Era un jueves por la tarde cuando ambos volvieron a verse. Jason preparaba la cena, Kate hablaba con su padre por teléfono y Renee, quien acababa de llegar a casa, se servía un vaso de agua mientras contaba los segundos para que el timbre comenzara a sonar.
En tres,
…dos,
…y uno.
El distintivo sonido alertó a Jason, quien procedía a poner los platos mientras veía a su madre acercarse a la puerta.
- Buenas tardes, detective Montoya.
- Dick, puedes llamarme Renee fuera del trabajo.
Jason levantó la mirada de inmediato al oír esa voz. Su madre dejó entrar al oficial y al voltearse le ofreció una sonrisa que lo convenció de que eso no era una coincidencia.
Preguntarse cuál había sido el maquiavélico plan de Renee lo hizo alterarse tan solo un poco, pero la calma volvió a él cuando notó los papeles que portaba Dick y se dio cuenta de que solo se trataba de un asunto de trabajo.
- Dejaste esto en la estación. - El oficial le tendió un archivero, el cual Jason dedujo que contenía documentos bastante importantes como para que Dick se encargara personalmente de devolverlos. Aquello solo hizo renacer sus sospechas, Renee no era una mujer torpe y olvidadiza que prescindía de portar ese tipo de papeles ella misma.
- Gracias, Dick. No sé qué pasa conmigo últimamente, ¿debería culpar a la edad?
Jason lo dudaba.
- Y luego se preguntan por qué estás cerca a retirarte. - Kate hizo ingreso a la sala y le dirigió a su hijo la misma sonrisa que Renee le había ofrecido momentos antes. - Buenas tardes Dick. Es bueno verte— ¿Por qué no te quedas a cenar? Jason preparó camarones al curry.
Todas las miradas volvieron a él. Bien, eso era incómodo. - Si, uh— Serviré un plato más.
Los primeros minutos transcurrieron en casi absoluto silencio. Jason, sentado al lado de Kate, intentó ignorar los sonidos llenos de deleite que Dick emitía al saborear la comida. Lo estaba distrayendo, haciendo que su mente fuera a lugares indebidos…Pero al menos sabía que al mayor le estaba gustando su cena.
Para su fortuna, el mismo Dick acabó con el quieto ambiente:
- Jay, no sabía que cocinaras tan bien.
Eso le ganó una sonrisa, aunque trató de mantenerse humilde. - Vas a encontrar cualquier cosa deliciosa, literalmente. Considerando tu dieta...
Dick dejó escapar una risa y continúo comiendo con el entusiasmo de antes. A su lado, Renee sonreía y Jason no debía mirar a Kate para saber que ella también lo hacía.
- ¿Cómo están Bruce y los niños, Dick? - Preguntó Kate.
- Están bien. Bruce ocupado como siempre, Damian ya se lleva mejor con nosotros, Tim está a punto de terminar la secundaria y Cass comenzará clases de ballet.
Ahí estaba, el brillo que surgía en los azules ojos de Dick cada vez que hablaba de su familia, tan encantador que dejaba a Jason colgado de su mirada como un idiota.
- Deberían visitarnos un día en la mansión, los tres.
- Bruce me invitó a cenar hace mucho, parece un buen momento para cobrar la invitación.
- ¡Perfecto! Este fin de semana me quedaré en la Mansión, le diré a Bruce y los mantendré al tanto.
Mansión Wayne— a Jason aún se le hacía difícil creer que un sujeto tan sencillo como Dick había pasado la mayor parte de su vida viviendo con Bruce Wayne y su mayordomo.
(Tenían un maldito mayordomo… ¿En qué siglo vivían?)
Sin embargo, sabía que Dick había nacido en una familia circense y romaní y que sentía orgullo de su origen. Era reconfortante conocer a alguien que también provenía de un sector modesto pero que se encontró siendo criado por el descendiente de una poderosa familia. Dick lo entendía como nadie antes lo había hecho.
(Aunque había algo importante que los diferenciaba: mientras Dick le rendía honores a la memoria de sus padres, Jason Todd, ex-delincuente juvenil e hijo de un narcotraficante y una drogadicta, aún sentía un gran resentimiento por aquellos que lo trajeron al mundo).
- Entonces nos veremos pronto allí. ¿Qué opinas, Jason?
Sacándolo de sus meditaciones, los rostros de los presentes lo observaban expectantes a su respuesta.
- Suena bien.
•••
Durante la mañana del lunes siguiente no fue una llamada de Dick la que lo despertó o uno de sus mensajes de texto esperando a ser leídos, como se había vuelto usual entre ellos. Sobresaltado por la interrupción de su sueño producto del sonido del celular, Jason se quedó un par de segundos contemplando el nombre del contacto que lo llamaba: Kyle.
Kyle Rayner. Era difícil olvidar esas tardes en el estudio de pintura en donde cubiertos de pintura se besaban y acariciaban como si no hubiera mañana y hasta que sus cuerpos alcanzaran aquel anhelado éxtasis. En ese entonces ambos eran estudiantes de la Academia de Artes, Jason tomaba cursos de literatura y teatro, mientras que Kyle estudiaba pintura. Donna Troy cursaba literatura junto a Jason y era íntima amiga de ambos, gracias a ella se conocieron y en cosa de semanas pasaron del odio mutuo a no poder quitarse las manos de encima.
Se podría decir que fueron “novios” en algún momento, pero Jason era (y seguía siendo) reacio a establecer vínculos íntimos, y Kyle buscaba y necesitaba algo que Jason no podía darle.
(Podrían haber funcionado, Jason quería que funcionaran— Pero quizás no estaban destinados para eso.)
Ver su nombre en la pantalla del teléfono le recordó todas aquellas ocasiones en las que estuvo tentado a llamarlo en honor a los viejos tiempos, pero era demasiado orgulloso para tal cosa, ni siquiera los altos niveles de alcohol lo habían conseguido en su momento. En el presente seguían siendo amigos y solo se veían cuando Donna deseaba que se reunieran los tres.
Además, no había vuelto a sentir dicha tentación desde que conoció a Dick.
- ¿Kyle?
- Hey— ¿Te desperté?
- Uh, no— Si, como sea, ¿qué pasa?
- Escucha...Sé que esto salió de la nada, pero te llamo por una oferta de trabajo.
Oh. Bien, ciertamente no era lo que se esperaba.
- Soy todo oídos, Rayner.
...
Según lo relatado por Kyle, el profesor de literatura de los cursos menores de la Academia de Artes había renunciado, y las autoridades estaban buscando urgentemente a quien tuviera disponibilidad inmediata para reempazarlo, al menos hasta encontrar a alguien más. En sus años de estudiante Jason había sido uno de los alumnos más destacados, y Kyle, quien en la actualidad ejercía como profesor de artes en la misma Academia, así lo recordaba, por lo que decidió sugerirlo como candidato. Lo citarían a una entrevista el viernes por la mañana, y Jason se sentía solo un poco nervioso.
- Dick, nunca se me pasó por la cabeza hacer de profesor…Pero si extraño la literatura, y esta puede ser la oportunidad que tenga para salir de la casa de Kate y Renee de una vez por todas.
Dick tomó un sorbo de su café, su mirada siempre atenta a Jason y escuchando cada palabra. Se encontraban en la estación de policía, habían quedado en que Jason acompañaría a Dick en su receso matutino y podrían ponerse al día con esa oferta de trabajo y los detalles de la cena en la Mansión Wayne.
- Creo que… - Dick dejó su taza en la mesa y continúo: - Debes aceptar la oferta e intentarlo, nunca sabes qué puede salir de ello.
Le asustaba como con una sola sonrisa Dick era capaz de convencerlo. Ese hombre era peligroso. - Lo sé, y quizás así se me quite la idea de entrar al cuerpo policial. Kate y Renee serán las más felices.
- Me encantaría trabajar contigo— Pero entiendo por qué a tus mamás no les guste tanto la idea, y honestamente… Me volvería loco teniéndote aquí, Gotham es una ciudad complicada y… Olvídalo, solo— No tengas miedo de intentar cosas nuevas y de seguir lo que tu corazón te indique.
Aquellas palabras lograron remover algo en el interior de Jason, se sintió sonrojar levemente y sabía qué pensaría toda la noche sobre la forma en la que se oscureció la mirada de Dick ante la posibilidad de verlo usando el uniforme.
Jason suspiró y le ofreció una sonrisa como respuesta.
- Ahora, en cuanto a la cena…
•••
[07:15 a.m]: buena suerte en tu entrevista ♥
Lo primero que hizo tras levantarse en la mañana fue enviar aquel mensaje. Sabía que en un par de horas Jason estaría en camino a su entrevista y deseaba tanto como él (y quizás un poco más) que pudiera conseguir el trabajo.
Cuando ya se encontraba en la estación de policía recibió la respuesta del menor.
Jay [08:33 a.m]: Gracias, tenemos que celebrar si me dan el trabajo.
Dick sonrió y de inmediato comenzó a escribir.
[08:34 a.m]: me gusta como piensas, Todd
[08:34 a.m]: es más, prestaré mi departamento para eso, pero tu traes el alcohol
Jay [08:36 a.m]: Hey, es un trato.
Jay [08:36 a.m]: No confío en tu gusto en cuanto a bebidas.
Una risa escapó de su boca y comenzó a sentir como un par de curiosas miradas se posaban sobre él.
[08:37 a.m]: debo volver al trabajo, pero en cuanto termine tu entrevista mándame un mensaje!
Las palabras de buena suerte (y ese emoji de corazón) eran lo único que Jason necesitaba para aliviar su ansiedad y sentirse seguro a la hora de entrar a la Academia. El rugido de su motocicleta se apagó y en cuanto se quitó el caso vislumbró la familiar figura de Kyle agitando su mano y llamándolo. Estaba sonriendo, y Jason le ofreció una sonrisa igualmente como respuesta.
Tres días después se enteró que decidieron darle el trabajo como sustituto, pero con altas probabilidades de permanecer como el profesor permanente para los cursos inferiores.
Lo primero que hizo fue llamar a Dick, incluso antes que contarle a Kate y Renee. El mayor parecía más entusiasmado con la noticia que el mismo Jason, y lo invitó a acompañarlo en su almuerzo para hablar sobre el nuevo trabajo.
- No es para tanto, Dick. Solo seré un sustituto.
- Por ahora. Además, por alguna parte se debe empezar, así que debemos celebrar.
Jason terminó de comer su hamburguesa y recordó el mensaje que cierta buena amiga le había enviado minutos antes.
- Hablando de eso, Donna quiere juntarse a “celebrar”. Donna Troy, también es tu amiga, ¿cierto?
Ante la mención de la joven, Dick asintió efusivamente. - ¡Donna! Es una de mis mejores amigas...No sabía que se conocían. Pero hey, vamos a invitarla, ¡y a Roy!
Por más que Dick hubiera deseado estar a solas con él una noche, la celebración se trataba de Jason y lo que lo hiciera a él más feliz. Y por supuesto, Dick ansiaba poder reunirse con sus viejos amigos nuevamente, el trabajo y la distancia entre sus ciudades habían impedido una reunión entre todos.
- ¿Puedo llevar a Kyle también? Digo, gracias a él tengo el trabajo.
- Claro, pero si me dejas invitar a un amigo, estoy seguro que no me perdonaría excluirlo.
- Trato.
A Jason le hubiera gustado llamar a Kori también, otra de sus amigas que había conocido gracias a Roy, pero la joven se encontraba devuelta en su natal Brasil y no volvería hasta el próximo mes...Y por supuesto, estaba al tanto de la relación entre Kori y Dick, es más, toda la maldita escuela supo sobre su estúpido triángulo amoroso entre ella y Barbara, la hija del comisionado, pero no tenía la certeza de que las cosas entre ellos habían acabado en buenos términos. No solía hacerle muchas preguntas a Dick sobre su pasado amoroso, tenía miedo de escuchar respuestas que quizás no le gustaran.
Y muy bien, Kyle igualmente era su “ex”, pero jamás hubo resentimiento o dolor alguno al terminar (si es que alguna vez comenzaron algo). Después de dejar de dormir juntos acordaron seguir siendo amigos, y al volver a verlo el día de su entrevista Jason se sintió aliviado de que nada entre los dos hubiera cambiado.
De cualquier forma, no estimaba necesario hacerle saber a Dick que Kyle había sido su “novio”. Pero quisiera o no, más temprano que tarde el mayor acabaría enterándose.