y por un momento quedaron mirándose a los ojos, como si fuere la primera vez que se veían.

-       Eres lo mejor que me ha pasado Buck, en toda mi vida – tomó ambas manos, y las besó, primero la metálica, y luego la de carne y hueso.

-       No, tú eres lo mejor – Bucky le sonrió mordiéndose el labio y guiñándole el ojo.

-       Es en serio, y para demostrártelo, no solo por tu cumpleaños – sacó unos boletos – nos vamos de vacaciones a México ¿recuerdas que siempre quisiste conocer esas “haciendas”?

-       Por mi encantado, Señor Rogers – el castaño se levantó junto con el rubio y volvió a abrazarlo – Te amo Steve ¡Te amo tanto!

-       Vamos a ser siempre felices.

 

Every sunrise leads to a sunset

Fruit must fall from branches

There'll be centuries for other lovers, but not for us

But what we've created, it cannot be undone

You know it lives on

 

Se retiraron ahora sí a  su apartamento en Brooklyn, pese a todos los ruegos y advertencias de que Manhattan era mil veces mejor.

Steve cerró la puerta después de que Bucky entró. El castaño se giró para recibirlo con los brazos abiertos. Besándose tiernamente.

-       Cada cumpleaños, más bien dicho, cada día a tu lado es maravilloso – Bucky se pegó al cuello del otro, causándole escalofríos, y excitación.

Una excitación tremenda que era ahora de ambos. Steve por lo general era quien dominaba la situación, aunque no era una regla. Estaba temblando como un niño en los brazos de su amante. La calefacción no fue necesaria para subir la temperatura de la habitación. Los besos, las caricias, los pequeños susurros de placer, y aquellas manos inquietas de ambos, se encargaron de que los vidrios comenzaran a empañarse.

Las camisas, las botas, los pantalones, todo eso pronto les estorbó, el castaño se sentó sobre el sofá, con las piernas abiertas, exponiendo su latente virilidad. Steve, sin instrucción alguna, se arrodilló frente a aquél monumento y le rindió el tributo que se esperaría, haciendo contacto visual con el castaño de cuando en cuando, lo que levantaba los ánimos de ambos más y mas.

La excitación de Steve no se escondía, al contario, escurría en exageración, mientras que seguía con la adoración a la virilidad de Bucky.

Vio como el castaño curveaba sus arcos y decidió parar, poniéndose de pie, y recostándose en la alfombra, abriendo sugerentemente las piernas.

Bucky sonrió extasiado, se levantó con su virilidad mojada, acomodándose encima del otro, besando esos anchos y dulces labios, sintiendo su suavidad, oliendo el aroma del rubio, bajando por ese cuello tan blanco como las perlas, saboreando ese delicado sabor a sal. Besó y lamió los pectorales del rubio, esa parte que desde siempre lo había vuelto loco, sintió esa piel tal suave y el sabor de esos capullos rosáceos.

-       Eres tan perfecto Steve – Se hundió de nuevo en aquellos pectorales mientras el otro gemía al sentir la mano metálica rodeando la base su miembro.

-       Soy todo tuyo mi amor – se estremeció al notar que Bucky bajaba besando su torso, y llegando ahora él a la virilidad de Steve, propinando tiernos besos y sensuales lengüetazos.

-       Mmmm Steve, pensándolo bien, tu eres mi mejor regalo – el castaño bajó al perineo del otro, besándolo un par de veces, haciendo que al otro se le pusiera la piel de gallina, y dirigiéndose hacia esa pequeña pero deliciosa entrada.

Los gemidos y los movimientos involuntarios le indicaron al castaño que Steve estaba listo, esparció lo que quedaba de la saliva de Steve en su miembro y su propia humedad para lubricar la punta, acomodándose sobre el rubio, pero en esta ocasión, con las piernas de este rodeando su cintura, haciendo un perfecto candado con las plantas de sus pies.

El vaivén comenzó lento y calmado, como explorando lo que tantas veces se había explorado, subiendo la intensidad, haciendo más notorios los gemidos de ambos, los ruidos sexuales…

 

Sus miradas, de nuevo se detuvieron un momento. Pero en ese momento lo vieron, lo pensaron todo:

Lo afortunados que ambos se sentían (y se hace la indicación de ambos, por el hecho de que el sentimiento era correspondido) de tenerse el uno al otro. Bucky sabía que Steve lo amaba con todo su corazón, que era verdad cuando éste le decía que era lo mejor que le había pasado, y el castaño sentía lo mismo, no había más sentimiento hacia el rubio de su parte, que amor puro, incluso, más que el que se tenía a sí mismo.

 

-       No importa nada, solo que te amo – Bucky rompió la falta de conversación que había sido reemplazada por los gemidos de ambos.

-       Y te voy a amar siempre, siempre mi cielo – Steve le respondió.

 

Siguieron el acto, pero con calma, desaceleraron el ritmo, si bien la pasión era algo que siempre se presentaba, en ese momento, el verdadero objetivo era disfrutarse, demostrarse su amor.

En un movimiento, Steve comenzó a desahogar el deseo que contenía, haciendo que su interior se volviera más estrecho, lo que causó una oleada de placer en el castaño, manchando el interior que por derecho y naturaleza le pertenecía.

 

-       Dime que nunca va a cambiar nada – Bucky le suplicó a Steve mientras pegaba su frente sudada con la del otro.

-       Siempre va a ser así, tú y yo, solamente. Nadie podrá interponerse nunca.

-       ¿Me lo juras?

-       Por mi vida misma, no pienses nunca, que es final, siempre es un nuevo comienzo a tu lado mi vida, feliz cumpleaños mi amor.

 

It's not the death of love


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