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30. La amenaza de Jaehyo (01) por dayanstyle

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Min Hyuk reprendió a sus lágrimas por salir. Odiaba su debilidad.

¿Por qué no podía ser feroz como Yu Kwon, el hombre que amaba? Nunca había sido del tipo fuerte, y odiaba eso. No importa lo mucho que lo intentara, las lágrimas siempre llegaban en situaciones estresantes.

 

-Por favor- susurró a Yu Kwon.

 

Él no quería que este hombre apuesto conociese algo de lo que se avergonzaba. Estaría devastado si Yu Kwon se lo dijera. Él había luchado contra los demonios que lo atormentaban en los últimos cuatro años y no quería que volvieran a resurgir.

 

Todo el mundo en la casa los aceptaba. Nunca hablaban de lo que les ocurrió hace ya tanto tiempo. Min Hyuk quería olvidarlo, dejarlo atrás, pero Yu Kwon estaba a punto de confesarlo.

 

Min Hyuk no podía soportar ver el disgusto en el rostro del hombre guapo. Le gustaba. Algo en su interior le dijo que podía confiar en Jaehyo. Que el hombre sentado frente a él, lo mantendría a salvo.

 

Pero compartir su vergüenza era algo que no estaba dispuesto a hacer.

 

Dejó escapar un suspiro de alivio cuando  Yu Kwon asintió con la cabeza, diciéndole a Min Hyuk que no iba a decir nada   más.

 

Min Hyuk tragó saliva cuando los ojos del increíble hombre empezaron a brillar con un color rojo que daba miedo. Vio dos puntas afiladas descansando en el labio inferior del caballero.

 

¿Quién te hirió? - gruñó. -¿Quién te hizo eso?-  Sus ojos fueron de Yu Kwon a Min Hyuk.

 

-Nadie- se atragantó Min Hyuk. Los ojos de Jaehyo se suavizaron mientras lo miraba. Min Hyuk pudo sentir una vez más una sensación de protección saliendo de él en ondas, la misma sensación que tenía cuando Yu Kwon lo miraba.

 

Se debatía entre huir y descansar en el regazo del oscuro extraño. La segunda opción lo asustaba mucho. No había sentido nada igual hacia nadie que no fuese Yu Kwon, pero su amigo nunca lo sostendría de la forma que  ansiaba.

 

Yu Kwon siempre ponía excusas cuando las cosas se volvían íntimas. Min Hyuk anhelaba el contacto de alguien  que  se preocupara por él.

 

El último  contacto  sexual  que  Min Hyuk  había  sentido,  fue  de los asquerosos  que lo habían secuestrado y hecho prostituirse, por lo que quería desesperadamente borrar ese vil recuerdo.

 

Pero Yu Kwon no quería borrarlo. Mantenía la distancia sexual, poniendo barreras entre ellos que Min Hyuk no podía echar abajo.

 

- Yo los puedo ayudar- dijo Jaehyo mientras los miraba a ambos. - Si me dejan hacerlo - añadió.

 

-¿Cómo?- preguntó Yu Kwon dubitativamente. -¿Cómo tú ayudarnos?

 

Min Hyuk amaba la manera protectora en la que Yu Kwon siempre hablaba sobre él. Era siempre nosotros en vez de yo. Amaba eso de su amigo.

 

-¿Les gusta estar aquí? - preguntó  Jaehyo  según movía su mano para abarcar la gran  casa.

 

Es bien- se encogió de hombros Yu Kwon. Min Hyuk no estaba seguro de qué iba la conversación. Se había perdido. Lo único que seguía era la mirada de pura compasión en los ojos negros ónix, ojos que iban de él a Yu Kwon.

 

- Yo tengo una gran casa - les sonrió Jaehyo a ambos, -y serán bienvenidos si quieren ir  allí.

 

Yu Kwon resopló. - ¿Por qué nosotros ir contigo? Nosotros no conocerte.

 

- Es verdad, pero podemos llegar a conocernos - ofreció Jaehyo.

Min Hyuk dio un paso atrás, sentándose en el sofá detrás de él. Yu Kwon mantuvo su postura, como separándolo  de Jaehyo.

 

¿Qué pasa si no quiero llegar a conocerte?- desafió Yu Kwon.

 

Min Hyuk miró hacia arriba con resignación. Había visto a Yu Kwon hacer eso antes. Era un juego para él.  Retaría  a Jaehyo hasta que el hombre abandonase y se  fuera.  Hasta ahora, nadie le había seguido el juego a  Yu Kwon.

 

Yo creo que sí - dijo en broma. Min Hyuk observó a Yu Kwon, al ver el brillo de la risa en los ojos de Jaehyo. Él se veía muy bien cuando sonreía. Min Hyuk tragó saliva y se echó hacia  atrás.

 

- Yo digo no. Ahora vete y déjanos- dijo Yu Kwon con suficiencia, como si tuviese la última palabra. Min Hyuk se tensó, preguntándose qué haría Jaehyo. Sabía que los hombres que vivían en la casa no dañarían a su amigo vocazas-cabezota. Pero Jaehyo, a él no lo conocía. Ninguno de ellos lo hacía.

 

- De verdad-  dijo Jaehyo con la misma suficiencia que Yu Kwon.

 

Min Hyuk observó una vez más a Yu Kwon cuando la voz del hombre se puso seria.

 

- A mí no  me  gusta  jugar  juegos,  Yu Kwon.  Nunca  lo  hago. Yo voy al grano. Hay cosas que quiero decirte, pero no estás preparado para ellas. Sólo te diré esto: yo nunca les haría daño a ti o a Min Hyuk.  Conmigo, ambos estarían  más seguros.

 

Min Hyuk creyó a Jaehyo con cada célula de su cuerpo. Sus palabras estaban escritas en piedra. Sólidas e  inquebrantables.

 

-¿Qué haremos si vamos a tu lujosa casa?  ¿Jugar  al Scrabble?

 

Los ojos de Min Hyuk estaban en Jaehyo. Tenía curiosidad también. ¿Qué podrían hacer? Él no iba a mentir, el pensamiento de este hombre protector sujetándolo lo seducía. Jaehyo parecía que realmente se preocupaba por ellos. ¿Por qué? No estaba seguro todavía. Pero él quería descubrirlo.

 

-Yo iré - dijo Min Hyuk desde el   sofá.

Yu Kwon se dio la vuelta rápidamente, con un gruñido desgarrando su garganta.

- No, tú no.

 

Min Hyuk se levantó del sofá, esquivando la mano de Yu Kwon que se había acercado a agarrarlo, y se apresuró hacia  Jaehyo. El hombre se acercó y puso su mano sobre la espalda de Min Hyuk, haciéndole temblar de necesidad.

 

-¿Por qué?

 

-Quiero ir a algún sitio. Estoy cansado de  estar  sentado  en esta casa todo el día. Dime que tú quieres permanecer aquí. Dime que no quieres salir de una vez por todas de aquí - suplicó Min Hyuk.

 

Podía ver a Yu Kwon vacilar. Justo cuando pensaba que su amigo le iba a dar la…

 

- No. - Yu Kwon giró sobre sus talones y se dirigió hacia la puerta de la oficina, sus pasos indicaban lo enojado que estaba. -Ven, Min Hyuk.- Después de decir eso abrió la puerta de golpe, el ruido de la madera indicaba que salía furioso.

 

Lo siento- dijo Min Hyuk separándose de Jaehyo. -Tengo que  ir  a calmarlo.

 

Jaehyo se puso de pie más rápido de lo que Min Hyuk había visto hacerlo a nadie. Ahuecó su cara, se inclinó hacia adelante, y le dio un beso en la frente.

 

Volveré- dijo el vampiro dando un paso atrás.

 

Min Hyuk asintió con la cabeza antes de ir detrás de Yu Kwon. Quería estrangular a su terco amigo. No veía qué  daño  podía hacer el ir con Jaehyo. El hombre rezumaba protección y seguridad.

 

Encontró a Yu Kwon andando de un lado al otro del dormitorio. Se veía tan fuera de sí, que Min Hyuk se sorprendió que no saliera  vapor  de sus  orejas.

 

Esto no iba a ser divertido.

 

Yu Kwon estaba tan cabreado que quería patear a todos  los de la maldita casa. Sí, estaba enojado de que  el extraño viniese aquí e intrigase a Min Hyuk, el hombre al que amaba más  que  a nadie en el mundo.

 

Pero lo que lo había enojado tanto que hasta podría masticar clavos, fue el hecho de que él había querido ir. Su  experiencia desde que llegó a este país le había demostrado que los hombres no  eran  confiables,  excepto Min Hyuk.

 

Claro, los hombres en esta casa eran amables. Nunca le hicieron daño a él o a su amigo. Pero eso no significa que no pudiesen. Yu Kwon no iba a confiar en ninguno de ellos. Por eso era tan irritable. No les permitía sobrepasar sus defensas.

 

- Yu Kwon - Min Hyuk se acercó a él lentamente.

 

Se  sintió aliviado al ver que no se había ido con Jaehyo.

Entonces se cabreó.

 

¿Por qué?- Parecía que no podía articular más palabras. Dolía. Min Hyuk era suyo. Se había enamorado de él desde su horrorosa experiencia. Él era dulce, amable, de voz suave, pero también malditamente ingenuo para su propio bien.

 

Maldijo cuando Min Hyuk se separó de él, con incertidumbre en sus ojos. Yu Kwon no quería aterrorizarlo. No era su culpa que Jaehyo viniese aquí como el apuesto hombre que era, y tratase de llevárselos.

 

Lo siento-dijo Min Hyuk con lágrimas brotando de sus ojos. Inmediatamente, cruzó la habitación y atrajo a su amigo a sus brazos, sosteniéndolo cerca y nunca queriendo dejarle ir.

 

No pasa nada - Yu Kwon abrazó a Min Hyuk hasta que sintió que el hombro de su camiseta se mojaba.

 

No llores, precioso. - Se sentía un monstruo. Min Hyuk lloriqueó y se separó.

 

- Él es bueno.

Yu Kwon se acercó y secó las lágrimas, apretando la mandíbula.

 

Así era el hombre que nos engañó a todos y cada uno de nosotros, bebé.  No podemos  confiar en nadie.  Recuerda       eso.

Después, besó las húmedas mejillas.

 

-Estoy cansado de vivir así, Yu Kwon. Tiene que haber algo mejor.

 

El destino encontrará un lugar para  nosotros, Min Hyuk. Confía en eso. No estaremos aquí para siempre. Nos quedamos porque los lobos nos ofrecieron su protección.

 

- También Jaehyo.

 

Yu Kwon gruñó al oír el nombre. -Nos ofrece protección, pero ¿a qué precio, Min Hyuk? Veo, tanto como tú, el hambre en sus ojos. Yo recuerdo esa mirada. No es algo que quiera recordar tampoco.

 

No - Min Hyuk lo contradijo. -El hombre estuvo tranquilo la mayor parte del tiempo. Pero cuando se sentía amenazado, alerta. Él es diferente. Puedes sentirlo. Sé que puedes.

 

- Él no es diferente del resto de los hombres hambrientos. Todos quieren sexo. Y eso es todo lo que Jaehyo quiere. Quiere arrastrarnos a su casa como si no tuviésemos cerebro.

 

Min Hyuk bufó. -Tú eres el único que habla como si no tuviese cerebro, pretendiendo hablar un mal coreano. Todo el mundo piensa que  eres  un mentecato.

 

- Y planeo que sigan igual. Si piensan que soy un ingenuo, no esperarán nada de mí.

 

Min Hyuk atravesó la habitación y subió a la cama de Yu Kwon. Su corazón dolía cada vez que Min Hyuk hacía eso.  Lo  quería  con cada fibra de su ser. Pero después  de  las  horribles  experiencias por las que habían pasado, Yu Kwon no podía usarlo de esa manera. Respetaba a Min Hyuk  demasiado  como  para  hacerle  eso  a él.

 

- Está mal, Yu Kwon, tratarlos de ese modo. Ellos se preocupan por nosotros.

 

Min Hyuk había tratado de llegar a él en incontables ocasiones, pero eso sólo era debido a lo que le había pasado. Su amigo no conocía a nadie más, y Yu Kwon no iba a beneficiarse de  eso.

 

Caminó hacia la ventana, aumentando el espacio entre ellos antes de responder. Algunas veces la tentación era muy fuerte. Min Hyuk era tan hermoso. Era delicado y delgado. Sus rasgos le recordaban a Yu Kwon a una muñeca de  porcelana.

 

- Nadie se preocupa por nosotros. Sólo nos tenemos el uno al otro.

 

- Estoy cansado de eso, Yu Kwon. Quiero salir al mundo y explorarlo. ¿Te gusta vivir en esta habitación?,  ¿en  una  casa donde no se te permite salir por miedo a que te ataquen? Esto no es vida, Yu Kwon. La vida tiene mucho que ofrecernos. Yo quiero vivirla.

 

Yu Kwon estaba desgarrado. Quería que Min Hyuk fuera feliz. Ahora qué, ¿le estaba diciendo que no lo fuera? Si pudiese le daría a su amigo el mundo, pero ¿Jaehyo? No confiaba en  él. Miró hacia el techo mientras le contestaba.

 

- De acuerdo, veremos si aún sigue aquí. Pero recuerda usar tu mal inglés. Y no te acerques mucho a él. Odiaría tener que cortarle las pelotas.

 

Min Hyuk levantó la mirada, salió de la cama y corrió hacia la puerta. Paró antes de abrirla y se volvió hacia Yu Kwon.

 

-Gracias.

-Sí, sí. Anda, ve.

 

Dijo adiós con la mano. Se preparaba según cruzaba la habitación. Al menos iba a ser una tarde interesante.  Debería haber sabido que iba a ceder a la petición de Min Hyuk. Haría cualquier cosa por ver al hombre sonreír.

 

Demasiadas noches se había tumbado entre los brazos de Yu Kwon y había llorado cuando los tipos malos los habían usado. Habían pasado cuatro años desde que aquello pasó, pero aún parecía que fue ayer para él.

 

Min Hyuk irrumpió en la habitación, con  sus  mejillas enrojecidas por la excitación.

 

-Aún está aquí. Dice que nos espera en la puerta  principal.

 

Yu Kwon no sentía lo mismo, pero sonrió ante la gran excitación que su amigo exudaba. -Entonces, vámonos.- Echó a su exuberante amigo de la habitación. Frunció el ceño de nuevo cuando bajaba las escaleras, viendo a Changjo, Jongin y Jaehyo, esperando delante de la puerta. No esperaba para nada  eso.

 

No le importaba lo que Min Hyuk dijese, no iba a confiar en Jaehyo. La única razón por la cual iban, era porque Min Hyuk parecía muy angustiado. Él no quería que su amigo se sintiera de esa manera.  Min Hyuk debería  permanecer  siempre  feliz.

 

Min Hyuk estaba a poca distancia de Jaehyo,  tenía  la expresión de un excitado cachorrito en su rostro mientras miraba al vampiro. Yu Kwon quería que Jaehyo mordiese el polvo. Debería estar lleno de ira y de recelo hacia cada uno de los allí presentes, excepto Min Hyuk, pero reconocía a un tipo atractivo cuando lo veía. Y, aparte de su amigo, Jaehyo era francamente espléndido.

 

Una sonrisa apareció en su cara mientras miraba a Yu Kwon.

-Me alegra que decidieras  venir.

 

Yu Kwon le dio un pequeño empujón cuando salía por la puerta. Puede que fuese con él a dar un paseo, pero no significaba que le gustara. Todos podían besar su pálido trasero. Él no iba a disfrutar de eso.

 

Min Hyuk rápidamente lo siguió, radiante como un rayo de sol. Le dio a su amigo una  pequeña  sonrisa,  cuando se aproximaban al auto negro con las ventanas tintadas. Si  Jaehyo  intentaba algo, iba a bajar cada ventana del maldito  coche.

 

Su amigo corrió delante de él, abriendo la puerta y saltando dentro. Yu Kwon se resignó con su confiado amigo. Incluso después   de lo que les había sucedido, Min Hyuk era la personificación de la confianza.  «Tonto de él».

Yu Kwon se deslizó a su lado, manteniendo su cuerpo entre Min Hyuk y Jaehyo. No iba a haber tocamientos hoy. Se tensó cuando Jaehyo se sentó a su lado, con su muslo tocando el de Yu Kwon. Se separó un poco, acercándose más a  Min Hyuk.

 

Yu Kwon empezó a sentirse atrapado. Estaba entre dos hombres que querían tener sexo con él, e iba a tener un colapso. Su respiración era irregular, su corazón tronaba detrás de sus costillas y  sus manos se  volvieron húmedas por el    sudor.

 

El auto arrancó y Yu Kwon tenía el impulso de saltar fuera. Necesitaba aire. Bajó su cabeza tratando de controlar su respiración, pero no ayudó. Se empezó a sentir mareado cuando la bilis empezó a subir por su garganta. No podía hacer esto.

 

Tranquilízate- dijo Jaehyo en voz baja; y todo lo que estaba revuelto dentro de Yu Kwon se calmó. Estaba sorprendido de cómo una pequeña  palabra  tenía  un  impacto  tan  poderoso  en él. ¿Cómo habría hecho eso?. -Ahora estás a salvo, pequeño.

 

Yu Kwon no sabía qué pensar, así que sólo movió la cabeza afirmativamente. Echó una mirada a Min Hyuk, pero su amigo se había perdido todo lo ocurrido, ya que estaba mirando por la ventana, con la excitación danzando en sus ojos. Por un momento, Yu Kwon deseó poder sentirse también de esa manera. Desearía no estar tan resentido después de haber pasado todos estos años.

 

¿Cómo sería dejarlo ir? Ir a dormir y no ver a esos odiosos hombres follándoselo. Daría todo por no ver  esas imágenes cuando cerraba los ojos. Yu Kwon quería que se fueran.

 

Las imágenes eran las que le hacían recordar cada día lo que tuvo lugar en su vida, y que ese suceso, lo cambiaría para siempre. Eso le hizo conservar ese odio por tanto tiempo.

 

El auto entró en un parking, el ruido alrededor de ellos crecía. Yu Kwon se echó hacia delante, mirando a través de la ventana de Min Hyuk a la gente que había formado una fila desde la puerta.

 

Vestían todos de negro. Incluso su maquillaje era negro. Muchos llevaban piercings que iban de sus cejas a sus  labios.

 

Antes de que Yu Kwon pudiera parar a Min Hyuk, su  amigo salía del coche y entraba en el edificio. Yu Kwon gruñó. Iba a ser un infierno tener controlado a su amigo.

 

-Está a salvo.

 

Yu Kwon se giró para mirar a Jaehyo, con rabia saliendo de cada poro.

 

- Y antes de que entres, quiero que sepas que  ese mal  coreano que usas, está bien que lo uses con quien quieras, pero cuando estemos solos, no lo hagas.

 

Yu Kwon se sorprendió de que Jaehyo se hubiera dado cuenta, pero se recompuso rápidamente.

 

De acuerdo.- Su voz se convirtió en un bajo gruñido. -Entonces supongo que  no tengo que  jodidamente preocuparme, ¿no?, ya que nosotros nunca vamos a estar a solas.

 

Salió del auto, corriendo detrás del ingenuo culo de Min Hyuk.

 

 

Min Hyuk no podía creer lo  que  veía.  Nunca  en  su  vida  había sido testigo de algo como eso. Había gente vestida de negro, algunos con cadenas colgando de ellos, algunos con piercings por toda  la cara.

 

Mujeres y hombres llevaban pintalabios negro, y algunos tenían el pelo hacia arriba, en punta. Estaba emocionado. Min Hyuk caminó hacia un hombre con una pieza de plástico brillando alrededor de su cuello.

 

«¿Cómo conseguiría que brille?» Pronto la atención de Min Hyuk se dirigió hacia otro hombre que caminaba con un collar de perro alrededor  del  cuello.  Sus  dedos  subieron,  sintiendo  su      cuello demasiado desnudo. Él quería una de esas brillantes piezas de plástico.

 

Después, Min Hyuk, fue tras un hombre que tenía un  collar  de perro y una cadena colgando de él. ¿Estaba esperando que alguien lo sacase  a  pasear?  Su  visión  siguió  las  intermitentes  líneas  rojas y blancas de luz que atravesaban el  interior  de  la  sala.  Iban  de una pared a otra, tocando a todos en su camino.

 

La música era fuerte, haciendo  que  Min Hyuk  quisiese balancear lentamente sus caderas. Desde que estaba en Corea, sólo había visto el interior del edificio donde lo habían hecho prostituirse, y el de la casa de Changjo. Visitó la ciudad, pero allí no había nada como esto.

 

Incluso en su casa en Japón, no había sido testigo de nada así. Era todo un nuevo mundo para Min Hyuk, uno que tenía intención de explorar concienzudamente. Un hombre agarró su muñeca, llevándolo al área de baile. Miró alrededor, observando cómo bailaba la gente, y después empezó a seguirles. Su cuerpo se sentía con vida por primera vez en su vida. Se sentía como un prisionero que acababa de ser liberado. Las manos de Min Hyuk recorrían su cuerpo, imitando al hombre que estaba delante de él.

 

- Bailas de una forma encantadora, pequeño - dijo el hombre según iba girando sobre Min Hyuk. -Tengo que conservarte. Eres demasiado lindo para ser solo un trago.-

 

Min Hyuk no tenía ni idea de qué hablaba el hombre. Todo lo que sabía era que sentía cómo su cuerpo se estaba calentando. Sus manos subieron, recorriendo su cabello y separando  sus labios.

 

-Maldición, bebé. - Los ojos del hombre escanearon lentamente el cuerpo de Min Hyuk, desde la cabeza a los dedos de los pies, y luego subieron de nuevo. Fue cuando se dio cuenta de los brillantes ojos rojos.

 

Eres un vampiro -señaló.

 

Inteligente también. - El hombre se echó a reír.  -¿Por  qué no vienes conmigo? Puedo cuidar bien de ti.

 

-Porque... una profunda voz se escuchó detrás, -él está conmigo.

 

Príncipe-  el hombre se apartó bajando los ojos. -Perdóneme. No lo sabía.

 

Min Hyuk miró a Jaehyo. El hombre era malditamente guapo.

Quiero bailar - saltó ligeramente cuando toda la sala se giró a mirarlo. Era algo inquietante de ver. Jaehyo permaneció allí sin moverse, mirando a todo el mundo. Todos a la vez, hicieron una reverencia con la cabeza, y después, apartaron la vista de él.

 

Entonces baila, mi cervatillo. Nadie va a molestarte de nuevo.-  Jaehyo le susurró a Min Hyuk.-  Estaré encima del bar con Yu Kwon, intentando hacerle sonreír.- Señaló detrás de él, y Min Hyuk siguió su dedo con la  vista.

 

Yu Kwon estaba sentado en un taburete observándolos. Se sorprendió de que el hombre no estuviese allí para separarlos.

 

No lo hará - Jaehyo le sonrió. El vampiro se acercó un paso, bloqueando a Yu Kwon de su vista. Jaehyo se enderezó, usando su dedo índice para levantar la barbilla  de  Min Hyuk. Sus ojos se elevaron hacia el atractivo hombre delante de él. -Eres muy hermoso, Min Hyuk.

 

Podía sentir sus mejillas ardiendo ante el cumplido de Jaehyo. Min Hyuk quería desesperadamente que Jaehyo se agachase de nuevo y lo besase, pero esta vez, que no fuera en la frente.  Gracias. «Solo  un beso».

Pronto - Jaehyo sonrió hacia él. Muy pronto, pequeño cervatillo.- Cuando Jaehyo pasó su pulgar por su labio inferior, Min Hyuk empezó a jadear. Pequeñas entradas de aire era  lo que podía conseguir. Sacó su lengua para probar la salada punta del pulgar de Jaehyo.

 

Las fosas nasales del vampiro se agrandaron y su mirada se encendió.

 

Me tientas, pequeño pícaro. Baila ahora. Disfrútalo.-

 

Cuando Jaehyo desaparecía entre la multitud, Min Hyuk lo siguió con la mirada, observando cómo su pelo flotaba y  tocaba sus hombros. Se paralizó por un momento. Tenía la  polla  más dura que el acero, y su cuerpo ardía en deseos de ser acariciado.

 

«Baila, pequeño cervatillo. Baila para mí».

 

Min Hyuk parpadeó y miró alrededor. Había oído a Jaehyo, pero no se le veía por ningún lado.

 

«Todavía puedo verte, Min Hyuk».

 

Min Hyuk se rio tontamente. Aquello que estuviese haciéndole oír al asombroso hombre, le gustaba. Su cuerpo volvió al baile que previamente había abandonado. Sus caderas se  balanceaban  con la música, pero esta vez, nadie se acercó a  él.

 

Cuando su cuerpo siguió su propio ritmo, se dejó llevar. Dio rienda suelta a su mente, y subió las manos sobre  su  cabeza. Tenía los ojos cerrados mientras bailaba.

 

Estaba vivo.

 

Realmente vivo por primera vez en su   vida.

 

 

 

 

 continuara...

Notas finales:

dejen rw


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